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Bueno, una nueva entrega de mi reg2 flipépico xD, a ver si el señor Zion me corrije mucho 😀
Satyr no saques el blog de apuntes y te pongas quisquilloso que te vas a acabar tocando ^^ Al consejo ya se lo mandaré cuando algo de lo descrito ya sea medio real hehe. Espero que os guste!
Lo escribí cuando me banearon no en este parón, que conste. Es algo largo.
8 de Osucaru del 238 Era 3ª.
Había mucho alboroto en la feria de Anduar, la carpa del circo estaba extendida en toda la plaza del mercado.
– ¡El Circo! ¡El Circo! – Gritaba un hombre con traje luminoso – ¡Pruebe su fuerza, inteligencia, destreza, ingenio y…. llévese el fantástico premio sorpresa!
Todo el mundo del mercado estaba expectante a quien iba a ser el gran guerrero que iba a entrar en el circo. Todos, menos una persona….
“Circos, Leones, ¡Pamplinas!” pensaba “¿Dónde demonio estará la Herrería? ¡Necesito una forja nueva!..” todos los pensamientos se desvanecieron cuando una mano lo cogió por el brazo.
– ¡Tenemos a un valiente damas y caballeros! – el público empezó a aclamar – ¿Cuál es su nombre caballero?
– Mi nombre es Julk, y ¡no estoy por tus tejemanejes! – empujó al animador tirándolo de su taburete. El gentío, se mostró reacio con el empujón – ¿¡QUE!? – gritó. En esa fracción de segundo que ciertos aldeanos ayudaban al animador a levantarse vislumbró la herrería. Aprovechando el alboroto abandonó la escena.
En la lejanía se oía la voz del animado “…ejem, ejem, ¡Pequeños fallos técnicos! ¡Usted el enano de la segunda fila demuestre a los de Takome porque se…” nuestro chico ya entró en la tienda.
– ¡Buenos días señor! ¿En que puedo ayudarle?
– Una forja, ya, no quiero perder tiempo – le estepó tirando por el mostrador una bolsa llena de monedas de oro.
– ¡Como guste, como guste!Ya había ensillado el huargo jorobado, cuando en la lejanía escuchó un llanto. Era claro, limpio y conmovedor, el abominable hombre del sur fue enternecido por el llanto. Siguió su sonido hasta llegar a unas cajas, las apartó y encuentre a un bebé, un bebé precioso de unos claros ojos verdes. No veía a un niño cualquiera, se vio reflejado en ese pequeño, era él abandonado, esclavizado… recogió a esa pequeña niña y decidió llevársela con él. Este fue el único acto de bondad del que se tiene constancia de Julk.
Años después…
Era un nuevo día en el imperio, el Sol emanaba una tenue luz rojiza, ayer hubo fiesta en Dendra.
Un tenue rayo de sol entraba por la herrería de Galador, traspasando la cortina semiroída e iluminando toda una pequeña habitación. El haz golpeo frente el cuerpo de una bellísima joven, que un poco desorientada abrió los ojos. Y de golpe los cerró, deslumbrados por el sol. Estirada en la cama empezó a estirar sus exterminadas con tal de desperezarse… “mmmm… ¿que hora debe ser ya?”. Se reincorporó. Desde su habitación se podía contemplar gran parte de la iglesia de Galador, la maravillosa obra de arte barroca. Siempre había tenido la inquietud de ir, aprender los secretos de su Dios, de la magia clerical, del poder oculto que ello emana… “debo quitarme estas cosas de la cabeza, a papa nunca le ha gustado el catecismo”. Y empezó a vestirse, vestía unos harapos un tanto sucios y grasientos, era la ayudante de su padre.
– ¡Riley! ¡Que hace que no estás trabajando ya! – gritaron desde la otra habitación.
– Ya voy… – traspaso la cortina y llegó a la herrería. – ¡Aquí estoy! – dijo sonriendo.
– Aquí estás… aquí estás… ¡A por los recados! – gritó su padre mientras alzaba la maza con la que picaba en el yunque.
Salió de la herrería y abrió el papel que su padre le había entregado, en el ponía:
– Ir a la tienda de Dilva a recoger los nuevos delantales.
– Ir a la tienda de Marl a por vainas para mazas.
– Ir a la tienda de Kusuri y quedar con él para reparar una arma esta tarde.
Tardó toda la mañana en hacerlo, pero aun le sobró un rato, sentada en un banco del mercado de Galador, se volvió a quedar prendada mirando la catedral, como cada mañana, pero hoy se decidió.
Dio un brinco y se reincorporó de golpe, respiro hondo y puso rumbo a la ciudadela, solo quería verla mas de cerca, “papa no se iba a dar cuenta…”
Se iba acercando pasando por el barrio del cataclismo y dando la vuelta a la ciudadela, cada paso que daba la excitación se mezclaba con una sensación de respeto y pavor. De cerca era inefable.
Entro en la ciudadela, se guardó el delantal roído en un bolsillo para pasar desapercibida. Ando por ella hasta que se plantó delante de la catedral. Alzó la vista, era inconcebible el esplendor y majestuosidad de la catedral, inverosímil… su estado de éxtasis se rompió cuando un soldado de guardia le habló.
– ¡Eh, Tú! – le gritó el guardia en la lejanía.
– ¿Yo? – dijo con voz temblorosa – No hice nada, no enserio, solo miraba, no he tocado nada…
– Mmmm… no es por eso, tu que tienes cara de espabilada, tendrás que hacerme una pequeña misión…
– ¿Yo? ¿Una joven sin recursos? ¿Está seguro?
– La pregunta es si estás tú segura de no hacerla, porque en caso contrario… – dirigió su mirada hacia la hoguera.
Un sudor frío le recorría la espalda, mientras el soldado le explicaba la misión. Ahora entendía porque a papa no le gustaba esta gente, ¡eran diabólicos!
Se dirigió hacia las almenas y encontró al sospechoso que buscaba, fue más fácil de lo que se planteó a priori, volvió sonriente al soldado.
– He hablado con el sospechoso y me ha dicho que no tenia nada que ver, que él había consentido el pase de unas botellas de licor de Balrog pero no tenia nada que ver con eso. Y con esto terminé, ¿no?
– Muy bien, muy bien, esto es para ti – le entregó una bolsa con unas cuantas belas – Pero, esto no se ha acabado, entrégale este paquete a Julk y ya daremos todo por finalizado.
– No puedo señor, la verdad es que no, mi padre…
– ¿¡Que no QUE!? , ¿¡Quieres arder a fuego LENTO!? ¿O a tu padre no le gusta la inquisición? ¿Habrá que matarlo?, Hahhahahaaha – reía orondo el soldado.
Y por el bien de la familia llevó el paquete a casa.
– ¡Hola papa! , tengo un paquete para ti.
– Ahora estoy entretenido con Kusuri reparando espera – dijo desde debajo de la forja.
– Verás… no puede esperar mucho, ¿Puedes subir porfavor?
– Como no sea importante… – dijo mientras subía. Al subir por las escaleras vio a su hermosa hija pero al bajar la vista le extrañó el estiloso papel maché con el que el paquete estaba envuelto. Y al ver el sello rojo inquisitorial empalidecía al mismo tiempo que se enfurecía – ¡En que lío te has metido! ¡Te dije que no te acercaras a ellos! ¡Déjame leer esta nota, déjame!Despreciable plebeyo del sistema imperial:
El individuo que le ha entregado esta carta, ha completado una de las pruebas de iniciación en el entorno inquisitorial, le rogamos que le de una arma para que pueda seguir su trayectoria.
Firmado: Torquemada El venerable– ¡Eres una deshonra! ¡No sabes lo que estos le hicieron a mi pueblo! ¡No sabes de que son capaces! ¡Hija estúpida! ¡Hija ingrata! ¡Ve a tu habitación, no volverás a ver el sol! – alzó su mano para pegarla.
Pero en ese momento una lúgubre y sigilosa presencia estaba presenciando el lamentable espectáculo.
– ‘Flamious os colus’ – pronunció la figura, y de sus manos brotó una columna de fuego que se enroscó en el brazo de Julk, causándole heridas graves y parando la trayectoria de su brazo.
– Plas* Plas* Plas* – fueron las palmas secas de la sombra – denigrante, penoso – dijó Velminard – tu hija, bueno, que digo, la niña que te encontraste en la basura de Anduar – la cara de Riley enrojeció sus ojos brillaban – superó el primer nivel de la prueba y ahora me va a acompañar, quieras o no.
– ¡No puedes llevartela!, es lo que mas quiero en este mundo…
– ¿Por eso ibas a pegarla? ¿Ahora muestras en amor como en la Inquisición? – rió por lo bajo, un risa extremadamente malévola – como hicimos con todos tu familia, ¿eh? ¡RESPONDE!
El silencio reinaba en la sala, solo fue roto por el llanto de Riley, “… perdoname papa, perdoname, yo no quería… yo no quería…” golpeó con sus puños en el suelo, sollozando recogida consigo misma. Su padre se acercó a ella y la abrazó.
– Enternecedor – dijo Velminard – enternecedor… ¡¡’Defenestrate’!!
Julk salió disparado contra la pared dejando a su hija sola arrodillada en el suelo, en ese momento Kursuri asomó la cabeza por la escalera al oír el estrépito.
– ¿Qué pasa? – preguntó, pero al ver la figura de Velminard a contraluz no soltó una palabra, mas.
– Bonito truco de magia arcana me enseñaste, ¿eh?, ahora esfúmate si no quieres llegar a Anduar de un defenestramiento… – dijo riendo – Y tu pequeña vas a venir con el Tío Velminard. ‘Amri xeno haltem’, así serás mas fácil de llevar…– ¡Despierta! ¡Despierta! – gritaba la soez voz de una mujer, mientras le abofeteaba la cara.
– ¡Que, Que! ¿Dónde estoy? – la figura de una mujer morena de pelo azabache estaba delante de ella, en su cinto había un gran manojo de llaves.
– Ten, coge esto – le dio una maza, un puñal, un medallón y el canon de Seldar. Descerrajó una de las puertas mientras dijo – acuérdate de cómo hacer luz.
– ¿Luz, que? No te entiendo – dijo atemorizada.
– Ahora verás – y de una patada la metió dentro del calabozo y cerrojo la puerta.
– ¡Sácame de aquí! – gritaba mientras golpeaba la puerta – ¡Sácame!
Se oían risas desde el otro lado.
Era un lugar húmedo, oscuro, lúgubre, con un hedor coprofágico que penetraba en lo más profundo de su ser. Era vomitivo, la repugnancia y el temor estaban acabando con ella, “he de hacer luz, he de hacer luz se repetía”, fijo su mirada en el canon de Seldar, “Luz Luz” repetía y repetía. ‘magius lios’, y una luz rodeó el canon, permitiéndole ver mas allá de su nariz,. El hedor venia de cuerpos en descomposición, las paredes estaban llenas de grilletes y deshuesados cuerpos putrefactos en descomposición yacían al final de ella. Sentía euforia, que duró bien poco. Un ruido se avecinaba en el fondo de la celda, unos pasos que venían hacia ella, “no puede ser nada bueno pensaba”, vio una desfigurada cara con restos de pútrida carne verde en el lugar de la cara, sin ojos, con las cuencas vacías acercarse hacia él. ¡Wraaaaa! – gritaba el zombi. El acto reflejo de ella fue asestarle un durísimo golpe con el canon, arrancándole la cabeza de cuajo, una vez en el suelo siguió golpeándole hasta que el reinerte cuerpo dejo de moverse.
– Uffff…. voy a pensar como salir de aquí – se decía a si misma – todo esto que me han dado debe tener su utilidad, empuñaré lo mas ligero y seguiré el camino – empuñó el puñal de sacrificios.
Siguió el estrecho y angosto camino de la cárcel, con el puñal en una maño y el canon en otra, que sin arder, le hacia de antorcha. Sus pasos eran pequeños sin hacer ruido, asombrado por el rojo de las paredes de la prisión, se preguntaba si fueron pintadas así o fue debido a la sangre.
Mas pasos se oyeron en el lejano pasillo viniendo corriendo hacia ella, como si de un filete de carne se tratara para el más hambriento de los depredadores. Su corazón se aceleraba, una sombra mas alta y deshuesada se abalanzaba sobre ella, ¡un necrófago!
Saltó en su dirección pero logro esquivarlo echándose a un lado de la pared, el necrófago se deslizó un poco por el pasillo por el impulso de la carrera. Se giró de golpe para seguir al acecho de su presa, se reincorporó y soltó un brutal zarpazo sobre Riley, esta lo intentó parar con el brazo izquierdo, pero empezó a sangrar y su brazo no respondía, ¡estaba paralizado! Se le cayó el canon al suelo el necrófago uso la otra zarpa para arrinconarla contra la pared haciendo presión en el cuello, ¡Wraaaaa! Gritaba el no-muerto. Sacó su larga lengua, pasándola por la cara de Riley para saborear el momento de su muerte. Ella paralizada no podía hacer nada, solo acumulaba ira. Era la misma sensación que cuando Velminard le había paralizado, solo recordó la sensación de separarse de su padre, no, no caería. Recuperó la movilidad del brazo derecho y cercenó el brazo del necrófago, con el impulso del corte se había quedado en agazapada en el suelo. Puso las palmas de las manos en su pecho y grito ¡’magius selirs curis’!, el cuerpo del necrófago salió disparado contra la pared de la cárcel mientras se difuminaba en polvo negro.
– ¡YA BASTA! – gritó que resonó en toda la sala – ¡NADIE ME PONE A PRUEBA! – empuño su maza a dos manos y empezó a correr por el pasillo, en su camino salieron esqueletos.
Salieron del fondo, pero Riley no detuvo su galopada, a cada uno que salió recibía un certero mazazo en la cabeza, la prisión parecía llegar a su fin, pero al final una translúcida masa etérea flotaba en el ambiente. Cogió inercia de la carrera para golpearle con la maza, pero le traspasó como si fuera humo. No pudo contener la inercia del golpe que acabo dando al suelo y salió disparada. El espectro mayor se acercaba a ella, despavorida no sabía como afrontarlo, mas recordó su último objeto el amuleto. “Seldar me dará el poder”, agarró el medallón calavérico con tanta fuerza que los cantos de él le hicieron hondas marcas en las manos por las cuales empezó a sangrar. “¡YO TE DOMINO!” gritaba “¡YO TE DOMINO!” la translúcida masa empezó a brillar, hubo un destello muy potente que a los dos les tiró para atrás. Pero ella supo que fue suficiente, se levantó con el rostro desencajado y soltó una carcajada de maldad soberbia que resonó en toda la cárcel. Su espectro se postró a su lado y abrieron la puerta de la salida. La luz del exterior le deslumbró los ojos, consiguió ver tres figuras erguidas esperando su salida.
– Lo conseguí – dijo sonriente – lo conseguí… – perdió el conocimiento.Se despertó desorientada. Lo primero que notó fueron las suaves sabanas de seda y la extremadamente cómoda cama. Una fina y carísima manta magenta, le cubrían. Miró a izquierda y derecha todo de objetos tétricos y terroríficos en honor a Seldar, estaba en la Inquisición.
Entro por la puerta una aura de maldad que lleno la sala, de una sensación de pesadez y agotamiento, segundos después apareció el innombrable, Torquemada, el venerable.
– Era factible y lo has convertido en algo digno de que YO, lo considere plausible. Mis compañeros se deshicieron en elogios, pero yo no. Eso cualquiera de mis súcubos lo hubiera hecho de un parpadeo, pero, que podríamos esperar de…. – la miro de arriba abajo – hija de un inquisidor renegado.
Intento hablar, balbuceó y luego le salió un, ¿Cómo?, la presencia de este hombre era tediosa, eterna.
– Como IBA diciendo, fuiste la hija de un inquisidor renegado, fue un hombre poderoso, pero por una mera confusión burocrática fue condenado a muerte. Ello implica Tortura, incineración, desmembración y profanación de los restos… que quedaran. El bueno de él, huyo con su mujer y su única hija. Si, íbamos a terminar con todo su estirpe y aprovechando el mes de Osucaru se metió en la feria de Anduar. Como obviamente sabía que le íbamos a matar te escondió en los escombros de la ciudad dejándote a una suerte ‘mejor’. Ahí fue donde te encontró el sucio patán de Julk.
Tragó saliva, intento recuperar un poco el aliento, pero la impresión de Torquemada apenas dejaba respirar – Y, ¿y que fue de ellos?
– Nos percatamos del error y le perdonamos la vida – una sonrisa se esbozó en Riley – Hahahaha, mentí, los encerramos en la cárcel y de allí nunca salieron. Quizá fue uno de los esqueletos que les rompiste el cráneo de un mazazo. No te querrían matar, solo darte un abrazo y un beso, ¿no?
Riley intentó hablar no le salieron las palabras, de su boca solo salía su aliento.
– Quieta chica quieta, no malgastes tus fuerzas. Superaste la prueba de la cárcel, pero eso no te hace libre no, ni mucho menos. ¿Quién es libre estando yo aquí? – se majestuó de su propia redundancia.- Iré al grano, has de ir al Río Derevar a acabar con los Paladines y su Cruzado Supremo, traerme sus cuerpos y quizá te perdono la vida y dependiendo de tu éxito tendrás algún premio mas. Si vuelves claro está, y ahora te dejo descansar.
Abandonó la habitación y con el se fue el tedio, la falta de aire en la habitación y recuperó el aliento. Tal fue aguantar la presencia del regente que se durmió al instante.
Al despertarse encontró un equipo inquisitorial de primera calidad al lado de su cama, junto a él un medallón calavérico y una maza a dos manos bendita inquisitorial. La única del reino. Se preparó y partió hacia tierras lejanas a buscar su verdad, su perdón. -
Bordeó la fortaleza de Golthur-Orod, mirándola de arriba abajo con desdén, como si fuera algo ínfimo, insignificante y ella misma se dijo, tú serás mía, tiempo al tiempo.
Llego al Río Derevar, sola, su coraza negra no dejaba que la luz del sol saliera de ella. A su paso el resplandor quedaba ocultado que el aura que ella emanaba. Todos los animales, monstruos, engendros del bosque baldío se apartaban de su camino. Tenía un rumbo fijo, una misión. La pútrida vegetación ennegrecía más si era posible a su paso.
Llego al Río Derevar por la parte noreste, balanceando su maza y sin tapujo alguno empezó a decir gritando:
– ¡Bien, Bien, Bien! ¡Veo que la corte de Señoritas de Eraile han hecho una reunión y no he sido invitada! ¡Que despropósito!
Apareció del sur un paladín a lomos de su yegua y se postró ante Riley.
– ¡Atrás o por Eraile que lo pagará!
– ¿Lo pagaré? ¡JA! Si por lo que veo lo único que puedes montar son yeguas, ¿te gusta su suave tacto de cuero? ¿Eres como uno de esos Zoofílicos druidas?
– Tu blasfemia te costará la vida
El jinete tiró de las riendas de su montura, apuntando con su lanza a Riley, empezó a galopar a un ritmo trepidante. Ella al ver venir la lanza cogió impulso hacia abajo, pasándole la lanza por arriba. Acto seguido golpeó con su maza en las rodillas de la yegua. Esta perdió el equilibrio y tiró por los suelos al jinete.
– Vaya, vaya, vaya mirad quien está a mi altura…
El jinete yacía en el suelo pidiendo clemencia, pero esa nunca fue dada. Riley se reincorporó con rapidez del suelo y se acercó al peregrino.
– Vas a descubrir lo que es la ¡SENDA DEL DOLOR! – puso su mano en la cara y esta empezó a estallar en trozos sangrantes – ¡ARDE! – chilló, y empezó a combustionar hasta dejarlo en los huesos. Una malévola sonrisa apareció en su cara, “esto mas que una misión es un privilegio” se dijo.
Los gritos del peregrino ya muerto atrajeron a tres mas, que aparecieron galopando al reflejo del sol.
– Ya no habrá piedad para ti, escoria dendrita, te superamos en número, no tienes nada que hacer.
– ¿Estás seguro? – su seguridad infligía temor en el rostro de los paladines.
Apuntó con su brazo derecho hacia la zona de la fallecida yegua y jinete, luego movió su brazo hacia delante y de allí salió una espesa humareda negra, que revoloteó por el aire y se dibujo como cuatro necrófagos.
– Mmmmm…. lo que os queda por sufrir.
Cargaron hacia ella al unísono, los tres en fila con sus ristres bien fijados y las lanza apuntando hacia ella. Los necrófagos se encararon cada dos con un paladín intentado así frenar su carga, dejando un tercero para Riley. Las cargas de los dos peregrinos impactaron cada una en un necrófago diferente, atravesando su huesos y restos de carne, pero más que nada fue inmune a ellos. Se llevaron al necrófago por delante por el segundo de cada pareja se echó al cuello del jinete, magullándolo, mordiéndolo.
– ¡Sacadme este bicho de encima! – gritaban los dos – ¡Sacádmelo!
El tercero fue hacia ella, ‘amri xeno haltem’, gritó. Paralizandolo, dejándolo estupefacto delante suya. En sus ojos se vio reflejado el temor a la muerte y no se equivocaba de mucho.
La sacerdotisa abrió los brazos, flexionó las rodillas y dijo gritando ¡¡’Ken Olatid Arkanit’!! De ella salió una tormenta roja y negra, que lo sumió todo en el caos. Un remolino de entropía maléfica, que arrancaba la vida de los que se encontraban en él, quemándolos lentamente. Seguía con el canto del conjuro mientras la espiral maléfica se hacia mas y mas grande embarcando y consumiendo a los tres paladines. ¡Noooooo! ¡¡ARGHH!!, gritaban mientras eran carbonizados, mientras eran parte del pasto de las cenizas. Al terminar el cántico solo se pudo apreciar los restos deshuesados de tres jinetes con sus monturas, mientras los necrófagos acababan de disfrutar el festín.
Ya se acercaba, sentía el próximo fragor de la batalla, allí se encontraba en la catarata del Río Derevar, él, el cruzado supremo, su antagonista, su enemigo sempiterno y su sino, no podía esperar.
– Para ser una escoria Dendrita no lo has hecho suficientemente mal, pero aquí acaba tu camino.
– Hahaha, ¿Perdón?, ¿viste lo que hay detrás mía?, no fue ni el aperitivo.
– No me impresionas, ¡¡¡CABALLEROS!!!
De todas partes del río salieron paladines, decenas, cientos de ellos, pero ella, la concubina del demonio, la que podría matar a Eraile con sus propinas manos permanecía impasible.
– Ahora me toca ami.
Siguiendo mirando fijamente a los ojos del Cruzado, apuntó con un brazo hacia atrás, sin mirar. Apuntaba a los cuerpos inertes de los otros paladines. Movió su brazo hacia delante gritando sonidos intranscribibles. La negrura que salió de los cuerpos se arremolinó con la catarata, dejándola seca, árida y marchita. La nube negra absorbió toda la vida de la zona y se arremolinó alrededor de ella creando cientos, miles de necrófagos.
– ¡¡CABALLEROS!! ¡¡NO TEMAIS A SU BRUJERIA, ERAILE NOS GUIARÁ HASTA LA VICTORIA!!
Todos cargaron hacia ella al unísono. El trote de los caballos hizo temblar el reino, los gritos de guerra y destrucción hicieron callar a todo Dalaensar. Pero ella ni se movía, los necrófagos pararon la primera carga y empezaron a atacar a los paladines. Cayeron muchos de estos muertos vivientes pero al superarlos en número la proporción de paladines caía más rápido. Hubieron los necrófagos que pararon la carga, otros se tiraron encima del caballo, arrancándole ojos, haciéndoles caer y otros su único objetivo era destruir al jinete. Muchos de los jinetes yacían en el suelo, y los no-muertos como animales carroñeros se lanzaban en masa a por su cuerpo ¡Noooo! ¡AAAAAA! Gritaban los jinetes desde el suelo. El cruzado supremo aún no movió su ficha.
– ¡Basta de Juegos! – gritó
Alzó su medallón de agua, ¡POR ERAILE!, un destello de luz cegador volvió el candor al lugar, todos los necrófagos fueron repudiados disipándose en la claridad de la luz.
– Date por muerta, furcia.
El cruzado y unos cuantos paladines más cargaron, hacia ella en un arrebato final. Cogió su maza a dos manos. Con una mano sujetaba el extremo inferior y el otro el inicio del peso. Alzó la maza al cielo gritando ¡¡SELDAR!!, golpeó en el suelo resquebrajando el terreno por el que los jinetes venían. Trozos de tierra se alzaron mas que otros. Jinetes cayeron de sus monturas y otros seguían con su paso firme. Los ojos de nuestra amiga desprendían un fulgor rojizo demoníaco. A las primeras tres acometidas, la primera entrando de frente, logró esquivar la lanza con un toque ascendente con la maza, dejó pasar el caballo. La segunda ya la venía por el lateral. Golpeo el martillo colosal hacia un lado y con su propina inercia circular se alzó reventando la cabeza del cruzado de un mazazo. La tercera el caballo se tropezó con el desnivel llegando arrastrado hacia ella, yéndose a parar a sus pies, corrió hacia el caballo y cogió impulso dando un gran salto. En pleno aire gritó:
– ¡¡¡LA MUERTE ES SOLO UN CAMINO HACIA SELDAR!!!
Y mientras caía formuló ¡¡¡‘mi deus ire’!!!.
Cuando tocó suelo el ya resquebrajado suelo desencadenó en un holocausto. Una gran explosión emanó de su cuerpo. La lava empezó a manar por el suelo, el cielo ennegrecido empezó a tronar sembrando caos muerte y destrucción entre todos los presentes. Todos menos ella, murieron al instante.
Invocó varios no-muertos para que llevaran los restos al Venerable. El Río Derevar ya no es la que fue, ahora solo es un árido pasaje, desolado, sin vida, muerto.La expedición de Riley con sus no-muertos llegó hasta Galador, allí fue recibida como lo que era, un demonio semi-divino, que había logrado la mayor victoria del imperio y debía ser recibido como tal. Banquetes, festividad, torturas, infieles a la pira fue perfecto.
Torquemada la llamó en audiencia, ella fue sin titubear. Entró en sus más secretos aposentos de la inquisición esos que solo habían visto él y Seldar. Ya no sentía ninguna sensación de pesadez al estar en su presencia, lo podía tratar de tu a tu.
– Seré breve, ya que hoy es tu gran día. Culminaste con honores la misión que yo te había encomendado, no por eso te perdono la vida, sino que te nombro como alto inquisidor de esta Inquisición. Serás mi mano derecha, mis ojos y mi voz. Acércate.
Ella presta y obediente se acercó a él, se arrodilló. Entonces él cerró el puño y le marco su anillo en la parte inferior del cuello, la clavícula. Le ardió como si el fuego del averno estuviera penetrando en todo su ser, no mostró ningún signo de dolor o debilidad. La purificaba con maldad.
Torquemada la marcó con el signo de Seldar. Esa marca se ennegreció cubriéndole parte del cuerpo, dejando un rastro negro arremolinado.
– Puedes irte. – le dijo
Se fue de la catedral, pero no fue a donde el banquete, sino que fue a un lugar que nadie de Dendra tenia presente. Pero ella si, en su corazón. La herrería de Julk.
Pico a la puerta, un viejo hombre tosco y robusto le abrió la puerta.
– Papa, ya he vuelto. – y los dos se fundieron en un abrazo.Lo subí en dos trozos porque no se pueden subir mas de 20.000 caracters en un post, espero que lo hayais disfrutado tanto como yo escribiendolo : D
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Dos pequeños apuntes, Julk creo que era un lerdo de cojones, (cuida las palabras que dice, pues no es un sabio para decir palabras ‘complicadas’).
Velminard se supone que es sacerdote y no tiene defenestrar XDUn pequeño defecto: De la noche a la mañana Riley se hace sacerdotisa, alta inquisidora y habla con Torquemada, cosa que debería ser contada en tres épocas distintas XD
Por lo demás está bastante wapa XD -
Ya se que Julk es un poco lerdo pero uno no sabe si nacio lerdo y cuando encontró a Riley era algo listo y luego se dio con algo en la cabeza, no se sabe.
Ya se que velminard es un sacerdote pero la «gracia» es que el defenestrar se lo enseño el Kusuri que es el de la tienda mágica de Galador xD es algo surrealista pero mira, me salió asi.
Bueno, no es de la noche a la mañana, las pruebas son consequitivas, supongo que llegar a Río Derevar puedes tardar semanas o un mes si lo roleas y no se la primera y la segunda son algo consecuentes, pero gracias por tu opinión, me mola que la gente opine hehe : D
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bueno, deberías mirar erratas y faltas. Estoy deacuerdo con los comentarios/consejos de igni.
Por lo demas bien. Pero es lo que dijo ignizar, parece que todo pasa muy rápido, si lo haces por partes, quedara mejor, será mas largo y tendras que dedicarle mas tiempo pero ya que te has puesto con una historia así…deberías «terminarla» al ser todo tan rapido parece que hay lagunas entre unos momentos y otros.Suerte y animo!!!
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Jis, esque me pusé a escribir cuando me mató singla y teminé a las 5, pero bueno 11 páginas de word creo que fueron suficientes, si eso luego ya hago los cambios.
¿Hay muchas erratas/faltas?
Gracias por las opiniones!
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Hombre yo a los peres los mato en HB también hay que meterle un poco de imaginación. Luego lo de Velminard bueno si quizá me flipo, pero necesitaba un npc de la inqui y el del Hermillo no deja el altar ni el cepillo. Lo de la fe de Seldar creo que no has querido entender lo que he dicho, es una prueba en que te dan 4 items y entras en un lugar oscuro y lo primero que hizo es echar luz al libro xk lo tenia en la mano poco mas.
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me a gustao, ahora si, tendras k terminarla,
cuando el cruzado tira holy, riley suda de el? deberias aber puesto k riley recibiera alguna carga, darle algo mas de igualdad, y no k agas ZAS todos dies, eso solo lo ace oskuro,(zas pusa off, 50 players diesxDDDDDDDDDDDDD es broma e oskuro)
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Eres un clerigo de seldar donde esta tu entrenamiento como clerigo? Lo ke has contado es tu entrada a la inquisicion. A eso me refiero, igual ke si te coges tu oficio panadero, y pones me voy a una panaderia compro pan y ales ya soy panadero. 😛
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