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    • Nherzog
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      Historia
      «Este mundo no es fácil para alguien que a duras penas sobrepasa los tres pies», una lección que parece marcada a fuego en el carácter de quien nos ocupa. Si añadimos a la receta una estirpe caída en desgracia dentro de una sociedad tan cerrada como la gnómica, se antoja sencillo comprender el trasfondo que hace de él ser como es. Sus antepasados recuerdan con una mezcolanza de nostalgia y odio -a partes iguales me atrevería a decir- su viejo hogar, LaMontañaDeVapor, que hoy se mantiene como infausto refugio de alimañas y perenne símbolo del holocausto gnómico. Es un secreto a voces, a la par que un gran tabú dentro de la familia, que el viejo y desequilibrado Stal, tataratara…abuelo de Stoitoh, dio la espalda a los suyos para resguardarse en el cercano reino de Anduar y a su vuelta no despertó más que miradas de recelo y animadversión a su paso. Esta lacra motivó un distanciamiento progresivo, casi una autoimpuesta exclusión por parte de la familia, de sus congéneres y un estigma que a día de hoy se mantiene vivo, convirtiéndose en apátridas, desconfiados y ateos, pues consideran a Eralie culpable por su pasividad ante tan cruel situación.


      -A este paso no durarás mucho aquí chico. Sé que te tienen en cierta estima, pero los contempladores no se distinguen por su buen carácter precisamente.

      Stoitoh se trastabilló con sus ropajes, que superaban ámpliamente las dimensiones de su pequeña figura, al tratar de apurar…

      • Estará listo antes de su vuelta, no te preocupes. ¿Acaso alguna vez no lo ha estado?
      • ¡Ayer mismo! O tengo que recordarte de donde viene esa marca en tu espalda.
      • Sabes que yo no toqué sus libros, pero la verdad está infravalorada en esta ciudad.

      Ambos jóvenes apuraron sus tareas a la espera de que su amo llegara tras un largo día en la caótica Naut’Shinder, como de costumbre airado. Stoitoh sonreía más de lo que acostumbraba, con esa especie de maniática mueca inquieta que le hacía parecer algo a medio camino entre un genio y un perturbado.

      • Funcionará… Laudano, como no se me había ocurrido antes -farfulló Stoitoh mientras se regodeaba.

      Se retiraron a la cloaca que servía las veces de aposento para el servicio y tomaron el mendrugo que les quedaba del mediodía, era lo único que tenían para llevarse a la boca y aún quedaban cerca de doce horas antes de su siguiente ingesta. El joven gnomo declinó tomar su parte en favor de su compañero, tal vez consciente de que si salía «victorioso» un mendrugo sería un minúsculo premio y de lo contrario… no le sería de utilidad haberlo tomado. El joven humano se apresuró a comerlo y agradeció con un brusco movimiento de cabeza el gesto de Stoitoh. Ambos se recostaron aprovechando el escaso tiempo libre que les quedaba antes de los quehaceres nocturnos.

      • Ghraddasdas!!!! Brrghthth!!!! – incomprensibles alaridos se escucharon en la estancia, parecían proceder del cuarto aledaño, donde solía reposar el amo.

      Sobresaltado, Stoitoh se incorporó y raudo y veloz acudió a evaluar el resultado de su maléfica trama. Apenas en 3 bocanadas de aire se había presentado bajo el marco de la habitación de la que surgía el quejumbroso ruido, en ella pudo contemplar al contemplador, clavando su inquisidor ojo sobre él, con la furia de quien se conoce en sus últimos instantes y ve la satisfacción de su verdugo cara a cara. Sus grandes fauces se encontraban jalonadas por una especie de baba ambarina y su descompuesta expresión hacía presagiar que todo había salido según lo previsto. Stoitoh volvió junto a su compañero y zarandeándolo le informó que era libre para marcharse, pero que él no quería lastres en espalda. Se apresuró en recoger ciertos objetos de valor del estudio de su otrora malévolo amo y algún que otro libro de pócimas, pergamino y artilugios necesarios para desarrollar sus artes arcanas y salió de la casa sin mirar atrás.


      • La Feria llega a Anduar!! Compren sus tickets y no dejen de visitar el Circo.

      Como cada Osucaru, los clientes del Hostal Comellas, situado al norte de la muralla de Anduar, veían quebrantada su tranquilidad por la perturbadora presencia de Noemis y su séquito de aberraciones, criaturas «increíbles» y maleant… malabaristas de medio pelo.

      • He oído que este año hay un gnomo que le está haciendo sombra a Noemis, algunos lo sitúan a la par de grandes maestros de la infamia y la ilusión como Nystul o Radzhir.
      • Tonterías, es el mismo timo de siempre, pero con un lavado de cara para arrebatarnos las 4 míseras monedas que nos paga Kalb por repartir su basura.

      Stoitoh se había unido al circo hacia un par de años, pero este año por fin contaba con un número propio, de escasa relevancia, pero propio, a fin de cuentas. Atrás quedaron las horas de mantener a las bestias y satisfacer algunas de las más variopintas ocurrencias de Noemis. Algunos pensarán que estaba desperdiciando su tiempo y alejándose de su objetivo de dominar la magia arcana, sin embargo, el circo le proporcionaba la oportunidad de practicar sus hechizos, conocer nuevos trucos, viajar a los más variados parajes y conocer otras gentes, además de darle un cómodo sustento.


      Pasados apenas unos meses, aún el circo no había programado la nueva temporada que se inauguraría en Anduar, un gran revuelo conmocionó a la familia circense, Stoitoh abandonaba al grupo. Muchos comentan que el recelo de Noemis por perder protagonismo y las continuas disputas entre ellos fueron minando su relación hasta hacerla insostenible. Unos comentan que se retiró al tranquilo valle del Durmi, mientras que otros apostarían todo su jornal afirmando haberlo visto embarcar en una de las numerosas naves de apestados rumbo al puerto de Keel.


      • AguasNegras, leprosos y … puedo hacerme cargo de los contrabandistas si lo estimas oportuno.
      • No es necesario, pero puedes tomarte tus licencias. Eso sí…-hizo una pequeña pausa para dar dramatismo a la situación- trata siempre directamente conmigo, no quiero que Laidon se inmiscuya en nuestros asuntos, él es más de ir «por el manual» y eso lo convierte en blando para estos menesteres. Si esto sale a la luz, tu no lo volverás a hacer.
      • Entiendo, no creo que lleguemos a tal extremo, tengo cierta facilidad para pasar desapercibido y afición por hacer que «desaparezca» la gente.

      Lesfora dio por concluida la conversación, o al menos eso pensó Stoitoh al verla girar bruscamente y darle la espalda. Cuando ya se disponía a abandonar las instalaciones del censo de Keel, volvió a escuchar una vez más esa voz.

      • Presiento que me serás útil, los de tu clase suelen tener cabida en mis planes para esta ciudad.

      Stoitoh sonrió, quizás aliviado tras no saber a qué atenerse durante toda la conversación ante una figura tan impredecible como la de la censora, a fin de cuentas, no eran tan diferentes y él no se fiaba ni de su misma sombra.

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