Inicio Foros Historias y gestas Historia de Velkyn

Mostrando 0 respuestas a los debates
  • Autor
    Respuestas
    • damarerlas
      Participant
      Número de entradas: 90

      Velkyn nació en una familia acomodada. Su madre (humana) pertenecía al círculo de magos consejeros de la poderosa familia Ve-il’koz.
      Desde hacía 3 generaciones, la familia de su madre había formado parte del consejo. Se habían ganado un nombre dentro de la nobleza, y
      muchas familias acudían en busca de su consejo o ayuda. La abuela Sarah había sido la primera, y aunque entró como aprendiz, llegó a
      ser la Alta Hechicera del consejo, el cargo más alto y del que dependía el resto. Ahora el cargo lo ostentaba su madre, Lettbri, no
      por herencia, sino por derecho, si su abuela había sido respetada su madre no lo era menos.

      Lettbri siempre había sido muy disciplinada en sus estudios. Se tomaba muy en serio la hechicería y tenía como obsesión llegar a
      ser una gran maga. Pese a conseguir grandes avances ya desde joven, siempre notó que le faltaba algo. Además de los estudios, todas
      las historias de grandes magos tenían algo en común: esos grandes magos habían nacido con una “esencia” especial, algo innato que no
      se podía conseguir con esfuerzo, y ella notaba que eso le faltaba. Aunque por parte de madre era posible que hubiera heredado ciertas
      aptitudes, su padre siempre había estado alejado de ese mundo. Esto hizo que, con el tiempo, la obsesión de Lettbri de conseguir ser
      una gran maga se transformara en concebir al mayor mago de la historia. Con su dedicación y encontrando la “esencia” adecuada podría
      traer al mundo a un ser perfecto, capaz de todo y más. Esta idea hizo que un día decidiera viajar en busca del hombre indicado.

      Recorrió medio mundo siguiendo las historias de grandes magos que a veces se mezclaban con leyendas. Pasó por las principales
      ciudades de cada reino y en todas ellas buscó a los magos más admirados. A veces las historias se mezclaban con leyendas. En muchas
      ocasiones la gente trataba como grandes magos a algunos que no habían conseguido su puesto por su valor, sino por sus contactos o,
      pura suerte. En ocasiones, aunque sí se trataba de magos que merecían su respeto, habían llegado a su posición como ella, más con
      trabajo que con algo innato. Durante varios años buscó y no encontró a nadie adecuado.

      Durante su búsqueda la obsesión se fue tornando en un inicio de locura y las historias y leyendas se mezclaban en su cabeza. Una
      idea llevaba un tiempo rondándole, y aunque comenzó rechazándola, poco a poco fue convirtiéndose en la única alternativa. Los drows,
      una raza tan poderosa como temida vivía en lo más profundo de la tierra. Decían que nadie había se había adentrado lo suficiente en
      sus terrenos como para verlos y salir con vida, pero, si se conocía algo de ellos era porque alguien sí debía haberlo conseguido. Lo
      poco que sabía era que una serie de galerías, que comenzaban cerca un lugar conocido como la grieta de Llhoin, se adentraban en la
      tierra y no parecían tener fin. Eran muchas las historias de gente que había tratado de refugiarse en ellas y de los que no se había
      vuelto a saber nada y algunas historias más antiguas hablaban de una ciudad conocida como Tzerneelledol.

      Guiada por su inquebrantable voluntad, se preparó, cogió provisiones y emprendió un viaje del que pocos habrían vuelto. Sin duda
      sus conocimientos sobre hechicería le salvaron la vida en más de una ocasión, y lo que ocurrió realmente nadie más que ella lo sabe.
      Lo único que se sabe a ciencia cierta, es que 13 meses después, volvió a la superficie con un pequeño recién nacido al que llamó
      Velkyn y que cuando le preguntan quién es el padre, ella siempre responde con orgullo: “Su padre fue quien debió ser, el padre
      perfecto”.

      Velkyn creció entre magos y desde pequeño demostró sus poderes innatos. Su madre se esforzó con esmero para que todo en su
      desarrollo fuera perfecto. Esta obsesión de su madre por que su hijo fuera un mago perfecto había sobrepasado los límites de la razón
      y ya no había nada que le importara en el mundo salvo esto, ni siquiera su propia salud. El hecho de que Velkyn no fuera 100% humano
      hizo que muchos lo miraran con una mezcla de desprecio y temor. Por supuesto, nunca nadie dijo nada directamente, pero sus miradas los
      delataban y su madre conocía las habladurías a sus espaldas. Por suerte, la posición de su familia evitó que pudieran haber tomado
      algún tipo de medida en su contra, pero el hecho de ser distinto hacía muy difícil que Velkyn pudiera hacer amigos de manera normal.
      Las otras madres no querían que sus hijos tuvieran mucho trato con él y esto, junto a la cantidad de horas que su madre le hacía
      trabajar, hizo que siempre fuera un chico solitario.

      Los estudios le tuvieron enfrascado en una vida de dedicación a la magia desde que tiene uso de razón. Con 6 años ya sabía casi
      tanto como su madre, que había sido su principal instructora. La paranoia por buscar la manera de que su hijo fuera el mejor había
      llevado a su madre a no preocuparse por ella misma. Había días que ni comía, viajaba en condiciones inhumanas en busca de pergaminos
      que pudiera estudiar y poco a poco su salud se había debilitado mucho.

      Cuando Velkyn tan solo tenía 11 años la situación de Lettbri ya no tenía solución. Estaba muy enferma desde hacía tiempo, y cuando
      por fin consiguieron que la viera un curandero ya era tarde. La desahució y le dio pocos meses de vida. Ni siquiera las súplicas de su
      hijo por que se cuidara habían servido de nada y hasta que no había quedado postrada en la cama sin poder moverse no habían conseguido
      que alguien la viera.

      El entierro fue más silencioso de lo normal. Los pocos que acudieron no lo hicieron por un afecto especial a la familia, sino por
      compromiso. Velkyn no lloró. Había llorado por ella muchas noches, y desde hacía tiempo sabía que todo acabaría así. Tampoco había
      solución, y tenía claro desde hacía tiempo lo que haría llegado este momento. También tenía otra cosa clara, él no acabaría igual.
      Encontraría la manera de vivir eternamente, costase lo que costase.

      Durante muchos años se ganó la vida haciendo pequeños trabajos aquí y allá. Por Anduar muchos lo consideran un vagabundo y
      desconocen su auténtico poder, pero aquellos que lo han visto en acción no lo olvidan.
      Los últimos 30 años ha vagado sin llamar demasiado la atención, perfeccionando sus habilidades y adentrándose secretamente en el
      camino de la nigromancia. Todavía no está preparado para alcanzar la inmortalidad, pero sus conocimientos ya empiezan a vislumbrar
      alguna posibilidad. Puede que cuando por fin lo consiga, desate todo su poder y entonces, temblará toda Eirea, pues sus tierras no han
      conocido un mago igual.

Mostrando 0 respuestas a los debates
  • Debes estar registrado para responder a este debate.