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Historia y Estudio sobre el Feudo de Alell, por Rijja Al’jhtar.
Situado al oeste de Ryniver, el Feudo de Allel no se caracteriza por ningún tipo de lujo, atravesado por un camino que sirve como arteria principal del comercio con el resto del Imperio. Mediante este, los representantes de los mineros recorren el vasto territorio dirección a Dendra para vender a buen precio el costoso mithril que tan sufrido es de extraer en las entrañas de las minas. En esta zona, a pesar de que los soldados imperiales y numerosos voluntarios la patrullan, abundan los ladrones y bandidos que están dispuestos a adueñarse de las pertenencias de los incautos.
Las calles más importantes de esta aldea apenas son polvorientos caminos de arena que se entienden en torno a una plaza central. A los lados se sitúan las casas y propiedades de los más solventes de esta comunidad, ocultando al viajero que los transita la visión de los interminables barrios compuestos por chabolas.
La esperanza de vida de los varones del Feudo no es muy elevada debido a lo peligroso de una explotación minera y quien logra llegar a una edad avanzada siempre luce numerosas cicatrices y partes del cuerpo cercenadas o tullidas.
No todos los plebeyos de Alell trabajan en las minas. Algunos han medrado en la vida y se dedican al comercio ya que en la aldea no hay burgueses interesados debido al abandono de esta y otros tantos se han hecho granjeros.
Realmente la miseria y la pobreza se manifiestan por doquier en cualquier rincón de la aldea. Las aglomeradas chabolas dan cobijo a decenas de familias que malviven hacinadas y en condiciones insalubres.
Esta pobreza no es vista desde la plaza central de la ciudad, donde antiguos y desgastados adoquines asfaltan la zona dejando un hueco para un imponente sauce de varios siglos de antigüedad. Los principales establecimientos comerciales y de gobernanza se encuentran en esta zona del Feudo.
Sin duda, esta zona pavimentada ofrece un curioso contraste entre la vitalidad de verdes árboles y la sensación de desolación y abandono que presenta esta antigua aldea. Curiosamente, es la misma impresión que ofrecen los sufridos pero alegres aldeanos frente al reflejo de un antiguo esplendor.
La aldea limita al oeste con un sendero que lleva directo a las Minas de Mithril, las cuales se encuentran a poca distancia. Estos son recorridos día tras día por infinidad de trabajadores y esclavos para la explotación minera del Imperio. La zona, entre la contaminación producida en las minas y el abandono de sus campos, no es muy fértil para el cultivo.
Antes del Cataclismo, las Minas de Mithril se encontraban completamente ocultas bajo tierra, en las profundidades de la Cordillera de Cyr. Con la llegada de Seldar y la consecuente destrucción que aconteció, los terremotos derribaron parte de Cyr y dejaron al descubierto los niveles superiores de las minas. Este suceso ha sido explotado fuertemente por el avaro Imperio Dendrita.
Al margen de lo comentado anteriormente, el poblado goza de varios comercios como: tienda general, herrería, taberna, oficina postal, banco y una oficina de empleo.
Su población general está formada por Mineros, Aldeanos y diferentes reclutas y sacerdotes. Sin contar una infinidad de perros callejeros.
El contrabando que impera en la zona se hace accesible a través de la Cofradía “Las Garzas”.
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Edificios y Lugares Emblemáticos del Feudo de Alell, por Rijja Al’jhtar.
Desde el antiguo y pavimentado suelo y acompañado por la enorme sombra que proyecta el Sauce central de la plaza de Alell, se entiende la red de caminos que sirven como unión neurálgica con el resto de la aldea. Aun siendo pobre en demasía, el Feudo de Alell goza de numerosos edificios que dan cobijo a diferentes actividades.
Un ejemplo de ello es la oficina postal, sin contar el pequeño tamaño del asentamiento, hace cosa de un siglo el Gremio de Carteros de Dendra edificó este local. Como el resto de oficinas del gremio, es conocida por la velocidad en la entrega del correo y paquetería. Esto no hace más que atestiguar la velocidad y pericia de los jinetes seleccionados para este cometido.
En esta plaza también se encuentra la Oficina del Ministerio de Empleo Imperial o, como le gusta llamar a los lugareños (con ciertas faltas semánticas), el “Concentrador de esclavizamiento”. Este tipo de construcciones han sido desplegadas por todo el Imperio para ofrecer múltiples trabajos, en su mayoría forzosos, a la población a cambio de un ínfimo salario. Teniendo en cuenta la constante en las ejecuciones sumarias, los ciudadanos se prestan encantados y respetan la legislación vigente. Estos edificios de piedra, como en el resto del Imperio, siempre están recubiertos con la heráldica Imperial.
En la zona también se encuentra una pequeña herrería independiente. Como en todas ellas, la temperatura aumenta drásticamente tras atravesar su umbral, pero, al contrario de las demás herrerías del Imperio, este establecimiento no tiene los emblemas típicos del Gremio de Herreros. Probablemente esto sea debido a que su regente, Kit, es una mujer y esto está mal visto en el Gremio.
El banco de la ciudad es conocido en toda la aldea, y parte del reino, por sus bajos intereses y gran rentabilidad. Este banco es un perfecto ejemplo del poder económico del Reino y, en concreto, de la completa influencia del Gremio de Banqueros de Dendra y en sus tejemanejes en los asuntos de la capital.
La única tienda de toda la aldea, en la cual poder proveer todo lo básico para cualquier aventura, es regentada por una humana completamente maniática, tanto como para obviar cualquier característica más de la propia tienda.
Si es reseñable comentar que en esta aldea puede degustarse un plato único en este reino. La Taberna en la que se ofrece es regentada por “el Tuerto” y este es famoso por preparar de forma genuina la carne de Halfling. Todo un acontecimiento en la aldea el hecho de que esta taberna abriese sus puertas.
Poco se puede hablar de la Capilla, dedicada al dios del Mal, que se encuentra en este Feudo. La edificación ofrece un pésimo estado de conservación y parece haber sido construida con madera y barro hace varios siglos. Todo sea dicho que el estado del párroco que la regenta ofrece el mismo aspecto, apergaminado y decrépito.
El terreno más conocido de esta aldea es, sin lugar a dudas, los grandes yacimientos de las Minas de Mithril. En esa zona se concentra casi toda la actividad y trasiego de personal y, claro está, la base de la economía local.
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Personalidades y habitantes del Feudo de Alell, por Rijja Al’jhtar.
En el Feudo de Alell la esperanza de vida de la mayoría de varones no es muy elevada, todo esto es debido al peligroso trabajo al que la explotación minera les somete. Aun así, hay varios que han prosperado y alcanzado un nivel de vida por encima del resto, ya sea en comercio, en trabajo agropecuario o reclutados por el mismo Ejército de Dendra.
Este último engrosa a multitud de jóvenes de baja cuna, los cuales se han alistado con el fin de alimentar a sus familias. La gran mayoría de los reclutas que habitan en Alell no han visto todavía batalla alguna. Un tanto por ciento bastante elevado de ellos se dedica a llevar a cabo misiones de patrulla de poca importancia en pequeños grupos de tres o cuatro individuos ya que el entrenamiento al que les han sometido les enseña a luchar en formación.
Muchos de los reclutas empuñan armas manufacturadas en el mismo Feudo, gracias a la herrería de Kit.
Kit es una mujer de rasgos afilados, mas propis de un elfo que de una humana, lo cual echa por tierra el típico arquetipo de guerrero. El hecho de que sea una mujer, de hecho, bastante joven, ha hecho que el Gremio de Herreros del imperio no la acoja en su seno. Al margen de su sexo, parece una fiera combatiente y te pensarías dos veces el hecho de buscarle las cosquillas a esta herrera dendrita.
Otra fémina que ha prosperado en esta aldea es Sylvia, la cual atiende el negocio de su marido, cuando este perdió una pierna en las guerras de Celiath. Una mujer que lleva siempre el pelo recogido por unos estridentes rulos y, a pesar de sus interlocutores, habla siempre a gritos. Al margen de no parecer una persona adecuada para llevar un negocio en condiciones, debido a su fama de loca entre el populacho, su tienda progresa adecuadamente.
El banco de la aldea está regentado por Pheros que, al contrario del típico aspecto rollizo que presentan los banqueros, es un hombre atlético con una treintena de años. De el se dice que durante su juventud fue un rebelde frustrado y que con el tiempo suavizó sus ideas revolucionarias y se asentó en Alell para ejercer un oficio próspero.
Primus, el párroco de Alell, también es alguien a quien dedicar unas líneas. El paso del tiempo ha hecho mella en este anciano Sacerdote de Seldar y fue destinado a custodiar, hasta que muera, el altar de la Capilla de Alell. Siempre cubierto por raídos y mugrientos ropajes, no desentona ni un ápice con la edificación que regenta. En tiempos fue un miembro activo de la Inquisición, pero a día de hoy no es más que un vejestorio decrepito que cubre las necesidades religiosas mínimas del populacho.
Sin duda, otro personaje a comentar de este peculiar Feudo, es “El Tuerto”.
Este hombre rondará el medio siglo de edad, calvo y con un parche sobre su ojo. Sobre esto último, cuenta que perdió el ojo en un combate feroz contra una criatura mitad halfling mitad minotauro. Según la historia local, se dice que es nieto del Tuerto con cuyas historias las madres halfling mandan a sus hijos a la cama. Sea esto verdad o no, es el dueño de la única taberna de los Reinos donde se sirve genuina carne de Halfling, conocida por ser exquisita y muy tierna.
Al margen del gentío y demás populacho, comentar la inestimable labor de los mineros de la zona, los cuales explotan día tras día y sin descanso los yacimientos de las Minas de Mithril, base de la economía local y fuente de riqueza del Imperio Dendrita.
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