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Historia y Estudio sobre el Valle de Mnenoic, por Rijja Al’jhtar.
El Valle de Mnenoic, conocido ampliamente en el Reino de Dendra por su producción minera y, al margen, por servir de embarcadero comunicativo entre Galador y Ryniver.
Situado al norte de la ciudad de Galador, representa uno de los mayores productores actuales de mineral de Hierro que se consume en el reino y ciudades colindantes.
Cuando se alcanza a observar el Poblado de Mnenoic, de nombre homólogo al Valle donde se encuentra, un sendero de tierra da la bienvenida a este feudo dendrita. El valle está cubierto por la hierba autóctona, la cual le da un color característico dependiendo de la estación del año en la que visites esta zona geográfica. Numerosas carretas van y vienen por el camino de entrada, transportando el hierro que se extrae en las minas que ostenta. Al este del asentamiento, se puede observar con claridad el Rio Lazgalgai. Este atraviesa serpenteante el valle de Mnenoic hasta desembocar más al sur en el Urzabalgai.
A la entrada del pueblo ya se puede diferenciar perfectamente los barrios mineros. Cientos de viviendas, de precaria construcción, se aglomeran trazando calles irregulares en las que resulta difícil guiarse con normalidad. El ambiente de esta zona del poblado está inundado por una hediondez insoportable, provocada por los desechos y las defecaciones que los habitantes de la zona arrojan al suelo con naturalidad. Las paredes de estas casas, al margen de lo variopinto en sus materiales de construcción, forman en su conjunto un collage de formas y colores que le dan al barrio un singular aspecto único.
Debido al trasiego constante de los carros de los carreteros, y los caballos que tiran de estos, el valle de Mnenoic está constantemente cubierto por nubes del polvo de los caminos que se levanta con facilidad debido al tránsito constante para el comercio del mineral férreo.
Dependiendo en que zona del poblado te encuentres, el camino es perfilado por plantas que van creciendo en altitud conforme más cerca del Lazgalgai te encuentres. Cerca del cauce de este, el suelo está completamente reblandecido por la humedad. Debido a esto, el suelo ha sido forrado por multitud de cañas dobladas para facilitar el paso hacia el embarcadero. Alzando la vista al norte, es fácil observar el nacimiento del río desde las montañas, haciendo brillar las laderas mientras desciende serpenteante hasta el embarcadero, para seguir su rumbo hacia el sur.
Al contrario de los caminos y calles que rodean este Feudo Dendrita, la calle principal de Mnenoic se encuentra perfectamente pavimentada, todo en pos de facilitar el trasiego de los pesados carros que la atraviesan incesantemente. Esta calle recorre el pueblo de norte a sur en línea recta y, debido a la ausencia de desniveles en el terreno, puede observarse su principio y final desde cualquier punto de su recorrido. En esta particular avenida se encuentra las casas de las personas más pudientes y adineradas, los pequeños negocios que han prosperado y los edificios más emblemáticos, como el banco y la capilla. En el punto central del poblado se encuentra conformada una gran plaza.
Como puede deducirse con facilidad, la economía de la zona se basa en la explotación minera del mineral de hierro. Antiguamente las minas de Oro situadas en la zona fueron un importante bastión para la economía Dendrita, pero estas fueron agotadas varias décadas atrás, quedando solo galerías vacías excavadas en la roca repletas de mineros advenedizos y locos por encontrar una mísera e insignificante veta de oro.
Al margen de lo comentado anteriormente, el poblado goza de varios servicios como diversas tiendas generales, herrería, taberna, oficina postal, banco y una curiosa panadería.
Su población general está formada por Aldeanos, Penitentes, Borrachos, mineros y diferentes reclutas y sacerdotes. Sin contar una infinidad de animales callejeros.
El contrabando que impera en la zona se hace accesible a través de la Cofradía “Las Garzas”.
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Edificios y Lugares Emblemáticos del Valle de Mnenoic, por Rijja Al’jhtar.
Iniciando el comentario sobre los lugares y edificios que podemos encontrar en el Valle de Mnenoic, entrando por la parte sur a esta zona y ligeramente al este, podemos encontrar el Embarcadero. Junto a la orilla del Lazgalgai se encuentra esta estructura de firme madera, la cual se adentra varios metros en el agua. Desde esta localización es posible navegar usando pequeñas balsas o embarcaciones de poca envergadura y así poder llegar al Urzabalgai, siendo Ryniver el destino comúnmente utilizado.
Si seguimos adentrándonos en el poblado del Valle de Mnenoic nos encontraremos la oficina postal.
Este edificio fue construido poco después de la ocupación de este territorio por parte del Ejército de Dendra. Los trabajadores del valle, venidos y traídos desde todos los rincones del Imperio, que no pudieron trasladarse a Mnenoic junto a su familia, enviaban y recibían cartas constantemente, debido a esto el gremio de Carteros de Dendra decidió construir esta edificación. Siempre hay montones de sacos llenos de cartas esparcidos por todas partes y un incesante tráfico de los carteros. El ambiente que aquí se respira inspira cierto agobio en los usuarios de este servicio ya que, viendo tal caos, se preguntan si su correspondencia llegará algún día a su destino.
Para distraerse de manera banal de la tortuosa actividad minera, el poblado dispone de una taberna. La Posada “El Sueño Dorado”. Esta se compone de una amplia sala, con multitud de sillas y mesas, donde los clientes disfrutan de la buena comida y bebida que se proporciona en esta taberna. Al margen de una pequeña cocina, para dar servicio de alojamiento, la posada dispone de una planta alta donde se encuentran las habitaciones que dan plazas a este hostal. Debido al constante trasiego de la clientela, compuesta principalmente por mineros recién salidos de su jornada laboral, el suelo está siempre cubierto por huellas de tierra y polvo.
Desde la puerta de la taberna, y demás establecimientos, puede uno percatarse del intenso y agradable olor a pan recién hecho. De esto tiene la culpa la Panadería del pueblo, “La Dorada”. Un pequeño pero acogedor establecimiento, decorado con multitud de muebles labrados en madera y revestidos con paños bordados. Sobre estos siempre se exponen los productos a la venta de ese día. Sin duda, el gran escaparate que abarca casi toda la pared sirve de expositor para que los habitantes disfrutes con las vistas antes de elegir bocado.
Otro gran edificio presente en el pueblo es el Banco de Mnenoic. Esta construcción vivió su época dorada durante la explotación activa de las minas de oro. Mudos testigos de su gloria son los caros, lujosos y envejecidos elementos decorativos del lugar: enormes pinturas, preciosas cortinas (ahora roídas) y muebles carcomidos de enrevesados diseños. A pesar de que aquí se siguen moviendo grandes cantidades de dinero, gracias a la explotación de las minas de hierro, carece de la antigua exuberancia que el oro le proporcionaba.
Otro de los establecimientos más visitados, sin duda, en este poblado es la Herrería, “El Brillante Martillo”.
En esta herrería, más incluso que en otras, el olor del hierro fundido inunda el ambiente. Repleta de piezas de armaduras y afiladas armas que brillan en los expositores situados en las paredes, realzan el sentimiento de querer ser vendidos. Es palpable la influencia del Ejercito Dendrita en la zona, con tan solo levantar la vista se pueden observar numerosos, y enormes, estandartes de este reconocido gremio.
Después del repaso expuesto, solo quedaría comentar el edificio más especial del poblado. La Capilla.
La Capilla de Mnenoic tiene una base pentagonal, como es tradición en los templos en honor a Seldar, y es iluminada por grandes cristaleras dispuestas por todas las paredes del recinto. Estas, al representar imágenes de sangrientas torturas y mutilaciones, tiñen la estancia de color rojizo, lo cual crea un ambiente óptimo para el rezo y la meditación al dios del mal. La gran bóveda del techo se sostiene gracias a cinco enormes columnas ornamentadas y en esta se encuentra representado el cielo nocturno con una Velian completamente llena. Tras el púlpito que preside la estancia, se encuentra oculta tras unas cortinas una preciosa y valiosísima reliquia: una estatua labrada completamente en oro del Todopoderoso Seldar.
En las proximidades del poblado, en dirección norte, se encuentran las explotaciones mineras. La antigua mina de oro se encuentra abandonada y con la entrada tapiada ligeramente. A las puertas de la que está dedicada al mineral de hierro, encontraremos un campamento, justo a la entrada de las minas, compuesto por numerosas tiendas de tela dispuestas en filas. Estas albergan a los mineros en sus fugaces descansos. El transito infatigable de trabajadores no cesa ni un segundo. Desde esta situación en altura, puede observarse claramente la totalidad del valle de Mnenoic y, más allá del él al sur, la ciudad de Galador.
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Personalidades y habitantes del Valle de Mnenoic, por Rijja Al’jhtar.
Si empezara a describir a los habitantes del Valle de Mnenoic por edad, seguramente la primera persona que se me vendría a la cabeza sería Yuben, el joven cartero.
Un muchacho joven, muy joven, que no más de trece años tendrá en su haber. De pelo castaño claro, con unos ojos grandes y cetrinos que adornan su redonda cara. Al margen de su aspecto normal hay algo en el que llama la atención de manera extraña, seguramente sea su carácter despistado. Siempre va portando un saco, presumiblemente repleto de cartas, lleno de parches y, debido al uso, con ciertas rajas en su base. Fácilmente deducible la desconfianza que puede generar en la población para con el reparto de su correspondencia.
Al menos, las personas pueden relajarse en sus preocupaciones en la taberna que regenta Ortilez. Un hombre completamente calvo, salvo por un par de pelos castaños, de arrugado rostro considerablemente castigado por el tiempo. Siempre porta una expresión seria y calmada. Da gusto observar la rapidez con la que llena las jarras de bebida en su taberna, algo que delata el tiempo que debe de llevar dedicado al oficio de tabernero.
Si después de una visita a la taberna “El Sueño Dorado” quedaras con hambre o, simplemente, te apeteciera algo dulce, no dudes en visitar a Dorinda la Panadera.
Dorinda es una mujer regordeta, por no decir gordísima, de un profundo aspecto amable. De pelo rizado siempre recogido bajo un pañuelo de cuadros azules. Sus ojos verdes inspiran simpatía mientras son decorados por sus grandes y rosadas mejillas. Siempre viste un ceñido delantal, el cual realza sus enormes pechos hasta tal manera que crea un canalillo en el que se podría bañar un bebé.
Devorando una de las deliciosas rosquillas almendradas que se encuentran a la venta en la panadería e intentando olvidar los exuberantes pechos de Dorinda la Panadera, y dirigiendo los pasos a la zona norte del poblado, podemos encontrar la herrería regentada por Malfor.
Malfor, el Herrero, es un hombre muy fornido de grandes y marcados músculos. Su estatura alcanza casi los dos metros y una larga melena negra cae sobre sus hombros decorando parte de su espalda. Entre tanto pelo y unos apagados ojos marrones, acompañando una cara de ancho mentón, se puede discernir a un hombre con expresión bobalicona, la cual denota que no es un tipo demasiado inteligente. Al menos, es un excelente herrero.
La herrería, como comercio, se ve acompañada de otros establecimientos en la zona, casi siempre todos orientados a la explotación y tratado del hierro. Este es el caso de la tienda de suministros mineros regentada por Ruspel.
Ruspel, apodado “el Vago”, es un hombre de mas de 30 años de edad, bastante poco agraciado estéticamente. A su boca ausente en dientes, se suma un pelo castaño y grasiento, una nariz bulbosa y unos ojos pequeños y redondos bajo unas cejas pobladas. De complexión bastante rechoncha y flácida. Seguramente se ganó su sobrenombre a pulso.
La mayoría de los utensilios de minería que se venden, tanto en la herrería como en la tienda de suministros mineros, son utilizados en las propias minas del Valle de Mnenoic. Dichas minas son administradas por Mornigan, el jefe de los Capataces.
Este delgado hombre, tiene una estatura normal con el rostro siempre manchado de tierra y sudor. Una melena negra, de aspecto totalmente descuidado, esconde ligeramente unas desgastadas lentes tras las cuales pueden verse unos cansados ojos, decorados perpetuamente con profundas ojeras. Apenas puede dormir o comer, ya que el trabajo de administración en la entrada de las minas es excesivamente tortuoso y atareado.
Y claro, al margen de los banqueros, si hablamos de personas influyentes en el Valle de Mnenoic, tenemos que hablar de Oweler, el Párroco local.
Se trata de un hombre extremadamente obeso, tanto que se necesitarían dos personas para poder abarcar su desproporcionada cintura. Siempre ataviado con una túnica que, por su tamaño podría servir de sábanas para una cama de matrimonio, no deja de hurgarse constantemente las mangas deleitándose con las monedas que guarda en ellas. Su grasiento rostro siempre refleja una expresión de avaricia, acentuada hasta el asco. Sin duda tampoco puede pasar desapercibida su falta de higiene personal debido a la cual exuda un hedor a sudor insoportable.
Sin más concluir con una mención a ciertos habitantes, no tan influyentes pero si realmente imprescindibles, y enunciar así a los carretilleros que pueblan el Valle. Distribuyendo con velocidad e ímpetu todo el mineral extraído en las minas y llevándolo a su destino.
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