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    • Saotome
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      Número de entradas: 54

      Abro este hilo para que la gente exponga historias de sus personajes, y el que quiera, incluso su registro 2.

      Asi podremos conocernos mejor, saber como es ese personaje al que odiamos/adoramos, rolear mejor con el si sabemos como debe comportarse, etc.

      Empiezo yo, con Korkar:

      Historia:

      Korkar nació en el seno de una familia adinerada y bien situada políticamente en Dendra. Su padre, un noble con contactos en la Inquisición, fue asesinado sin que las autoridades de Dendra pudieran aclararla cuando Korkar contaba con 10 años. Algunos apuntaron a un posible ajuste de cuentas entre familias nobles (algo normal en el Imperio), pero hubo otra teoría que Korkar siempre valoro como la mas realista, que fue asesinado por una organización secreta, llamada «el culto al lujo». Si bien de manera oficial esa secta «no existía», había rumores por las casas nobles de su existencia, aunque la Inquisición se cuidaba bien de acallar los rumores para el pueblo.

      Cuando su padre aun vivía, Korkar estudiaba la Historia de Dendra por orden suya, ya que, al ser hijo único, había de heredar su titulo. También estudiaba, aunque de forma voluntaria, todos los libros de teología de Seldar que encontraba, y los devoraba con ímpetu, lo que a su padre le complacía. Pero una vez que éste murió, la vida de Korkar dio un gran vuelco. Su madre murió durante el parto, con lo que tan solo quedaba su tío Waerjak para tutelarle. Waerjak era un Inquisidor, con una posición mediana en la organización. Cuando comprobó los profundos conocimientos teológicos de Korkar asintió satisfecho, ya que gracias a ellos podría ingresar en un seminario de la Inquisición. Una vez tramitados los papeleos, Korkar ingresó en el Colegio de la Inquisición en Dendra, una institución encargada de formar a los futuros inquisidores por petición de sus tutores, aunque no aseguraba el ingreso. Korkar pasó allí seis años, donde pudo ver como muchos otros de los que allí estudiaban tan solo buscaban entrar en  la Inquisición para poder vivir con los lujos del oficio, pero sin tener una verdadera vocación. Esto encolerizaba a Korkar hasta tal punto que más de una vez se vio envuelto en peleas por los insultos con que avergonzaba a los otros estudiantes. No tuvo grandes amigos, ya que Korkar creía que la amistad era sinónimo de debilidad.

      Desde que entro en el Colegio de la Inquisición, se interesó sobremanera por el sacerdocio, hecho que agradó a su tío, con lo que comenzó a formarse como Sacerdote de Seldar. Aprendió todo documento o libro teológico que cayo en sus manos, e incluso solicito que le dejaran leer libros vedados, solicitud que le fue denegada. Amargado y deseoso de conocer más de las doctrinas de Seldar, completó su formación como el numero uno de su promoción con 16 años, el mismo mes en que su tío Waerjak murió de causas naturales. Tras asistir al funeral de su tío, convencido de que era el momento de comenzar su vida como el la deseaba, renunció a sus derechos nobiliarios y, con su fortuna, se compro el equipamiento necesario para comenzar su nueva formación… formación en el combate clerical. Así dispuesto, abandono la ciudad de Dendra y partió a los terrenos mas inhóspitos de Dendra, viajó por sus bosques, incluso visitó en más de una ocasión los territorios enemigos de Golthur, siempre buscando la perfección de sus habilidades, sin descuidar su lectura de libros de teología. Así, pasados varios meses, solicitó su ingreso en la Inquisición, en la que acabó entrando finalmente. Ahora, su siguiente deseo es esclarecer el asesinato de su padre… ¿y que mejor modo de hacerlo que destruyendo la secta que probablemente le mato?

      Personalidad:

      Korkar es un clérigo, inteligente teólogo y convencido creyente de Seldar y su palabra. Aunque fue educado para ello, su fanatismo no es inculcado. Tras leer el Canon de Seldar y conocer de su historia, es un creyente extremo. Cualquier duda sobre el poder de Seldar le encoleriza, y las muestras de debilidad le desagradan enormemente. Un ejemplo claro de esto es el que se produce cada vez que recurre a los poderes de Seldar para curar a un aliado o a el mismo, ya que emite evidentes muestras de disgusto y asco por verse necesitado a recurrir a ellos. El sabe que otros sacerdotes lo son por conveniencia, por dinero o por vagancia, y los considera acérrimos enemigos.

      Aunque es tremendamente fanático, no deriva en ello una crueldad innecesaria. Entiende que Seldar es todopoderoso, y que su palabra es la única verdad tangible en Eirea., pero eso no significa que se comporte de una manera indigna y sin honor. Matar herejes en nombre de Seldar es necesario, torturarles placentero, pero no es necesario recurrir a engaños o falsedades para ello, ni ser superiores en numero.

      Le disgustan sobremanera las faltas de fe, las muestras de debilidad y la falta de honor y honradez en sus aliados, y aun más en los enemigos.

      Le gustan sobremanera el sufrimiento de sus enemigos y la enfermedad que solo Seldar sabe desatar en ciudades enemigas.

      Objetivos:

      Los objetivos de Korkar son simples: destrucción de las deidades que no rindan pleitesía a Seldar y la de sus seguidores. Aunque cree que sus superiores en la Inquisición son competentes, piensa que, de estar el al mando, las cosas mejorarían. La modestia no forma parte del vocabulario de Korkar cuando se trata de calibrar su Fe y su fanatismo.

      Sus máximos objetivos son: ganarse la plena confianza de Seldar (lograr mas allá de fe máxima), aumentar sus habilidades en beneficio de Seldar (seguir creciendo como clérigo), ganarse un nombre y un puesto de poder en la Inquisición (hacer historia como el Inquisidor que mas victorias celebro para Seldar) y destruir cualquier vestigio de herejía en Dendra (acabar con el «culto al lujo» y con cualquier hereje que atraviese las fronteras del Imperio).

    • Anonymous
      Participant
      Número de entradas: 3385

      Como bastante gente me pidió que le pasara mi historia la subo al foro, creo que este es el lugar apropiado, también se podria hacer un apartado para que los jugadores con RII suban su historia y asi todos los conoceremos mejor.

      El 5 de Mesanin del 205 de la 3era era fue el nacimiento de Woburg, en esos tiempos Golthur no tenia aun su propio ejército, no había llegado el poderoso Lord Grimfang, en versión Lich, y la deidad que gobernaba Golthur eran los Ancestros.
      El Nació como uno mas, fue el hijo bastardo de una de las concubinas de Glorbaugh, el comandante, un hombre reacio a la magia, su madre lo crió hasta que pudo andar y gruñir un poco de negra, su alimento se basaba básicamente en la fuente de la porquería y la inmundicia del primer nivel, allí retozaba y comía tanto como podía, tenía la comida y el descanso en el mismo lugar, ¿Qué mas podía desear un orco hedonista a esa prospera edad?, pero como todo lo bueno… se acaba. Una mañana fue despertado a patadas:
      – ¡Eh tu fuera de mi fuente Cerdoh! – decia esa voz.
      Se trataba de G’nurrtuk, el cocinero, posadero o mejor dicho carnicero de Golthur, era un orco que desde su pequeño punto de vista le parecía enorme, gordo adiposo, repugnante, iba vestido con un estrafalario delantal que si no fuera por su suciedad dudarías de su sexualidad.
      – Ven conmigo, a partir de hoy vas a ser mi pinche, quieras o no, hehehe.
      No se negó porque se que sino seria su muerte, se convirtió en su esclavo, le preparaba los suculentos cráneos de los enanos, coditos de elfos y su especialidad, el barro. Le obligo un día a ir a comprar un cubo en la herrería de Helldamm y desde ese momento lo tubo que llevar de la fuente a la taberna mas de 100 veces al dia para su suministro, todo le iba bien, seguía subsistiendo, hasta que un día…
      G’nurrtuk estaba cortando los trozos de un animal que aun se movía mientras tatareaba ‘y con un poco de aqui,*¡ZAS!* (sonó el cuchillo), y un poco de allá* ¡ZAS!*… el pastel de sobras, hoy voy a preparar’, Woburg estaba encima de un taburete  sirviendo el licor mas exquisito a un charlatán asiduoso a la taberna, y de pronto, el cocinero se giró con el cuchillo en la mano señalando hacia arriba cuando dijo:
      – Oye tu exkrementoh, bajame ese animal de allí.
      Tardó unos segundos en darse cuenta de que le había cortado el brazo, no pudo contener las lagrimas, “Tu brazo, hahahaha, patán!”, él lloraba de dolor; de una patada lo tiró del taburete y le dijo “Ve a la Maligna Señoria a ver si te lo une, hahahaha”  y le tiró su propio brazo en la cara.
      Corrió por el primer nivel dejando un rastro sanguinolento a su paso, no bajó el ritmo en todo su recorrido, hasta que de pronto se quedó parado en la entrada del corredor de lamentos, el camino se hizo estrecho, miró hacia abajo, miró su muñón, tragó saliva, y empezó a descender la garganta, corrió hacia abajo, esquivando los dos protectores, hasta llegar al fondo, dejó su brazo en el suelo y entro en las estancias de Su Maligna Señoría arrastrándose con el brazo en la boca suplicando que le curara;  Noto cierta reticencia en su aspecto, se sorprendió que no le atacará, se acercó lentamente a él, cogió su brazo y lo dejó semi-unido y le dijo “Esto te va a doler”, posó su mano en el corte mientras mormuraba palabras ininteligibles, su brazo se empezó a unir, pero su sangre y cuerpo empezaron a hervir, su cuerpo iba a estallar, el brazo se le fue uniendo lentamente entre gemidos y sollozos de dolor, mientras Su Maligna Señoría permanecía inmutable, murmurando; el dolor cesó al mismo tiempo que sus palabras, ella se levanto, quedándose erguida delante de él, dándole la espalda.
      – Al unir tu brazo… confirmé la idiosincrasia mágica de tu ser que noté al verte, sino ya perecerías aquí en el suelo, pero esta ciudad necesita un cambio, no se si me equivocaré pero, coge ese bastón, esa túnica roja de Skamma y vete,  eres un shaman, un hechicero, y debes formarte como tal, tu poder vendrá donado por los ancestros,  tu lealtad a ellos será tu poder, ahora por favor, vete.
      No tardé ni diez minutos en abandonar la fortaleza, armado con su bastón a dos manos puso rumbo a descubrir Dalaensar.
      Sus primeros tumbos por Dalaensar se dirigieron al bosque de Maragedom, tierra peligrosa para los orcos desde hacia lustros, cuando las primeras guerras empezadas por Thrugg, Cacique de Golthur de antaño. Allí empezó a aprender las primeras habilidades como shaman, pero visto el peligro que conllevaba la zona decidió emigrar; a altas horas de la madrugada, con todo lo que había ahorrado se compró un huargo, y a sus lomos cruzó toda dendra, llegando hasta ryniver, cabalgando fugazmente por Ostigurth, viendo una pequeña aldea a su derecha y mas al fondo alzándose con majestuosidad, resquebrajando el cielo una esbelta y hermosa torre negra, de la cual provenían gritos de dolor, pero ese no era el momento, le habían hablado de una prospera isla, llamada Keel, le dijeron muy buenas primicias de esa zona en Golthur, prospera tranquila, buena para que se adiestre un shaman, siguió cabalgando su huargo por Ostirught, llegando a Anduar, mucho humano había en esa ciudad, “Compren Pergaminos Únicos! Mágicos!” se oía a la lejanía,  dejo su huargo en las posadas de Anduar, le despidió acariciándole el morro, pero él le respondió con un mordisco que casi le cuesta la mano, “No quiero volver a ver a Su Maligna Señoría, otra vez no, aun”, se dijo con alivio. Siguió rumbo al sur, hasta llegar a Alandaen, donde le esperaba un grácil drow que le llevaría a la isla.
      Subió temeroso al bote, no sabia nadar aun, bajo a la bodega del barco y no salió hasta que hubieran llegado a la isla.
      Se oyeron de golpes de bastón desde arriba seguidos de un “Ya hemos llegado, sal anda”, subió las escaleras del barco y cuando asomó su cara por cubierta un soplo de aire invernal le azotó la cara, miro la isla, era estremecedora, una gran ciudad se avistaba en la cercanía, pero montañas blancas, poblado bárbaro y un castillo negro, a la lejanía; desembarcó el barco de un salto dejando una bolsa de monedas en el barco, y el drow le dijo con sorna “No olvides de abrigarte”.
      Allí puso rumbo al bosque de la llanura, donde pasó larga parte de su entrenamiento, voces le llegaron desde Golthur, Gurthang, el gran guerrero, había vuelto, que los mas grandes shamanes de la época le habían liberado, su sentimiento de impotencia y envidia de no haber estado entre ellos le alentó a seguir entrenando; en su paso por la isla la descubrió, y sus mayores tesoros, pero ya era hora de volver a Golthur, la llamada de alistarse en el Ejército Negro le hizo volver a Casa. Cuando volvió ya no era el patán que salió, era un poderoso shaman, aunque desconocido en su tierra natal, pasaron diez años hasta su regreso, no parecía él… en Golthur ya sabia cual iba a ser su primera parada, la taberna del amigo G’nurrtuk; entró en ella encapuchado con sus nuevos atuendos, cubierto por la túnica del castillo de Agnur, parecia un Noble, cuando le vio entrar, le dijo afablemente, “Pase, Pase, la primera invita la casa”, se levanto a coger el mejor licor de la taberna, y mientras se lo servia el se arremangó, el tabernero vio que su antebrazo era blanco translucido, permanecía en un estado semiputrefacto, el tabernero acto seguido ato cabos y se asustó, él lo cogió por su delantal, y se encaró con el, teniéndole cara a cara, susurro una palabras y su antebrazo translucido de convirtió en una feroz víbora, “Ves de que me sirvió que me lo cortaras?”, sonrió con perversidad, “Miedo?”, “Por favor déjame te daré lo que quieras, comerás aquí siempre gratis, ¡Por favor!”, era presa del pánico, pavor sentía ante su mano poliformeada, “Tarde” le estepó, y la víbora creada le mordió con brutalidad en la cara, dejándolo temblando en el suelo.
      Se encapucho y salió rápidamente de la taberna para sorpresa de los presentes, subió rápidamente al segundo nivel, para  alistarse en el ejercito, tardó en visualizarlo, hasta que en la lejanía vio un ogro de mas de tres metros de altura, “Allí debe ser pensó”, se dirigió hacia él, “Vengo a alistarme” dijo cortantemente, “¿Tu?, ¿Pero donde están tus músculos?, pareces un palo, hahaha un palo, hahaha” la estúpida, sonora y oronda risa del ogro lo exacerbó, lo dejó conmocionado de un hechizo y entró en el ejército, alistándose a su paso. Vio una pirámide con extraños nombres de orcos apuntados, “¿Como se entra en esa pirámide?”, le preguntó a un orco que pasaba, “Matando y… Matando”, pues ese fue su nuevo cometido, conseguir su nombre en Golthur, y en esa pirámide.
      Su próximo destino, por motivos raciales, o no, por cólera, o no, por ego, o no, fue el exterminio de los enemigos de la fortaleza, y con todo lo que ella conlleva.
      Dendra, Takome, Veleiron, Kattak… fueron un pequeño ejemplo de la ciudades, que el asedió, siempre bien acompañado, por una de las invocaciones de Gurthang, o algún que otro orco que recogía a su paso; por cada uno que mataba, uno mas se preguntaba quien era él, su nombre, fue ascendiendo en la susodicha pirámide, hasta llegar a ser shaman del ejército; nunca consiguió ser brujo de Golthur, siempre estuvo a la sombra de un gran shaman.
      Ser el shaman del ejercito le abrió muchas puertas, ser acogido, considerado uno de ellos, de las familias dominantes de Golthur, reconocimiento popular, y lo que mas le fascino, entrar en el cuarto nivel de Golthur; subió flagrante hacia tercer nivel, con la capucha en los hombros, mirada seria al frente con la cabeza bien alta, inspiraba respeto y seriedad a todo orco que le miraba, giró a la izquierda, y luego a la derecha, allí estaba delante El Principal, no dudo ni un segundo en clavar sus pupilas en sus ojos, y él le esbozó una sonrisa “Pase Sumo Shaman, pase” dijo mientras hizo una reverencia respetuosa. Subió por la escalera de caracol, y por fin llegó, la tetricidad del nivel era abrumadora, pero a él le resultaba adorable, irresistible, se pasaba los días en el cuarto nivel, lo amaba, entablo buena relación con los arcanos y empaladores, sobretodo con el de la alquimia, que le confió su mas preciado secreto; dicen las malas lenguas que llegó a tener un romance con Angra, mas resultaría paradójico que decepcionara a su mentora manteniendo relaciones con una drow; los minutos se hicieron horas, las horas días y los días años, aprendiendo los secretos mas ocultos de Golthur, hasta la apertura del bosque del Taubûrz.
      “Reposo para mi vida mundana” pensó, llenó su mochila sin fondo de los mas extraños utensilios y partió.
      La relativa tranquilidad del bosque, el hedor putrefacto que desprendía, los liches, El gusano, hizo que se quedará en él hasta Gurthang sabe cuando… entro en un largo letargo…
      ¡BOOM! ¡BOOM! Retumbó el tambor de Gurthang ¡BOOM! ¡BOOM! “A las armas por Golthur!!!!!” El estruendo le hizo caer del árbol en el que retozaba, volvió corriendo, para defender Golthur, Por su Honor, Por su Gloria!, Mas de quince orcos con sus correspondientes empaladores y shamanes estaban dispuestos ha hacerle frente, al Lich de Grimfang, con su mano derecha Lord Minox, su poder era imparable barrieron a los orcos que se antepusieron a su paso, Minox tubo que batirse en retirada, pero Grimfang los destrozó a golpe de Tormenta Ácida, y ando tranquilamente hasta el segundo nivel, dejando un rastro de caos y destrucción a su paso, asentándose en sus nuevos aposentos.
      Todo había cambiado, nadie le conocía, nuevos orcos, orcos que solo pensaban en matar y no en descubrir su reino, conocerlo, amarlo, les enseñó los secretos del cuarto nivel, del Taubûrz, del infierno… se asombraron de los secretos que guardaba su reino, y empezó a ser un orco querido, peró aún le faltaba ganarse su respeto. El Principal se había vuelto a olvidar de su nombre, escupiendo en el suelo al verle, esa era su misión, volver a recobrar su honor en Golthur, partió a tierras Eralies, y no volvió hasta tener bastantes cabezas y lo festejó con un gran banquete, el gran banquete de su proclamación como Sumo Shaman de Golthur Orod, que por supuesto fue pagado por G’nurrtuk.
      Poco le queda por conseguir a este shaman, solo desea compartir sus conocimientos con los demás orcos, seguir descubriendo los secretos de Golthur y de vez en cuando, comer carne dendrita.

    • Satyr
      Keymaster
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      Cecil
      Es algo largo, espero que te guste y que no se te haga aburrido.


      Historia
      Cecil nació en el seno de una familia humilde el 8 de Angthe del 190. Su padre, Horam, era herrero y su madre, Delora, era doncella del alcázar real. Su familia tenía una casa en el barrio de los Artesanos de Takome, que servía de hogar para el negocio familiar que venia por parte de su padre. Debido a los severos diezmos e impuestos, había problemas para traer pan y comida caliente a casa cada día. Por este motivo, Cecil tuvo que abandonar prematuramente su aprendizaje en la escuela elemental de Takome y tuvo que dedicarse a la pronta edad de 11 años al oficio de herrero, junto a su padre, para conseguir ganar algun dinero extra que ayudase a su familia a vivir el duro día a día.

      Aunque Cecil tuvo una infancia dura, desde el punto de vista de comodidades, fue bastante feliz. Siempre fue querido en su casa y era un chico apuesto y carismático que solía caer bastante bien incluso a la gente de alto linaje que solía pasear por los barrios de los artesanos en busca de alguna ganga. Lo único que en cierto modo le apenaba era el haber dejado la escuela, pero su madre pronto le encontró remedio y desde los 11 años empezó a ir todos los días al templo de Eralie a rendir devoción y a aprender a leer y a escribir de manos de gentiles sacerdotes que gustosamente accedieron a la peticion de Delora de instruir a Cecil mínimamente.

      Cuatro años transcurrieron y Cecil creció sano y fuerte. Su familia, aunque no llego a acomodarse en ningún momento, ya no tenía tantos problemas para subsistir y Cecil cada día se iba convirtiendo en un apuesto joven. Sus dotes de herrero habían mejorado mucho con los años, al igual que su fuerza y su práctica con las armas (pues se veía obligado a usar las armas que
      el mismo forjaba para comprobar su calidad).

      El doce de Naibind del 205 llegó al hogar de Cecil lo que sería una trágica nueva. La milicia de Takome estaba reclutando voluntarios para vigilar los arrabales de Takome en los cuales, día a día la delincuencia se hacia más y más fuerte. El Buen Temple reclutó a Horam y aunque era un soldado experimentado, pues la fuerza y la destreza eran cosa de familia, un día Horam fue asesinado por el puñal emponzoñado de un ladrón que le pilló desprevenido, el nombre del ladrón nunca se conoción y lo unico que llegó a casa de Cecil fue la mala noticia.

      Haciendo de tripas corazón, y más solos que nunca, Delora y Cecil vivieron solos desde entonces. La pérdida de su padre hizo que Cecil madurase muy rapido, pues era él el que tenía que mantener a su madre y traer el dinero a casa. Pronto el oficio de Herrero no le llegó (pues ni de lejos era tan bueno en su oficio como su difunto padre) y tuvo que alistarse en el Buen Temple para  traer un sueldo más a casa. Cecil era un chico muy fuerte, bastante conocido en Takome y además tenía cierta práctica con las armas, por lo que le aceptarón gustosamente. En el Buen Temple, Cecil aprendió multitud de cosas y su destreza y fuerza crecían con los años.

      Desgraciadamente tres años despues, Delora falleció debido a una enfermedad a la que los clérigos de Eralie no fueron capaces de encontrar cura. Desde aquel momento, lo único que le quedaba a Cecil era un puñado de amigos y sus compañeros en el Temple.

      Desde aquel día, Cecil vivió sumido en la monotonía. Había dejado su antiguo hogar y pasó a vivirse a los barracones del Buen Temple. Cecil sólo se tenía a si mismo y a sus oraciones. Pasaba horas y horas en el templo de Eralie rezando por su familia. Lo que él no sabía, era que su conmovedora historia, su fuerza, su talento innato con las armas, su fuerte fe y su incansable devoción habían atraido la atención del Comandante de los Paladines.

      Pronto Cecil fue convocado al castillo de Poldarn y allí accedió a ser entrenado como uno de los paladines de Eralie. Sus compañeros se convirtieron en su familia y su fe en su compañera.  Aprendió los valores de la amistad, la confianza y el compañerismo. Fue entrenado en la lucha según las más antiguas tradiciones de caballeros en Takome y aprendio las virtudes de la templanza, el buen juicio, la sinceridad y la compasión. Pronto su entrenamiento como caballero terminó y en una gran ceremonia Cecil se convirtió en un Gran paladin de eralie. Respetado y querido, Cecil comenzó a vagar por Eirea, ayudando allá donde fuese necesitado.

      Actualmente, la melancolia que se antaño apoderaba de Cecil, desapareció hasta dejar solo el mal recuerdo de la muerte de sus padres. Cecil fue acogido en la familia Zag’Ragin y ahora  deambula por Eirea, llevando la palabra de Eralie y su bendición allá donde es necesitado.


      Objetivos 1.- Llegar a ser un gran Herrero como lo fue su padre y mantener la tradición familiar.
      2.- Conseguir derrocar a Aregarn, el actual Sy-gobernador de galador, responsable de muchas masacres injustificadas y de múltiples antentados contra Takome.
      3.- Ser respetado y conocido por toda Eirea.
      4.- Ganar adeptos de Eralie en regiones de almas perdidas (paganos sin religión).
      5.- Casarse y tener un hijo/a para darle el calor que el nunca tuvo.
      6.- Eliminar la creciente amenaza demoníaca en el monte del destino.
      7.- Recuperar las diez Inspiraciones que estan perdidas por Eirea.
      8.- Morir entre seres queridos, o en su defecto, defendiendo aquello que mas ama (La vida y la
      verdad).


      Rol del personaje
      Debido a lo que el entrenamiento como Paladín significó para él, Cecil se convirtio en un fanático de su deidad. JAMÁS permitirá que una injusticia quede impune si esta ve involucrada a seguidores de Eralie o almas limpias. NUNCA osará llevar la contraria a la palabra clerical. SIEMPRE defenderá a los mas débiles y NO SE DEJARÁ llevar por las apariencias, buscando SIEMPRE la verdad que está detrás de todo (Lo primero que aprende un paladín, es que las cosas no son  como parecen). LIBERARÁ al OPRIMIDO, siempre que este oprimido no sea un alma mancillada, claro está. LLEVARÁ la palabra de Eralie allí a donde vaya. LLEVARÁ la justicia de Eralie allí a donde  vaya y si los condenados por está estan lejos, será el el que vaya a abuscarlos. JAMÁS recurrirá a la violencia, excepto en casos de defensa personal o de merecida redención de un alma impura. y SIEMPRE, respetatará la vida sobre todas las cosas.

    • Satyr
      Keymaster
      Número de entradas: 9142

      Ylhinof

      Para relatar la historia del nacimiento de Ylhinof, debemos retroceder a los alrededores del año 170 de la 3ª era. En ésta época Grimoszk, el bastión de los hombres-lagarto, aún intentaba recuperarse de la catástrofe sufrida en el cataclismo.

      La ciudad en aquel entonces estaba sumida en una dura dictadura por parte del patriarca Tzeench, que fue nombrado por el mismísimo Chronos -avatar de Ozomatli-. Este gobierno tan sólo era asistido por una única consejera de nombre Ayanami. La falta de carisma del patriarca sumado a un pésimo gobierno y falta de disciplina, provocó que la ciudad cayese lentamente en un estado de anarquía despótico donde el más fuerte era el que sobrevivía sin temor a represalias. La sangre de hombre-lagarto manchaba día a día las calles de Grimoszk y la raza parecía destinada a un final atroz y despiadado, pues el Patriarca -con la única ayuda de su consejera- se veía incapaz de gobernar la ciudad por su falta de carisma.

      Pero esta anarquía terminó cuando dos grandes héroes de Grimoszk plantaron cara al actual patriarca y comenzaron una nueva época. Estos dos héroes eran un joven chaman de nombre Fybrylax y un fuerte incursor marcado por el mismísimo ozomatli conocido como Aurak.

      La cooperación de ambos consiguió acabar con la vida del infame Tzeench y con él acabó su reinado. La consejera Ayanami, al perder el favor del patriarca, se exilió de la ciudad y no se volvió a saber nada de élla. Fue en aquel entonces, cuando Aurak se convirtió en el nuevo patriarca y Fybrylax en su fiel consejero.

      El propio Ozomatli estaba disgustado con la atuación de Fybrylax y Aurak, pues acabaron con la vida de Tzeench a traición, pero caprichos del destino, el reinado de Aurak trajo consigo una gran época de prosperidad que hizo que Ozomatli olvidase el pasado y se mostrase especialmente satisfecho.

      El reinado de Aurak trajo consigo reformas en el sistema social de Grimoszk. Se nombraron nuevos puestos sociales, 3 generales y 3 consejeros que ayudarían al patriarca a gestionar la voluntad del podeoroso Ozomatli tanto en la guerra como en la vida común.

      En aquel entonces, la ciudad comenzó lentamente a recuperar su vida normal. Los ciudadanos podían al fin volver a sus labores y la violencia indiscriminada e injustificada era castigada por la fuerza del patriarca Aurak. La ciudad comenzó de nuevo la construcción del ziggurat con nueva mano de obra esclava al mismo tiempo que los cultivos de maíz volvieron a tomar la vida que habían perdido. Los incursores y soldados comenzaron a entrenarse y nuevos héroes surgieron, así como hombres-lagarto marcados por el mismísimo ozomatli que dieron lugar a shamanes increíblemente sabios. PAsados unos 4 años desde el derroque de Tzeench, la ciudad de Grimoszk estaba en un estado de prosperidad increíble. El patriarca Aurak cedió su puesto a un gran guerrero conocido como Beowlf, miembro de la primera y más temida familia de Grimoszk: «Arac’tinilith».

      Fue justo entonces, cuando la necesidad de nuevos guerreros de élite impulsó a los chamanes a cruzar a los mejores guerreros y chamanes para crear una ovada especialmente para ello. De esta ovada nació Ylhinof.

      El día 11 de Taran del 188, la ovada eclosionó en los fosos de crianza y los que serían poderosos guerreros dieron sus primeros pasos.

      Desde el primer año de vida, Ylhinof (así como el resto de los de su ovada), fue entrenado y críado especialmente para servir la voluntad de Ozomatli, proteger a sus congéneres y desmembrar a sus enemigos.

      El entrenamiento de Ylhinof fue largo y duro (muchos de los suyos no le pudieron seguir sus pasos y se quedaron en el camino), pero a la corta edad de 16 años Ylhinof ya se había convertido en una bestia del pantano temida en los reinos. Su fuerza era increíble así como su lealtad al patriarca, pues desde joven Ylhinof sólo conoció esos ideales.

      A esta escasa edad y por los méritos mostrados, Ylhinof llegó a ostentar uno de los puestos de General de Grimoszk. Cumplía severa y esctrictamente sus labores y hacía que todos los reclutas y ciudadanos cumplieran las suyas. Su mandato era temido por muchos y su severidad era conocida por todos, Ylhinof no consentía los errores y no perdonaba las faltas, así Ylhinof consiguió implantar en Grimoszk un orden marcial nunca antes conocido. Ylhinof creó castigos muy duros y que parecían injustos, pero con esto consiguió que el respeto y la disciplina estuviese en Grimoszk. Así pues, Ylhinof era duro, pero justo.

      Llegados los 18 años, la fuerza de Ylhinof había llegado hasta límites insospechados y ya había participado en múltiples guerras. Así, los chamanes que habían creado la ovada de la que nació Ylhinof, decidieron que debería cruzarse con una gran Shaman conocida con el nombre de «pentesilea». Ozomatli bendició esta unión de la que saldrían ovadas de temidos y grandes héroes de los pantanos (como Yabba, Krauser o Saffron).

      Grimoszk, en aquel entonces, estaba en la época de mayor prosperidad que había conocido. Poseía un ejército envidiable, su comercio era rico, sus castigos eran temidos y el nombre de Ozomatli en vano producía escalofríos en los aventureros más experimentados, mucho transcurrió desde entonces a la actualidad: Las guerras de Kheleb, la ascensión de Khaol -donde los guerreros de Ozomatli tuvieron un papel importante-, el conflicto con Golthur (el dragón blanco), las guerras de Dendra e infinidad de cruzadas que hicieron que Grimoszk se convirtiera en una nación temida por todos.

      Tras un largo período de letargo, Ylhinof volvió a despertar en una Grimoszk que había perdido parte de la disciplina que antaño le había enseñado y que estaba sufriendo unos severos ataques por parte de Veleiron y Takome pero Ylhinof tenía una tarea que cumplir y no cesaría hasta que la última gota de su sangre fuese derramada por ello.

      — Objetivos del personaje —
      1) Defender al patriarca.
      2) Defender a los consejeros.
      3) Implantar a los ciudadanos los ideales con los que él mismo se crío.
      4) Conseguir expandir las fronteras de Grimoszk.
      5) Conseguir que la fortaleza de los hombres-lagarto sea una ciudad evitada por el temor que inspire.

      — Pistas de interpretación —
      Ylhinof fue críado por chamanes y bendito por ozomatli. Fue entrenado desde muy jóvenes en los ideales del guerrero «ideal». Así pues, Ylhinof nunca haría nada en contra de su nación, su patriarca, su dios o sus ciudadanos. Acatará cualquier decisión del patriarca sea cual sea y castigará a cualquiera que no cumpla los ideales con los que el mismo fue criado.

    • JacobuS
      Participant
      Número de entradas: 318

      Creo que la historia de Jacobus o cualquier otra historia que halla escrito para otros personajes, son demasiado largas para el tamaño de la caja de texto del foro :_(

      De todas formas podeis encontrar las historias de Jacobus, Razt, Penitencia y Nathrae, pinchando en el enlace a la pagina:
      http://usuarios.lycos.es/darkcygnus

      I'm alone... On this icy island of death and darkness ...

    • Anonymous
      Participant
      Número de entradas: 3385

      Reg 2 de Rith, no tiene perdida 😛 Subido sin retoques. xD

      Era una mañana fría y desapacible, el Sol aun no había despuntado tras
      las montañas de Dendra, una sucesión de gritos rompió el silencio
      que reinaba en el campamento, acaba de nacer un Semi-orco, era el día 3 de Shuyled del 216 Era 3ª.. La parturienta al observar la marca de nacimiento que
      el aun inocente semi-orco tenia en la nuca decidió ocultarlo tras unos arbustos,
      confiaba en que sus llantos no despertaran al Sabio.

      Al cabo de unas horas, con los preparativos ya hechos recogió al pequeño
      semi-orco de entre los espinos e inicio el largo viaje que tenia planeado.
      La parturienta había estado planeando este viaje durante largos años, pues
      la marca que tenia el semi-orco hacia temer lo peor.

      Tras varias semanas de viaje, sobreviviendo a duras penas, consiguieron
      abandonar al fin las malditas tierras de Dendra, pero aun quedaba
      mucho viaje por delante, y el peligro iba aumentando conforma avanzaban.
      Aprovecharon el abrigo que les proporcionaba la noche para atravesar la
      peligrosa región de Mor Groddur, durante el día se ocultaban entre las rocas
      del sendero para no ser detectados.

      Varios meses después consiguieron llegar a su destino, este no era otro
      que Anduar, hay tenia una pequeña ceremonia le estaba esperando un maestro para
      que su aprendizaje fuera mas eficaz se le instruiría además en una serie de
      técnicas de lucha por los más temibles maestros de armas, además le iban
      a poner un nombre, no era un nombre cualquiera, era el destinado al portador
      de la marca, a partir de ese día iba a ser conocido como Rith.

      El tiempo fue pasando y Rith‚ creciendo también, cada día era un reto
      para el, pues pasaba prácticamente todo el tiempo luchando contra formidables
      adversarios. Además de este intensivo entrenamiento, los del ejercito decidieron
      que debía hacer una estricta dieta a base de carne elfa y unas extrañas bayas
      que crecían en las grutas, esta dieta potenciaría su violencia y su letal
      instinto.

      Al final llego el gran día que tanto anhelaba Rith, había llegado el fin
      de su entrenamiento, por fin iba a poder abandonar el entrenamiento y
      recuperar lo que se le había asignado al nacer, estaba destinado a ser
      Comandante del Ejercito de Dendra.

      No se demoraron mucho en hacer los preparativos para el viaje de vuelta, ya
      que la presencia de Rith en la ciudad suponga un peligro para todos los
      ciudadanos, ahora el viaje de vuelta lo iba a hacer completamente solo, esta
      iba a ser la prueba final, si sobrevivía al viaje, la profecía era inminente.

      El viaje transcurría con normalidad, aun mas tuvo que librar innumerables
      batallas con un sin fin de enemigos, desde halflings exploradores que intentaron
      asaltarlo, hasta con algún elfo, que quien sabe, tal vez fuera un espía.
      Pero llego lo que tanto temía, mientras recorría los senderos a trabes de la
      misteriosa ciudad de Dendra, fue atacado por una pequeña unidad compuesta por Un Caudillo de Golthur  y doce de sus hombres.

      La batalla fue sangrienta, espeluznante, consiguió acabar con la vida del Caudillo y nueve de sus hombres, dejando malheridos al resto, pero el estaba exhausto y con graves heridas, de pronto todo se volvió oscuro, había perdido el conocimiento.

      De repente, abrió los ojos, sentía el cuerpo totalmente entumecido por el dolor,
      prácticamente no podía moverse, pero consiguió vislumbrar algo que se movía a
      su alrededor, era un Humano.
      El humano lo había encontrado inconsciente y consiguió llevarlo a su ciudad, que
      no estaba lejos del sangriento escenario de la batalla, y consiguió con ayuda de un clerigo de seldar sanar parte de sus heridas.

      Rith aun exhausto, agradeció inmensamente la ayuda prestada por el humano y se dijo para sus adentros que nunca olvidaría el nombre de Luziuf el Alto inquisidor de Seldar.
      Una vez restablecido de sus heridas retomo el viaje rumbo a Dendra.

      Estaba alistado al Ejercito pero tomo la decisión de licenciarse y alistarse en la Inquisición, no fue fácil ya que todo el mundo le miraba con desprecio al ser un semi-orco pero pronto con su inteligencia y entrega al Regente lo tomaron con muy buenas manos.

      Como buen soldado, y aspirante de momento al puesto de Inquisidor se relame con placer la sangre salpicada sobre su cara de las victimas en el combate, es un buen líder capaz de manejar con soltura grandes batallones de
      orcos y otras razas. Las batallas le producen un placer incomparable con ninguna
      otra cosa y con cada batalla vencida se va aproximando poco a poco al hasta ahora
      inalcanzable trono de Dendra.

    • Lege
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      Número de entradas: 320

                                      HISTORIA

      1 de Osucaru del 224 Era 3ª. Caía la noche. La luna se teñía roja como la sangre, y auguraba un mal terminar del día. A medianoche, llegó el momento, Lustir nacía. Un bebé en principio normal en peso y estatura, sin embargo, tenía cierta melena de pelo blanco y ojos rojos, lo cual era como poco, sorprendente, quizás fue este el motivo de su abandono. Proveniente de una noble familia dendrita, o eso cree, pues es lo que le contaron aquellos que le criaron, explicación apoyada en un tatuaje que tiene en la espalda y que nunca deja ver, ¿quién sabe?, es probable que su familia fuera víctima de alguna traición o conspiración, en cuyo caso, si se descubriera su linaje, se procedería a su ejecución, rápida y silenciosa.
      Sus criadores, una familia proveniente del poblado de Brenoic, eran simples trabajadores del campo y poseían una humilde granja a las fueras, con algunos animales y tierras de cultivo. Encontraron a Lustir al amanecer de una noche tormentosa, en las orillas del Urzabalgai, en Ryniver, donde se encontraban por razones de «negocios», si a vender ganado se le puede denominar así.  A pesar de la falta de información sobre sus raíces, y las preocupaciones que ello podía conllevar, Lustir tuvo una infancia que se podría llamar normal, aunque eso sí, nunca fue aceptado por aquellos de su edad como uno más, ya que su apariencia siempre creaba prejuicios incluso en su hogar, donde no mostraban desprecio, pero si recelo y cierta desconfianza, aunque no lo exteriorizasen.
      El entrenamiento que recibió en sus primeros años fue simplemente, el de trabajar el campo, que puede parecer inútil, pero le ayudo a fortalecerse físicamente. Un día, siendo Lustir pequeño, estando en Brenoic, vislumbró algo que cambió su vida para siempre. Un siniestro caballero rodeado de un aura maligna montado sobre una montura demoníaca pasó delante suya a una velocidad increíble. Esto marcó tanto a Lustir, que hasta que no logró descubrir qué y quién era no se detuvo. Resultó ser un paladín de Seldar, un honrado caballero a servicio del Imperio Dendrita y por encima de todo a Seldar su Dios
      Galopaba a lomos de una criatura obsequio de ésta divinidad, La Pesadilla, corcel sombrío del cual poco o nada se sabe realmente, pero tal regalo no puede ser sino entregado sólo a los que han mostrado verdadera fidelidad y valía. Cabe destacar, lo fuerte que afectó este hecho para la doctrina religiosa de Lustir . Por ello, se interesó aun más por Seldar, su historia, su poder, y sus enseñanzas, las cuales, seguiría como fiel devoto que quería llegar a ser. Además, se entrenó en el dominio con la espada, para poder llegar a ser algún día, un caballero como aquel paladín que vió una vez y que jamás olvidaría. La poca sociabilidad que tenía, contribuyó en su interés por aprender cada vez más y fortaleció su mente y su espíritu, llego a la conclusión de que era más fuerte que los demás, pues sobrevivía sin ataduras innecesarias como la amistad y el amor,  si bien es cierto que sentía aprecio por sus criadores, no iba más lejos del agradecimiento por hacer que llegase hasta donde se encontraba.
      Fueron pasando los años y nada nuevo acontecía en la vida de Lustir, simplemente todo seguía igual. Su nueva meta, era la de ingresar en la Santa Inquisición de Seldar, pues es bien sabido que los mejores Antipaladines fueron pertenecientes a ella es el verdadero símbolo de poder del Imperio. Por esa época, Lustir ya tenía 17 años, era un varón atractivo, de bastante musculatura, alto y de escaso bello aparente. Un día, debía preparar la granja para la noche. Se retrasaba, había tardado más de lo normal.  Algo le inquietaba, no sabía que podría ser, pero se sentía inseguro. Al acercarse a la entrada de su casa, de su espalda, le asaltó un encapuchado armado con un puñal con clara intención de matarle.
      Lustir, que aún no dominaba el arte de la espada, se libro de él con bastante dificultad. Tras registrarle, lo único que le llamó la atención, fue que portaba una mascara morada cubriendo su rostro. Pensó que su familia podría estar en peligro. No podría estar más equivocado. Al entrar en su casa, sólo encontró, otra acometida por parte de su padre y de su madre, ambos armados con espadas cortas y cuyas caras desprendían seguridad, no era un error, pretendían matarle.
      A la mañana siguiente, sólo quedaban restos de los cuerpos de sus padres y del de su asaltante. Lustir yacía malherido en el descampado situado tras su casa. Esos hechos armaron revuelo en Brenoic en muy poco tiempo y un Inquisidor no tardó en personificarse allí. Tras averiguar lo ocurrido, se llevó a Lustir y cuidó de él. Tras su recuperación, se lo explicó todo detalladamente. Tanto su asaltante, como sus padres, pertenecían a una organización oculta en la sombra que pretende la caída del Imperio, el Culto al Lujo y por lo visto, debido al tatuaje en su espalda, su intención era su ingreso en ella.
      Tras la decisión de Lustir de entrar en la inquisición, sus planes se vieron truncados y una posible amenaza se cernía sobre ellos, debían eliminarle por seguridad. Sin embargo, por lo visto Seldar decidió sonreir a Lustir y bendecirlo de forma de pudo acabar con todos ellos y caer en manos de la Inquisión, que tras borrar el tatuaje de su espalda, y realizarle las pruebas pertinentes, lo añadieron a sus filas, desde las cuales, podrá seguir aniquilando a esas ratas junto con todo hereje que se muestre.
                     

        OBJETIVOS

      1-Erradicar toda existencia perteneciente al Culto al Lujo, que osó intentar acabar con su vida y más grave aun, atenta contra el Imperio Dendrita.
      2-Convertirse en el Paladín más honorable a los ojos de Seldar.
      3-Cumplir todos los designios de su dios, inculcando la palabra de Seldar a sus jóvenes devotos y eliminando la palabra de otros falsos y débiles dioses asi como a sus seguidores.
      4-Servir a Dendra y al emperador.
      5-Ser temido por todos los seguidores de Eralie, como un símbolo de Seldar.
      6-Dejar su nombre escrito en la historia del Imperio.

                       
            ROL

      Lustir no es un paladín sediento de poder, no aspira llegar a lo más alto, pues nunca a tenido poder al que dar uso. Sin embargo, si es cierto que quiere ser recordado, quiere ser temido y respetado, como caballero y como devoto de Seldar, por lo tanto, no se conformará siendo una marioneta más, sabe que para su objetivo, debe manejar hilos. Si cree que alguna acuación está en contra de los designios de Seldar, intentara derrocarla, en primera instancia abiertamente, y dejando claras sus intenciones pues es un caballero honorable después de todo. Si esto no resultase, al fin y al cabo es un dendrita, la conspiración es el pan de cada día del Imperio.

      Exactamente igual como hace con todo, si no esta conforme, deja clara su postura. Seguirá los designios de Seldar, sabe que Seldar es superior y que jamás será abatido en combate, a no ser que Seldar lo quiera por lo que no conoce el miedo, al igual que sabe que si un hereje ha de morir, morirá, no importa lo que nadie haga por evitarlo. También será guiado por su honor, por ello, hay casos en los que no matará a su enemigo, por ejemplo si este está desarmado, en clara superioridad numérica o clara ventaja. Jamás se quedara mirando como nadie hiere a un devoto de Seldar, en esos casos dejará su honor a un lado, para centrarse en impartir justicia.

    • Lege
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      – He aqui el posible registro 2 de Sagard, recien sacado del horno (no es tan largo ¬¬) –

      Sagard fue abandonado nada más nacer, el día 19 de Osucaru del 245 Era 3ª. En un barrio de Takome, fue encontrado por un paladín perteneciente a la Cruzada de dicha ciudad, que lo recogió y crió. Fue instruido desde muy pequeño en las artes nobles de la caballería y en las enseñanzas de Eralie. Siempre realizaba las tareas que se le encomendaban con rapidez, decisión e ilusión. Era un muchacho muy estudioso y capaz, que enseguida logró llamar verdaderamente la atención de su maestro, quien ya tenia planes para su futuro.. A la tierna edad de 16 años, ya era todo un caballero de Eralie y se unía honorablemente a la Cruzada de Takome, junto a su maestro. Aun era muy inexperto en cuanto al combate real se tratase y su sabiduría, solo constaba de información leída en libros, pero había ganado el coraje necesario para poder empezar su viaje.

      En una de sus aventuras, explorando el bosque de Thorin, descubrió una senda que llevaba a un castillo, el castillo de Poldarn, un gremio de paladines templarios (es decir, especializados en el combate montado). La entrada era guardada por Lord Graimer, quien reconoció a Sagard como un hermano de armas nada más verle. Sagard estaba emocionado, pues si bien había leído sobre esta orden de caballería, nunca había tenido el placer de conocer a un templario, y menos visitar su sede. Lord Graimer, dándose cuenta de este hecho, se ofreció a enseñarle el castillo y presentarle a los miembros del gremio que se encontrasen por allí. Su visita, terminaba frente a Johan, el maestre de la orden. Allí, Sagard no pudo reprimir más su curiosidad y decidió preguntar lo que se estaba guardando:

      -Sagard: Maese Johan, siendo usted el Maestre de la Orden, espero que pueda resolver mis dudas…

      -Johan: Dígame, joven hermano.

      -Sagard: Soy, a día de hoy, un caballero inexperto aún, y como tal, no entiendo la diferencia que existe entre la orden de Poldarn y la Cruzada de Takome. Si bien cada una emplea un método de combate diferente, ambas son ordenes de paladines de Eralie, cuya finalidad, por lo tanto debería ser la misma y es por ello que no comprendo el hecho de que la sede de Poldarn, esté fuera de Takome.

      -Johan: Me alegra que me preguntéis tal cosa, joven caballero. Antaño, Poldarn formaba parte de Takome, como bien creéis que debería ser, pero si bien es cierto que el objetivo último de ambos gremios, es el mismo, también es cierto, que los objetivos a corto plazo son diferentes, al tiempo que no actuamos de la misma forma. La Cruzada, no deja de pertenecer a Takome y aunque, como fieles a Eralie que son, intentan defender a todos sus hermanos, tienen como prioridad la defensa de su ciudad y sus ciudadanos. Nosotros en cambio, somos los verdaderos embajadores de la palabra de Eralie y como tal, estamos al servicio de todas las ciudades de esta divinidad y no estamos vinculados con ninguna. También tenemos como deber, mediar entre las disputas de los fieles a Eralie, sin utilizar en ningún momento la violencia.

      -Sagard: Perdonadme por llevarle la contraria, pero en la Santa Cruzada, nos preocupamos por todo fiel a Eralie, defendiéndolo, protegiéndolo y ayudándolo cuando lo necesite… no puedo creer que llegue el día en que la Cruzada deje de lado a algún fiel por ninguna causa posible.

      -Johan: Ojala fuera así, Maese Sagard, pero si nosotros decidimos desvincularnos de Takome, le aseguro que no fue por capricho, sino por pequeñas diferencias en nuestros respectivos ideales.

      -Sagard: Perdóneme nuevamente, esta vez por mi inexperiencia, pero no considero que existan tales diferencias. Aun así, le agradezco que intentase explicármelo y me despido, con mis mejores deseos de fortuna para vos.

      -Johan: Espero que no llegue el día en que tengáis que descubrir dichas diferencias por el camino del dolor Sagard. Que Eralie os guíe en vuestro camino.

      Y así fue como Sagard conoció el gremio de Poldarn. De camino de vuelta a Takome, una inquietud recorría su corazón, por lo que Sagard decidió apresurar el paso. Cuanto mas vislumbraba la salida del bosque, más preocupado se sentía y no era para menos. Al atravesar el último árbol, lo que se presentó delante de sus ojos, no era otra cosa que la ciudad de Takome, replicando sus campanas avisando del ataque de enemigos, que habían logrado incendiar la pequeña villa de Nimbor y se acercaban a las entradas principales. Sagard llegó a la sede de la Cruzada lo más rápido que pudo y allí se entero de todo lo sucedido. Los hombres-lagarto, provenientes del pantano, estaban arrasándolo todo a su paso. También descubrió, que su maestro se hallaba en un viaje diplomático a Veleiron. Cuando la Cruzada se disponía a formar la linea de defensa, apareció por la puerta un explorador de Veleiron, un semi-elfo bastante malherido que había conseguido llegar a su destino por muy poco. Su mensaje no era otro que la terrible noticia de que orcos provenientes de la malévola fortaleza de Golthur, habían atacado Veleiron con un ejercito considerablemente grande y no quedaba nadie en pie para defender a sus ciudadanos.

      -Sagard: ¿Y mi maestro?, ¿se encuentra aun allí?

      -Explorador: Desconozco su ubicación…

      Sagard sintió un fuerte dolor en su corazón. Ante la llamada de auxilio, la Cruzada Suprema de la Cruzada de Takome, Tiffany, con un gesto de profundo dolor en su cara, dijo que no podían hacer nada ante tal situación, pues la defensa de Takome era prioritaria. Al escuchar estas palabras, el rostro de Sagard se volvió pálido.

      -Sagard: Pero… señora… mujeres, niños… ciudadanos inocentes van a morir a manos de los orcos sino hacemos nada al respecto.

      -Tiffany: Lo sé, hermano Sagard, pero si vamos en su auxilio, serán los ciudadanos de Takome los que mueran, es mi obligación defenderlos, entiéndame.

      -Sagard: ¡También lo es defender a los ciudadanos de Veleiron!.- Exclamó Sagard en un intento de hacer cambiar de idea a su superiora.

      -Tiffany: ¡De cualquier forma habrá alguien a quien no podamos salvar!.- Exclamaba Tiffany mostrando abiertamente su dolor.- Entienda que actualmente no podemos hacer nada para salvar a todo el mundo y tengo que centrarme en mi primera prioridad.

      -Sagard: ¡Debe haber algo que podamos hacer!, no puedo creer que vayamos a abandonar a ciudadanos inocentes a su suerte frente a los orcos.

      Y Sagard salió apresurado de la Cruzada, ensilló un caballo y se dirigió directo a Veleiron. No podía quitarse de la cabeza que ciudadanos inocentes iban a morir a manos de los orcos sin que la cruzada hiciera nada y tampoco la idea de que su maestro se encontraba allí y no tenia noticias de él. Sagard sabía que no podría llegar a tiempo, que aunque llegase, qué podría hacer él frente a una horda de orcos sanguinarios, que daría su vida en balde, que no salvaría a nadie… pero eso no frenaba su paso, el debía hacer todo lo posible, su dios estaba con él, y le ayudaría en lo que fuera necesario. Cuando se acercaba a Veleiron, vio que los orcos solo habían acabado con las defensas externas, que la puerta seguía en pie y Laren (defensor de la puerta) y un par de guerreros conseguían a duras penas mantener la puerta cerrada.
      Bordeando la ciudad y con la ayuda de un soldado, logró entrar en Veleiron, trepando por la pared de la muralla y se presentó ante Laren.

      -Sagard: Saludos fiel Laren, he venido de la Cruzada de Takome para prestar mi ayuda ante el inminente ataque.

      -Laren: Saludos caballero, pero poco hay que puedas hacer en esta terrible hora. Los orcos están a las puertas de nuestra querida ciudad y no queda nadie con la fuerza ni la determinación suficiente para hacerles frente, no hay nada que podamos hacer.

      -Sagard: No desespere, algo habrá que podamos hacer, ¡tenemos que salvar a quienes podamos!. Haré lo que sea necesario para lograrlo.

      Al escuchar esto, el rostro de Laren cambio ligeramente de desesperación a rayo de esperanza.

      -Laren: Es un placer conocer a caballeros tan entregados a su causa como tú hoy en día, y decían que la caballería iba decreciendo en estos tiempos que vienen, ¡que me aspen, si sólo eres un crío como quien dice y ya tienes esos ideales!, es increíble tu dedicación muchacho, es posible que podamos hacer algo, pero significaría sacrificar tu vida para darnos una oportunidad.

      -Sagard: Acepto tal cosa.

      Momentos después, los arqueros de Veleiron soltaban una andanada de flechas de fuego en las proximidades de las puertas para alejar a los orcos de las mismas y estas se abrían para dejar paso a Sagard y unos pocos guerreros danzantes. Su misión no era otra que la de retener a los orcos que entrasen por el pequeño hueco de la entrada mientras los ciudadanos de Veleiron huían por la parte trasera de la ciudad. La batalla fue rápida, en apenas unos segundos los cuerpos de los danzantes yacían en el suelo. A pesar de que cada uno de ellos había logrado matar a incontables enemigos, no cabía esperar que durasen mucho tiempo. Sagard, seguía en pie, malherido y veía su muerte cercana. Ante la visión de los orcos masacrando a sus hermanos de fe, Sagard sintió otro profundo dolor en el pecho, como el que ya había sentido anteriormente ante la idea de la muerte de su maestro. Su dolor era tal, que empezó a escuchar una voz en su mente, pensando así, que se había vuelto loco definitivamente. La voz provenía de Eralie, quien le daba fuerzas para seguir peleando por su causa. Los ojos de Sagard brillaron con la devoción de los grandes héroes del pasado, sus heridas sanaron instantáneamente y su fuerza se vio revigorizada. Sagard había entrado en heroísmo, el legendario estado divino que alcanzan los paladines elegidos por su Dios, para cumplir sus ideales cuando más lo necesitan. Los orcos que le rodeaban, titubearon ante tal imagen, veían ante ellos, la fusión de un dios y un hombre, dispuesto a impartir justicia. Sagard se lanzó al ataque de los orcos confundidos y logró derribar a muchos de ellos en su confusión. Cuando uno de ellos, loco o valiente, logró golpear a Sagard, todos vieron, que seguía siendo de carne y hueso, por lo que , ante la clara superioridad numérica que tenían, todos perdieron el miedo que momentáneamente les atormentaba. Pocos segundos después, Sagard, arrodillado en el suelo, ya sin fuerzas, esperaba por su golpe de gracia… miró al horizonte, y pensó que este era el fin. Una luz se veía a lo lejos y Sagard pensó, que todo había terminado. La luz se hacía más intensa y mas grande. La imagen se clarificaba y… Sagard no podía creerlo, eran los reflejos de las armaduras pesadas de los caballeros templarios lo que veía, acudían veloces a la llamada de auxilio de Veleiron y dispuestos a terminar con la amenaza piel-verde. Cargaron ferozmente contra los orcos arrasándolo todo a su paso. Sus pisadas resonaban a distancia como tambores de guerra e infundían el miedo en los corazones enemigos. La visión de innumerables paladines montados en sus corceles, los kohandir, majestuosos caballos allá donde los haya, era una visión espectacular. Sagard sintió una calma indescriptible, Eralie había querido que viera este momento.

      Cuando todo hubo pasado, Sagard fue recogido y atendido por los paladines de Poldarn. Días después, recibió una visita inesperada, el Maestre de la orden de Poldarn, Johan, se presentaba ante él.

      -Johan: Espero que se encuentre mejor, joven caballero Sagard. Tengo que admitir que lo suyo fue una hazaña encomiable, Eralie así lo vio, por eso le prestó su ayuda y permitió que viviera.

      -Sagard: Permítame corregirle, Gran Maestre, no creo que Eralie me haya salvado por la calidad de mi hazaña, más bien, creo que Eralie solo quería mostrarme el camino correcto, el camino de Poldarn.

      Esta es la historia de como Sagard, fue a parar al gremio de Poldarn, gremio que defenderá, respetará por siempre.

    • zhauburn
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      reg2 para Sitael, dado que lo he intendo via mud, como lo hice con gomgril, pero no se por que no puedo, asi que ahi va, espero que les guste;
      XXXXHISTORIAXXXX
      Nacido en el seno de una humilde familia de Kattak, la cual, su padre un soldado de la alianza de Darin, quería que su único hijo fuera un soldado de armas de la alianza, pero su madre hija del tabernero de Kattak, quería que su hijo no sufriese tanto, ya que Kattak cada dos por tres era asediada, así que quería que su hijo estudiara para ser algo mas que un soldado como su padre, ya que no eran nobles y no tenían dinero para que estudiara en Anduar en la escuela de magia, decidieron que Somaer el sacerdote del templo lo tomara como un novicio mas que ayudaba en las tareas del templo, así es como Sitael empezó su carrera en el sacerdocio de Eralie. En sus tiempos de sacerdote Sitael creció fuerte y sano, y como no apuesto entre la media de humanos que vivían en Kattak, y cuando Somaer le dio un ultimo golpe en la cabeza con su cayado (cosa que Sitael ya estaba muy acostumbrado), «Sitael», le dijo Somaer, «ya va siendo hora, de que abandones el templo, ya has aprendido todo lo que puedes aprender en este humilde templo, deberías ir a Takome y aprender allí, o mejor aprende por tu cuenta, y busca siempre la fe de Eralie». Dicho esto, Sitael se fue para casa de sus padres, y con pena, se despidió de ellos, contándoles lo que le había dicho Somaer, con pena hizo su mochila y se embarco rumbo al mundo, donde encontró la gran ciudad de Anduar, donde tubo que aprender un oficio para poder costearse sus gastos, como sabia leer y escribir no le costo mucho aprender idiomas y dedicarse a traductor, y con la gran urbe multicultural que era Anduar, le vino muy bien para sus viajes posteriores en sus aventuras, pero seguía sin encontrar la fe en Eralie en aquella ciudad, asi que cabizbajo decidió ir a Takome. Fue todo un cambio lo que llego a ver en Takome, nada que ver con su pequeña Kattak, lo cual le lleno de esperanzas al ver la gran catedral, pero lo que aprendió allí, lo hizo dudar, nada que ver con lo aprendido en Kattak, la doctrina la impartían muy distinto y con mano muy dura, allí instruían auténticos clérigos versados en la guerra y la destrucción de Seldar, cuando el solo había sido instruido en la caridad y la curación, así que una vez mas, decidió viajar buscando la fe, pero esta vez, versado en la guerra, pensaba que si combatía el mal, tal vez Eralie le otorgara el favor.
      Sin mas preámbulos decidió embarcarse, en la misión mas peligrosa que debería enfrentar, ir al bosque negro a destruir las abominaciones de Seldar. Mucho tiempo paso en ese bosque y muchas las veces, en las que Sitael parecía a veces loco y perdido en un infierno, pero es ahí cuando escucho la voz de Eralie que le dijo, «mi buen Sitael, ¿por que te martirizas así?, tu eres sabio y bueno, pese tu a juventud, proclama mi voz, con tu buen hacer y voluntad, no es necesario siempre combatir el mal para ganar mi favor», fue de pronto cuando Sitael lo emprendió, no soy un paladin, soy un sacerdote, soy el que imparte las enseñanzas y ayuda el desvalido, así que viendo esto, volvió a kattak con su familia.
      El regreso de Sitael a kattak, fue como peregrino, ya que había visto los horrores y las buenaventuras del mundo, y no con ganas de combatir, pero todo esto se truncaria, al llegar y ver kattak arrasado, fue cuando solo unos pocos guardias quedaban vivos y con sus aprendizajes, sano y cuido, al ver las ruinas de la antigua casa de sus padres, con lágrimas en los ojos, y sin mas dilación decidió alistarse en la alianza de Darin, como sacerdote guerrero. Pasado un tiempo, y con sus plegarias y habilidades, fue cuando la alianza de Darin lo presento al gran rey enano, y aveces ayudaba a Darin como traductor para de los que le pedían audiencia, ganandose así un hueco en la sociedad enana.
      XXXXROLXXXX
      Sitael es una persona muy humilde, que gusta de ayudar a cualquiera que se lo pide, claro esta siempre que este en su mano, no le gusta la violencia, pero aun recuerda el infierno y la locura, donde escucho las palabras de Eralie (o eso cree el) y a veces siente la necesidad de venganza e ira contra las viles criaturas que no son creación de Eralie, disfruta de viajar de vez en cuando a sitios alejados junto amigos por el mero placer de conocer y aprender.
      XXXXOBJETIVOSXXXX
      A Sitael le gustaría ser el traductor oficial de Darin, ya que lo ve como un trabajo digno y que realmente ayuda a la sociedad enana, cual tanto tiempo cerrada en sus montañas apenas conocen idiomas, lo cual Sitael suple muy bien con sus conocimientos, también se quedo muy fascinado con la catedral de Eralie en Takome, una magnifica edificación, que algún día con ayuda de los enanos podría intentar construir en Kheleb o en el mismísimo templete de Kattak.

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