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    • athaelae
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      Los rayos del sol ya se escondían en el horizonte cuando yo, Barchray, me
      preparava para beber en la taberna de la ciudad de Galador, a comemorar
      mis avances en el aprendizaje de la magia.
      Me senté en una de las mesas del local para saborear mi cervecia cuando
      escuché algo intrigante proveniente de uno de los clientes.

      — Mira, hay una buena, ¿oíste esa? Le dijo un borracho a otro.
      –, Escuchchado que un, un hechicero anda por fenoic, matando los animale
      — continuó.
      — Los pobre animalito. ¡Que terror, amigo! ¡vaya!

      Me levanté de súbito y me acerqué al tipo que hablaba.

      — Perdón, ¿qué dices sobre un hechicero?

      El hombre se puso serio al verme llegar, se arregló en su sillón
      y comenzó a hablar haciendo el tono más serio que pudo.

      — Amigo, no tengo yo nada que ver a eso ve, ve a ve a Webber, él que lo
      sabe de eso yo no, solo sé lo que me cuentan.

      No insistí a continuar charlando con el borracho porque sabía que no
      iría decirme nada más de util, así que decidí irme hacia la capilla de
      Brenoic.

      Como es común en el Reino, donde el pueblo profesa una fe inquebrantable por
      Seldar, hasta un pequeño poblado como éste dispone de una capilla. Es sencilla, pero
      esta construida en piedra, lo que la hace destacar sobre los demas edificios de
      Brenoic. Hay un sencillo altar en honor a Seldar en un extremo de la sala.

      Webber se encontrava en pie, al lado del altar.
      Un anciano Sacerdote de Seldar que se ha retirado ya de las aventuras e incursiones
      por la vejez y ahora trabaja como clérigo para asesorar a los fieles en
      la búsqueda de la felicidad eterna junto a Seldar.

      Me quedé quieto por unos segundos. Cuando percebi que no estava rezando
      me acerqué.

      — Hola, Webber — le tendi mi mano derecha a saludarle.

      El párroco me saludó con apenas un movimiento de cabeza.

      — Me llamo Barchray — me adelanté por presentarme, con la intensión de
      despertar su confianza.

      — Saludos, Barchray. ¿Qué te trae aquí?

      Le conté toda la historia que habia escuchado en la taberna. Después de
      unos cuatro intentos de que me explicase sobre la verdadera historia del
      famoso hechicero, logré saber hasta los mínimos detalles.
      Su nombre es Ayoltar. Era uno de esos que buscan poder y que acaban abrazando la nigromancia
      para conseguir la vida eterna y así poder tener la energía ilimitada necesaria para
      conseguir doblegar al mundo entero bajo su voluntad, ya sabe, el típico nigromante loco.
      El caso es que diseñó una plaga que el mismo no supo controlar,
      su vida terminó por culpa de su propia peste.
      Pero, ahora se convertió en un muerto-viviente.

      Al final de la conversación Webber me incumbió la misión de buscar y
      matar al Ayoltar.

      Aunque no sea tan experiente, no podía dejarle pasar la oportunidad de
      demostrar mi utilidad para el ejército. Me dispuse a destruir al
      nigromante y hacer con que mi nombre esté junto a los más grandes héroes
      de Seldar.

      CONTINÚA…

      • Este debate fue modificado hace 4 years, 7 months por athaelae.
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