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    • garthok
      Participant
      Número de entradas: 363

      «Hasta hace poco, este evento había sido un secreto. Una rareza que mezclaba soñadores, amantes de los animales y apostadores dispuestos a jugarse hasta la camisa con la esperanza de ganar algunos platinos.

      Por alguna razón, este año había más participantes de lo normal.

      Ondish chasqueó los dedos y de repente, las frías y oscuras cloacas se transformaron en un recinto de carreras, iluminado con luces de todos los colores.

      Un ligero murmullo comenzó a escucharse en los oscuros pasadizos de las alcantarillas.

      Una rata de tamaño superior al normal, armada con una especie de cono de metal, caminaba de un lado a otro. Vestía un traje a cuadros y unas gafas de carreras.

      Otra rata algo más diminuta vestía un apretado traje color carmesí, al que alguien había practicado un pequeño orificio para que asomara la cola. «Caballeros, ¡tenemos un participante de última hora!», dice la rata más grande.

      Myrhidia dice: «Siento llegar tarde.»

      Ninhus: «Saludos, noble gente.»

      Las ratas retroceden sorprendidas por la aparición de los nuevos participantes.

      Ondish dice: «Myrhidia, ¿vas a correr tú? No veo a tu campeona.»

      Un anciano se aproxima a Myrhidia.

      Ninhus: «El tamaño de esa rata es demasiado grande.»

      Vagabundo pestilente dice: «No pasa nada, algo encontraremos por aquí.»

      Ondish se ríe a carcajadas viendo la cara de humillación de Myrhidia mientras el anciano le susurraba al oído.

      Vagabundo pestilente dice: «Podemos ofrecerle una de nuestras campeonas ya retiradas, a menos que encuentre algo mejor.»

      El vagabundo echa un vistazo a una de las estanterías, en las que recorren algunas ratas famélicas, y tras revisarlas a todas, agarra a una por la cola y se la ofrece a Irhydia.

      Ondish mira a una rata con tres patas que roía un trozo de queso.

      Vagabundo pestilente dice: «Se llama Lindina, fue campeona hace algunos años, trátala bien.»

      Ondish dice: «Bueno, dejémonos de distracciones, que comience el espectáculo.»

      Todos los participantes se alinearon en la parrilla de salida. Como por arte de magia, aparecieron unas trompetas.

      La rata gigante hizo una señal bajando su banderín, y todas las demás comenzaron a correr a toda velocidad.

      Los roedores corrían por el trazado a gran velocidad, chocando entre ellos y rebotando contra las paredes.

      Ninhus anima con efusividad.

      El ambiente se llenó de tensión; algunos de los allí presentes habían apostado más de lo que podían pagar. Entre los asistentes había mercaderes, vagabundos, algún reconocido comerciante e incluso algún guardia nivrim.

      Ninhus saca sus bolas y comienza a hacer unos malabares para animar el ambiente.

      Una de las ratas se estampa contra un ladrillo que sobresalía, dejando un reguero de sangre en el suelo.

      Vagabundo pestilente dice: «Siempre igual, mírala, qué tonta.»

      Al mismo tiempo, una de las bolas de Ninhus explota, estaba llena de leche, dejando todo el suelo embadurnado.

      Una de las ratas se detiene en seco; ha olido la leche derramada en el suelo, gira sobre sí misma y corre hacia el charco.

      Vagabundo pestilente dice: «¡No, así no se puede, ese maldito bardo va a arruinar la carrera!»

      Vagabundo pestilente dice: «Limpiad el charco antes de que atraiga al resto de corredoras.»

      Ondish comenta: «Traen a la guardia para mantener el evento seguro, y míralos. ¿Quién tendría la idea de alistar bufones entre sus filas?»

      El resto de los presentes abandonan las cloacas mientras el general de Anduar lidera la defensa acabando así con los horrores cósmicos.

      Una vez invisible, Ondish se percató de una figura que le resultaba muy familiar. La había visto más veces y siempre coincidía con problemas.»

    • garthok
      Participant
      Número de entradas: 363

      «Ondish se quedó pensando desde la tranquilidad que le ofrecía la invisibilidad:
      Estaba seguro de que había visto aquella figura femenina en varias ocasiones.
      Por más vueltas que le daba al asunto no podía sacarse de la cabeza que todo aquello tenía que estar conectado.
      Sin pensarlo más, Ondish utilizó un viejo truco de ilusión y creó una nubecita.
      La nubecita se posó cerca de la mujer, parecía un semi-drow.
      La nubecita dijo: Sé perfectamente lo que estás haciendo aquí.
      La nubecita dijo, incluso ese viejo loco que se alimenta de ratas podría reconocer tu olor a magia oscura.
      La figura se quedó completamente paralizada.
      Los ojos de la mujer se movían sin que su cuerpo lo hiciera, buscando la fuente del sonido. Era la primera vez en mucho tiempo que la pillaban sin su sombra.
      Virix: Ten cuidado a quién llamas loco. No estoy loco, sino desesperado por no continuar marchitando mi cuerpo.
      La figura, semiescondida, se centró en el hombre. Lo había visto antes, pero no le había dado importancia. Se preguntó si habría sido su primer error aquel día.
      La nubecita miró al viejo y preguntó: ¿Vaya, cómo te llamas? Ni siquiera esperaba que supieras hablar.
      Virix: Ratas. Cada una de ellas es una vida, y alimentándome de ellas contengo en mí su aliento vital, que me aleja de los estertores del funesto destino agónico. Soy Virix. Un loco.
      La nubecita volaba más y más rápido alrededor de la figura femenina.
      Virix: Y sin embargo, un loco con la suficiente energía en mis venas para seguir buscando ratas de las cuales alimentarme. O de algún insecto, también.
      Aquello parecía cada vez más surrealista. La mujer levantó con lentitud las manos y susurró.
      Nygthiel: ‘nullo magius’
      Virix: Gracias por apagar los destellos. La luz me molesta un poco. Mis ojos se han acostumbrado a la oscuridad de estas cloacas.
      Nygthiel levantó las cejas, sorprendida. Cuando la maraña de éter que lanzó hacia la difusa nube impactó contra ella, sintió como se resistía a su poder. Su corazón empezó a latir un poco más rápido. Solo un tipo de magia especializada podría resistirse así a su hechizo.
      Nygthiel comenzó a mirar a su alrededor con más atención, aún sabiendo que probablemente sería incapaz de ver a su acechador por más que se esforzase.
      La nubecita se volvió de color púrpura y en su sonrisa asomaron unos colmillos.
      Ondish sudoroso aplicaba todo su poder para no ser descubierto. Aquellas cloacas estaban llenas de magia oscura.
      Nygthiel sabía que no podría con aquel gnomo, al menos tomada así por sorpresa. Su Dios le había enseñado a buscar una segunda oportunidad.
      El mal olor que desprendía la rata muerta y a medio masticar inundaba la sala. Un mal olor sólo comparable a las podridas falacias de Khaol. Virix continuaba comiéndosela con calma, sin ninguna prisa hasta el final.
      La nubecita pregunta: ¿Por qué no te muestras tal y como eres y desvelas tu nombre?
      Incluso cuando su mismo Dios intentaba azuzarla a atacar.
      Nygthiel no podía hablar, puesto que era conocida en la ciudad y no quería tener problemas con Anduar. Tenía que pensar algo pronto.
      La tensión se palpaba en el ambiente. Ondish sabía que si se volvía visible tendría que pelear contra aquella misteriosa mujer.
      Virix: Hay secretos que es mejor que no sean desvelados. Por su malsano olor los reconocerás. Si no quieres envenenar tus oídos, no deberías escuchar las palabras del Señor de las Patrañas.
      En su cabeza comprendía que fuese cual fuese su poder no debía ser escaso cuando Khaol la escogió para tal hazaña.
      La nubecita dijo: ¿Ahora lo entiendo todo, no eres más que una sirvienta, una concubina?
      Nygthiel sabía que no podría con aquel gnomo, al menos tomada así por sorpresa. Su Dios le había enseñado a buscar una segunda oportunidad.
      El viejo loco pronunció unas palabras en un idioma oscuro, acto seguido el cuerpo de una rata comenzó a retorcerse y crecer hasta convertirse en un gigantesco ogro óseo.
      El ogro se situó delante del viejo.
      Nygthiel separó sus manos lentamente y pequeñas hebras de oscuridad aparecieron entre ellas unidas como una pegajosa tela de araña con sendas palmas. Cerrando los ojos tras la máscara, pronunció
      Nygthiel: ‘xeno fatum lios tenebrum’
      Nygthiel Posó sendas manos en el suelo al terminar de realizar su cántico y las hebras de oscuridad recorrieron el entorno rápidamente.
      Un impenetrable y terrorífico manto de oscuridad comenzó a envolver el lugar en la más absoluta negrura, consumiendo incluso los sonidos. Pero ella veía.
      Nygthiel se movió con agilidad, corriendo hacia uno de los pasillos de la alcantarilla para perderse entre las sombras. Se juró a sí misma que nunca volvería a ser pillada así nuevamente.
      Nygthiel llegó hasta la zona donde su manto de oscuridad se desvanecía, y dejó que su sombra se adelantase y se perdiese entre las escalerillas que subían a la ciudad. Al no ver peligro, ella subió detrás y se perdió en la noche de Anduar.
      Se había escapado otra vez pensó Ondish, pero esta vez sabía por dónde empezar a buscarla.
      Sabía que un gnomo solitario no podría combatir a un dios.
      Virix regresó a su mueca de indiferencia. No le quedaban ratas de las que alimentarse, pero no importaba. Siempre había sido un paria con extrañas aficiones, ya fuera comer ratas o morderse las uñas de los pies. Regresó a su estado catatónico habitual.
      Virix: Ten cuidado, gnomo. No está muerto todo lo que yace eternamente.
      Virix: Algún día un Apóstol nos Bendecirá. Estad preparado para ello. Servíos una rata mientras esperamos, si queréis.»

    • El ojo de Argos512
      Participant
      Número de entradas: 120

      En el roleo hay un nombre que se parece a uno de mis PJs (Irhydia). Que conste que no es mi personaje el que forma parte de ese roleo. Solo un personaje añadido como soporte por los que realizaron el rol en vivo. Dicho esto, os dejo con la publicación, que no querría interrumpir su disfrute más de lo indispensable.

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