Inicio Foros Historias y gestas Irhydia y Fornieles -un monumento para Sylbira (parte I)

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    • El ojo de Argos512
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      El gran druida Fornieles solicitó un arpeo de tripa de troll, pues el que empleó anteriores veces se le rompió en un traspiés. A juzgar por los trozos que quedaron del mismo, parece ser que un árbol trató de ascender por él… Una idea excelente, que no conllevaría ningún riesgo. Aún que no se mataron ent e invocador, por tal acto temerario. Quizás sea conveniente que el anciano árbol, de ahora en adelante, utilice sus propias raíces en el tedioso arte de la escalada. Mas para no andarnos con más rodeos, tarea ya complicada de por sí, pues todo lo escrito anteriormente tal vez sea un desperdicio de tinta y pergamino, seguiremos con esta pequeña anécdota, transcurrida hará unas pocas semanas, sin derramar el contenido del tintero sobre la mesa del escritorio.

      Irhydia, fiel amiga de Fornieles, incluso algo más que amiga. Tanto y como lo fue, es y será de algunos humanos, elfos, semi-elfos, drows, gnomos o cualquier otro ser de apariencia bonachona y un físico ciertamente delgado, que despierte en ella instintos protectores. Tal vez descubra, o ha descubierto, otros intereses en su propio género, mas tales preferencias, de ser ciertas, no serán reveladas en esta ocasión. Primero, por no ser claras, y segundo, por no ser asunto de incumbencia, ni siquiera para los desconocidos más pícaros. Cómo no, se ofreció a confeccionarle al cuidador de la naturaleza un nuevo artilugio de alpinismo, empleando en su cometido algunos de los trolls que moran por las cercanías de Orgoth, ansiosos de devorar a cualquier viajero desprevenido. Tras un encuentro demasiado discreto, al menos, para lo que ambos habrían deseado, en medio de la cruzada de Eralie (y es que no conviene mostrar amor delante de tanto fanático religioso, que a lo mejor se lo toman mal y montan una pequeña inquisición en medio de la sede del bastión del relativo bien), se dispusieron a zanjar otro asunto. La construcción del hogar del archidruida Fornieles, así como un monumento funerario, en memoria de Sylbira, anterior amante de Fornieles que, desafortunadamente, no se encuentra entre nosotros. Jamás será desterrada de la memoria de quienes la conocimos bien. Una amiga fiel, una honorable compañera, quien, desgraciadamente, hubo de sufrir el más cruel de los destinos concebibles por la mente del más sádico engendro reptiliano de la suboscuridad.

      ***

      Cruzada de Eralie: Paso de los Héroes

      Este pasillo, que es más bajo que la gigantesca puerta de entrada hacia el oeste, es el que comunica Takome con la Gran Bóveda de la Cruzada, está hecho en mármol pulido y las

      paredes, de las cuales brotan columnas como si se tratasen de árboles en un bosque, están custodiadas por enormes estatuas que representan a las grandes figuras de Takome. El

      pasillo del este, que comunica con la bóveda, está custodiado por una enorme estatua de Eralie que hace las veces de vigía de estas estancias sagradas. Este pasillo está

      permanentemente abierto al público, para que los peregrinos puedan abrir la boca de admiración al pasar por entre las enormes estatuas. El honor de verse representado entre las

      estatuas es algo que los Cruzados anhelan con todo su corazón, ¡y no es algo imposible! los dioses saben recompensar a aquellos que cumplen sus menesteres inmortalizando sus

      figuras en el imperecedero mármol para que todos puedan conocer su memoria por los siglos de los siglos.

      Puedes ver dos salidas: este y -noroeste-.

      >

      Fornieles dice: irhydia

      Fornieles dice: me gustaría que me ayudarais con mi solar vos si os apetece.

      Irhydia dice: desde luego, noble Fornieles.

      Fornieles dice: gracias. De verdad.

      Fornieles empieza a formular un hechizo.

      Fornieles pronuncia el cántico: ‘bleiso umanos’

      Fornieles reza una plegaria a Eralie y te toca transmitiéndote su bendición.

      Irhydia dice: Le prometo que se sentirá  orgulloso de mi trabajo. Usted solo diséñeme los planos del mismo, junto a algunas anotaciones, y yo me encargaré del resto. Lo haré  cómodo y

      seguro.

      Fornieles dice: me alegra saberlo

      Fornieles dice: pero… necesito algo especial, algo  único. Preparar la tumba de mi amada sylbira. Todos los días la hecho de menos. Me gustaría tenerla por lo menos a mi lado, aunque sea su tumba…

      Fornieles llora.

      Irhydia te sostiene la cara con su mano izquierda mientras limpia algunas de tus lágrimas emergentes con la otra mano.

      Irhydia dice: Comprendo que la echéis de menos.

      Irhydia dice: esculpiré el monumento de Sylbira, mas tener en alta estima a los muertos es bonito, siempre y cuando la obsesión no os impulse a viajar al otro lado.

      Irhydia te acaricia la mejilla mientras te observa fijamente.

      Fornieles dice: no os preocupéis. Tal tragedia no sucederá. Tengo motivos de sobra para seguir vivo y luchar.

      ***Pasado menos de un minuto de relativo silencio, enturbiado tan solo, por el movimiento de las gentes que caminan por el corredor de los héroes, llega el revuelo, y no por algo bueno, precisamente.***

      Fornieles se percata de que el campanario de la cruzada empieza a sonar. los soldados salen del templo espadas en alto, gritando.  listos para defender la ciudad!

      Fornieles dice: os invito a que entréis conmigo al campanario, ya que nos atacan, y no quiero terminar la conversación con vos todavía.

      La campana de la Torre de la Santa Cruzada resuena por todo el reino, anunciando un ataque al Bastión del Bien!

      Irhydia te coge la mano y subís lentamente al campanario, observando la hermosa arquitectura de la sede que hospeda a los miembros de la cruzada.

    • El ojo de Argos512
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      Irhydia y Fornieles -un monumento para Sylbira (parte II).

      ***(Nota. En la interpretación verdadera que puede verse en el log el Sol está en su punto más alto por ser mediodía, pero debido al color dorado de las calles, y a lo que ocurrirá en el roleo, he decidido cambiarlo a Sol de la tarde, ya que sería demasiado forzado y extraño que el tiempo pasara tan rápido entre el mediodía y la noche. Es más lógico si pasan únicamente unas cuantas horas. Además, para indicar que era mediodía me basé en el comando hora, todo al principio de la narración, sin tener en cuenta que el encuentro iba a alargarse. Así mismo, donde menciono en el roleo que han pasado 30 años, al final lo cambié por más de 20, y no más de 30. Así coincide, en el registro 2 de Irhydia, con la muerte de Sirgol (cuando Irhydia tendría algo menos de 38 años), lo que le puede otorgar algo más de crudeza al asunto, coincidiendo el momento en el que Irhydia descubrió la futilidad de las guerras con la muerte de Sirgol y lo que sucedió tiempo antes a tal fatídico hecho.)***

      Cruzada de Eralie: Campanario

       

      Te encuentras en el campanario de la Cruzada. Una pequeña terraza al lado de la inmensa esfera de la bóveda de la que cuelga una preciosa campana de hierro y bronce cubierta por

      una exquisita construcción de mármol pulido. Desde aquí puedes ver buena parte de la ciudad. La plaza de la justicia, la avenida de Moisés y la avenida de Elder I, todos parecen

      hormigas desde aquí. El campanario es utilizado para avisar a la ciudad de eventos importantes para la cruzada… ataques, la elección de un nuevo mandatario, algún evento festivo,

      marcha a la guerra… corresponde a los Cruzados el usarla con juicio, ya que hacerla sonar sin motivo es un signo de mal augurio.

       

      Luce el Sol en el cielo.

       

      Puedes ver una salida: |oeste|.

      Irhydia y tú llegáis al centro de la terraza del campanario. Las vistas de la ciudad son conmovedoras desde aquí. El Sol de la tarde baña las calles con un dorado fulgor. La

      catedral de Eralie se avista a lo lejos. Las gentes caminan pausadamente por la avenida principal. Los pocos guerreros que partieron en busca de lo que, al final, fueron una

      pequeña partida de seguidores de Seldar, ha vuelto con prisioneros, sin bajas aparentes.

      Fornieles pregunta: veis?

      Irhydia te observa pensativa.

      Irhydia dice: sí. Al final no fue un ataque preocupante.

      Irhydia te dibuja círculos concéntricos en la palma de la mano con el índice.

      Irhydia dice: Pero espero que los traten bien.

      Fornieles dice: ¿Queréis que os sea sincero?

      Fornieles dice: sinceramente, desde la muerte de sylbira, o mas bien, su asesinato, cada día reflexiono. ¿Qué  sentido tienen las guerras? sé que debo defender el bastión del bien, pero…

      Irhydia asiente mientras te observa comprensiva.

      Irhydia susurra: Un desengaño, ¿no?

      Irhydia dice: Yo pasé por lo mismo, amigo. Hará  algo más de 20 años.

      Irhydia dice: pocas guerras tienen sentido.

      Fornieles te observa pensativo

      Fornieles dice: Sí, pero debo seguir luchando hasta el final. No puedo dejar atrás a mi gente… por desgracia.

      Irhydia asiente conmovida.

      Irhydia dice: El precio de la ciudadanía.

      Fornieles asiente con la cabeza.

      Irhydia dice: Te sientes seguro, tal vez amparado por la urbe que te acogió en su seno al nacer.

      Irhydia observa cómo un pájaro se posa en lo alto del campanario y, segundos después, vuelve a extender las alas, piando, mientras alza el vuelo y se dirige a los cielos.

      Irhydia dice: al final, sois mucho menos libres que esa ave tranquila.

      Irhydia dice: no se verán protegidos por nadie, mas por el contrario, nada les impide batir las alas y volar donde les venga en gana, sin impedimentos, sin ataduras.

      Fornieles observa pensativo al mismo pájaro alejándose hacia los cielos. se pregunta como se sentiría al ser completamente libre.

      Fornieles dice: Yo tengo fe. Soy, y seré, fiel a Eralie, pero… Es cierto, no somos tan libres como pensaba.

      La noche cubre Eirea con su oscuro manto.

      Irhydia te abraza y te observa fijamente, sin emitir palabra alguna. El silencio, en ocasiones, expresa más que mil frases balbuceadas al azar. Pasado un tiempo incierto, desviáis la mirada al panorama que os rodea. Y es en ese instante, cuando descubrís que el tiempo ha pasado volando como una centella. El cielo se ha tornado azul oscuro. Las primeras estrellas titilan en la bóveda celeste, y una Velian creciente se observa en el oriente, sobresaliendo entre los edificios de la urbe.

       

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