Inicio Foros Historias y gestas Kragma, Sacerdote de Velian: Marcado por las lunas (REG2)

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    • Gnomusad
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      Historia:

      Las lunas siempre han dominado las vidas de los mortales, y, mediante su influencia, han moldeado la historia de los reinos. Algunos grandes hechos notables, sean bendecidos por Argan o por Velian, como maximizar el detonante de un gran hechizo de un mago, hasta un simple cambios de mareas, provocando un naufragio, han rehecho la historia a la que conocemos en el día de hoy.

      Un día, en primera apariencia normal, con ambas lunas en cuarto menguante, en lo alto de la meseta de Ferrian, conocida así por la densidad del material que compone su núcleo, se originaba en la ciudad de Ar’kaindia uno de los milagros más importantes que puede existir, y a su vez, uno de los más numerosos, el nacimiento de Kragma.

      Este hecho, insignificante, fue producido en el seno de una familia de orgos de lo más común que se podía encontrar.

      El padre era un soldado que se encargaba de patrullar, desde el abalconado de la ciudad. Un guerrero Orgo, de más de dos metros de altura, con una cimitarra mágica puede resultar de lo más espeluznante, pero cuando te paras a pensar que la mayor defensa de la ciudad es un vasto desierto agotador, y una subida a una meseta de más de 400 metros de altura, y cuentan que ha entrado en liza dos veces en su vida, y no tiene experiencia en ninguna batalla digna, pasa a ser de peligroso a una pantomima.

      La madre, de oficio sastre, hizo, alguna vez durante su época novicia, hitos pequeños en artes arcanas marcando un futuro que fue truncado por una gestación problemática, que la dejo postrada indefinida sobre un disco flotante.

      Este hecho provoco que la joven criatura, sin futuro posible y ningún tipo de preocupación por parte de unos padres execrables, fuera arrojado al submundo Ar’kaindiado. Los bajos fondos orgos, llenos de venta ilegal de manuscritos, y otros objetos arcanos, eran comúnmente objeto de redadas por el Alto Consejo de la ciudad, ya que entendían que era mas sencillo permitir el trafico ilegal en la ciudad, mientras pudieran acceder a limitados objetos algo más… exclusivos.

      Una noche, en la que la luna verde lucia llena en su magnificencia, la redada se llevo en una casa de bajo techo, donde varios jovenes Orgos abandonados yacían hacinados, entre ellos Kragma. La sociedad Orga solía usar las noches con una fuerte presencia de Velian, para extraer poder mágico innato de la raza entre los más desgraciados de los súbditos, secándoles la vida literalmente, y transmutarlo a orbes mágicos que se usaban con distintos propósitos. Los despojos inertes de los cuerpos marchitos eran sacrificados arrojándolos desde la balconada.

      El sargento de la Guardia Kaindiana llevo a los Orgos, objeto de sacrificio, hasta el templo Piramidal, donde el Prelado de Velian tenía preparado el sortilegio que terminaría con todo el futuro de los desafortunados. Cuando la luna se convirtió en una corona sobre el pico de la pirámide, comenzó todo. Cinco orbes transparentes flotaban frente a los cinco jóvenes, como si de un regalo se tratará. Las miradas de preocupación y de incomprensión saltaban de cara en cara, dado que este sortilegio era uno de los grandes secretos del Alto consejo. Nadie sabía lo que estaba pasando, hasta que el primer rayo esmeralda cayo de lo alto de la pirámide y fundió al joven de la izquierda, reduciéndolo a un amasijo de carne y vísceras, e insuflando una gran magia sobre el orbe, el cual relucía incandescente. El miedo atenazo la espina dorsal del resto de sacrificios, que permanecieron inamovibles.

      Dos, tres, cuatro rayos verdes siguieron al primero, dejando sólidos recuerdos in-formes de lo que una vez fueron. Ya solo quedaba Kragma ante la poca concurrida sala donde se estaba llevando a efecto el más atroz de los secretos de Alqualanda. La muerte, describiria posteriormente el Orgo, tenía un olor entre pelo quemado y cenicero que se introducía por la cavidad bucal provocando vómitos involuntarios. Y de esta forma su última cena se esparció por el suelo marmolado del máximo templo a Velian. Seguidamente alzó los brazos al cielo, esperando su último suspiro.

      Los ojos de Kragma, dos grandes ventanas que esperaban ver el más allá, refulgieron incandescentes cuando llegó su turno.

      Un turno tocado por Velian, con su rayo esmeralda de sueños y magia entrando por el brazo derecho, pero inesperadamente, también tocado por Argán, con un rayo diamantesco, hecho de VIDA y magia tocó el brazo izquierdo del Orgo. Ambos haces luminosos irradiaron las venas y arterias que tocaban respectivamente de sus colores, hasta que se encontraron en el pecho, donde se enlazaron alrededor del corazón, que latía a un ritmo apresurado, y el encontronazo de energías provoco un gran trueno que resonó en los altos salones del templo e hizo eco en la península de Ferrian.

      El eclipse no estaba previsto en los calendarios lunares que poseían los Orgos, y dado que Velian estaba al frente Argán actuó con subterfugio. Al mirar el pico de la pirámide, donde Velian coronaba, algunos Orgos dijeron que un halo plateado cubría la gran luna verde. Y con la misma violencia con lo que todo empezó, acabó. Los astros habían luchado por la vida de un mísero Orgo, y ninguno de ellos se alzó con la victoria. Solo quedaba un ápice de vida, en el cuerpo de Kragma, así que el Alto Consejo debatió.

      ¿Todo lo sucedido era una señal de las hermanas del firmamento, o fue un error de cálculo del prelado y realizó el sortilegio cuando no debía? Esa fue la pregunta que pronosticaría el futuro del Orgo. La decisión del Alto Consejo fue instruirlo en el Templo, como acólito de Velian, y observarlo atentamente.

      Rol:

      Alrededor de unos cincuenta años ha pasado desde entonces, y Kragma se ha dedicado a recopilar conocimiento con gran esfuerzo, encontrando en las tareas monótonas un estilo de vida.

      El hecho que marcó su vida ha provocado que todo lo escrito relacionado con las lunas sea de gran interés para él.
      Pocas veces ha salido de Ar’kaindia y las veces que lo ha hecho ha sido en cumplimiento de sus deberes eclesiásticos.
      En general, suele aborrecer la violencia, y sólo hace uso de ella en el más estricto cumplimiento, o ante la defensa de él y los suyos.

      Objetivos:
      Adquirir conocimientos de todo tipo, tanto clerical como arcano, y acumularlos en su persona.

      Descubrir que paso en el evento en el que las lunas marcaron su destino.

      Abolir costumbres en la sociedad Orga que impliquen aniquilar orgos.

      Cualquier forma es correcta para llegar al conocimiento.

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