Inicio › Foros › Historias y gestas › La avaricia de las bestias
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Corría la noche del 2 de Ledan del 114 Era 41ª, el cielo estaba despejado completamente y las lunas y estrellas iluminaban con intensidad los caminos de Dalaensar.
Una reunión pintoresca de varias razas de renegados se estaba celebrando en la plaza central de la ciudad neutral llamada Anduar. A la cabeza un par de Gnolls de dimensiones descomunales lideraban el concilio, el tema de la plática parecía ser el ataque al pequeño poblado llamado Veleiron.
Después de bastante rato ultimando los detalles del asedio, la cuadrilla de renegados formada por tres humanos, dos gnolls, un semi-drow y un gnomo se pusieron en marcha, con cada paso que daban el suelo temblaba como si de seísmos se tratara.
Una vez en Veleiron asesinaron sin piedad a los guardias del pueblo sin demasiada resistencia por parte de los ciudadanos, de camino degollaron también al alcalde guardando su cabeza para colgarla en una pica en la entrada de la cueva Au’Larnath.
Como buenos carroñeros uno de los gnolls decidió saquear todo el poblado en busca de objetos de gran valor al ver que la sed de sangre no podría ser saciada en batalla.
-Aquí aquí! gritó el pequeño gnomo Stoitoh.
Todo el grupo giró la cabeza y contempló lo que parecía un viejo almacén de minerales, la orden directa del sabio Thildarg fue entrar sin pensarlo.
En su interior había cantidad de minerales, gemas, etc. Los ojos de Nassthak se salieron de sus orbitas pues para un gnoll cualquier cosa brillante es algo de gran valor.
Al unísono, el grupo empezó a meter en sacos todos lo que pudieran, al cabo de poco tiempo el almacén quedo desolado y el peculiar grupo de renegados se fue hacia sus dominios con el gran botín a las espaldas.
Mientras los renegados se retiraban un grito se escucho retumbando en el firmamento
-Momentos difíciles correrán para el poblado de Veleiron, pobreza, hambruna, humillación y enfermedad!
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