Inicio Foros Historias y gestas La bendición de Nirvë

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    • rogruk
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      CAPÍTULO 1

      Algo ocurre en Alandaen. Rogruk, como parte de la guardia de Anduar, está reclutando a un equipo de héroes que le ayuden a investigar. Y el primero que decide reclutar es… inesperadamente muy parecido al pirata en busca y captura del encargo.

       

      
      Oficina de la Guardia de Anduar: Herreros
      
       
      
      Estás en una pequeña oficina perteneciente a la guardia, reservada a las familias de ricos
      
      mercaderes y comerciantes nobles de la ciudad de Anduar. Aquí depositan sus objetos de forja
      
      para repararlos en los Hornos de la Guardia o para hacer grandes encargos, sobre todo para las
      
      cacerías estivales.
      
       
      
      Puedes ver una salida: -sudoeste-.
      
      Herrero de la Guardia de Anduar está aquí.
      
       
      
      >
      
       
      
      Herrero de la Guardia de Anduar dice en dendrita: Lord Celedan suele pasar por aquí para
      
      reparar sus armas. Tiene muchas armas valiosas.
      
       
      
      Rogruk revisa de su lista todo el encargo de la Guardia de Anduar.
      
      >
      
       
      
      Worgrak llega desde el sudoeste.
      
      Ves a Worgrak el varón Orco.
      
      Un peligroso y desagradable varón orco.
      
      Ves un orco varón verdaderamente salvaje, de gran tamaño debido a su raza, sus músculos son
      
      impresionantes, a esto se junta sus 129 kilos de peso y su aproximación a los 2 metros de
      
      altura, le hace tener una complexión verdaderamente hercúlea. La brutalidad de un bárbaro y la
      
      habilidad de un soldado le hace ser un orco devastador. Posee unos ojos amarronados y grandes,
      
      donde parte del rostro se le cubre con su pelo greñoso y rubio. Tiene gran habilidad con las
      
      espadas bastardas.
      
      Él está revigorizado.
      
      Está agachado.
      
      Ostenta el cargo de Cabeza de familia en Hira.
      
      Empuñando: Condena del Tumulario.
      
      Usando: Bolsita para plantas y Pin ‘Yo escalé el Mallorn’.
      
      Equipado:
      
      * Cabeza:  Gran Yelmo del Ejército Negro.
      
      * Cuello:  Gargantilla Lernea, Amuleto de Voluntad, Colgante del Oso y Collar Palpitante de
      
      Hidra.
      
      * Hombros: Capa de piel de Lobo Negro.
      
      * Pecho:   Coraza de Mithril Encantado.
      
      * Espalda: Mochila sin Fondo.
      
      * Brazos:  Dos Brazales Punzantes.
      
      * Manos:   Dos Guanteletes Punzantes.
      
      * Dedos:   Anillo Antimágico.
      
      * Cintura: Cinturón de Cirdan y Cinturón Prisma.
      
      * Piernas: Espinilleras de Legionario.
      
      Cargando: Botas de Combate de Curgrim, Libreta de encargos, Mazo de Cartas, Gran Almádena de
      
      Burk-Kharod, Orbe del Hechicero Antiguo, Vendas [18], Elixir de Energía, Panes [2], dos Filos
      
      Tulgar, Hacha de los Reyes Enanos, Florete de Elaine y Florete Candente.
      
      Parece llevar mucho dinero.
      
       
      
      >
      
       
      
      Worgrak te saluda alegremente.
      
       
      
      Worgrak dice: Saludos señor nivrim
      
      Rogruk mira con desconfianza al recién llegado.
      
      Dices en negra:  Zaludoz
      
      >
      
       
      
      Worgrak pregunta: ¿mejorando tu arte de la forja?
      
       
      
      Herrero de la Guardia de Anduar dice en dendrita: Reparo y forjo objetos para algunas familias
      
      nobles de la ciudad.
      
      Rogruk se extraña ante tales preguntas y mira inquisitivamente al recién llegado, pero no
      
      responde.
      
       
      
      Worgrak dice: Veo que eres medio orco
      
       
      
      Worgrak dice: ‘bah’.
      
       
      
      Rogruk rebusca entre unos papeles, hasta hallar un dibujo bastante tosco. Luego lo coteja con
      
      el rostro del extraño.
      
      >
      
       
      
      Worgrak dice: No tienes la pureza de nuestra supremacia
      
       
      
      Worgrak pregunta: ¿qué es ese dibujo?
      
       
      
      Worgrak intenta mirar el dibujo de Rogruk.
      
      Dices en negra:  Eza ez la reacción natural. Pero mi brazo ez fuerte, y mi mente máz ágil.
      
      >
      
       
      
      Dices en negra:  Ez el dibujo de uno de loz tuyoz. Uno ezpecialmente problemático. Por un
      
      momento creía que eraz tú.
      
      >
      
       
      
      Worgrak dice: Vaya, pensabais que yo era un fugitivo de vuestras leyes…
      
       
      
      Worgrak se rie.
      
       
      
      Dices en negra:  Zu apodo ez Dientez de Hierro. Dezconocemoz zu nombre real.
      
      > reputacion worgrak
      
      Worgrak es un buen ciudadano de Anduar.
      
      Dices en negra: ¡Waaaaagh!,   Me he dado cuenta a tiempo que zoiz un buen ciudadano de Anduar.
      
      >
      
       
      
      Worgrak dice: Si, ayude a Terni a acabar con una oleada de bandidos que asaltaban los envios
      
      de suministros a Anduar.
      
       
      
      Dices en negra:  El problema ez zimilar. Dientez de Hierro ha eztado dándonoz baztantez
      
      problemaz en Alandaen, zaqueando a loz barcoz que van y vienen con laz mercancíaz de
      
      Anduar.
      
      >
      
       
      
      Worgrak pregunta: ¿sabes por donde suele atacar exactamente? ¿Cuáll es su protocolo a seguir?
      
       
      
      Worgrak se saca un moco mientras intenta pensar quien puede ser.
      
       
      
      Dices en negra:  Ez un pirata. Ze ezconde como una rata y contrabandea allí.
      
      >
      
       
      
      Worgrak pregunta: ¿Me estas ofreciendo algún tipo de trabajo?
      
       
      
      Dices en negra:  Eztamoz todavía inveztigando dónde. Pero zí.
      
       
      
      Worgrak dice: imagino, que a cambio de una bolsa de monedas…
      
       
      
      Dices en negra:  Ez pozible que contratemoz algunoz mercenarioz y voluntarioz para inveztigar.
      
       
      
      Worgrak dice: Yo estoy dispuesto a ofrecer mi fuerza, ya sea para matar, es lo que mas me
      
      gusta.
      
       
      
      Worgrak dice: Pero no lo hago gratis a menos que sea personal.
      
       
      
      Dices en negra:  Zi te intereza la oferta, en unoz díaz noz reuniremoz, cuando tenga el vizto
      
      bueno del General.
      
      >
      
       
      
       
      
      Dices en negra:  Entuziazmo veo, pero he de advertiroz algo zobre eze pirata…
      
       
      
      Preguntas en negra:  No zé zi zu reputación le precede. ¿Habíaz oído hablar de él?
      
      >
      
       
      
      Worgrak dice: Después de criarme por los niveles superiores de Golthur, no creo que me asuste
      
      un piratucho.
      
       
      
      Rogruk mira fijamente al orco.
      
       
      
       
      
      Worgrak dice: No se si te has fijado señor Rogruk
      
       
      
      Dices en negra: ¡Groaaaak!,   Eze piratucho ze crió allí también.
      
       
      
      Worgrak exclama: Pero soy un URUK-HAI!!!
      
      Te ríes.
      
       
      
      Worgrak dice: Una raza creada a través de la muerte, concebida por el mismisimo Gurthang.
      
       
      
      Worgrak dice: Superior a los orcos y a cualquier raza de Eirea
      
      Rogruk asiente a Worgrak con solemnidad.
      
      Dices en negra:  Rezpeto la fuerza, como lo hacéiz vozotroz.
      
       
      
      Worgrak dice: Cuentame sobre ese dientes de paja
      
       
      
      Worgrak dice: O como se haga llamar
      
       
      
      Dices en negra:  Dientez de Hierro era un empalador gragbadûr tan zanguinario que fue maldito
      
      por Gurthang y expulzado de la Horda Negra.
      
       
      
      Dices en negra:  No recuerdo exactamente, pero creo que le dezafió zacrificando laz cabezaz de
      
      todoz zuz zacerdotez. Yo no creo en diozez, pero no loz dezafío tampoco.
      
      >
      
       
      
      Worgrak dice: Los empaladores son duros, si…
      
       
      
      Worgrak dice: Un empalador y loco… no es buena combinación
      
       
      
      Dices en negra:  Y dezde entoncez ze dedicó a la vida de pirata, ziendo incluzo un paria para
      
      Golthur. Dezde hace cazi 25 añoz que atraca de vez en cuando en Alandaen. Hazta ahora no
      
      habíamoz tenido pruebaz de zuz fechoríaz.
      
      Dices en negra:  Y zegún la política de Anduar, el pazado de alguien no importa, mientraz no
      
      cauze caoz en el reino. Zomoz neutralez, y no había nada para incriminarle.
      
       
      
      Worgrak pregunta: ¿25 años y aún no lo habeis cogido?
      
       
      
      Dices en negra:  Nunca antez había confrontado loz interezez de loz Nivrim.
      
      Dices en negra:  Pero recientemente llegó un gran cargamente de contrabando a Alandaen.
      
      Zozpechábamoz de loz Aguaznegraz… Pero pronto la inveztigación noz llevó a él.
      
      > decir Quizá estén compinchados y extendiéndose. O quizá vaya por libre. Pero desde entonces,
      
      ha desaparecido misteriosamente.
      
      Dices en negra:  Quizá eztén compinchadoz y extendiéndoze. O quizá vaya por libre. Pero dezde
      
      entoncez, ha dezaparecido mizteriozamente.
      
       
      
      Dices en negra:  Te ofreceré un puñado de monedaz zi noz ayudaz a atraparlo.
      
       
      
      Worgrak pregunta: Entoces, ¿es un aguas negras?
      
       
      
      Rogruk se encoge de hombros.
      
       
      
      Worgrak dice: Si es así, creo haber escuchado que se reunen por keel.
      
      Dices en negra:  Creemoz que no. Que eztá formando zu propia banda.
      
       
      
      Worgrak dice: Vaya… interesante.
      
       
      
      Worgrak dice: Pues el mar, cuantos menos piratas, mejor.
      
       
      
      Rogruk entrega al orco un pergamino enrollado con un dibujo de Dientes de Hierro.
      
      Worgrak pregunta: El tema interesante a tratar seria, exactamente, ¿de qué tamaño es la bolsa
      
      de monedas?
      
      Dices en negra:  Al menoz en laz coztaz de dominio Nivrim.
      
       
      
      Rogruk señala una bolsa de monedas de un tamaño considerable.
      
       
      
      Worgrak sonrie.
      
       
      
      Worgrak dice: Ahora nos entendemos
      
       
      
      Dices en negra:  A repartir. No eztaréiz zoloz, zería muy peligrozo.
      
       
      
       
      
      Worgrak mira la bolsa y la compara con el tamaño de una sandía.
      
       
      
      Dices en negra:  Reuniremoz un equipo.
      
       
      
      Dices en negra:  Zi quierez que contemoz contigo, noz reuniremoz en Alandaen cuando eztemoz
      
      liztoz. Oz avizaré.
      
       
      
      Dices en negra:  Pero nuevamente he de decirte algo zobre eze pirata…
      
       
      
      Worgrak dice: Estoy interesado, todo sea por una bolsa de monedas.
      
       
      
      Dices en negra:  Ez muy peligrozo…
      
       
      
      Worgrak dice: Cuéntame.
      
       
      
      Dices en negra: ¡Groaaaak!,   Peligrozo hazta el punto de cauzar verdadero terror en alguno de
      
      loz habitantez del lugar.
      
       
      
      Dices en negra:  Zólo zu apodo ya ez motivo de miedo.
      
      Rogruk mira fijamente a Worgrak.
      
      Dices en negra: ¡Waaaaagh!,   Hay quien dice que ez mi padre.
      
       
      
      Worgrak dice: Terror en el idioma de los orcos no existe.
      
       
      
      Sonríes a Worgrak.
      
       
      
      Worgrak dice: Dientes de hierro, ¿apodo que da miedo?, cuando se cruce conmigo será el pirata
      
      sin ningún tipo de dientes, porque se los arrancaré de cuajo.
      
      Te ríes.
      
       
      
      Preguntas en negra:  ¿Por qué te creez que me llaman el Rompedientez?
      
      Te ríes.
      
      >
      
       
      
      Worgrak sonrie.
      
      Dices en negra: ¡Waaaaagh!,   No, en verdad no creo que zea mi padre. Zólo ez una pozibilidad.
      
      Dices en negra:  Pero lo zea o no, loz piñoz hay que reventárzeloz.
      
      Rogruk se cruje los nudillos.
      
       
      
      Worgrak dice: Si fuere tu padre, no quiero que seas débil y te eches para atrás.
      
       
      
      Dices en negra: ¡Waaaaagh!,   Noz veremoz pronto. Por mí no te preocupez.
      
       
      
      Worgrak dice: Entendido. No se te olviden las monedas amigo.
      
       
      
      Dices en negra:  Te prezentaré a tuz compañeroz.
      
      Te ríes.
      
       
      
      Worgrak dice: Respecto a eso, recuerda que no trato con nadie de otras religiones.
      
       
      
      Dices en negra:  Y tendréiz la oportunidad de ganározlaz.
      
      Dices en negra: ¡Waaaaagh!,   Oh, hay uno que te caerá bien, peze a laz orejaz picudaz.
      
      >
      
       
      
      Worgrak gruñe amenazadoramente.
      
      Dices en negra:  Recuerda que Anduar ez la tierra de laz oportunidadez.
      
      >
      
       
      
      Worgrak dice: Que no lo parta al medio, no significa que me vaya a caer bien.
      
      Te ríes.
      
       
      
      Dices en negra:  Creo que hay algo gordo detráz de todo ezto.
      
      Dices en negra:  Tendremoz que patear el avizpero, y ver hazta dónde zalpica toda la mierda.
      
      Dices en negra: ¡Waaaaagh!,   Ven preparado. Noz reuniremoz en la Taberna «La Mar Revuelta» de
      
      Alandaen.
      
       
      
      Worgrak dice: Bueno, podrás contar con un URUK-HAI en el equipo.
      
      Sonríes a Worgrak.
      
      Dices en negra: ¡Waaaaagh!,   Podré verlo en acción, ezpero.
      
      Dices en negra:  Ahora zi me dizculpaz tengo tareaz que realizar en la ciudad.
      
       
      
      Worgrak dice: Si aguanta ese pirata mas de dos golpes, podrás ver un guerrero en acción.
      
      Te ríes.
      
      Dices en negra: ¡Groaaaak!,   No olvidez el encargo, y no olvidaré el pago.
      
      Te despides de Worgrak.
      
       
      
      Worgrak dice: Cuidate señor nivrim
      
      Exclamas en negra:  Paza buenoz díaz!
      
       
      
      Worgrak asiente con la cabeza.
      
      

      .

       

      ¿Qué ocurre exactamente? ¿Cooperará con sus compañeros? ¿Quién forma el resto del equipo? Lo descubriremos en breves…

    • rogruk
      Participant
      Número de entradas: 114

      CAPÍTULO 2

      Algo parece desquiciar más a los Nivrim en Alandaen. A través de Terni, dos aventureros comienzan a hacer pesquisas en el pequeño pueblo pesquero…

       

      
      Era un día soleado en Anduar. La plaza, abarrotada como siempre, se conformaba
      
      como el centro neurálgico de toda clase de habitantes. Siendo una ciudad tan cosmopolita y tan
      
      tolerante en su neutralidad, todo el mundo sabía que la plaza era el sitio indicado para que
      
      un aventurero encontrara trabajo en estos días. Y eso esperaba encontrar Terni, el viejo
      
      soldado. Espadas de alquiler.
      
       
      
      Terni: ¡Eh! Vosotros, jóvenes aventureros. ¿Queréis una oferta de trabajo digna?
      
       
      
      Zakamwel mira a Terni con antención.
      
       
      
      Leethel se gira hacía la proveniente voz anciana.
      
       
      
      Leethel se acerca a Terni, con signos de interesarle.
      
       
      
      Terni: Tengo una oferta de trabajo, si os interesa. ¿Queréis trabajar para Anduar?
      
       
      
      Zakamwel observa la interacción de ese hombre con Terni.
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: ¿es a mí?
      
       
      
      Leethel pregunta: ¿Trabajar… para Anduar?
      
       
      
      Terni: A ti, y a cualquiera lo suficientemente diestro y valiente como para ayudar a la
      
      guardia nivrim con un asunto particular…
      
       
      
      Leethel dice alegremente: Mientras paguen bien, estoy dispuesto a realizar cualquier trabajo.
      
       
      
      Terni: Así es. Estoy buscando jóvenes valientes para que ayuden a mi ciudad. Lo haría
      
      yo mismo, pero no tengo la edad…
      
       
      
      Leethel dice: La guardia nivrim, asunto particular, suena bien…
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Mi semihermano es guardia Nivrim, yo por ayudar a mi
      
      semihermano mato.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Pero habrá que ver en qué consiste este trabajo que tienes
      
      para cualquiera que se preste.
      
       
      
      Terni: Veréis, últimamente las cosas se están descontrolando un poco en Alandaen. Allí
      
      los Nivrim tienen un pequeño destacamento en el puerto que les permite controlar la mercancía
      
      que entra y sale de Anduar, dado que es un puerto comercial importante. Sin embargo,
      
      últimamente la piratería ha aumentado y el contrabando se ha hecho más y más común, así que la
      
      Guardia Nivrim está incautando cada vez más artículos y no da abasto con las redadas. Pero
      
      últimamente no es lo único que ha ocurrido, también ha habido extrañas y misteriosas
      
      desapariciones, posiblemente mediante extorsiones y secuestros.
      
       
      
      Leethel mira de arriba abajo al viejo, y asiente con la cabeza, dandole la razón al mismo, no
      
      esta para muchas aventuras.
      
       
      
      Zakamwel mira con cierta desconfianza.
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: ¿Desapariciones? ¿Y por qué los bardos no han cantado
      
      todavía sobre esto?
      
       
      
      Terni: Los sospechosos habituales ya tienen fichados a todos los miembros de la
      
      guardia, y no resulta fácil identificarlos. Por ello necesitan de colaboradores menos…
      
      reconocibles.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Normalmente cuando hay una noticia como esa, vuela de
      
      taberna en taberna al poco tiempo.
      
       
      
      Leethel mira al peculiar semi-elfo que tiene su atención sobre terni.
      
       
      
      Furan dice con cierta embriaguez: Yo hhe cantaddo shobre eshhoo perrro nadie me
      
      eshhhcucha.
      
       
      
      Leethel dice: ¡Eh tu!
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Bueno, si lo que queréis es pasar desaparecibidos, es mi
      
      especialidad así que con eso no tengo problema.
      
       
      
      Zakamwel se gira hacia el hombre que antes hablaba con Terni.
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: ¿Qué sucede, buen hombre?
      
       
      
      Leethel exclama: ¡Sí, te hablo a tí!
      
       
      
      Zakamwel asiente con la cabeza.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Cuéntame.
      
       
      
      Leethel pregunta: ¿estás tan interesado como yo en lo que cuenta Terni?
      
       
      
      Terni: Pagaré generosamente por las pruebas de la muerte de esos bastardos que tanto
      
      daño están haciendo a las pobres gentes de esta ciudad.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Estoy pensando en los pros y en los contras.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Me ha dejado usted intrigado con el tema de las
      
      desapariciones.
      
       
      
      Leethel dice: Puede que el trabajo, entre los dos sea más sencillo de realizar.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Mi hermano además de un buen guardia Nivrim, es un gran
      
      marinero, y pasa muchas veces por el puerto. No quisiera que le pasara nada.
      
       
      
      Zakamwel mira a Terni y al hombre extraño alternativamente.
      
       
      
      Terni: No es para menos. Los Nivrim están bastante desquiciados y saturados con este
      
      tema.
      
       
      
      Leethel mira extrañado al semi-elfo.
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: ¿Cómo se llama usted?
      
       
      
      Leethel dice: Me llamo Leethel.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Zakamwel, encantado.
      
       
      
      Zakamwel tiende la mano a Leethel.
      
       
      
      Leethel adelanta su mano hacia Zakamwel.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: bien, yo voy a participar de esta investigación.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Mi hermano podría correr peligro y como comprenderá, no
      
      estoy dispuesto a consentirlo.
      
       
      
      Terni: ¿Entonces estáis interesados? Recordad, en Alandaen. Id allí y preguntad a ver
      
      si conseguís hacer alguna pesquisa acerca de lo que ocurre en realidad.
      
      >
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Por supuesto, cuantos más seamos, será más fácil averiguar
      
      lo que sea que están tramando.
      
       
      
      Leethel exclama: ¡Espero ser de utilidad!, pero te seré sincero, yo solo lo hago por el
      
      dinero.
      
       
      
      Zakamwel se gira hacia Terni.
      
       
      
      Terni: Dinero tengo, pero lamentablemente mucha más información no. Os tocará
      
      investigar si queréis el oro.
      
       
      
      Zakamwel se arrodilla en el suelo dejando a sus pies el puñal y la daga.
      
      grupo os llevo yo con la descripción de la taberna o de donde queráis ir
      
       
      
      Leethel dice resignado en voz baja: El oro, dice el oro, me gustaría ver con cuanto oro cuenta
      
      este.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Cuente con mi puñal y mi daga.
      
       
      
      Zakamwel se levanta y le hace un gesto a Leethel para que le siga.
      
       
      
      Leethel dice: Dame unos segundos Zakamwel.
      
       
      
      Zakamwel le asiente con la cabeza a Leethel.
      
       
      
      Leethel se ajusta sus bontias botas de piel.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Terni, volveremos con la información que necesita, no lo
      
      dude.
      
       
      
      Leethel se pone en pie, se ajsuta su casaca y recoge el petate del suelo.
      
       
      
      Leethel echa la vista atrás comprobando que no se deja ninguna pertenencia.
      
       
      
      Zakamwel empieza a anar hacia Alandaen junto con Leethel.
      
       
      
      Leethel dice: Zakamwel, estoy listo, partamos a Alandaen.
      
       
      
      Taberna «La Mar Revuelta». Se trata de una taberna pequeña pero de aspecto acogedor.
      
      Pequeñas mesas de madera con cuatro sillas están colocadas a intervalos regulares de manera
      
      muy junta. Hay varios pescadores tomándose silenciosamente unos tragos y comiendo algo
      
      después de la dura jornada que han tenido que pasar en el mar. Algunos borrachos están
      
      durmiendo la mona encima de las mesas. Un fuego de leña hace que el ambiente sea agradable.
      
      Sobre la chimenea pueden contemplarse varias decoraciones de estética marinera, en especial
      
      de pescadores: redes de pesca, anclas, un catalejo oxidado y un pequeño cuadro.
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: ¿Y cuál es tu especialidad, Leethel?
      
       
      
      Leethel pregunta: ¿mi especialidad dices…?
      
       
      
      Leethel sonrie picara y brevemente.
      
       
      
      Zakamwel mira fijamente a Leethel.
      
       
      
      Tomeo, el Viejo Tabernero: ¿Aquí se viene a consumir? ¿Qué os pongo?
      
       
      
      Leethel saluda a Tomeo.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Perdona, Tom. Estaba hablando con este señor. A mí pone un
      
      vinito de esos tuyos.
      
       
      
      Leethel una jarra de la mejor cerveza que tengas.
      
       
      
      Leethel dice: una jarra de la mejor cerveza que tengas.
      
       
      
      Zakamwel se aproxima a la mesa más lejana y se sienta.
      
       
      
      Tomeo se pone manos a la obra con las bebidas, mientras mira de reojo a los recién
      
      llegado.
      
       
      
      Zakamwel da un trago a su vaso de vino.
      
       
      
      Leethel se sienta frente a Zakamwel, en la misma mesa.
      
       
      
      Leethel da un profundo sorbo a la jarra, para escupirla seguidamente y salpicar a Zakamwel.
      
       
      
      Leethel se pone en pie.
      
       
      
      Leethel grita: ¡TABERNERO!
      
       
      
      Globsglobis, el tunante, se ríe con una estruendosa carcajada mientras señala a
      
      Zakamwel.
      
       
      
      Leethel exclama: ¡Le he pedido la mejor cerveza que tenga!
      
       
      
      Zakamwel mira a Leethel con gesto de sorpresa.
      
       
      
      Leethel se gira hacia el palurdo que se rie a carcajadas.
      
       
      
      Tomeo mira con mala cara a Leethel: ¿Algún problema, señor?
      
       
      
      Leethel dice en voz baja: Zakamwel, menuda mierda de cerveza tiene este tabernero.
      
       
      
      Leethel pregunta: ¿algun problema dices?
      
       
      
      Leethel coge la jarra de cerveza y se la ofrece a Tomeo.
      
       
      
      Leethel dice: Pruebe usted mismo y compruebe el problema.
      
       
      
      Globsglobis, el tunante, ata los cordones de un parroquiano, haciéndole caer de bruces
      
      al intentar levantarse.
      
       
      
      Zakamwel abre los ojos desorbitadamente.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Tomeo, yo te pago la cerveza de este caballero, y ponle un
      
      vaso de vino, por favor.
      
       
      
      Leethel dice: Y más te vale que el vino sea bueno.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Leethel, siéntate, no quiero problemas en esta taberna.
      
       
      
      Globsglobis, el tunante, sonríe maliciosamente.
      
       
      
      Leethel mira a Zakamwel mientras se sienta resoplando.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Globsglobis, te estoy vigilando, cuidadín.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: bueno, vamos a ver por dónde empezamos.
      
       
      
      Leethel dice: Prestemos atención a todos, seguro que podremos enterarnos de algo.
      
       
      
      Tomeo sirve una copa a Leethel. Esta vez el vino parece no llevar ningún tipo de
      
      laxante.
      
       
      
      Zakamwel mira uno a uno a los parroquianos de la taberna.
      
      

       

      Ambos aventureros cruzan las miradas en la taberna. ¿Por dónde empezar a investigar?

      ¿Qué hay detrás de todo este asunto tan turbio, que trae de cabeza a los nivrim? Pronto

      comenzarán a hacer sus pesquisas…

    • rogruk
      Participant
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      CAPÍTULO 3

      Nuestro investigadores reúnen algo de información en la Taberna «La Mar Revuelta» de Alandaen, orientando sus pesquisas hacia su siguiente paso y recabando información inquietante.

       

      
      Los parroquianos beben silenciosamente mientras hablan en voz muy baja el tema de moda
      
      en la villa. Rumorean sobre vagos detalles sobre actividades criminales en Alandaen. Al
      
      parecer se sospecha del asentamiento de una hermandad pirata en él.
      
      >
      
       
      
      Zakamwel bosteza cansadamente.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Ay Leethel, qué sueño tengo hoy.
      
       
      
      El crepitar del fuego es lo único que se escucha en la pequeña sala, a excepción de
      
      algunos comentarios oportunos. Los pescadores que acaban de llegar de faenar parecen comer y
      
      beber en riguroso silencio.
      
      >
      
       
      
      Leethel dice: Pues abre bien los ojos, tenemos que sacar algún tipo de información.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Pero voy a hacer el esfuerzo para salvarle el culo a mi
      
      semihermano.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: El señor que nos mandó la misión, nos dijo que buscábamos
      
      a Dientes de hierro, un roco pirata.
      
       
      
      Zakamwel mira a los parroquianos de alredor.
      
       
      
      Leethel dice: Así es, pero preguntar directamente por él no nos ayudará.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Mira en aquella esquina, Leethel.
      
       
      
      Zakamwel señala hacia una esquina, disimuladamente.
      
      La Taberna Mar Revuelta es una taberna pequeña pero de aspecto acogedor. Pequeñas mesas
      
      de madera con cuatro sillas están colocadas a intervalos regulares de manera muy junta. Hay
      
      varios pescadores tomándose silenciosamente unos tragos y comiendo algo después de la dura
      
      jornada que han tenido que pasar en el mar. Algunos borrachos están durmiendo la mona encima
      
      de las mesas. Un fuego de leña hace que el ambiente sea agradable. Sobre la chimenea pueden
      
      contemplarse varias decoraciones de estética marinera, en especial de pescadores: redes de
      
      pesca, anclas, un catalejo oxidado y un pequeño cuadro.
      
      >
      
       
      
      Leethel se gira sobre su tronco alcanzando la esquina que le dice Zakamwel.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Allí hay un par de orcos que podrían ser piratas dada la
      
      pinta.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Tal vez podríamos invitarles a una cerveza y enterarnos de
      
      qué les trae por aquí.
      
       
      
      Leethel dice: Te sigo.
      
       
      
      Los parroquianos son callados y comen y beben en un estricto silencio, mientras te
      
      lanzan miradas desafiantes sin parpadear siquiera. Van vestidos de la cabeza a los pies con
      
      enormes abrigos amarillos y gorros de lana marineros, dejando poco que ver de sus rostros.
      
      >
      
       
      
      Zakamwel se levanta y se encamina hacia los orcos.
      
       
      
      Zakamwel exclama con voz sobrenatural: ¡Buenas tardes, señores!
      
       
      
      Leethel se levanta lentamente tras Zakamwel.
      
       
      
      Leethel susurra a Zakamwel: No creo que esto sea buena idea.
      
       
      
      Son bastante feos, con sus enormes ojos saltones que miran a los extraños de una forma
      
      paranoide, pero no son orcos, desde luego.
      
      >
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Supongo que os sorprenderá que una pareja de semi-elfos
      
      venga a hablar con una pareja de orcos, pero tranquilos, somos amigables. Nos estábamos
      
      preguntando si podríamos jugar una partida de dados contra vosotros.
      
       
      
      Los pescadores se miran entre sí, sin entender muy bien al semielfo.
      
       
      
      Aldeano mira a su alrededor con gesto contrariado.
      
       
      
      Zakamwel Saca de la capa un juego de dados.
      
       
      
      Leethel contonea levemente la cabeza hacia ambos lados de sus hombros.
      
       
      
      Leethel exclama: ¡Hola, señores!
      
       
      
      Leethel dice: Perdonad a mi amigo.
      
       
      
      Notáis como un parroquiano os mira silenciosamente con sus enormes ojos saltones. El
      
      crepitar del fuego rompe el enorme silencio de la sala. El viento choca contra las ventanas y
      
      se filtra, llenando la sala de un salado aroma de mar.
      
       
      
      Leethel dice: No puede estar sin jugar más de media hora.
      
       
      
      Leethel coge del hombro a Zakamwel y lo sienta en la silla de la que se levantó.
      
       
      
      Zakamwel se agacha y tira los dados al suelo. Un seis y un tres.
      
       
      
      Zakamwel recoge los dado y vuelve a sentarse.
      
       
      
      Leethel dice: Así será mejor.
      
       
      
      El comentario de Leethel ni siquiera arranca un atisbo de sonrisa en los parroquianos,
      
      quienes parecen no tener ninguna intención de conversar.
      
      >
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Bueno, Leethel. Tendremos que buscar otro sospechoso.
      
       
      
      Leethel susurra: Esos son simples pescadores, dudo que sepan nada.
      
       
      
      Leethel alza su mirada sin reconocer a nadie en la taberna.
      
       
      
      Zakamwel vuelve a investigar la zona alrededor.
      
       
      
      La Capa Sangrienta de Nerbrad de Leethel derrama sangre sobre el suelo.
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: Voy a pedir cervezas para mirar por el otro lado de la
      
      barra, ¿quieres una?
      
       
      
      Leethel levanta la mano a Tomeo, levantándoles los dedos iíndice y corazón, indicándole que le
      
      ponga ambas bebidas.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Vale, te me has adelantado. No hay problema.
      
       
      
      Leethel dice: Acabo de pedir dos a Tomeo, estará al servirlas.
      
       
      
      Los parroquianos habituales han vuelto de faenar y forman grupitos con los que
      
      cuchichean, sin apenas levantar la voz. Sólo una figura al fondo parece inmóvil de forma
      
      solitaria, contemplando la decoración del local.
      
       
      
      Leethel mira hacia la puerta.
      
       
      
      Zakamwel se fija sin mucho descaro en la figura solitaria del fondo.
      
       
      
      Se trata de un viejo pescador de barba rala y canoso, vestido con ropa remendada, que
      
      mira desconfiadamente alrededor y bebe con bastante avidez de una botella prácticamente vacía.
      
      Al parecer es muy mayor como para pescar y prácticamente es un vagabundo. Sus manos tiemblan
      
      por el consumo excesivo de alcohol y es difícil entenderle. Sus manos son callosas, curtidas
      
      de un trabajo duro con cuerdas y amarres de toda una vida.
      
      >
      
       
      
      Zakamwel parece decir algo, pero sus palabras no flotan en el aire.
      
       
      
      Leethel da un codazo a Zakamwel.
      
       
      
      Leethel dice: Buena idea.
      
       
      
      Zakamwel se levanta y se acerca al hombre.
      
       
      
      Zakamwel exclama con voz sobrenatural: ¡Buenas tardes tenga usted!
      
       
      
      Leethel Va tras de Zakamwel.
      
       
      
      Zakamwel debería reconocer al marinero borracho. Se trata de Allen, el Pescador, quien
      
      apura como respuesta la botella que lleva en la mano.
      
       
      
      Zakamwel exclama con voz sobrenatural: ¡Hombre, Allen!
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: ¿Cómo te va la vida después de nuestro encargo, señor?
      
       
      
      Leethel mira sorprendido a Zakamwel.
      
       
      
      El pescador parece reconocer al semielfo.
      
      >
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Hicimos con mi semihermano un favor a este señor.
      
       
      
      Leethel dice: ahhh…
      
       
      
      Leethel tiende la mano al hombre mientras le dice su nombre.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Espero que haya prosperado tu imperio de pesca, y que
      
      hayas adornado muchas servilletas con el nombre de Ashkar.
      
       
      
      Zakamwel guiña un ojo.
      
       
      
       
      
      Allen mira a los dos semielfos: ¿Acaso importa? Sólo soy un vagabundo y no importo a
      
      nadie. ¡Y es mejor así! Allen vacía de un trago su botella, ignorándote por completo. Parece
      
      que tiene sed.
      
       
      
      Leethel grita: ¡Tomeo!
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: Importa, amigo, importa. Hicimos un trato, ¿recuerdas?
      
       
      
      Leethel dice: traíganos un par de botellas a la mesa, por favor.
      
       
      
      Leethel toma asiento junto al anciano.
      
       
      
      El pescador ignora a Zakamwel y se dedica a vaciar botellas a una velocidad
      
      considerable.
      
       
      
      Zakamwel Retira hacia un lado la próxima botella que el pescador iba a coger.
      
       
      
      Allen: Las cosas no están bien por aquí. Marchaos y no os pasará nada. ¡Hip! Alandaen
      
      se ha vuelto muy peligrosa. ¡Hip!
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Compadre Allen, estoy hablando contigo, y me gustaría que
      
      me hicieras algo de caso.
      
       
      
      Leethel observa a Zakamwel.
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: ¿Recuerdas nuestro trato?
      
       
      
      Allen: Compadre… ¡Hip! El que tienes que hacer caso eres tú.
      
       
      
      Allen: Márchate de aquí y no hagas preguntas, y no te pasará nada.
      
      >
      
       
      
      Allen: Si le preguntas a Tomeo, a él le va fenomenal, pero en Alandaen están sucediendo
      
      cosas. Ha desaparecido gente. Últimamente Alandaen se ha convertido en un lugar peligroso,
      
      lleno de piratas y contrabandistas.
      
      >
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Mmmmmmmmm…
      
       
      
      Leethel se empina una botella mientras escucha la conversación.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Siempre ha habido contrabandistas y piratas en Alandaen,
      
      no sé qué sorprende a un pescador experimentado como tú.
      
       
      
      Allen: ¿Sabes por qué? Le va bien, porque los negocios aquí están siendo muy rentables
      
      y tiene bastantes clientes. Pero no hace muchas preguntas y no sé mucho más. Ojos que no ven
      
      corazón que no siente, dicen. Y a río revuelto, ganancia de pescadores, digo yo. Y los
      
      pescadores regresan a puerto con las redes llenas, incluso aquellos más humildes parecen
      
      disponer de bastante dinero. Si no fuera por las continuas intromisiones de los Nivrim, que no
      
      le dejan respirar con redadas y otros menesteres, el negocio sería muy, muy productivo.
      
      >
      
       
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Donde hay piratas, y contrabandistas, siempre hay
      
      problemas. Las desapariciones tampoco me sorprenden, aunque sí me preocupan.
      
       
      
      Allen: El dinero llama al dinero, se suele decir. Y así ha pasado. El señor Entibo, el
      
      pescador, cada vez contrata a más y más lugareños y parroquianos. Parece ser que está
      
      haciendo una gran fortuna y eso ha atraído ni más ni menos que a una hermandad pirata por
      
      aquí, liderados por un fiero capitán. Su líder, Colmillos de Hierro, es un enorme orco que ha
      
      causado el terror por todos los mares de Eirea. Nadie conoce su verdadero nombre, se le llama
      
      así por la capacidad que tiene con sus dientes de devorarlo todo. Debe de tener la dentadura
      
      como un auténtico tiburón.
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: ¿Tú sabes quién anda detrás de estas desapariciones?
      
       
      
      Allen: El señor Entibo es un lugareño respetado por aquí, trabajador y buen pagador. Es el
      
      empleador de más de la mitad de los parroquianos de por aquí. Si buscas trabajo quizá deberías
      
      hablar con él, algunas noches se deja caer por aquí. Podrás invitarle a un trago y hablar con
      
      él, si quieres.
      
      >
      
       
      
      Leethel empieza a notar los efectos del alcohol.
      
       
      
      Zakamwel apunta en un pergamino el nombre del señor Entibo.
      
       
      
      Allen: Pero el señor entibo es un tipo peligroso. Muy peligroso. Y poderoso. Oh, sí, tiene una
      
      fortuna, heredada de su tatarabuelo. ¿Y sabes qué está haciendo con ella? ¡Ha contratado a
      
      Dientes de Hierro para proteger sus intereses! ¡Y ahora quien hace preguntas desaparece!
      
      >
      
       
      
      Zakamwel apunta en el pergamino. Contrata colmillos. Preguntas = Desaparición.
      
       
      
      Allen, el Pescador, suspira: Puedes buscar en las alcantarillas de Alandaen si quieres.
      
      Los hacen desaparecer en una cloaca clandestina, está en un callejón sin salida. Puedes
      
      “meterte por la alcantarilla” y comprobarlo con tus ojos, pero te lo advierto, no dejarán ese
      
      sitio sin vigilancia. Y ahora ya he hablado demasiado.
      
      >
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: ¿y… cuáles son los intereses de este buen señor?
      
       
      
      Zakamwel mira de reojo como Leethel continúa emborrachándose.
      
       
      
      Allen el Pescador ignora por completo las últimas palabras y vuelve a mirar los
      
      alrededores de la taberna, como si buscara algo. Ha dado por finalizada la conversación.
      
      >
      
       
      
      Leethel mira al anciano.
      
       
      
      Leethel dice: Me vais a permitir un segundo.
      
       
      
      Zakamwel le asiente con la cabeza a Leethel.
      
       
      
      Leethel se levanta torpemente, y a trompicones y con un leve contoneo se dirige hacia las
      
      letrinas.
      
       
      
      Zakamwel se da una torta en la frente.
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: Allen, ¿todo el mundo se emborracha tanto aquí como
      
      este?
      
       
      
      Zakamwel señala a Leethel mientras se va.
      
       
      
      Leethel regresa del baño con una ligera mejoría en su caminar.
      
       
      
      El pescador ni siquiera parece escuchar las palabras de Zakamwel, absorto en sus pensamientos. Su mirada parece ir del cuadro al ancla colgada en la pared, las viejas redes de pesca
      
      y un catalejo oxidado, para finalizar en la danza del fuego de la chimenea.
      
       
      
       
      
      Leethel pregunta: Tenía que cambiarle el agua al canario, ¿ya me entiendes no?
      
       
      
      Zakamwel asiente con la cabeza.
      
       
      
      Leethel pregunta: Bueno amigo, ¿quieres otra botella?
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Y no será la última vez con todo lo que has bebido.
      
       
      
      Zakamwel hace un gesto de basta con la mano.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Leethel, deja esa botella y vamos a la otra mesa. Parece
      
      que Allen no está dispuesto a hablar más con nosotros.
      
       
      
      Leethel le da una palmada en la espalda al anciano, animándolo a que lo acompañe a beber.
      
       
      
      Leethel coge la última botella de la mesa y se la lleva a la anterior.
      
       
      
      Zakamwel mira en el mismo orden que el pescador los instrumentos de pesca.
      
       
      
      Leethel pregunta: ¿Qué pasa Zakamwel?
      
       
      
      Leethel pregunta: Estas bebiendo poco, ¿eh?
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Estoy de servicio, amigo mío. La vida de mi semihermano
      
      podría estar en peligro, y con eso no puedo jugar.
      
       
      
      Leethel pregunta: Almenos, hemos podido conseguir algo de información, ¿no?
      
       
      
      Zakamwel saca el pergamino y se lo enseña a Leethel.
      
       
      
      Zakamwel mira una pequeña ancla oxidada, retirada del servicio activo hace ya mucho. Posiblemente de un bote pesquero, pesadas redes de pesca deterioradas por el paso de
      
      los años. Un viejo catalejo oxidado, descolorido por el paso del tiempo. El cuadro lleva por
      
      título “La Pesca Milagrosa” y se ve un barco pesquero enfrentándose a la pesca con arpones de
      
      una gran ballena. El cuadro en cuestión capta vuestra atención: “La Pesca Milagrosa” fue un evento
      
      ocurrido hace muchos años y que enriqueció a los pescadores de Alandaen. Los balleneros,
      
      dirigidos por Obado Entibo, pescaron una enorme ballena gigante en las costas de Alandaen,
      
      enriqueciéndose gracias a ello. Obado Entibo siempre alegó ser guiado por la propia diosa
      
      Nirvë.
      
       
      
       
      
      Leethel dice: Muy bien, has tomado nota de todo.
      
       
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Tenemos el nombre de un mafioso poderoso, y lo que hace
      
      con los cuerpos.
      
       
      
      Zakamwel acaba de apuntar, los cuerpos los echa en las cloacas.
      
       
      
      Zakamwel pregunta con voz sobrenatural: Estoy cansado, Leethel, y tú borracho. ¿Te parece si
      
      continuamos mañana?
      
      Leethel dice: Me parece bien.
      
       
      
      Leethel dice: Ya tenemos algo más por donde continuar mañana.
      
       
      
      Zakamwel exclama con voz sobrenatural: ¡Tomeo, apunta las botellas a la cuenta de los Ashkar,
      
      espero que pronto seamos vencinos!
      
       
      
      Leethel se levanta y se dirige a la puerta como dignamente puede.
      
       
      
      Zakamwel acompaña a Leethel a la puerta sujetándolo como si no lo hiciera.
      
      Zakamwel dice con voz sobrenatural: Venga amigo. Nos vemos mañana, duerme mucho, y bebe mucha
      
      agua, pero de río, no de mar. 

      ¿Qué podrán encontrar nuestros investigadores en las cloacas? ¿Serán peligrosas? Pronto lo averiguarán…

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