Inicio Foros Historias y gestas La captura de Xssysh. Parte primera

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    • Alambique
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      Xssysh sonrió complacida, había conseguido lo que la anciana le había encomendado.

      Desató el fardo de cuero que portaba a sus espaldas y lo vació en el suelo de la plaza.

      Multitud de ranas Dardo comenzaron a saltar en todas direcciones, enloqueciendo a los Soldados.

      • Aquí tienessh lassh ranassh que me pedisshte.
      • Bien, veo que hassh cumplido lo que te pedí, llegarássh lejossh en esshta sshiudad. – siseó la anciana lagarta

      De repente uno de los soldado lagarto golpeó el suelo anunciando la llegada del General.

      • ¡Sshilencio, sshe aproxima el General!

      Xssysh contempló la majestuosidad de su General, se trataba de un varón hombre lagarto de proporciones gigantescas, recubierto de oscuras escamas y un sinfin de púas poblando su rostro, pero lo que más llamaba la atención eran sus manos, unas poderosas garras capaces de eviscerar a cualquier criatura.

      Xssysh hizo una reverencia al General y mantuvo la mirada en el suelo, no se atrevía a mirarlo a los ojos directamente.

      Sphynx observó a Xssyra con detenimiento.

      • Vaya. vaya… sshi tenemossh aquí a una incursshora resshien sshalida del sshigurat, puessh sshi te vessh con fuersshassh tengo algo para ti.

      Xssysh levantó la vista, el General se había molestado en hablarle, se sentía muy orgullosa.

      • Sshaludossh mi General, aquí me tiene disshupuesshta a lo que ordene.

      Sphynx pareció sopesar la situación y algo ensombreció su semblante, parecía preocupado.

      • Creo que aún eressh un poco joven, pero… sshervirássh. Últimamente han sido avisshtadassh algunassh patrullassh de sshiudadanossh de Takome cerca de las tierrassh humedassh, nesshesshito que vayassh a echar un visshtassho, pero no hagassh nada, sshólo obssherva y dime sshi essh verdad.

      Xssysh asintió firmemente y abandonó la plaza en dirección al pantano.
      Cruzó las calles de la ciudad con una sensación de felicidad que no había experimentado jamás, el General, el mismísimo General le había encomendado una misión a ella, a ELLA.

      Por fin llegó a las puertas de la ciudad, miró hacia atrás contemplando la ciudad que dejaba tras de sí, era la primera vez que salía de la ciudad, había pasado los últimos años en los fosos de crianza, creciendo y desarrollándose como incursora. Y nada más salir ya tenía una misión que realizar.

      La puerta estaba custodiada por un incursor, un chamán y una pretoriana. Había escuchado en los fosos increíbles historias de la guardia pretoriana, sin duda uno de los grandes hallazgos de los chamanes y generales, que guardaban celosamente el secreto de la receta de su cría.

      Xssysh se dispuso a abandonar la ciudad, pero de repente cayó en que no tenía ni idea de dónde estaban esas tierras humedas que decía el General.

      • Ehh…., sshaludos guardiass, alguno podría indicarme cómo llegar a lassh tierrash húmedassh?, essh de vital importancia.
    • Bah, menuda ovada que no sshabe dónde esshtan lassh tierrassh húmedassh, dónde vamossh a parar? – siseó la guardia pretoriana.

    • No te preocupessh, dale tiempo que sshon jóvenessh aún, tienessh que internarte en el pantano en dirección noresshte, no tiene pérdida o sshi… – contestó el guardia chamán.

    • Xssysh asintió y ahora sí abandonó su ciudad para internarse en el pantano, hacia las tierras húmedas.

      El calor se hacía más sofocante conforme se iba adentrando en el pantano y la humedad era tal que incluso a Xssysh le costaba respirar.

      Xssysh chapoteaba sobre el pantano, todo estaba cubierto por agua, la profundidad iba llegando a los dos metros de profundidad en algunas zonas.

      La presencia de mosquitos se hacía mayor al alejarse de la ciudad, dificultando a Xssysh orientarse, al menos estaba tranquila jamás penetrarían sus robustas escamas.

      Por fin comenzó a desaparecer poco a poco el agua, convirtiendo el mangle en un lodazal, pero los mosquitos no habían desaparecido.

      Esto debían ser las tierras húmedas de las que le había hablado su General.

      Xssysh se paró en seco y orientó su cabeza en todas direcciones tratando de escuchar algún sonido extraño, pero no hubo suerte, ni rastro de patrullas.

      Examinó el barro del suelo en busca de alguna huella, pero tampoco hubo suerte, ese barro no lo había pisado nadie.

      Siguió el camino hacia el norte, esta vez con más cautela, no quería toparse con ninguna patrulla.

      El cansancio comenzaba a hacer mella en Xssysh, no estaba acostumbrada a este tipo de caminatas, inevitablemente iba bajando la guardia con cada paso que daba.

      De repente escuchó algo extraño, un sonido que no había escuchado nunca, un sonido que la adormecía… sin poder evitarlo cayó en un profundo sueño.

      Xssysh se despertó sobresaltada y atisbó a ver dos semi-elfos junto a ella, trató de huir pero le fue imposible, se encontraba inmovilizada, unos grilletes la tenían apresada y en el extremo de ellos el semi-elfo los sostenía fírmemente.

      Xssysh forcejeó tratando de escapar, pero le fue imposible.

      • ¡Sshocorro!
    • Calma amiga – contestó el semi-elfo en su lengua.

    • ¿Un semi-elfo hablando su lengua, pero cómo había sido eso posible?

      • ¡Ssholtadme malditossh!
    • ¡Tranquila amiga! – le insistió el semi-elfo

    • ¡Nunca debí abandonar el pantano, no debí haber hecho cassho a mi General!

    • La semi-elfa soltó una carcajada y señaló sus botas.

      Xssysh observó las botas, tenían escamas. No pensaba acabar sus días formando un par de botas, así que continuó forcejeando, pero el semi-elfo agarraba los grilletes con fuerza, era imposible.

      • Sshacadme esshtos grilletessh! – siseó con fuerza Xssysh
    • Tranquila, vas a conocer una vida mejor que la que has tenido hasta ahora – trató de tranquilizarla el semi-elfo.

    • Sanaré tus heridas cuando estemos en un lugar más tranquilo – continuó diciendo el semi-elfo.

    • ¡Dejadme volver a mi pantano! – exclamó Xssysh

    • La semi-elfa ayudó al semi-elfo con los grilletes y comenzaron a tirar de ellos.

      Xssysh se dejaba arrastrar tratando que su peso muerto dificultara su transporte, pero los semi-elfos no desistían y arrastraban de ella.

      Abandonaron las tierras húmedas, llegando a una especie de senda. Se trataba de una carretera empedrada vigilada por un gran número de guardias armados con lanzas.

      Por fin llegaron a las puertas de una ciudad, rodeada por unas inmensas murallas.

      Custodiaban la puerta tres humanos fuertemente armados, se apartaron para que pasaran los dos semi-elfos junto con Xssysh.

      Los semi-elfos se adentraron en la ciudad, parece que tenían muy claro hacia dónde se dirigían.

      Conforme iba avanzando la comitiva a través de la ciudad Xssysh recibía empujones de algunos ciudadanos, el semi-elfo trataba de detenerlos, por alguna razón quería que Xssysh llegara intacta a algún lugar.

      Por fin llegaron a una enorme construcción, atravesaron una enorme puerta de roble remachada con metales y se internaron en ella, descendiendo por unas escaleras.

      Apenas llegaba luz del exterior y la iluminación de las antorchas apenas servía para iluminar toda la estancia. Las paredes habían perdido el esmero con el que estaba hecho el resto del edificio, se trataba de piedra desnuda sin enlucir.

      El semi-elfo hizo un gesto a un humano y éste le entregó una llave. Con decisión introdujo la llave en la cerradura de una de las puertas y tras muchas vueltas sonó un ‘clic’. El semi-elfo tiró de la puerta y un golpe de aire frío los sacudió.

      Se trataba de una pequeña habitación sin ventanas, cubierta de piedra tanto paredes como el suelo y sin nada que la iluminara.

      El semi-elfo empujó a Xssysh hacia ella,

      • ¡Sshacadme de aquí!
    • Te digo que es mejor que te calmes – insistió de nuevo el semi-elfo.

    • ¿Pero cómo me voy a calmar? – siseó Xssysh

    • Vas a pasar mucho tiempo aquí, fuera de los peligros de tus tierras – dijo el semi-elfo.

    • ¡Me habéissh apresshado, me habéissh traido a vuesshtra sshiudad, yo ssholo esshtaba explorando!

    • Bueno tendrás tiempo para relajarte. Yo sólo te estoy salvando la vida. Ya me lo agradecerás.

    • ¿Qué quería decir el semi-elfo con eso? ¿Salvarle la vida? ¿Agradecerle? Xssysh no entendía nada de lo que estaba pasando.

      El semi-elfo encontró una argolla en la pared y amarró los grilletes a ella cerrando un oxidado candado.

      • Tranquila, se te dará comida y agua.
    • ¡No quiero nada vuesstro, prefiero morir de hambre!

    • El semi-elfo sonrió a Xssysh que no entendía nada.

      • No queremos hacerte daño, sino te lo hubiéramos hecho cuando te encontramos. – trató de tranquilizarla el semi-elfo

      La semi-elfa abandonó la celda apresurada.

      • Lo siento amiga, deberás estar aquí un tiempo hasta que logres entenderlo todo.

      La conversación con el semi-elfo se hacía cada vez más enigmática, ¿qué estaba tramando?

      • ¿Pero por qué? ¿qué tengo que entender? – preguntó Xssysh
    • Las preguntas más tarde, primero tranquilizate.

    • La semi-elfa regresó a la celda con un cuenco lleno de un líquido transparente que depositó al lado de Xssysh. Lo llevaban claro si pensaban que Xssysh iba a beber de ese agua.

      • Te daremos agua y comida, nadie te golpeará ni te hará daño.
    • ¡No quiero nada vuesshtro!

    • Si no comes o bebes te daremos cada día comida nueva y agua fresca.

    • ¡Jamassh assheptaré nada de un sshusshio Eralie!

    • Acabarás comiendo y bebiendo vieja amiga.

    • ¡Jamássh!

    • El hambre y la sed son universales, ahora nos marcharemos. Si quieres hablar conmigo sólo tienes que tocar a la puerta cinco veces, el carcelero sabrá qué hacer.

    • ¡No hará falta, no tengo nada de que hablar con vosshotrossh!

    • Espero que el tiempo te haga querer hablar. – dijo el semi-elfo

    • Xssysh observó sus grilletes, estaban tan apretados que algunas escamas comenzaban a saltar con el forcejeo.

      • ¡Ssholtadme esshtos grilletessh, me aprietan demasshiado!

      El semi-elfo se aproximó a Xssysh e introduciendo una llave en sus grilletes liberó un poco la presión.

      • Acabo de salvar tu vida, tu espíritu y tu mente y aún no lo sabes.

      Y con esta última frase abandonaron la celda los semi-elfos cerrando la puerta tras de sí.

      Xssysh se encontró en la celda, completamente a oscuras a excepción de una pequeña rendija de luz que entraba a través del marco de la puerta. Tenía demasiadas cosas que asimilar, no tenía que haber aceptado la misión del General o simplemente decirle que no había visto nada, entonces seguiría en su pantano y no en una celda, atada a una pared. La conversación con el semi-elfo le intrigaba, ¿por qué hablaba tan enigmáticamente?¿Qué tramaba el semi-elfo? Pero lo que más intrigaba a Xssysh era que el semi-elfo se preocupase del bienestar de ella, ¿dónde estaba el odio racial? Todo era demasiado extraño…