La despedida de un amigo…

La noche caía en el imperio.
Y la casa Skroen se encontraba en penumbras.
El manto de oscuridad me abrazaba con dulzura, mientras la tenue brisa que pasaba por las ventanas entreabiertas susurraba palabras capaces de quebrar el corazón más puro.
Dakharhu me había hablado que en esa casa había algo que el necesitaba.
Pero no podía atravesar el bosque impenetrable como yo.
Drazzar me había enseñado, hasta había veces donde me llamaba por las noches, como si fuese su hijo.
(Eyrh, Eyrh) sus susurros se acoplaba al coro de almas, y al tenebroso trinar de aves.
Drazzar estaba parado en el medio de la sala principal de la casa.
Su sonrisa se quebraba por las innumerables heridas que presentaba en su rostro.
Me miró, y acercó una antorcha hacia mi, solo para asegurarse que sea yo, y no un fugaz delirio que te da el bosque.
Eyr, me enteré de tu regreso al bosque.
El imperio te tenía muy alejado de este lugar… dijo mientras una sonrisa más grande se dibujaba en su rostro.
Se acercó más, y me dio un abrazo, algo muy raro en el.
Me soltó, y me dijo ya con una voz susurrante. Eyrh, el bosque últimamente está siendo castigado por un ser que corrompe la paz que hay.
Lo miré, y sonreí.
Drazz… de que paz hablas, si aquí nunca hubo paz…
Su mirada se encontraba perdida.
Se sentó en el suelo, y seguía contemplándome.
Eyrh, hace cuanto que te fuiste… me dijo mientras su mirada intentaba penetrar más aya de la mía.
Drazz… te encuentras bien… le pregunté, mientras lo miraba, como el marchitamiento de una flor.
Su cuerpo totalmente demacrado, y sus movimientos lentos, solo indicaba una sola cosa.
Pero antes de que pudiese decir algo se reincorporó del suelo y me dijo…
Eyrhien, Velzhar me obliga a llevarte hacia el…
Lo miré extrañado, y no podía entender lo que sucedía.
Drazz quien es Velzhar?.
Su mirada encendió en furia.
Ya olvidaste a Velzhar!, maldito desgraciado!, como olvidas a Velzhar!. Sus gritos retumbaban en todo el linde del bosque.
Drazz, por favor cálmate por favor…
No quiero calmarme, maldito mal agradecido!.
Sus ojos se llenaban de lágrimas, mientras susurraba por lo bajo… (Velzhar… Velzhar… Velzhar…).
Drazz por favor explícate, ven siéntate a mi lado y explícate. Le dije mientras intentaba calmarlo.
El se sentó en el suelo, mientras desenvainaba con armonía su sable.
Eyrh, perdóname, pero Velzhar me esclavizó, ahora tan solo soy un peón de el…
Por favor, ten este sable, y no vuelvas más a este bosque.
No me hagas caso como maestro… hazme caso como un padre que se que nunca pudiste tener…
Ahora estoy lúcido pero no se hasta cuando durará, te suplico que me dejes, y dejes este bosque.
Al terminar de decir eso, se agarró la cabeza, y empezaba a retorcerse en el suelo.
Velzhar… Velzhar… por favor para, para!..
Su rostro se encontraba totalmente desencajado, y una macabra sonrisa se empezaba a dibujar en el.
Eyrhi, ten por favor dale esto a Dakharhu…
Con sus últimas fuerzas me acercó un plano, y un frasco que en su interior contenía un líquido color ámbar.
Dáselos de parte de Drazzar… dijo mientras cerraba sus ojos, y entraba en un trance.
Me levanté del suelo, y no pude evitar derramar lágrimas por la única persona que me supo entender, y el que me hizo sentir a algo parecido a un padre.
Antes de marcharme dije entre una mescla de llanto, y susurros. Gracias por todo Drazzar, y te prometo aquí, en este lugar, que te salvaré de tu maldición.
Mis palabras se esfumaron por el aire, como si no tuviesen importancia alguna.