La Maestre de Poldarn se encontraba en su sala de Gobierno revisando las notas del estado del castillo y estudiando las ordenes de patrulla, de vez en cuando levantaba la vista del papel para echar una ojeada a los mapas del reino que se encuentran en las paredes de la sala.
En la mesa, un retrato de su padre se eleva entre los papeles de la mesa. Un apuesto hombre que fue conocido en el castillo por su defensa de las fronteras del reino y que tristemente cayó en combate. Pocos recuerdan donde ocurrió, pero el rostro de Maeldor cambia al pasar su mirada por el retrato,
-Te vengare padre, de eso no te quepa la menor duda. Un Armida lo derrotará…
Ruidos llegan desde el exterior, el sonido de unos pies a la carrera se acerca rápidamente.
– ¡Mi señora! ¡Mi señora!
Maeldor se coloca su sello de Maestre mientras se reincorpora de su silla.
-¿Qué ocurre?
-Mi señora, lo han encontrado, por fin dio la cara.
-¿La bestia?!?, responde con sorpresa Maeldor.
-Si Maestre, por fin lo han encontrado los exploradores, nos acaba de llegar el mensaje de un Ranger de Thorin.
El criado, con las manos en las rodillas, intenta coger aliento después de subir las escaleras a la carrera.
-Coge aliento joven y dame los detalles.
El criado, nervioso y recuperando un poco el resuello se dirige a Maeldor.
-En Ucho mi señora!, La bestia se encuentra en la arboleda de Ucho, cerca de la ciudad de Kattak, los exploradores han encontrado restos de animales de la arboleda carbonizados junto con extensiones de arboles quemados. No tienen duda mi señora, la guarida de la bestia se encuentra allí.
Maeldor levanta la mirada y se fija en los mapas de la pared, con el rostro serio pero con un brillo particular en los ojos se dirige al joven.
-Corre a las cuadras, que preparen mi montura y avisa a la herrería que tengan mi equipo listo.
El joven gira rápidamente y se dirige a la salida, pero de repente parece recordar algo.
-¿Aviso a los cruzados mi señora?.
Maeldor sonríe al escuchar al joven.
-No joven, esto es algo personal.
