Inicio › Foros › Historias y gestas › Las bromitas de Ondish
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Una mariposa se movía alrededor de Irhydia.
La mariposita dice: Hueles a perfume barato, elfa.
Canh se ríe suavemente.
La nubecita mira a Canh y entre carcajadas dice: OHHHHH, tú debes ser su enamorado, ¿cierto? Es que le gustan pequeñas.
La nubecita dice: Evidentemente hablo de las manos…
La nubecita dice: ¡Vaya, vaya, Ninhus! ¿Por qué tienes esa carita de enfadado?
— ¿No ves que soy una halfling? A mí no me interesan las chicas — dijo la halfling, algo decepcionada.
Ninhus señala con el dedo un montón de basura que había en el suelo.
Ninhus: Desde hace tiempo vengo observando demasiadas cosas que la gente deja abandonadas en la plaza de Anduar.
La nubecita pregunta: ¿Es esa basura lo que hace que pongas carita triste?
Canh dice: Quizás nunca se ha enfrentado a un problema de verdad, como el poderoso Balrog. Yo sí, lo he matado, de una sola flechada, ¿eh?
Una mano gigante se forma sobre la plaza y comienza a recolectar los papeles uno a uno.
Canh dice maravillada: ¿Y eso?
Como por arte de magia, los papeles comienzan a discutir entre ellos.
Ninguno de los presentes podía entender lo que estaba pasando.
Canh pregunta: ¿Pero qué pasa aquí? ¿Es algún tipo de broma de mal gusto para molestarnos?
La nubecita dice: Seguro que ahora Ninhus se pondrá contento.
Canh posa su mano sobre su Temblor.
La nubecita dice: Querida Canh, no te pongas violenta.
Un espejo de más de dos metros aparece delante de Canh y en su reflejo está vestido con un vestidito rosa.
La nubecita dice: Vaya, Canh, para no ser una chica te gusta ponerte guapa.
La nubecita suelta una pequeña carcajada.
Ninhus: Hago saber la siguiente propuesta al general de Anduar: Estimado general, es justo pensar que una ciudad representa lo que sus calles y sus gentes son. No es agradable encontrar basura, partes de cuerpos, objetos, armas cortantes y demás cosas en la plaza de la ciudad, concurrida por niños y familias de la ciudad. Por ello le propongo establecer multas a los usuarios de la plaza que dejen su basura en el suelo de nuestra gran plaza, que además está vestida con su majestuosa estatua.
Canh dice: ¡Me estás poniendo nerviosa!
La nubecita dice: Menudo cascarrabias eres, Ninhus. Pero no te quito la razón, son unos cochinos.
Canh dice fijando sus ojos en Ninhus: ¿Cómo te preocupas por la basura? ¿No ves que esta… cosa… me está faltando al respeto?
Varias golondrinas revolotean alrededor de la zona, posándose finalmente en el tejado de una bonita casa señorial.
Curiosamente, cada una de las golondrinas es de un color diferente.
¿Qué está pasando en la plaza? Nada parece real.
La Plaza Mayor se llena de caminantes que acuden a ver el colorido espectáculo.
Canh lleva las manos a la cabeza.
La nubecita vuela alrededor de todos los presentes cada vez más rápido.
La nubecita dice: Ahora esta es mi plaza, yo dibujo los sueños, yo os invito a soñar despiertos.
Desde el público se escucha una voz diciendo: ¡Muéstrate, sé que estás ahí!
Ghiz se esconde entre la multitud, tratando de pasar desapercibido.
Ghiz observa la silueta desdibujada de un gnomo acercándose lentamente hacia la Plaza Mayor.
Ninhus: Ninhus hace su ronda por la plaza de Anduar. Súbitamente se detiene un momento y observa con cara de pena toda la basura acumulada a los pies de la estatua del general.
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