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Tras recuperar los materiales necesarios indicados por Timotivac para la realización de la supuesta maravilla de la ingeniería, LanzadorDePiedrasALargasDistancias, se volcaron a su fabricación con el ahínco propio de esta raza que prevé una carnicería.
Una vez terminada su fabricación el Caudillo de Golthur, Vuldeck, dijo con su poderosa voz: A ver gnomo, ahora como funciona esto. La fabricación del objeto no sirve de nada si no podemos probarlo. Como llevamos el objeto a Golthur.
Timotivac dice: IgualDeberiamosEmpujarla
Timotivac dice: TengoQueMejorarlaParaQueSeaAutomática, HIHOHIHO
Vuldeck gruñendo con fiereza, asiente lentamente.
Bragqotul dice en negra: Señor, he explorado las zonas más cercanas a la ciudad y no he visto ninguna avanzadilla esperándonos.
Vuldeck dice: Gruzzt, empuja la catapulta hazta laz puertaz de nueztroz enemigos
Gruzzt dice en negra: GRUUUUUUUZZZTTTT
Y así lentamente con él lento paso marcado por Gruzzt, fueron encaminándose hacia el reino de Takome, para comprobar si la fe depositada en los ingenios del gnomo estaba justificada.
Al llegar a las proximidades del reino de Takome, Bragqotul se adelanto ligeramente a la comitiva y dijo:
Bragqotul dice en negra: Voy a hacer un nuevo reconocimiento, espero traer buenas noticias.
-|Bragqotul|/- sale galopando en su Tarántula Gigante en dirección noreste.
Poco a poco mientras contemplaban como Gruzzt comprimía sus músculos empujando la pesada catapulta, llegaron a las puertas de la senda de Alba, la carretera que es antesala de la ciudad de Takome.
Al comienzo de esta, Vuldeck dijo con su atronadora voz: Bragqotul, adelantémonos y limpiemos el camino de los débiles humanos que lo protegen la senda como en los viejos tiempos, para que no molesten el avance de Gruzzt.
Y así codo con codo el Caudillo y caballero arrasaron a su paso con todos los guardias mientras el ansía de sangre de estos anárquicos aumentaba con cada vida que se cobraban. Al llegar en frente de las puertas de Takome, protegidas por un regimiento de guardias, estos se quedaron extrañados viendo el extraño artilugio que traían las huestes.
Vuldeck, girándose lentamente, se acerco a Gruzzt y mientras le daba una palmada en la cabeza dijo: Bien Gruzzt.
Después se giro hacia el gnomo y dijo:
Dices en negra: ¡Groaaaak!, Como caudillo de Golthur exijo el privilegio de zer el primero en entrar
El caudillo tomo asiento en la cuchara de la catapulta y con un crujido el brazo de la catapulta se rompió con un ruido sordo.
Con un gruñido se giro hacia el gnomo mientras empuñaba con firmeza su Cimitarra Demoniaca.
Timotivac dice: NoNoNoNo, EsperaSeñorHaSidoUnFalloDeCálculo.DejameQueLaRepareLa CatapultaYSeguroQueAhoraFunciona.
Bragqotul dice: Señor… no tengo muchas esperanzas en este gnomo… Ya ha visto que su primera creación solo ha servido para hacernos perder el tiempo.
Con renovados bríos Timotivac se enfrasca en la reparación de su catapulta mientras los miembros del bando anárquico lo miraban con cara de pocos amigos.
En ese momento un enano perdido apareció por el camino y se dirigó raudo hacia dentro de la ciudad.
-Kromer- se va hacia -||| N |||-
norte
Camino Empedrado de Takome [n,s]
Charco de sangre
Tarántula Gigante de Bragqotul está aquí.
-|Bragqotul|/-, Shagruk, -|Gruzzt|/- y -Kromer- están aquí.
Filetes [3], Hamburguesa, Vendas [14] y Cuchillos [5].
-Kromer- se va hacia -||| N |||-
Vuldeck exclamo: Gnomo odio que los enemigos se nos escapen, Bragqotul eres el mejor artesano de la horda y yo el mejor herrero ayudemos nosotros a este gnomo a terminar con la reparación, o utilizaremos su propio cuerpo como ariete. Gnomo, dinos que tenemos que hacer.
Timotivac llama a sus ayudantes para que se acerquen y comienza a explicarles con detenimiento como deben construir el nuevo invento.
Timotivac dice: PrestadmeAtencionEsteInventoEsMuyComplejo, PrimeroDebereisCortarLaMaderaEnPedazosYpulirlaConMuchoDetalleAdemásDebereisConstruirUnosMuellesDeCobreYUnaCucharaGigante. UnaVezHechoTodoEstoAnudaremosConLaCuerdaCadaPiezaPeroParaQueNadaFalleTendréisQueTallarYPulirTodoDeUnaFormaPerfecta.
Bragqotul agarra los primeros tablones de madera, y comienza a pulirlos con una facilidad y precisión digna de elogio, mientras Vuldeck hace lo propio con el metal, y
Timotivac situa cada herramienta en su lugar para ayudar y acelerar la tarea de sus ayudantes.
Timotivac mira ensimismado la forma en la que está quedando lo que es uno de sus inventos más brillantes.
Timotivac da unas pequeñas instrucciones a Bragqotul y Vuldeck para que todo siga este buen rumbo de trabajo.
Bragqotul coge una regleta y comprueba que todos los trozos de madera ya pulidos sean totalmente perfectos.
Bragqotul termina de pulir las últimas maderas y observa a Vuldeck.
Vuldeck mira sonriente a Timotivac y Vuldeck, orgulloso del trabajo que esta realizando.
Vuldeck termina finalmente la última pieza del invento.
Timotivac, Bragqotul y Vuldeck, cogen las piezas y las sitúan en su lugar correspondiente.
Timotivac, Bragqotul y Vuldeck, cogen las piezas y las sitúan en su lugar correspondiente.
Timotivac coge unas cuerdas, y amarra todo de forma segura.
Ahora sí, sonríen todos al ver el aspecto esplendoroso de este nuevo invento.
Timotivac finaliza con éxito la construcción de su invento.
Trepas a la parte alta del LanzadorDePiedrasALargasDistancias y te colocas como proyectil.
Timotivac dispara la catapulta.
Sales disparado hacia el norte.
Estas siendo atacado por Viajero.
Prins se va hacia – ||| N ||| –
Estas aturdido por el impacto.
Avenida de Moisés [s,e,n,o]
Viajero está aquí.
Siendo el primero en aterrizar dentro de la ciudad Vuldeck se lanzo a un frenesi salvaje mientras aseguraba la plaza para que sus tropas tuvieran el camino despejado en el aterrizaje. Una gran cantidad de supuestos héroes se hicieron fuertes contra él haciendo retroceder al caudillo hacia las callejuelas, cosa que cambio cuando su incondicional Gruzzt, aterrizo a su lado.
Gruzzt grita: ¡ GRUUUUZZZZZTTTT ¡
Y entre ambos hicieron retroceder a estos supuestos hasta que estos huyeron despavoridos por las otras puertas de la ciudad dejando a los ciudadanos de esta y a su reina indefensas.
Para cuando aterrizo Bragqoutl dentro de las murallas no había oposición alguna.
Vuldeck dice con malicia: Vayamos a presentar nuestros respetos a Priis.
Y justos los tres se lanzaron contra el castillo arrollando a todos los defensores que se encontraron en su camino.
La batalla solo pudo terminar de una manera. Con la cabeza de Priis rodando por el suelo, cuando la fuerza de estos 3 anarquicos acabo con toda la oposición del trono.
Tras acabar Vuldeck se giro a sus dos compañeros de armas y les dijo: Creo que ese gnomo empieza a caerme bien.
Bragqoutl solto una risotada, mientras negaba lentamente con la cabeza con gesto de incredulidad, mientras Gruzzt, con la mirada simple y perdida exclamaba:
Gruzzt exclama: ¡Gruzzt contento!
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