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Todo era silencio en la fortaleza negra, a la salida del sol la actividad en la fortaleza era mínima, las hordas de orcos y semi-orcos que vivían allí solían descansar hasta pasado el mediodía para evitar la mayor incidencia del sol en sus oscuras pieles.
Pero esa mañana, no todo era como siempre, un pequeño grupo de nubes negras habían aparecido durante la noche, y estaban instaladas encima de la fortaleza, impidiendo la entrada de cualquier rayo de luz a través de ellas hacia la negra y poderosa fortaleza. Nadie reparó en ese hecho, así que el día a día de la fortaleza siguió sin ningún problema durante la jornada. Durante la noche, los rayos de las lunas fueron también bloqueados por las nubes, lo que hizo que la visión durante la noche fuera casi nula, aun así, nadie le dio mucha importancia…
A la mañana siguiente, las nubes eran más abundantes y toda la fortaleza, ahora sí, las vio como algo extraño, aunque este hecho no hizo variar los planes de nadie y la vida siguió como siempre… pero cuando llego la noche, flojos sonidos de tambores resonaban por la fortaleza en donde los largos pasillos de altos techos eran centro de todas las miradas, ya que en ellos, el sonido resonaba con mucha claridad… durante toda la noche no pararon ni un momento…
El tercer día amaneció más oscuro que el anterior, aún se podía ver algo de luz, pero era remota ya que las nubes empezaban a poblar todo el cielo del reino de Golthur… Mergandevinasander , el dragón negro, hasta entonces no había dado importancia a tales hechos, pero ahora se mostraba algo preocupado, algo estaba pasando en su reino y él, el amo y señor de la fortaleza tenía que saberlo, así que, con un rápido movimiento se dirigió hacia la gran balconada de la torre y salto al exterior …Los chamanes de la fortaleza subieron al 4 piso, para hablar con los todopoderosos hechiceros, pero estos tampoco sabían nada… todo lo que estaba ocurriendo era muy extraño…
Varios mensajeros fueron enviados a los reinos aliados de Ancarak, Mor Groddur y Grimoszk, para convocar una reunión con los chamanes para encontrar alguna posible explicación a tan extraña situación… hacía años que la tranquilidad estaba asentada en el reino, la última vez que paso algo extraordinario fue la ocupación y más tarde derrota de Lord Grimfang, en la tercera era, desde entonces, todo estaba muy tranquilo.
En las cavernas de Ancarak, muy cercanas a Golthur, veían con recelo la aparición en el cielo de esas nubes, aunque como la vida de los Ancareks discurre durante largas horas debajo de la tierra, no les daban demasiada importancia… hasta que por las noches, empezaron a resonar unos tambores en las cuevas y rumores de algo malo empezaron a circular por las cavernas…
En Mor Groddur, no se tenía noticia alguna de los extraños acontecimientos que en Golthur estaban ocurriendo, la Torre Negra seguía su propia recuperación, pero aun así se decidió enviar una pequeña expedición de chamanes… igual que en Grimoszk, el Patriarca hizo crear un numeroso grupo de chamanes para ayudar a sus aliados de Golthur a descifrar que estaba ocurriendo allí… desde Takome, el comisario fue informado de varios movimientos extraños en las cercanías de los pantanos, por lo que decidió enviar varios exploradores expertos para seguir de cerca esos movimientos…
Esa misma noche, Mergandevinasander volvió de su aventura, la oscuridad y los fuertes vientos, hicieron que volviera agotado, una fuerza extraordinaria era la causante de todo aquello, pero nada podía hacer él. Así que decidió aguardar en su cubil a los acontecimientos…
El jueves amaneció oscuro, durante la jornada todos intentaron seguir con sus trabajos aunque el temor a un desastre hizo que muchos decidieran quedarse en la fortaleza. La noche siguiente fue igual que la anterior, sonidos de tambores durante toda la noche que impidieron dormir a la gran mayoría…
A la tercera noche desde que enviarán los mensajeros, empezaron a llegar las comitivas aliadas que se unieron a las de Ancarak después que estos vieran perturbadas sus noches con esos insoportables tambores… Los exploradores eralies les seguían a cierta distancia pero un extraño poder les impidió seguir adelante y tuvieron que quedarse a las afueras del reino de Golthur debido que les fue imposible seguir, una fuerza invisible impidió que pudieran intervenir en aquello que estaba ocurriendo… visto lo visto, volvieron sobre sus pasos para avisar al comisario y que éste trasladase lo descubierto al consejo de la Santa Cruzada de Takome.
Un gran grupo de chamanes estaban en el erial cercano a Golthur, y de camino a Golthur, escucharon unos mensajes en su mente que les encomendaban ir a la Catedral de la Guerra, en donde se encuentra el sarcófago de Lord Gurthang. Cuando abrieron las gruesas puertas, vieron junto al sarcófago un viejo semi-orco rezando a Lord Gurthang con unos rezos desconocidos por todos ellos y a su lado un viejo decrépito.Galuzur que así se hacía llamar, se levantó cuando vio entrar la gran comitiva, una sonrisa se dibujó en su rostro, parecía que sus plegarias habían sido escuchadas…
Galuzur les explico que durante estos últimos años, el poder de los chamanes había descendido y que había llegado la hora de recuperar el puesto que en su día Lord Gurthang ideó para los chamanes. Él sólo era el guía de la misión, es por eso, que necesitaba de su ayuda para liberar el poder de Lord Gurthang otra vez y que éste llegara renovado a manos de los chamanes… Gracias a la estimable ayuda de varios chamanes eruditos, que fueron traduciendo todo al resto, todos los chamanes pudieron entender todo perfectamente, ya que al tener varios idiomas, todo había estado un poco caótico al principio. Según explicó Galuzur, el viejo decrépito se encargaría de que nadie molestase a la comitiva durante la misión.
Lo primero que pidió Galuzur fue un líder del grupo y después de muchas dudas y temores, Eicca, la chamán de más edad del grupo alzó su voz entre las demás, ofreciendo su liderazgo y experiencia para liderar al grupo en esa nueva aventura. Todos estuvieron de acuerdo con tener a Eicca como líder así que fue la encargada de hablar con Galuzur…
El grupo era numeroso y estaba formado por: Sidonu, Ancestro Nigromante, J’hradra, Ancestro Chamán, Ghalhugg, Szyrtex, Eicca, Ghutgar, Zumbro, Vaegril, Espíritu Sanador, Glok, Wraag, Ancestro Chamán, Xsharak, Shaslass, Eysha, Kobo, Sgarck, Sisalin y Wherkrak.
Eicca después de hablar con Galuzur explico a todos los presentes que Gurthang debía recuperar el poder perdido durante estos últimos tiempos y la única forma era que los chamanes mostrasen el respeto perdido por Lord Gurthang. Lo primero que pidió Galuzur, intermediario enviado por Lord Gurthang fue encontrar un libro perdido: “Las Crónicas de la Liberación”, y lo único que sabían es que estaría guardado en alguna biblioteca de Eirea.
Los chamanes empezaron a crear grupos para ir en su busca, y cuando iban a salir en su búsqueda, una ráfaga de aire hizo a todos parar y ver en sus manos un símbolo de la guerra, símbolo de Lord Gurthang y que ninguno de ellos llevaba con lo que demostraban que quizá, lo habían olvidado… Galuzur les hizo saber, que debían llevarlo durante la aventura ya que era una gran fuente de un desconocido poder…Se hicieron varios grupos, y fueron a diferentes bibliotecas de los reinos dominados por el mal: D’hara, Mor Groddur y Golthur … en ninguna localizaban el libro y los ánimos empezaban a flaquear… cuando de repente, un golpe de suerte cambio el rumbo de los acontecimientos y el grupo más numeroso encontró el libro en la biblioteca abandona de Golthur, no fue fácil conseguirlo debido que allí abajo tuvieron que luchar contra espectros vigilantes de los libros allí guardados, algunos de los cuales, son únicos en toda Eirea.
Una vez, todos los chamanes se agruparon junto a Eicca y Galuzur, Eicca levanto el libro para que Galuzur pudiera observarlo mejor y…
Galuzur dice en negra: sí, esdre ae el libro. lae crónicae dre la liberación, escridrae bor loe chamanae qo liberaron a kurdhank dre rue krilledres.
Galuzur dice en negra: degnemoe qo llevar esdeg libro a la infinidag llanura, dogndeg kurdhank esdagba brero.
Galuzur dice en negra: ahí hain oan adril, one ese libro ebe bermanecer.
Galuzur dice en negra: bero no bodremoe llevar objedroe drel blano madrerial al blano dre la llanura drurandre an viaje asdral.
Galuzur dice en negra: ebemoe abrir una brecha endre loe blanos, lo ruficoanemene krane bara qo libro lleko a la llanura.
Galuzur dice en negra: haie una forma dre hacerlo.
Galuzur dice en negra: alkunoe deg loe charcoe deg makma degl infoarno esdagn dagn caloandage qo berdugrban la frondegra endre loe blanos.
Galuzur dice en negra: ri concendramoe nosdro bodegr en uno deg eroe charcos, bodremoe abrir una brecha.Gracias a las diversas traducciones de los eruditos, todo el grupo entendió lo que había dicho Galuzur y se dispusieron a seguir las instrucciones que había dado.
La única forma de llegar al infierno de Golthur, era bajando por el viejo pozo de magma que había en las forjas. Usando cuerdas fuertes, fueron bajando uno a uno por la chimenea volcánica apagada. Durante el trayecto grandes piedras bloquearon el camino, pero una a una, fueron apartadas para seguir con el camino hacía el infierno.Una vez llegaron a las entrañas de Golthur Orod, las cavernas volcánicas están llenas de Salamandras y Elementales de Fuego dispuestos a matar a todo aquel que ose llegar a su territorio. El amo y señor del Infierno, el Balrog, así lo ordena.
Una vez llegaron, debían encontrar en las cavernas algún charco lo suficientemente caliente tal y como decía Galuzur. Por suerte, Galuzur sabía perfectamente cómo encontrar los charcos de magma incandescente, se agachaba, tocaba con la palma de la mano el suelo… iba mirando a izquierda y derecha, buscando alguna pista que le llevase a un buen charco…
Fueron andando poco a poco por caminos rodeados de lava, el calor era increíble y el humo que salía de la lava empezaba a nublar la vista de muchos de los chamanes… la fuerza de algunos empezó a flaquear, lo que tuvieron que ayudarse los unos a los otros para superar las dificultades que fueron surgiendo. Cada vez más, lograban penetrar más en el infierno y a medida que estaban más adentro, fueron encontrando pequeños charcos de lava pero no estaban lo suficiente calientes para iniciar el extraño ritual que les había comentado Galuzur. Galuzur los iba examinando uno a uno hasta que lograron dar con uno que estaba bastante caliente pero al cabo de unos minutos, Galuzur informó que no estaba lo suficiente caliente y la brecha no se abriría, fue en ese momento que entre todos usando sus poderes, empezaron a alimentar con fuego creado de sus manos el pequeño lago de magma, de manera que, después de varios minutos recibiendo columnas de fuego, el lago alcanzó tal grado de calor que grandes burbujas de lava empezaron a saltar por todo el lago, algunas empezaron a caer peligrosamente muy cerca de la comitiva, pero no pararon de lanzar columnas de fuego alternándose los unos con los otros hasta que al final, una gran bola de fuego empezó a formarse en mitad del lago y al explotar, una brecha se abrió frente a ellos…
Era una brecha pequeña pero lo suficientemente grande, como para que el libro pasase sin problemas, fue así como Eicca deslizó el libro por el interior de la brecha tal y como había dicho Galuzur. Ahora era su turno … ahora era el momento de viajar todos juntos al plano de las llanuras para poder estar junto a su señor, Lord Gurthang… uno a uno, empezaron a realizar el viaje astral que con anterioridad ya habían realizado más de una vez. Esa vez, el viaje no era igual que las otras veces, ya que al realizar el viaje, notaban una fuerza que los unía con el plano mucho más fuerte que en anteriores veces, quizá la brecha abierta con el poder de todos, tenía mucho que ver… seguro!
Al llegar allí, se juntaron todos y empezaron a divagar sobre la ausencia de su señor, todos pensaban que estaría allí esperándolos pero no fue así. Eicca recogió el libro del suelo que estaba a pocos metros y aunque no estaba quemado, estaba caliente, muy caliente… Fue entonces que en ese momento en que todos andaban un poco perdidos, vieron a lo lejos una pequeña estructura. Como no sabían muy bien que hacer, decidieron encaminarse hacia allí y acercarse. A pocos metros ya vieron de lo que se trataba, era un viejo atril. Era el atril que había nombrado Galuzur antes, así que con paso firme se dirigieron hacía el atril con intención de depositar en él, el libro. A pocos metros del atril, todos miraron a Eicca y ésta, que ya tenía el libro entre las manos y mirándolos a todos se acercó poco a poco al atril para depositarlo encima.
Eicca acomodó el libro encima del atril muy suavemente, éste al coger contacto con el atril empezó a desprender pequeños destellos de luz a través de las letras de la tapa del libro. Este hecho hizo retroceder un poco a Eicca pero valientemente y tal como le dijo Galuzur, acercó sus manos al libro y lo abrió…
Un haz de luz salió del mismo hacía arriba perdiéndolo de vista en el infinito, Eicca empezó a leer y a medida que leía lo que estaba empezando a ocurrir es difícil de describir, sombras arremolinando el atril fueron llenando los alrededores, era tal el espesor de las mismas, que los chamanes empezaron a perderse de vista, hasta que de repente, la luz se hizo en el lugar y todos recibieron un fuerte golpe de fuerza que hizo que todos y cada uno de los chamanes se arrodillase… las sombras se unieron en un ser enfrente del atril, era Lord Gurthang que complacido por tal hazaña mostrada por el numeroso grupo de chamanes, notificó alto y claro, que una nueva era de Los Señores del Abismo empezaba allí mismo, ya que tal muestra de adoración hacía él, había hecho que su poder aumentase de tal manera, que podía ofrecer parte de ese poder al plano material para que el dolor y el sufrimiento de la guerra volviera a tomar las riendas de destino de todos y cada uno … una nueva época empieza… la guerra está servida….
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