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…y al examinar a ese corpulento lagarto, de resistentes escamas, apertura bucal terriblemente gargantuesca, dientes afilados como forjas enanas y escasa rapidez mental, no dudó en utilizar los escasos poderes vampíricos que aun conversa para adentrarse en la miserable mente de este ser, obligándole a enfrentarse a cientos de bandidos, uno tras otro, hasta que finalmente acabaron de manera inevitable con su vida, mientras él observaba los combates disfrutando de la orgía de sangre, momento en el cuál un terrible aullido brotó de su boca, de aún puntiagudos colmillos, destrozando los tímpanos de los presentes, que cayeron al suelo fulminados por la potencia sonora de tal grito.
Con pasos altivos, caminó despacio entre los restos hacia los de aquél escamoso ser, empujando con desprecio uno de los cuerpos de aquellos desdichados humanos que apoyaba sobre él.
Con pocas palabras y simples gestos, consiguió que una extraña aura mágica rodeara el cuerpo, preservándolo de todo lo que trascurriera en su entorno, incluso el tiempo.
Aquellos cuerpos, que sembraban el camino y regaban de sangre los cultivos del poblado de Brenoic, no iban a ser derrochados, él tenia un plan para ellos también, y una vez devueltos a una no-vida como esclavos sin voluntad alguna, cargaron el pesado cuerpo y partieron hacia la ciudad de Galador, donde daría lugar el macabro ritual.
Una vez por las oscuras calles de la ciudad, comenzó de forma apresurada el ritual, lejos de los ojos de cualquier individuo, pues no gusta de que ajenos se entrometan en sus asuntos, por muy rutinarios que puedan parecer.
Al cabo de varios largos rezos, trascurridas unas largas horas, y estando casi exhausto por el ritual, él cayó, postrándose de rodillas al suelo y sintiendo un pinchazo en su frío corazón, como si tal ritual hubiera hecho mella en su conexión divina, cuando el enorme cuerpo empezó a moverse lentamente, levantándose torpemente y algo aturdido de los fríos adoquines de la lúgubre calle.
– ¿Quien eres? – preguntó él.
– Selmaer Albinez’Rakh, anciano. Todo aconteció como esperábamos, mi cuerpo vuelve a ser joven y fuerte, y mi memoria, intacta, aún reconoce tu inconfundible rostro, Andhrar.Los labios de él se torcieron dejando imaginar una leve y grácil sonrisa, para posteriormente marcharse con paso firme.
Nadie podría explicar aún el porqué de este altruismo… quizá algún día podamos desvelarlo.
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Muy buena historia :Bravo:
Lo mejor xD
Aquellos cuerpos, que sembraban el camino y regaban de sangre los cultivos del poblado de Brenoic, no iban a ser derrochados, él tenia un plan para ellos también, y una vez devueltos a una no-vida como esclavos sin voluntad alguna, cargaron el pesado cuerpo y partieron hacia la ciudad de Galador, donde daría lugar el macabro ritual.
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