Inicio Foros Historias y gestas Memorias de Arcil Nar’ha, Cronista Segundo de la Casa Ler’inen 4

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    • Jashraia
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      19 de Aylie del 191. Era 4ª

      ¡Qué giros da la vida! Después de tantos años leyendo sobre las aventuras de la familia Ler’inen en los Archivos de la Casa,
      de los que mi padre fue Cronista y yo después, al heredar su cargo, ahora seré yo misma la protagonista de una. El Señor de
      la Casa me ha autorizado a acompañar a Bilder, el cófrade con el que me puse en contacto, para obtener la información de mi
      propia mano. Estoy asustada y atemorizada a la vez, pues apenas he salido de Veleiron más que en mi ordenación de
      Sacerdotisa de Eralie y aquí estoy ahora, de la mano de un ladrón de rostro huraño, a recoger toda la información posible.
      Tengo poco tiempo para preparar mi equipaje, ¡mañana parto!

      20 de Kailiod del 191. Era 4ª

      Hoy se cumplen seis meses desde que partí de Veleiron y por fin empiezo a ver la luz, los continuos cambios de nombre,
      buscando proteger su identidad, del joven Nildrin durante el tiempo de su exilio han complicado la tarea pero por fin
      encontré la primera evidencia seria de sus viajes, he estado recorriendo todo el sur, desde Thorin a Kheleb, desde Alandaen
      a Eloras y tras pequeños relatos de un joven danzante rúnico que encaja con el señor Nildrin, arrasando una terrible guardia
      de arañas en Thorin, exterminando un temido hechicero demente que vagaba por el bosque de Urlom, incluso desafió un oscuro
      nigromante en unas cuevas algo más al norte. Pero hoy, por fin, sé con certeza que el Señor de la Casa, ante de su regreso,
      partió hacia el norte, hacia las fronteras del Imperio, en compañía de unos mercenarios con los que había trabado amistad.
      Un recién llegado a Anduar, por fortuna con estrecha relación con el cófrade Bilder, acompañó al joven Nildrin en su viaje
      al norte y ha aceptado acompañarnos, todo hay que decirle, por una generosa suma, me ha dejado casi sin una sola moneda
      puesto que para partir pronto, tras su reciente llegada, exigió muchos dinero. Es comprensible, pero el resto de la travesía
      no será tan sencilla como hasta ahora, tendré que guardar las monedas restantes para más tinta y pergaminos en los que
      anotar toda la información posible.

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