Inicio › Foros › Historias y gestas › Memorias de Irhydia -astronomía desde la cima de las colinas de Ostigurth
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El espectáculo que ofrece a la vista la panorámica observable desde la cima de las colinas de Ostigurth, poco, o nada, tiene que envidiar a cualquier otro recodo de Eirea.
En este altísimo punto, los ojos llegan a abarcar todo el continente, si es que las nubes no emborronan la visión. Además, las aguas que rodean Dalaensar se hacen claramente visibles, e incluso al sudoeste de Takome, es posible observar la imponente isla de Naggrung, temida por lo gélido de su clima extremo.
Nada comento de nuevo con las explicaciones anteriores. Tal vez el viento sopla con brío, siendo ligeramente molesto en ocasiones. Un buen día, la noble Dirmahin Drasharg Ovsckurian, ávida erudita, además de reconocida paladín de Seldar, me explicó a qué se debe este fenómeno.
Es ley de vida, que aquello con mayor densidad tienda a descender, mientras que los materiales menos densos, acostumbran a ascender, hasta que alguna barrera física más densa, u obstáculo de cualquier otra índole, lo impide. Los vientos más fríos, provenientes de las capas más altas, suelen ser más densos, a causa de su menor temperatura. Por ende, pugnan por descender hacia la superficie más llana. Todo ello implica, que desde un punto tan alto, notar algo de brisa es hecho cotidiano, sobre todo, durante las noches de la estación del crudo invierno o, o bien durante el período de lluvias.
y debo admitir, que aunque no cuente con una inteligencia prodigiosa, ni sea capaz de embarcarme en la ardua hazaña de leer cientos de libros, aunque transcurriesen miles de años, la curiosidad siempre ha alimentado mis esperanzas. A veces, cuando las cosas no podían ser peores, cuando el drama asolaba mi vida, tan solo la lectura y las conversaciones con diversas gentes, podían distraerme de la realidad. Ofreciéndome, casi siempre, algo que aprender, tales charlas no podían, sino ser bien agradecidas, contribuyendo a la generación de nuevos vínculos. Y es que todo el mundo, independientemente de su origen e ideales, puede enseñarte algo. Desde los sacerdotes de Seldar, hasta los druidas servidores de Eralie. Desde los amantes de la furia animal de Ralder, hasta los maestros en las artes manipuladoras comprendidas y empleadas por los seguidores de Khaol. Hasta los habitantes de los bajos fondos pueden enseñarte sus tácticas, especialmente útiles en tiempos duros. NO es el conocimiento sobre un tema concreto el que causa daños o goza de utilidad, sino el como se aplica tal saber adquirido.
Mas dejemos de hablar de mi, puesto que aún debo contaros, cómo puede ser más bella, si cabe, la visión que otorgan las colinas de Ostigurth.
Y es que de día, la imagen es digna de mención. ¿Pero de noche? Pocas obras de arte llegarían a ser igual de conmovedoras.
El continente, pintado de un brumoso gris, fruto de las escasas nubes, en las que se refleja el tenue fulgor de los astros que ocupan el cielo. EL contorno del mar, aguas casi invisibles. La luz de alguna que otra aldea o ciudad, que ofrece vida a la tranquila noche.
Y las estrellas… Ese firmamento negro, tornado tímidamente en oscuro azul tras un tiempo pasado el ocaso, o bien cuando el alba del nuevo día está listo para acudir. Enorme manto oscuro, tintado de pequeños y abundantes puntos blancos que, a ritmo pausado, a penas perceptible, se desplaza lentamente hacia poniente. las dos lunas Argan y Velian, cuyas órbitas dobles siguen siendo admiradas por los más sabios y estudiosos del mundo.
En estos precisos instantes (para ser más exactos, el 14 de Kailiod del 163 a las 0:00), ambos satélites se encuentran en su fase menguante. En su órbita más paralela, se podría afirmar que ambas lunas se encuentran separadas cinco grados con respecto al centro común, justo en la línea perfecta en el eje este/oeste. y hoy es uno de esos días, en los que ambos astros, del relativo tamaño de mi meñique (al menos es así como los observamos desde tierra y mar, no cómo son en realidad), en su forma menguante, se hayan paralelos al suelo. Argan, cinco grados al norte, y Velian, otros cinco al sur. Hoy en día, la distancia y altitud de tales esferas blancas sigue siendo un misterio. Tal vez los gnomos, con ayuda de sus poderosas invenciones, sean capaces de discernir esta incógnita… En un futuro lejano. Muy lejano. Mucho me temo, que hasta que no transcurran varias eras más, nadie será capaz de pronunciarse sobre este asunto. Es posible, incluso, que jamás lleguemos a resolver esta incógnita. Por el momento, lo único que podemos hacer es esperar. Esperar y estudiar. Volver a esperar, y seguir investigando. Lo demás, habrá, o no, de llegar a nuestra finita capacidad de comprensión. Cuando sea, o cuando no deba ser, la verdad alcanzará a todos, o a algunos pueblos de Eirea. ¿O tal vez no?
EN fin, continuemos con esta pequeña lección de astronomía. Y es que, como es de saber popular, de vez en cuando, ambos grandes astros tienden a eclipsarse entre sí. Teniendo en cuenta la enorme influencia de las lunas en las energías del éter, empleadas por los hechiceros, no es de extrañar, que un fenómeno tan poco común sea objeto de terribles supersticiones. Se han llegado a cometer auténticas atrocidades, en nombre de la seguridad de los pueblos… Y todo por unas lunas que, a causa de la física, hubieron de colocarse, una tras otra. ¿Cuántos cientos, miles de niños, han sido asesinados por sus padres en Veleiron, por miedo a que estos hubiesen sido poseídos por Seldar? Desde luego, el extraño símbolo del pentágono en el ombligo, da que pensar. Mas, en mi humilde opinión, algo tan trivial como la posición de dos cuerpos celestes, , no debería ser motivo de malos augurios, supersticiones, matanzas, confinamiento de personas, o quién sabe qué otro acto de vil crudeza, ejecutado en el nombre de uno u otro dios. Claro que cambiar el pensamiento y modo de razonar de la mayoría de pueblos de Eirea no es, sino tarea irrealizable. No en una vida al menos.
Y es que los eclipses, así como el inminente acercamiento de las lunas, que los ha de anunciar próximos, no es más que un hecho explicable, perfectamente comprensible mediante la investigación , la experiencia, el razonamiento y la lógica. Tanto el erudito, inolvidable y ocioso bardo Sirgol, como muchos otros sabios con los que he tenido ocasión de conversar, me lo han sabido hacer entender.
Ambos astros orbitan alrededor de Eirea, así como centenares de miles más. Realmente no se conoce si es nuestro mundo el que gira, o si bien es la cúpula celestial la que realiza el trayecto. ¿Por qué no habrían de suceder tales desplazamientos a la vez? Además de lo indicado, ambos satélites presentan un movimiento orbital propio, atraídos entre sí por una gravedad peculiar y una cercanía, que para nada igualan entre sí las demás estrellas de la bóveda celeste.
A ritmo lento y pausado, ambas lunas orbitan entre sí de manera elíptica, siguiendo el sentido de las agujas del reloj, del siguiente modo: de norte a sur, primero alejándose, y luego acercándose. De este modo, Argan y Velian se van acercando, poco a poco, hasta que una, la sutilmente incrementada de tamaño, en leve detrimento de la otra, eclipsa a la más alejada. Posteriormente, ambos astros divergen, hasta que vuelven a estar separados entre sí por cinco grados con respecto al mismo paralelo. Obviamente, ocuparán la posición opuesta al acabar el medio ciclo, siendo Argan la que se situará al sur, y Velian, la que ocupará el lugar septentrional. AL completarse el giro, Argan y Velian, la primera al norte, y la segunda al sur, recuperarán su distancia y ubicación iniciales, separadas entre sí, otra vez, por cinco grados, con respecto al centro común. Todo ello, tras un segundo eclipse, en el que la luna, oculta anteriormente entre las sombras, tomará protagonismo. EN cuanto a eclipses parciales y breves, se cree, aunque aún no se ha podido demostrar, que el posicionamiento de la propia Eirea tiene algo que ver, afectando a nuestra percepción de las lunas, de modo que simulan haber cambiado su eje de traslación sobre el mismo punto, alrededor del que giran constantemente. Sin embargo, por el momento, tal hipótesis no ha tenido ocasión de ser refutada o verificada.
Y ya está. Es así de sencillo. No hace falta guiarse por el poder de cualquier ser superior para darse cuenta de lo que indico. Lo único imprescindible es el duro trabajo de los eruditos, y el esfuerzo y la curiosidad por aprender, que debe encontrar su lugar en el corazón y la mente de cada uno de nosotros.
¿Y qué ocurre con las fases de luna nueva, creciente, llena y menguante? Es el leve movimiento del Sol en el cielo diurno, así como el propio desplazamiento en el eje norte/sur de las lunas, el que genera estos cambios de ciclo. Los detalles y cálculos empleados para explicarlo no los conozco. Si desean obtener más detalles, quizás deberían conversar con un verdadero erudito. Ellos serán capaces de arrojar luz pura sobre el asunto.
SI bien tales sucesos orbitales influyen, de manera notable, sobre el poder de los diferentes magos, nada debería hacer que guardasen relación con otros hechos, explicables tan solo por motivos divinos. Claro, que tal vez sean Eralie, Seldar, Draifeth, Izgrawll y Ralder, entre otros, los que deciden jugar con la mente de sus seguidores y provocar extraños acontecimientos cuando las lunas propicien que se causará mayor impresión y confusión al populacho. No lo sé, la verdad. No podría opinar, ni mucho menos, aportar datos objetivos sobre la intención de los dioses. Ya conocéis mi flujo de pensamiento, en lo que concierne a las deidades y a otros seres que se hacen llamar superiores.
Adicionalmente, existe un fenómeno que podría causar controversias. La torre de hechicería de los Iriel, como bien puede observarse, presenta un resplandor peculiar en una de sus zonas cuando es iluminada por una Argan resplandeciente. Independientemente de dónde se encuentre tal satélite, el peculiar brillo de la torre, influenciada por la misma luna llena, y solo por Argan, es consecuencia directa de una reacción, que podría tildarse de mágica, pero explicable. Así como las energías del éter se ven influenciadas por el estado de las lunas, del mismo modo, algunos materiales y objetos especiales de origen mágico, se ven alterados por los ciclos lunares del astro que les corresponde.
Por último, pero no menos importante, es bien sabido por los agricultores, que las lunas influyen en el sembrado, crecimiento y recolección de abundantes vegetales. Bien por efectos mágicos, o por interactuar la gravedad de tales cuerpos celestes con las plantas, lo cierto es, que Argan y Velian favorecen, permiten, desfavorecen, o prohiben, la proliferación de una gran parte de la flora que conforma nuestro mundo, por no decir de toda, así como afectan al movimiento de las mareas y a los ciclos migratorios de abundantes especies de Eirea.
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