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    • Alambique
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      Número de entradas: 2304

      — Alambique espera, ansioso, en la taberna del Dragón Verde a su compañero de aventuras, Yarvyan. Confía en que le hayan entregado el mensaje y acuda a su cita.

      La puerta este se abre.

      Yarvyan llega desde el este.

      Alambique se acerca a la barra, deja un par de monedas y se sienta en una de las mesas.

      Alambique observa la entrada del semi-elfo a la taberna y le hace una señal para que se siente junto a él.

      Yarvyan se acerca a la mesa del gnomo.

      Alambique dice en gnomo: Toma asiento, amigo

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Que de tiempo.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Cómo te fué en este largo periodo, amigo?

      Alambique dice en gnomo: Bueno, mis inventos, mis estudios y alguna cosilla más…

      Alambique mira nervioso la puerta de la taberna.

      Alambique dice en gnomo: Espero que no te hayan seguido

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: He sido cuidadoso.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Si hay algún movimiento extraño cerca, me avisarán, puedes estar tranquilo.

      Alambique dice en gnomo: Gracias, esto es muy serio, no debe saberlo nadie

      Alambique dice en gnomo: Igual piensas que estoy loco, espero que no.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Nunca estuviste muy bien de la azotea…

      Yarvyan da un codazo a Alambique.

      Alambique dice en gnomo: Bueno, dejémoslo con que siempre he sido algo disperso.

      Yarvyan sonrie.

      Alambique dice en gnomo: ¿Recuerdas la MáquinaQueHaceQueLosObjetosLejanosParezcanMuchoMásCercanos que instalé en el observatorio del volcán?

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Así es.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Dejó de funcionar?

      Alambique dice en gnomo: Funciona a la perfección, como la mayoría de mis inventos.

      Alambique dice en gnomo: Últimamente he pasado muchas noches allí arriba, observando las estrellas.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Aha…

      Alambique dice en gnomo: Tenía interés por descifrar cómo afectaba la gravedad a la aleación de ciertos metales.

      Alambique dice en gnomo: Bueno, a lo que iba…

      Alambique dice en gnomo: He visto durante varias noches un cuerpo celeste que se aproxima hacia nosotros

      Yarvyan asiente con la cabeza.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Cuerpo?¿Celeste?

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Cómo el de una ballena azul?

      Alambique dice en gnomo: No, hombre, un cuerpo celeste es algo que se encuentra en el espacio

      Yarvyan pone cara de no entender nada, pero asiente con la cabeza.

      Alambique dice en gnomo: Como las estrellas, planetas, Argán, Velián…

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Sí…ya..

      Alambique dice en gnomo: Pues en un principio pensaba que era una de esas rocas de hierro que acaban estrellándose
      contra la superficie

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Y no es así?

      Alambique dice en gnomo: Para nada

      Alambique dice en gnomo: Según mis cálculos, a esa velocidad y a esa distancia ya debería haberse estrellado contra
      nosotros.

      Alambique dice en gnomo: Todas las noches lo observo en la misma posición y con la misma velocidad, esa cosa está
      haciendo viajes desde algún sitio hasta nosotros.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Fascinante.

      Alambique dice en gnomo: No entiendo nada, la verdad.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Alguien más podría saber algo sobre ello?

      Alambique dice en gnomo: Eres el primero en saberlo.

      Alambique dice en gnomo: Podemos acercarnos esta noche al volcán y lo ves con tus propios ojos.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Me encantaría!

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Una aventura, siempre es una aventura…

      Alambique dice en gnomo: Pues no se hable más, hago un par de recados y quedamos a medio día en la Plaza de Anduar.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Iré por provisiones, una aventura sin comida, no es tan interesante.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: De acuerdo, medio día, en la plaza.

      Alambique dice en gnomo: Quedamos así, vas a ver algo increíble.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Hasta entonces, amigao!

      Alambique se levanta de la mesa y sale de la taberna dando pequeños saltos de emoción.

    • Alambique
      Participant
      Número de entradas: 2304

      La MáquinaQueHaceQueLosObjetosLejanosParezcanMuchoMásCercanos

      Alambique sube el último tramo de la escalera que da acceso al observatorio y otea el horizonte mientras Yarvyan
      termina de subir.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Bueno, alfin hemos llegado!

      Alambique dice en gnomo: Menuda subidita, verás mañana esas piernas…

      Yarvyan se encoge de hombros.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Esperemos haya merecido la pena.

      Alambique señala una cabaña de madera que se encuentra próxima a la escalera.

      Alambique dice en gnomo: Allí es donde instalé la máquina.

      Yarvyan mira hacia el lugar que le indica el gnomo.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Aha!

      Alambique dice en gnomo: Vamos, la puerta está abierta, como habrás imaginado aquí no sube nadie.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Tras de tí.

      Alambique se dirige a la cabaña y, tras abrir la puerta, se introduce en ella buscando la lámpara.

      Alambique enciende la lámpara de aceite y avisa a Yarvyan para que entre.

      Alambique dice en gnomo: Entra.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Por fuera parecía menos acogedora.

      Alambique dice en gnomo: ¿Verdad?

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Pero vayamos al grano. Quiero ver ese ballenato azul.

      Yarvyan se rie a carcajadas.

      Alambique dice en gnomo: Al final uno pasa tanto tiempo aquí que la va haciendo más habitable.

      Alambique dice en gnomo: Aún queda un rato, pero podemos calibrar la
      MáquinaQueHaceQueLosObjetosLejanosParezcanMuchoMásCercanos.

      Alambique tira de una vieja manta y descubre una compleja máquina llena de lentes superpuestas.

      Alambique dice en gnomo: Aquí la tienes.

      Yarvyan asiente con la cabeza.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Y que debo hacer?

      Alambique dice en gnomo: Es la primera versión, tiene cosas mejorables. De momento la ruedecilla esa roja, mejor que
      no la gires.

      Alambique dice en gnomo: La calibro yo mejor y te aviso

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Será mejor, sí.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Si la tuviese que calibrar yo… igual si ibamos a ver un ballenato azul.

      Yarvyan vuelve a soltar sendas carcajadas.

      Alambique se aproxima a la MáquinaQueHaceQueLosObjetosLejanosParezcanMuchoMásCercanos y comienza a levantar y bajar
      palancas, mientras que con la otra mano ajusta varias ruedecillas.

      Alambique da un par de golpecitos sobre el cilindro central.

      Alambique dice en gnomo: ¡Lista!

      Alambique dice en gnomo: Tienes que mirar por aquí, ya está calibrada y apuntando a la dirección.

      Yarvyan da varios espasmos sin apartar sus ojos de las lentes de la máquina.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Pero, pero… que es eso?

      Alambique dice en gnomo: ¿Ves?

      Alambique dice en gnomo: Me siento más cuerdo ahora…

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Es para volverse loco, sí.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Y… ahora qué?

      Alambique dice en gnomo: Espera, he añadido un extra a la máquina.

      Alambique se inclina sobre la MáquinaQueHaceQueLosObjetosLejanosParezcanMuchoMásCercanos y en el cilindro central
      añade una nueva lente.

      Alambique dice en gnomo: Déjame mirar.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Un extra?

      Alambique dice en gnomo: Una nueva lente, esta que acabo de añadir.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¿Ah, vale!

      Alambique se inclina sobre la MáquinaQueHaceQueLosObjetosLejanosParezcanMuchoMásCercanos y tras unos segundos de
      observación pega un salto hacia atrás.

      Alambique dice en gnomo: Son varias luces, como si fuera una cosa y se viera la luz de sus ventanas.

      Alambique dice en gnomo: Una casa, quise decir, la emoción…

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Déjame mirar!

      Alambique dice en gnomo: Mira tú, que está a punto de desaparecer.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Oh, Dios!

      Alambique dice en gnomo: Nunca había visto algo así, somos unos afortunados… o no

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Es como.. una casa flotante con luces, con destellos…

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Pero que es?

      Alambique dice en gnomo: Sigue mirando, que está a punto de desaparecer.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Empieza a girar sobre si misma a una velocidad frenética!

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Y… desapareció.

      Alambique dice en gnomo: Todas las noches lo mismo

      Alambique dice en gnomo: No consigo avanzar de ahí…

      Yarvyan pierde la mirada en el firmamento, sin poder articular palabra.

      Alambique dice en gnomo: Tengo que darle un par de vueltas a esa fase, hay que ver qué está ocurriendo a partir de
      ese momento.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Perdón, me decias?

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Aún no soy capaz de interpretar lo que acabo de ver…

      Alambique dice en gnomo: Que tal vez tengamos algo en la Sede de Inventores que nos permita avanzar en esto, estoy
      perdido

      Alambique dice en gnomo: No sé por dónde avanzar

      Alambique cubre la MáquinaQueHaceQueLosObjetosLejanosParezcanMuchoMásCercanos de nuevo con la manta, protegiendo sus
      valiosas lentes.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Nunca escuché a nadie hablar de nada parecido.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Nose por donde podríamos empezar a investigar.

      Alambique dice en gnomo: Iremos a la Sede de Inventores mañana

      Alambique dice en gnomo: Creo que hemos tenidos demasiadas emociones por esta noche, descansemos y ya descenderemos
      por la mañana.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Será lo mejor.

      Alambique decuelga unos jergones del techo y los coloca en el suelo para que puedan descansar los dos aventureros.

      Alambique dice en gnomo: Hasta mañana, descansa, si puedes…

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Dudo poder hacerlo, se intentará.

    • Alambique
      Participant
      Número de entradas: 2304

      UnaParadaEnLaSedeDeInventores

      Alambique se adentra en el pasillo de la caverna y se planta ante la pareja de autómatas que custodian la entrada.

      Alambique dice en gnomo: Viene conmigo.

      Yarvyan asiente con la cabeza.

      Alambique observa cómo los autómatas inclinan la cabeza y abren la pesada puerta de metal, permitiendo la entrada a
      los dos aventureros.

      Alambique dice en gnomo: Vamos Yarvyan, antes de que comiencen las clases.

      Yarvyan asiente con la cabeza.

      Alambique se adentra en la habitación seguido de Yarvyan.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Pues, aquí estamos. En la gran sede de inventores.

      Alambique dice en gnomo: Menuda aventura, quién lo diría.

      Alambique señala los estantes que cubren las paredes de la habitación.

      Alambique dice en gnomo: Todo eso son inventos

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Bueno, esta caminata se me quedó corta, aun tengo las imagenes de aquella cosa
      girando fréneticamente antes de desaparecer entre chispoterreos mágicos.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Entiendo, inventos por ahí..

      Alambique dice en gnomo: Sí, ahora mismo no podemos decir nada, o nos tratarían de chiflados

      Alambique dice en gnomo: Sí, como decía todo son inventos, algunos funcionan, otros casi y algunos mejor ni hacerlos
      funcionar.

      Yarvyan sonríe locamente.

      Alambique dice en gnomo: Ahora hay que rebuscar entre toda esta chatarra algo que nos pueda servir

      Alambique dice en gnomo: A lo mejor si te digo lo que tengo en mente, podemos ir buscando algo en particular.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Informame pues

      Alambique dice en gnomo: Tenemos que averiguar qué hace cuando comienza a girar sobre sí mismo y desaparecer

      Alambique dice en gnomo: Tal vez acoplando algo a la MáquinaQueHaceQueLosObjetosLejanosParezcanMuchoMásCercanos…

      Alambique dice en gnomo: Puede que algo que nos permita calcular su velocidad, para calcular su trayectoría aunque no
      lo estemos viendo…

      Alambique dice en gnomo: No sé si todo esto que te estoy diciendo lo entiendes del todo.

      Te ríes.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: No entiendo nada.

      Alambique dice en gnomo: Lo que pensaba

      Alambique dice en gnomo: Iremos por lo sencillo, necesito que encuentres un astrolabio entre toda ese montón de
      chatarra.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Eso si me suena!

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Pensaba, me estaba volviendo loco.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Algo más?

      Alambique dice en gnomo: Por si tienes dudas, busca unas esferas planas que tienen como varias manecillas

      Alambique dice en gnomo: Con que busques eso, creo que nos bastará

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Pues manos a la obra.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: O bueno, mejor dicho, manos al amasijo de chatarra.

      Alambique dice en gnomo: Eso es

      Yarvyan suelta unas incomprensible carcajadas.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Alambique!

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Mira lo que encontré.

      Alambique dice en gnomo: Mientras intentaré reconstruir el AparatoQueDisminuyeLaVelocidadGiratoriaDeObjetosGiratorios

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: No parece un gorro metálico. ¿Es para que nadie entre en mi psyque?

      Alambique dice en gnomo: Ese gorro lo construyó CreoQueTodosQuierenSaberLoQuePienso

      Alambique dice en gnomo: Un gnomo bastante peculiar

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: Y no me digas, ¿terminó con torticulis?

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡¡Pesa como un ballenato azul!

      Alambique dice en gnomo: No llegó a perfeccionar el tema de las aleaciones…

      Alambique se inclina sobre el banco de trabajo y comienza a tratar de reparar el
      AparatoQueDisminuyeLaVelocidadGiratoriaDeObjetosGiratorios.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Bueno, no encuentro mas que chatarra vieja.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: ¡EUREKA!, como dirían ustedes.

      Alambique dice en gnomo: Mira en ese otro montón, el que está al lado de los cristales de colores.

      Te ríes.

      Alambique dice en gnomo: No hizo falta rebuscar entre ese último montón.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Encontré uno, pero me parece que poco uzo le podrás dar en este estado.

      Alambique dice en gnomo: Vaya, acércamelo al banco de trabajo y le echo un vistazo.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Igual, si que hace falta rebuscar en el último montón.

      Alambique examina el astrolabio con atención.

      Alambique dice en gnomo: No parece que se pueda aprovechar mucho, mejor rebuscar en ese otro montón.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Seguiré en ello.

      Alambique prosigue con la reparación del AparatoQueDisminuyeLaVelocidadGiratoriaDeObjetosGiratorios y, tras unos
      cuantos martillazos bien dados, se gira sonriente hacia Yarvyan..

      Alambique dice en gnomo: Esto ya está en condiciones de añadirlo a nuestra
      MáquinaQueHaceQueLosObjetosLejanosParezcanMuchoMásCercanos.

      Alambique dice en gnomo: Solo falta tu astrolabio.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Mira, este parece estar mejor.

      Alambique dice en gnomo: A ver, acércamelo.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Dime que sí!

      Alambique examina el astrolabio, le da varias vueltas, lo palpa con determinación.

      Alambique dice en gnomo: ¡Perfecto!

      Alambique dice en gnomo: Tenemos todo lo que necesitamos, espero que con esto averigüemos más sobre nuestro misterio

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Bien!

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Estoy ansioso por volver a verlo.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Ahora que lo pienso… igual deberiamos llevarnos el gorro metalico.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Desde que ví aquello, algo se ha introducido en mi mente, no logro dejar de pensar
      en ello.

      Alambique dice en gnomo: Será mejor que partamos hacia el observatorio, lleva esa caja de herramientas y coge el
      gorro si quieres. No sabemos si nos va a hacer falta.

      Yarvyan recoge todo lo que le ha mandado el gnomo, y enfila la puerta.

      Alambique abandona la sala de inventos y, tras dar un pequeño vistazo a todos los inventos desperdigados, sale de la
      habitación con cierta nostalgia.

    • Alambique
      Participant
      Número de entradas: 2304

      UnosPequeñosAjustes

      Alambique lanzó con fuerza el AparatoQueDisminuyeLaVelocidadGiratoriaDeObjetosGiratorios y terminó de subir el último
      tramo de la escalera. Se había hecho pesado subir hasta ahí arriba con el invento cargando..

      Alambique dice en gnomo: Ya estamos, ha costado, pero hemos llegado.

      Yarvyan resopla asfixiado.

      Alambique dice en gnomo: Corre, vamos con prisa, que tenemos que preparar esto antes de que se aproxime el objeto.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Espero que el gorro valga para algo, que lastre cargarlo.

      Alambique dice en gnomo: Ponte el gorro si quieres y acerca el astrolabio hasta la cabaña.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡A tus ordenes!

      Alambique se dirige a la cabaña e irrumpe violentamente en ella, como no se den prisa no van a poder visualizar el
      cuerpo estelar.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Hago lo que puedo.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Y ahora, qué?

      Alambique dice en gnomo: ¿Ves la parte que sobresale en esa pieza?

      Yarvyan asiente con la cabeza.

      Alambique dice en gnomo: Trata de acoplar el astrolabio ahí, justo en la pieza plateada. La parte plana debe ser
      paralela a la MáquinaQueHaceQueLosObjetosLejanosParezcanMuchoMásCercanos

      Alambique dice en gnomo: Mientras trataré de acoplar el AparatoQueDisminuyeLaVelocidadGiratoriaDeObjetosGiratorios en
      la lente.

      Yarvyan se apresura y se dispone a colocar el astrolabio.

      Alambique saca el AparatoQueDisminuyeLaVelocidadGiratoriaDeObjetosGiratorios y comienza a acoplarlo en el conjunto de
      diminutas lentes.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Creo que ya ha quedado bien, Alambique!

      Alambique inspecciona el astrolabio con detenimiento.

      Alambique dice en gnomo: ¡Perfecto, más paralelo imposible!

      Yarvyan sonrie.

      Alambique da unos suaves toques en el AparatoQueDisminuyeLaVelocidadGiratoriaDeObjetosGiratorios, parece que está
      correctamente posicionado.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Pues tu dirás.

      Alambique dice en gnomo: Justo a tiempo.

      Yarvyan resopla aliviado.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Esta vez, no miraré.

      Alambique se aproxima a la lente y, tras girar el AparatoQueDisminuyeLaVelocidadGiratoriaDeObjetosGiratorios,
      reconoce el pequeño objeto en el espacio.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Me será suficiente con tus explicaciones.

      Alambique dice en gnomo: Lo tengo.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Y qué ves?

      Alambique dice en gnomo: Está comenzando a girar, ahora probaremos el nuevo invento.

      Yarvyan asiente con la cabeza.

      Alambique comienza a girar el AparatoQueDisminuyeLaVelocidadGiratoriaDeObjetosGiratorios en dirección contraria a la
      que gira el objeto estelar.

      Alambique dice en gnomo: ¡Lo sabía!

      Alambique dice en gnomo: Gracias a esto ya podemos verlo quietecito.

      Yarvyan mira expectante al gnomo.

      Alambique dice en gnomo: Está descendiendo

      Alambique dice en gnomo: Hay que averiguar donde termina su ruta.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Y qué ves? ¿Dime que ves?

      Alambique gira la posición del astrolabio.

      Alambique dice en gnomo: Está disminuyendo su velocidad

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Bien.

      Alambique gira el astrolabio en el otro sentido hasta que salta un mecanismo.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Algo nuevo?

      Alambique dice en gnomo: ¡Está a punto de tomar tierra!

      Alambique gira de nuevo el astrolabio.

      Yarvyan se muerde las uñas impacientemente.

      Alambique dice en gnomo: ¡Al fin!

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Dime!

      Alambique dice en gnomo: ¡Ha tocado tierra!

      Alambique dice en gnomo: ¡Lo tenemos!

      Alambique sale corriendo y rebusca entre los cajones de una mesa.

      Alambique vuelve corriendo con un mapa y lo coloca en el suelo, junto a Yarvyan.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Dibujemos su posición, a ver donde nos lleva.

      Alambique dice en gnomo: Veamos a ver dónde ha acabado este trato…

      Alambique saca un carboncillo y, tras revisar los datos del astrolabio, traza una cruz en el mapa.

      Alambique dice en gnomo: ¡Naggrung!

      Alambique dice en gnomo: Este trasto ha acabado en las llanuras de Naggrung

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Ummmmm…

      Alambique dice en gnomo: No nos va a quedar otra que ir hasta allí

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Nunca fué de mi agrado aquellos lares….

      Alambique recoge el mapa y lo guarda en el cajón de la mesa.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Pero el destino manda.

      Alambique dice en gnomo: No nos queda otra, cuanto antes partamos mejor

      Alambique dice en gnomo: Recojamos esto y vayamos a Anduar, buscaremos un pasaje a Naggrung

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Cuanto antes, no se hable más.

      Alambique cubre la MáquinaQueHaceQueLosObjetosLejanosParezcanMuchoMásCercanos con la manta y abandona junto a Yarvyan
      la cabaña de madera.

    • Alambique
      Participant
      Número de entradas: 2304

      VayaParDeMarineros

      Alambique se adentra entre las calles de Alandaen, seguido de Yarvyan que camina a escasos metros de él. El olor a humedad y a pescado en putrefacción se hace cada vez más intenso conforme se acercan al muelle. Algunas gaviotas acosan, sin mucho éxito, a los pescadores que descargan cajas de pescado fresco.

      Alambique dice en gnomo: ¡Qué barbaridad de barcos, cuanta actividad!

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Así suele ser siempre…

      Alambique observa entusiasmado los diferentes barcos atracados en el puerto, desde frágiles balsas hasta un enorme crucero de batalla.

      Alambique dice en gnomo: No tiene nada que ver con el muelle de Urlom.

      Yarvyan da un codazo a Alambique.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Reconoces a nuestro contacto?

      Alambique repasa el nombre escrito en la proa de algunas embarcaciones.

      Alambique dice en gnomo: No veo nuestra embarcación por ningún lado.

      Yarvyan sonríe nerviosamente.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Esperemos que el viaje no empiece a torcerse aquí.

      Alambique saca un papel y lo lee en voz alta.

      Alambique dice en gnomo: Témpano de Hielo.

      Alambique dice en gnomo: Así se llama nuestra embarcación

      Yarvyan alza la vista buscando dicha embarcación.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Pues no se ve por aquí.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Sigamos paseando por el muelle, muy lejos no debe andar.

      Alambique dice en gnomo: Sí, será mejor que sigamos buscando.

      Alambique dice en gnomo: Vayamos a esas cajas, se me ha ocurrido algo.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Es la hora indicada, debe estar cerca.

      Alambique se sube a una caja de pescado para tener algo más de visión y es cuando vislumbra una destartalada
      embarcación aproximándose al muelle, sobre su proa aparece escrito ‘Témpano de Hielo’.

      Alambique señala la embarcación.

      Yarvyan asiente con la cabeza.

      Alambique dice en gnomo: No la esperaba así, la verdad.

      Yarvyan se rasca la cabeza, mostrando claros signos de incredulidad.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Será una broma?

      Alambique corre hacia el muelle junto a Yarvyan, esperando que atraque la embarcación.

      Alambique echa un vistazo a la embarcación mientras niega con la cabeza.

      Alambique dice en gnomo: No sé si vamos a llegar hasta Naggrung en eso.

      Yarvyan se encoge de hombros, y antes de terminar de atracar se embarca con un ágil salto.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: ¡Vamos! No es momento de perder tiempo amigo.

      Alambique se aparta cuando ve que lanzan un enorme cabo desde la embarcación.

      Alambique dándoselas de marino experto, coge la cuerda y la ata haciendo un extraño nudo poco profesional.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Bueno, al menos ha quedado atado, Alambique.

      Alambique se aparta de nuevo, para dejar que caiga un enorme tablón de madera que utilizan como pasarela de acceso a
      la embarcación..

      Alambique dice en gnomo: Subo entonces.

      Alambique sin pensárselo, sube por la destartalada madera que se flexiona a cada paso que da.

      Alambique dice en gnomo: Me tiemblan las piernas

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Normal…

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Como para no temblarte!

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Menuda embarcación.

      Alambique dice en gnomo: No había subido nunca en un barco, demasiadas novedades.

      Alambique dice en gnomo: Además…

      Alambique hace una pausa, pensando qué decir.

      Yarvyan sonríe.

      Alambique dice en gnomo: No sé nadar.

      Yarvyan se ríe a carcajadas.

      Alambique se agarra a la barandilla con fuerza, mientras mira a Yarvyan.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Esperemos que no te haga falta …

      Alambique dice en gnomo: ¿Esto cómo es?

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Cómo es qué?

      Alambique dice en gnomo: ¿Viajamos todo el trayecto aquí o podemos ir a algún sitio más cómodo?

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Esperemos al capitán… Él nos dará la información.

      Alambique dice en gnomo: Entendido, podemos resguardarnos en esa habitación, está empezando a llover.

      Yarvyan mira a su alrededor, convencido que la travesía será toda una odisea.

      Alambique se adentra en la habitación junto a Yarvyan y, tras dejar sus trastos en el suelo, se quita la capa mojada y la extiende sobre el suelo. Los dos aventureros esperan con ansias la aparición del capitán.

    • Alambique
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      ElGnomoQueNosabíaNadar,PeroVoló

      Alambique se asomó por el ojo de buey, había leído en algunos libros que así se llamaba ese tipo de ventanas. Los marineros seguían descargando pescado de algunas embarcaciones. Algunas mujeres se apresuraban a recibir a los marineros recién desembarcados con todos sus encantos. En el horizonte unas nubes se aproximaban hacia el puerto. Estaba ansioso por conocer a un auténtico capitán.

      Alambique dice en gnomo: Bueno, esto parece que se mueve, parece que salimos de puerto.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Pronto llegará.

      Alambique recogió su capa del suelo, la sacudió y se la colocó aún húmeda sobre sus diminutos hombros.

      Yarvyan esperaba impaciente golpeteando rítmicamente un barril de cerezo medio vacío.

      Alambique dice en gnomo: Espero que el capitán nos asigne un camarote con vistas, no quiero un cuchitril sin ventilar.

      Alambique dice en gnomo: Con lo que hemos pagado por los pasajes nos merecemos viajar con todas las comodidades posibles.

      Yarvyan sonreía pícaramente al escuchar al Gnomo.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Un camarote dices?

      Alambique dice en gnomo: Sí, he leído que así se llama a las habitaciones en los barcos

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¿Aquí? ¡Pero has visto que embarcación!

      Alambique se asomó por la puerta y recorrió la embarcación de un vistazo.

      Alambique dice en gnomo: No me digas que vamos a dormir aquí…

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Nunca pierdas la fe, este es un viejo lema takomita.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Aquí

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Aquí, o allí.

      Yarvyan señalaba la esquina opuesta donde se encontraba.

      Alambique dice en gnomo: Ya puede ser maravillosa esa isla a la que vamos, porque lo que es el viajecito, creo que no me está gustando mucho.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Bueno, maravillosa será esta aventura, amigo.

      Alambique dice en gnomo: A la par que misteriosa.

      Yarvyan susurra: No tengo la menor duda que será toda una aventura…

      Alambique se aproximó de nuevo a la puerta, la intensidad de la lluvia había aumentado, formando una densa cortina de agua que impedía ver con nitidez a dos metros de distancia.

      Alambique dice en gnomo: Menudo diluvio…

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Esta maldita estación es lo que tiene.

      Alambique dice en gnomo: Esperemos que esto desagüe bien, porque no quiero acabar en el fondo

      Yarvyan oteaba el horizonte, intentando vislumbrar algo en el cielo.

      Alambique notó cómo perdía un poco el equilibrio, desde que habían abandonado el puerto el oleaje había ido aumentando.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Algo me dice, que esto no irá bien, Alambique.

      Alambique dice en gnomo: Creo que voy a vomitar, no me encuentro bien.

      Alambique se agarró a un mueble que alguien había anclado al suelo de madera.

      Yarvyan volvía a otear el horizonte, donde distinguía entre la densa manta de agua la figura de un gran halcón.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: Alambique, ¿has visto ese animal?

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Alambique?

      Alambique se giró bruscamente y soltó todo lo que tenía dentro en una de las esquinas de la habitación.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Pero qué te ha pasado? ¿Estás vomitando?

      Alambique dice en gnomo: ¡No puedo más!

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: No eres el primero… ni serás el último.

      Alambique se limpió los restos del vomitado de la comisura de los labios.

      Alambique dice en gnomo: ¿Que si he visto qué?

      Alambique dirigió la vista a través de la cortina de agua, tratando de ver lo que decía su compañero.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Durante tu indisposición, un viejo amigo me ha alertado de que algo no va bien.

      Alambique dice en gnomo: Lo veo, está volando en círculos sobre la embarcación.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: No estoy seguro de querer zarpar.

      Alambique dice en gnomo: Amigo, hace rato que hemos zarpado

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡NO!

      Alambique dice en gnomo: Tú que tienes pies de plomo y no te balanceas como yo

      Alambique vio como una figura se aproximó corriendo hacia ellos y, deteniéndose frente a la puerta, gritó ‘¡Nos hundimos!’.

      Alambique miró a Yarvyan, presa del pánico, lo último que quería era acabar en el agua sin saber nadar.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Cómo?

      Alambique dice en gnomo: ¡Mira!

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: No te preocupes.

      Yarvyan mira el tamaño del gnomo y sopesa cuanto pesará.

      Alambique señaló una brecha que se había abierto en el casco de la embarcación y se aproximaba hacia los aventureros.

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: Alambique, últimamente estás más regordete. ¿En cuántos kilogramos estás? ¡No me mientas!

      Alambique dice en gnomo: No creo que pase de 40, si no recuerdo mal.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Tranquilo.

      Alambique se estremeció cuando la embarcación crujió y un torrente de agua comenzó a manar de la nueva grieta.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Si algo malo sucediera, te darán un paseo en volandas.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Y sí, creo que algo malo está sucediendo.

      Alambique dice en gnomo: ¿Y tú?

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Yo… yo…

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Bueno, no te preocupes por mí, en alguna así me he visto.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Verás, a mi señal un gran halcon te atrapará, no sientas miedo y no luches contra él, déjate llevar.

      Alambique miró por la puerta de la habitación, el temporal había partido los dos mástiles de la embarcación, sólo el capitán resistía en cubierta, no quedaba nadie más.

      Alambique dice en gnomo: ¡No creo que llegue, nos hundimos!

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Prefieres unos rasguños o acabar en el fondo del mar?

      Alambique dice en gnomo: ¡Rasguños!

      Yarvyan comenzó a dibujar en el aire con sus manos algo que solo él entendía.

      Alambique miró a Yarvyan, no entendía por qué en esa situación de pánico se había puesto a hacer esos extraños gestos.

      Vyrleth al finalizar el entramado de aspavientos con las manos, un gigantesco halcón separaba la manta de agua, cayendo empicado sobre la maltrecha embarcación.

      Alambique observó la figura del halcón, volando en picado, atravesando las nubes y precipitándose sobre la claraboya de la habitación.

      Alambique dice en gnomo: ¡Lo veo!

      Vyrleth, de un fugaz y certero movimiento, el halcón se abalanzó sobre el Gnomo, atrapándole por ambos hombros y levantándolo por los aires con una brutal sacudida.

      Alambique notó cómo unas finas garras atravesaban sus diminutos hombros como si fueran cuchillos. Sintiendo un agudo dolor, notó cómo sus pies se separaban del suelo y salía disparado hacia el firmamento sin poder hacer nada. El dolor era tan intenso que el pobre Alambique perdió el conocimiento.

    • Alambique
      Participant
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      DosNáufragosEnApuros

      Alambique notó como los rayos del Sol calentaban su cuerpo, el agua que antes lo bañaba ahora era una delgada película salina. Escuchaba, disfrutando, el sonido de las olas del mar, mientras experimentaba unas curiosas cosquillas. De un manotazo se quitó el pequeño crustáceo que deambulaba por su mejilla y se reincorporó sobre la orilla de la playa.

      Alambique miró a su alrededor, se encontraba en una playa desierta de arenas doradas. Nadie lo acompañaba, se tocó el hombro al sentir un dolor punzante en él. Fue en ese momento cuando lo recordó todo.

      Alambique miró a sus espaldas, la tupida vegetación le impedía ver el tamaño de la isla en la que se encontraba. A través de unos espesos matorrales apareció Yarvyan, con un par de cocos en sus manos.

      Alambique dice en gnomo: ¡Menos mal!

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Al fin te despiertas!

      Alambique dice en gnomo: Pensaba que me habías abandonado

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Abandonarte? ¿Después de llegar hasta aquí?

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Fui a por algo de alimento.

      Yarvyan levantaba ambas manos para mostrar los cocos.

      Alambique dice en gnomo: Tengo la boca pastosa

      Alambique dice en gnomo: Ha sido ver esos cocos y solo pienso en beber un poco de esa agua

      Yarvyan asiente con la cabeza.

      Alambique dice en gnomo: ¿Has podido explorar esta isla? ¿Hay más supervivientes?

      Yarvyan estrelló uno de los cocos contra una pequeña roca de la playa, haciendo que este se rompiese por la mitad.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Toma, bebe algo y cómetelo.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: No he querido adentrarme demasiado, la vegetación es tremendamente densa..

      Alambique dice en gnomo: Gracias

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Y nuestro fiel amigo necesita descansar, no podrá ayudarnos en bastante tiempo.

      Alambique cogió la mitad del coco que le ofrecía Yarvyan y fue degustando el dulce líquido poco a poco, evitando que se derramase.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: La verdad que estas tierras parecen inexploradas, dudo que nadie viva aquí.

      Alambique dice en gnomo: Por lo poco que he visto no parece habitable, no veo huellas en la arena ni humo saliendo de entre la vegetación.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Exacto, no hay ninguna evidencia de que nadie viva por aquí.

      Alambique dice en gnomo: Parece que están llegando los restos del naufragio a la orilla

      Alambique señaló un montón de maderas que iban llegando a la orilla conforme lo empujaban las olas.

      Yarvyan se gira sobre sí mismo sobresaltado. Mira el paraje amazónico…

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Perdona, Alambique, por un momento sentí que me observaban.

      Alambique dice en gnomo: ¿Seguro?

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Me estaré volviendo loco…

      Alambique se giró y prestó atención a la vegetación durante unos segundos.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Registremos los restos, seguro que conseguiremos algo útil.

      Alambique dice en gnomo: No hay nada entre los árboles, te habrá dado demasiado el Sol.

      Alambique dice en gnomo: Recojamos mejor esos restos, parece que hay un cofre de madera atado a esas tablas.

      Yarvyan asentía levemente a las palabras de Alambique.

      Alambique se introdujo en las frías aguas y agarró con fuerza un cabo y tiró de él hacia la orilla.

      Alambique dice en gnomo: No te quedes mirando, anda ayúdame

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Recojamos lo que nos pueda ser útil, y busquemos un sitio donde poder acampar.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Esos tablones parecen resistentes.

      Alambique cogió con fuerza el cabo y le pasó el extremo a Yarvyan.

      Alambique dice en gnomo: ¡Estira!

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: ¡Vamos! Ya casi está.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Qué crees que habrá?

      Yarvyan sonreía irónicamente mientras esperaba la respuesta del Gnomo.

      Alambique con un último esfuerzo, consiguió sacar las maderas junto con el cofre, mientras caía de espaldas sobre la orilla.

      Alambique dice en gnomo: ¡Al fin!

      Alambique dice en gnomo: Es el momento de averiguarlo.

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: Si fuese oro…¿Dónde podríamos gastarlo?

      Alambique se subió sobre el montón de madera y comenzó a apartar las tablas que se habían enredado en la red, haciendo imposible acceder al cofre.

      Alambique dice en gnomo: Si es oro, podemos lanzarlo al mar y pedir deseos

      Te ríes.

      Alambique empujó el cofre que cayó a los pies de Yarvyan.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Y que aún nos queden ganas de bromas…

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: En fin, veamos que contiene.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Haz los honores, siempre se te dio mejor que a mí abrir cofres.

      Alambique examinó la cerradura, el óxido y el salitre habían arruinado por completo el mecanismo.

      Alambique dice en gnomo: No sé si podré, está muy mal la cerradura

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: No seas humilde… Podrás de sobras…

      Alambique examinó de nuevo la cerradura y, introduciendo una pequeña herramienta, comenzó a dar pequeñas vueltas sobre él. Finalmente, se escuchó el tan esperado ‘CLIC’.

      Alambique dice en gnomo: Menos de lo que esperaba

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Ves…

      Alambique levantó la tapa del cofre y dentro de él, sumergida en agua, apareció una extraña concha nacarada.

      Alambique dice en gnomo: ¡Una concha!

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Una concha?

      Alambique dice en gnomo: ¡Una concha!

      Alambique dice en gnomo: ¿Quién guarda una concha dentro de un cofre?

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Alguien que no tiene nada más de valor?

      Yarvyan exclama con voz sobrenatural: ¡Maldita sea!

      Alambique tomó la concha, la secó en sus ropajes y la examinó con detenimiento.

      Yarvyan fruto de la rabia, golpeo al cofre con frenéticos golpes.

      Alambique dice en gnomo: Fíjate, si la luz incide sobre ella se ven todos los colores, parece que se crea incluso un pequeño resplandor

      Alambique mira a Yarvyan, mientras le pasa la concha para que la examine.

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: Guárdatela, igual al museo de Takome le gustaría tener una así.

      Alambique dice en gnomo: Mírala

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: No quiero ni verla Alambique. No soy coleccionista de conchas.

      Alambique dice en gnomo: La guardaré por si acaso

      Yarvyan pregunta con voz sobrenatural: ¿Has oído eso?

      Yarvyan dice con voz sobrenatural: No vuelvas a decirme que me ha tostado el sol mis neuronas.

      Alambique alza de nuevo la concha al Sol para observar esos extraños reflejos, cuando de repente nota un pinchazo en el cuello. Se gira a mirar a Yarvyan mientras nota como las piernas le fallan. Alcanza a ver como un dardo veloz sale de la maleza y alcanza el cuello de Yarvyan. De pronto todo se vuelve oscuro…

      • Esta respuesta fue modificada hace 1 years, 5 months por Alambique.
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