Inicio Foros Historias y gestas pequeña primera parte al proceso de creación de fragmento de eter

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    • hiold
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      Takome. Mayor bastión del bien en toda dalaensar, alberga a millares de fieles eralitas deseosos de combatir la maldad de Seldar, desde honorables caballeros, hasta arteros ladrones, pasando por bravos soldados y poderosos hechiceros.
      Además de dar cobijo a tantos fieles, posee multitud de instalaciones para el uso de estos: academias de guerra, bibliotecas, templos, y laboratorios arcanos.
      Si bien es conocida la desconfianza que los takomitas tienen hacia la magia no divina, esta no les impide poseer bibliotecas y laboratorios arcanos, cosa que otras ciudades del bien no tienen. Al menos, no en tal cantidad.
      La cruzada de Eralie, no solo contiene en sus estancias una pequeña tienda de magia arcana, sino que también posee un laboratorio y una biblioteca.
      Laboratorio que es el destino final del largo viaje de Keizo, en su misión por crear un fragmento de éter.
      Él era consciente de que en su ciudad natal también había uno de estos, sin embargo, preferiría usar el de Takome para ahorrarse el largo viaje. Temía el ser muerto en el camino y perder los ingredientes que tanto le habían costado conseguir.
      Es por esto, que con paso apresurado se dirigía desde las puertas principales hacia la entrada de la gran cruzada.
      Al llegar allí, saludó a gwalchavad y casi a la carrera, atravesó el paso de los héroes para llegar lo antes posible al laboratorio.
      Ya estando en su destino, con cuidado extrajo de una bolsita los ingredientes necesarios: rubí, azufre, un trozo de ferrita, y, por último, un raro cristal encantado.
      Quedándose estático unos segundos, para así recuperar el resuello y observar los materiales, velozmente reunió los instrumentos del laboratorio que iba a utilizar.
      Sabía que el proceso de creación era complejo, peligroso y con altas probabilidades de obtener un resultado explosivo (le tomó años comprender la teoría y los pasos a seguir) pero se sentía listo para intentarlo.
      A me dida que repasaba mentalmente lo que debía hacer, a su memoria vinieron las historias anotadas en el mismo libro sobre las consecuencias de abusar del fragmento de éter. Puesto que además de servir para amplificar sus poderes, podía convertirse en la peor de las drogas para un mago.
      Las horrorosas historias, narraban el destino de los magos que creyéndose inmunes a la tentación del gran poder otorgado por el fragmento, todos terminando siempre igual: con ruina y muerte como única recompensa.
      Aun así, decidido, comenzó la creación del fragmento de éter, rezando para no tener un destino como el de los magos de las historias.

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