Inicio › Foros › Historias y gestas › Pequeñas Aventuras de Citsym #03 "Takome"
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Grita Citsym:
-¡Esto no poder usarse así! ¡NO! ¡Esto muy tieso!
Un Enano le responde:
-¡Que eso es así! ¡te digo! ¡que lo que pasa es que nunca te has puesto una!
Grita Citsym:
-¡Tu no saber adaptar! ¡NO! ¡tu ser mal herrero! ¡me han mentido!
Y el Enano le responde:
-¡Orco estúpido! ¡que te lo dije! ¡tu solo sabes de armaduras de piel! ¡de cuero! ¡Y no de un puto Acorazado!
Citsym empezó a llorar.
La calle se estremecía con los lamentos que provenían desde dentro de la Herrería de Takome; Citsym allí explotaba en frustración al darse cuenta que la suya era una causa perdida. Días atrás, acompañado del druida Shannan, había limpiado de monstruos el Túmulo del este de Thorin, y esto solamente porque Citsym quería ponerse alguno de los Petos Acorazados que había visto llevar a los esqueletos mas fuertes del lugar, para luego resultar que el peto no le entraba, al ser este pequeño en proporción con las enormes dimensiones del Semi-Orco, por lo que dispuso entonces el emplearse a fondo para que le permitieran entrar a la ciudad de Takome, y de allí a su herrería para que le adaptasen la armadura a su medida: primero tenía que limpiar de bandidos los caminos de la Senda del Alba. Cuando al fin lo consiguió, le dejaron entrar a la Ciudad, y lo primero que hizo fue correr hasta la herrería y allí buscó un catalogo con el nombre de los herreros afines de la Ciudad, tras esto logró ponerse en contacto con uno de estos; un enano llamado Grohgam. Luego Citsym se fue a esperar en la taberna su llegada, pero una vez se relajó allí, percibió algo raro en el ambiente, se dio cuenta que todo el mundo lo veía a él como con mas desagrado de lo normal.
Entonces Citsym lloraba de amargura en la herreria de Takome, para cuando el Enano se compadeció de él y le dijo-¡Venga hombre! vamos a la sastrería que de seguro encontramos algo que te guste y puedas usar.
Llegados a la sastrería Grohgam le consiguió un peto de cuero curtido, embellecido con adornos de temas florales, que se ajustaba muy bien al cuerpo de Citsym y le permitía la movilidad con la cual estaba acostumbrado peliar. Grohgam le habló también sobre una armadura muy buena, excelente para él, le dijo que si conseguía un Sacerdote para formar grupo, podían ir todos juntos a buscarla.
Citsym se despidió y fue rumbo hacia la Catedral con la esperanza de dar con algún Sacerdote, pero ni había llegado para cuando se percato que nadie lo quería por las calles que estaba transitando, empezó a sentir un desprecio desmedido hacia su persona; miradas de desconfianza; insultos; y hasta el escupitajo que alguien le lanzó. Luego Citsym se enteraría, que apenas y no había pasado un año desde que se habían modificado las leyes en Takome, leyes que permitían que alguien con su condición racial caminase por las calles sí mostraba valía, y muchos apenas y ahora se estaban acostumbrando. Cansado de esto decidió darse la vuelta, y salir de la ciudad al sentirse tan exageradamente despreciado, y movido por el resentimiento decidió probar suerte en la atitesis y se fue camino a Anduar con la determinación de llegar hasta Dendra. De todas formas, por esos lugares le había dicho Grohgam que se encontraba la dichosa armadura.
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