Inicio › Foros › Historias y gestas › Peregrinación al Lago de Cristal: El renacer de la fe
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Eran ya veinte las semanas que Ryland no realizaba las oraciones pertinentes a Eralie y quince, los meses que hacía que Ryland no salía de la ciudad. Los últimos acontecimientos en el reino Eralie habían hecho tocar fondo la fe de Ryland en Eralie. El crecimiento de odio y una mayor destrucción en la sociedad habían provocado que Ryland, cerca de los 150 años, tuviera ciertas dudas sobre la bondad de su señor, pues estaba dejando sufrir a demasiada gente inocente y eso no lo podía soportar.
Cuando la luz del sol dejaba paso a la noche en Aldara, las calles se vaciaban de mercaderes y aldeanos, era el momento en que últimamente Ryland salía de su casa en busca de sexo y alcohol, pues, en los últimos tiempos era lo único que le funcionaba para intentar olvidar… En la taberna empezaban a temer que Ryland se hubiera vuelto un adicto, pues era raro no verle por esos lares cada dos o tres noches. Su rutina era la misma, beber y comer en el comedor y terminar subiendo a una de las habitaciones en compañía de una o varias mujeres hasta la mañana siguiente que volvía a su casa.
Una noche, cuando Ryland se dirigía hacia “El conejo feliz”, una de las pocas tabernas en Aldara que aún ofrecían todos los servicios, escuchó unos gritos ahogados de una mujer en unos de los callejones del mercado. Su cabeza le dijo que lo dejara estar pues no era cosa suya pero el deber de socorrer al más débil hizo que cambiara de idea y se dirigiera hacia el oscuro callejón.
Al llegar al mismo, logró ver como dos hombres jaleaban a un tercero que estaba violando a una joven en el suelo del sucio callejón. La mujer, completamente desnuda pues sus ropas estaban tiradas alrededor, mostraba la cara llena de hematomas y mientras ésta seguía ofreciendo cierta resistencia, el hombre, agarrándola por sus muñecas, la seguía penetrando con tal violencia qué a cada embestida, la joven soltaba un grito de dolor seguido de las carcajadas de los tres hombres.
Uno de los dos hombres que estaban de pie, viendo la escena, dio un codazo amistoso a su compañero y acto seguido, se bajó los pantalones y se puso de rodillas junto a la mujer. Después de abofetearla varias veces, le ofreció su miembro a lo cual, no pudo hacer nada más que aceptarlo y se lo introdujo completamente en la boca. El hombre le agarró entonces la cabeza y le obligó a seguir un ritmo frenético que acompaño pellizcando sus pezones con la otra mano.
Ryland, viendo el dolor que estaban provocando esos hombres a esa pobre mujer, no pudo aguantar-lo más y aprovechando que el tercer hombre estaba distraído mirando a sus compañeros, se acercó sigilosamente por detrás sin más armas que sus manos, para golpearlo por sorpresa y poder tener cierta ventaja enfrente al grupo de hombres.
Ryland golpeó fuertemente primero en la cabeza del hombre y una vez golpeado, un duro golpe al estómago que dejó a éste sin respiración y cayó fulminado al suelo. El segundo hombre, se levantó rápidamente del suelo y sacando un puñal se colocó entre Ryland y el primer violador que tenía la chica agarrada y un puñal en su garganta.
- ¿Qué mierdas haces aquí viejo borracho? – dijo el hombre –
- Dejadla ir! – exclamó Ryland –
- Sí claro… acabamos de empezar… – dijo el que parecía ser el jefe de los tres –
- Si no la dejáis ir, tendré que daros una lección… – susurró Ryland-
En ese momento, el hombre al que había golpeado se levantó y agarró por la espalda a Ryland y acto seguido, el segundo de ellos, golpeó fuertemente a Ryland en la cara repetidas veces provocando que su nariz empezase a sangrar abundantemente. Mientras tanto, el jefe, se había levantado dejando a la mujer tirada en un rincón.
Ryland recibió entonces una buena paliza provocando que cayera al suelo medio inconsciente, momento en el cual, el jefe lo cogió por el cuello y le obligó a ponerse de rodillas sobre un ligero charco de sangre. El cabecilla, con un puñal en la mano, amenazaba la garganta de Ryland provocando pequeños cortes en su piel. Este hecho provocó un sentimiento en Ryland que hacía tiempo que no tenía. Ryland preveía su final en ese oscuro callejón a manos de unos simples maleantes. En ese momento, todo se paró y Ryland susurró una breve oración a Eralie pidiendo justicia para esa humillante y frustrante situación. Ocurrió entonces, en ese instante de rendición, que algo empezó a recorrer todo su cuerpo desde el interior y una ligera aura dorada empezó a rodear todo su cuerpo… Los maleantes se asustaron a ver como el cuerpo de ese hombre empezaba a brillar ligeramente en la oscuridad e inmediatamente Ryland notó como su cuerpo recuperaba las fuerzas de antaño y se levantó rápidamente liberándose del agarre de su opresor. De un solo golpe tumbó al que lo intentaba mantener en el suelo, después se abalanzó sobre el cabecilla con tal violencia que hizo que éste perdiera el equilibrio golpeándose la cabeza contra el frío suelo. Quedando en pie sólo el tercero, éste intentó clavar el puñal por la espalda a Ryland, pero contraatacó provocándole una fuerte herida en el estómago con su propia arma. En un instante, el silencio volvió a reinar en ese callejón, aunque con una diferencia, ahora era Ryland el que estaba de pie y los otros tres en el suelo inconscientes.
Ryland levantó la mirada hacia el cielo estrellado y cerrando brevemente los ojos…
- ¡Oh! ¡Señor! ¡Pensaba que nos habías olvidado!
- Pero hoy he visto, que sigues ahí.
- Soy tu fiel servidor ahora … y siempre.
Ryland bajó la cabeza y buscó a la mujer, se quitó su sucia capa y cubrió el cuerpo desnudo de la mujer que no paraba de temblar y no lograba articular palabra alguna. La cogió en brazos y la llevó al puesto de vigilancia más cercano para ofrecerle la mayor ayuda posible.
En el puesto, les ofreció la versión de lo sucedido a los guardias y una patrulla salió inmediatamente en busca de los tres malhechores, la mujer agradeció la ayuda de Ryland y éste, algo triste por lo que había vivido esa noche volvió hacía su casa… la fe de Ryland, que tanto se temía haber perdido para siempre, parecía que volvía a vivir dentro de él. Hoy era el primer día en la nueva vida de Ryland y tenía decidido emprender un nuevo viaje mañana mismo. Lo tenía decidido, peregrinaría hasta el lago sagrado.
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