Inicio › Foros › Historias y gestas › Recuerdos nevados
-
AutorRespuestas
-
-
Bosque de Eloras
Lo que más te impresiona del lugar que ahora mismo ocupas es la vida que aquí se respira comparado a la frialdad y gelidez de los muros de roca que se levantan al este, base del
sendero escarpado que comunica Anduar con los reinos del norte de Dalaensar. En lo que se refiere al bosque, sigue maravillándote su majestuosidad sin tener unos árboles
caracterizados por su pomposidad. No obstante, notas como los animales son en esta parte muy reacios a mostrarse como si tuvieran miedo de algo.
Una fina capa de nieve cae sobre los alrededores, refrescando el ambiente.Peor que una noche oscura, es una noche nevada. Miro al cielo, protegida bajo uno de los inmensos árboles de este bosque y veo a Argan en cuarto creciente y a Velian en cuarto menguante. El frío es bastante intenso y yo no voy lo suficientemente abrigada. La escaramuza con un cazador furtivo que merodea el lugar y algunos halflings que al parecer han renegado de su gente me ha dejado exhausta. Pero todavía lucía el sol cuando he tenido que enfrentarme con ellos y después, movida por el roce de un recuerdo, me he dedicado a hacer un muñeco de nieve. Lo miro y no puedo evitar una sonrisa.
Muñeco de nieve
Se trata de dos grandes bolas de nieve, una inferior más grande que hace de cuerpo y una superior que hace de cabeza, adornadas con algunas piedrecitas que hacen las veces de
ojos, boca y nariz.
Esta sonriente y parece muy simpático.Si algo agradable tiene la nieve es que me recuerda a mi madre. Guardo memoria de parajes cubiertos de blanco donde juntas habíamos fabricado muñecos como este, donde habíamos jugado lanzándonos bolas, riendo y dejándonos caer, divertidas y saciadas de alegría. Son imágenes borrosas, como inmersas en niebla, que van acompañadas de sonidos lejanos que apenas puedo tocar con la punta de mi nostalgia.
Me acurruco en el lecho de hojas que he creado. Podría trepar al árbol y dormir en sus ramas, pero me siento tan cansada que prefiero no arriesgarme a sufrir un accidente.
Como siempre que deambulo por los bosques, siento presencias obsservándome, como queriendo acercarse. Antes vi un osezno siguiendo mis pasos. Me detuve y se detuvo y vislumbré una especie de complicidad en sus ojos que me miraban con curiosidad.
Me envuelvo en mi capa y cierro los ojos. Quizás mañana intente un acercamiento con el animalillo. La noche lo cubre todo. Y yo tiemblo por dentro, avergonzada de mi temor.
-
-
AutorRespuestas
- Debes estar registrado para responder a este debate.