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Con solo un breve vistazo estás seguro de que un ser reptiliano se encuentra ante ti, pues las partes visibles de su cuerpo presentan pequeñas escamas doradas muy estructuradas. La irregular línea de su mandíbula, desdibujada por atroces cicatrices, revela una poderosa dentadura que agrava, si cabe, la ferocidad de su rostro, aunque puedes observar en ella bastantes irregularidades como la falta de algunos dientes o una pequeña torcedura en su mandíbula. Esto unido a su baja estatura y su complexión gruesa para los de su especie indica seguramente que fuera descartado al nacer convirtiéndose en un lagarto de costa, lo que explica el tono desgastado de sus escamas. Una antigua, pero enorme, cicatriz con forma de mordedura ha arrancado parte de la musculatura entre su hombro derecho y el cráneo revelando parte del hueso, aunque parece que el tiempo ya la ha curado.
- Este debate fue modificado hace 1 years, 12 months por Szhysszh.
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Historia
Szhysszh se levantó vomitando sal y arena, apenas era un niño y el aciago destino ya había puesto su dedo cruel sobre él. Cuando consiguió por fin una bocanada de aire puro inhaló con fuerza y se tumbó boca arriba, los brazos en cruz, mientras las olas, llegando a la costa, acariciaban suavemente su cola. Pudiera ser que no tuviera la fortaleza que dignifica a un incursor del pantano, pero poseía todo el instinto de un guerrero, supo de inmediato que se encontraba en peligro y rodó hacia su derecha alejándose de la sombra que le acechaba, tras de sí, en la arena, el chasquido de unas mandíbulas mordiendo el aire restallaron con fiereza. Se incorporó ágilmente sobre los cuartos traseros, la cola, nerviosa, serpenteaba tras de él y mientras la garra izquierda se apoyaba en la arena la derecha se mostraba dispuesta a desgarrar las tripas de su enemigo. Cuando consiguió visualizarlo Szhysszh temió severamente por su vida. El tono dorado por el sol de las escamas del hombre-lagarto que se erguía desafiante frente a él indicaban que se trataba de otro hombre lagarto desahuciado de Grimoszk, puede ser que hace dos o tres años ya, por su enorme tamaño. Rápidamente Szhysszh comprendió la peligrosidad de su rival, haber sobrevivido a las duras condiciones de los lagartos de costa apuntaban a una crueldad y una bestialidad sin límites. Dio unos pequeños pasos hacia atrás para ganar margen de maniobra pues su tamaño le hacía débil en un cuerpo a cuerpo directo contra aquel primo y evaluó con una frialdad digna de un gran guerrero sus posibilidades. Huir por el mar era inviable, su adversario llevaba más tiempo nadando y tendría una mayor pericia, correr por la arena sería poco fructífero pues se encontraba débil, al contrario que su oponente. Sólo quedaba luchar.
Con la petulancia que brota de la una desmedida confianza el atacante se dirigió hacia él lentamente, abriendo los largos brazos intentando cubrir la retirada y forzando a Szhysszh a ponerse de espaldas al mar. Supuso, sin equivocarse demasiado, que pretendía hacerle nadar para deshacerse en el mar de su vida, pero ya había descartado esa opción así que aprovechó su tamaño inferior para lanzarse con rapidez entre las piernas y atacar directamente la cola. El enemigo, acostumbrado a que sus víctimas huyeran hacia el mar no esperó la reacción y le pilló por sorpresa, dando zarpazos al aire Szhysszh se escurrió entre sus piernas y se aferró a la cola clavando sus garras con fiereza hasta el hueso. El alarido de dolor levantó el vuelo de las garzas que asustadas huyeron del escenario. Szhysszh usó las piernas traseras para aferrarse con más fuerza y empezó a descarnar la dura espalda de su contrincante que después de sacudirse infructuosamente rodó sobre sí mismo hasta aplastarle.
Szhysszh no pudo soportar el gigantesco peso del hombre-lagarto y se soltó de la cola resoplando por el esfuerzo cuando la bestia, enardecida de rabia consiguió atraparle con un mordisco letal el hombro derecho. Szhysszh se encogió de dolor y fue alzado en vilo colgando de aquellas temibles mandíbulas, sintió los afilados dientes atravesar las aún blandas escamas, dada su juventud, y posteriormente la carne hasta llegar al hueso. Szhysszh sabía que la vida se le escapaba en ese momento y en un último recurso lanzó sus garras contra la garganta del saurio. En un épico derroche de fuerza consiguió atravesar la dura piel hasta alcanzar la tráquea que agarró con ambas manos mientras la bestia no le soltaba el hombro y usaba sus garras para clavarlas contra su torso malherido. Con las últimas fuerzas que le quedaban lanzó un gutural grito de rabia arrancando la tráquea del monstruo quien, a su vez sacudió su destructiva mandíbula para arrancar un generoso pedazo de su cuello dejando el hueso al descubierto.Szhysszh cayó inconsciente sobre la arena mientras sus ojos veían, pensaba que, por última vez, el suave mecer de las olas llevarse su sangre y su vida hasta sentir que su alma se fundía con el mar.
El aire olía a sabroso pescado listo para comer cuando pudo recobrar la serenidad y la consciencia, hambriento y dolorido se incorporó e instintivamente llevo la mano hacia la gran herida que había en su cuello. Sorprendido descubrió que una serie de emplastes estaba cauterizando la herida a pesar de que dolían a rabiar, como si estuviera hecho con ortigas y guindillas. Miró a su alrededor y las tripas abiertas de su enemigo servían de festín para dos pequeños lagartos que celebraron su recuperación con jolgorio. Aseguraron haberle curado como recompensa por librarles del monstruo asesino que tenía atemorizado el Estuario, además habían pescado para él peces frescos que le devolvieran la fuerza. Obviamente, pensó Szhysszh, intentaban ganarse su favor de cara a un futuro y la idea no le incomodó. Devoró la comida y se recuperó pausadamente mientras los dos pequeños lagartos le abastecían con alegría de alimento.
Cuando se sintió fuerte de nuevo salió a las marismas a reforzar su posición de dominio. Derrotar al líder, instintivamente entre su especie, le convertía en el nuevo rey, pero el precio había sido muy alto, de no ser por los dos pequeños hombre-lagarto que le habían auxiliado habría muerto a merced de cualquier miserable alimaña. Estaba seguro de que habían meditado mucho si curarle o matarlo, pero, suponía, pensaron que serían capaces de manejar a Szhysszh si obtenían su favor.
Pasaron los días y la constante presencia de la ominosa Grimoszk le recordaba el desprecio de la ciudad y, con la rabia y el orgullo de su noble estirpe, decidió que jamás verían soldado más grande, ni poder mayor, que el que Szhysszh obtendría. La partida fue sencilla, bordeando la costa alcanzó la costa de Alandaen y, como una tempestad traída por el mar. Azotó el muelle convirtiéndose en el señor de la pequeña población portuaria. Su salvajismo sin límites atemorizó a los villanos que, incapaces de enfrentarse el gigantesco saurio salido del mar, clamaron la protección de la Guardia de Anduar. Tras días de hostigamiento y acoso, de varias muertes y violencia sin límites Szhysszh alcanzó la tregua con la Guardia de Anduar, quienes, incapaces de derrotarlo, concibieron el plan de absorberlo y poner tan magnífico espécimen al servicio de la ciudad.Rol
Szhysszh es una criatura engreída y orgullosa, disfruta sabiendo que el tiene el poder y que el resto hacen lo que el desea, la rectitud y la severidad también forman parte de su personalidad recia. Su pasatiempo favorito es regocijarse en la desgracia ajena de los multados de la gran ciudad de Anduar y llenar las arcas con ese dinero.Objetivos
-Seguir practicando las artes de la guerra y dominar todas las armas
-Conseguir ser recordado como el gran General de Anduar que llevo a la gloria a la grandiosa Anduar
-Formar a reclutas dignos que en un futuro puedan seguir el legado dejado por el general
-Conseguir la paz tan deseada por Anduar, aunque conlleve con ello asesinar a alborotadores
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