Ves ante tí un hombre alto y aparentemente fuerte. Lleva en su rostro una mirada bastante calmada y fría venida de sus rasgados ojos rojos, y en su boca no hay sonrisa. Un trenzado
pelo rubio cae en olas hasta su espalda volando al viento, el único atractivo que puedes mirar en él. Aún puedes ver un par de manos callosas y pequeñas.