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    • Szhysszh
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      Historia

      Toda esta historia comienza entre la roca de la montaña de Khazad Dum, el reino de piedra, Kheleb-Dum, donde el rey Darin gobierna con orgullo y talante.

      La vida en Kheleb Dum suele ser bastante ajetreada, los enanos son una raza muy bulliciosa y escandalosa si se me permite decirlo. De costumbres toscas, pues aman por encima de toda la cerveza y las tradiciones.

      Son gente tenaz y de gran coraje, y conocidos en toda Dalaensar por su testarudez, a menudo comparada con las piedras que tanto les gusta trabajar. Grandes Herreros y Mineros de renombre se forjan en la gran montaña.

      Esta historia trata sobre la desgracia que cayó sobre uno de ellos, hablamos de Bomblurr, un enano bien avanzado en edad y de renombre en todo el reino por sus altas cualidades en la extracción de minerales. Tan célebre era su nombre que resonaba en las forjas de los demás reinos como ejemplo a seguir para los jóvenes aprendices de otras razas.

      Bomblurr era un tipo familiar, después del trabajo adoraba sentarse al lado de la chimenea y fumar de la pipa mientras mecía la cuna de su hijo, Bomblir, un recién nacido de madre desconocida, el cual cuidaba casi todo el día una anciana enana amiga de la familia.

      Por desgracia, el mal de la montaña cayó sobre Bomblurr, la llamada fiebre del oro, una enfermedad de la cual ningún enano esta absento. Bomblurr empezó a decir más tiempo del debido en la mina, robaba minerales para quedárselos sin que nadie se percatase, la codicia empezaba a consumirlo. Al llegar a casa ya no dedicaba tiempo a su hijo, se pasaba las horas observando las gemas robadas y acariciándolas frente al fuego de la chimenea.

      Al principio eran pequeñas cantidades, pero el agravio de la enfermedad empezó a ser incontrolable, cada vez robaba más y más hasta que un día un capataz lo descubrió, y después de una fuerte discusión entre ambos, donde Bomblurr casi le arranca la mano al capataz cuando este intento recuperar las gemas hurtadas. Rápidamente el capataz fue a informar a la guardia de piedra, pues el robo de minerales es de las infracciones más graves en todo Kheleb Dum.

      Bomblurr fue arrestado a la espera de que los consejeros y el Rey Darin decidieran su castigo. Varios días pasó en las lúgubres celdas de la montaña, donde la luz no alcanzaba a iluminar la estancia tan siquiera. Bomblurr cada vez estaba más delgado, no comía ni bebía como es debido, solo pensaba en las malditas gemas y el oro.

      Al cabo de unas semanas, los guardias de piedra abrieron la celda y cogieron en brazos como pudieron al viejo enano, que apenas podía ya andar, y lo presentaron delante del consejo donde el veredicto le fue revelado.

      Los consejeros dictaron sentencia, la pena era ser rasurado de todo bello en el cuerpo, signo de vergüenza para los enanos, pues ellos veneran sobre todo las frondosas barbas y el espeso pelaje.
      Mediante la técnica ancestral del afeitado con sangre, donde el enano es arrancado de la carne de todo su cuerpo, imposibilitando así el crecimiento futuro de cualquier vello.

      Bomblurr recibió el castigo entre gritos y deshonor y seguidamente fue exiliado para siempre del reino, abandonando así todas sus pertenencias, su hogar, e incluso su hijo Bomblir.

      El viejo enano consiguió refugio en un bosquecito próximo al asentamiento principal del reino. Allí consiguió sanar sus heridas del ritual ancestral, aunque su avaricia y codicia le estaban consumiendo, cada noche se acurrucaba en la espesura susurrando palabras ininteligibles y acariciando rocas comunes que encontraba por el suelo.

      Una de esas noches, en la que la locura se apoderó del poco juicio que le quedaba, decidió colarse en la montaña sin que nadie le viera, pues no paraba de repetir que no se quedarían con su hijo.

      Utilizando herramientas de escalada consiguió entrar por un acceso secreto a la montaña que pocos veteranos conocían.

      Con la ayuda del manto oscuro que cubría todo el cielo, y con un increíble sigilo nada característico de los enanos, Bomblurr consiguió adentrarse en su vivienda, abrió la puerta del dormitorio donde descansaba plácidamente el pequeño Bomblir, y lo recogió en brazos.

      Su principal objetivo era llevarse al pequeñín con él, pero al darse la vuelta, vio su rostro reflejado en un espejo. La imagen para él fue chocante, una piel imberbe y rojiza por las quemaduras que jamás había presenciado desde el castigo.

      Una mueca de odio recubrió todo su rostro, estiró el brazo para alcanzar un cuchillo que tenía encima de una mesita y comenzó a rasurar al neonato sin piedad. Al acabar la sangría, dejó caer la criatura al suelo, y es entonces cuando se dio cuenta de la aberración que acababa de cometer, había destrozado la vida de su querido hijo, lo había condenado de por vida, dejándolo sin hogar.

      Rápidamente envolvió a Bomblir con una sabana y escapó de Kheleb Dum por el mismo camino por donde entró, no podía dejar al pequeñajo a su destino, pues la culpa lo consumiría aún más.
      Un imberbe era algo extraño de ver, y poco aceptado en la mayoría de ciudades, pues todos sabían que significada la vergüenza y el destierro. Pero Bomblurr recordó un viaje a las tierras del norte cuando era joven, un lugar de paz y tranquilidad, de oración y redención, donde el pequeño Bomblir seguramente sería aceptado, Eldor.

      Contactó con un viejo amigo de Thorin llamado Driden y conocido por el Sabio, para que recogiese a su hijo y lo llevase con los monjes del templo de Hiros, en Eldor. Este acepto sin pensarlo demasiado, la eterna amistad que les unía no dejo duda alguna.

      Desde ese entonces, poco se sabe del paradero de Bomblurr, desapareció sin dejar rastro, las malas lenguas dicen que se consumió en su propia codicia, otros dicen que sigue picando en las minas sin que nadie lo vea. La verdad es que su paradero es desconocido totalmente.

      Bomblir en cambio, fue aceptado por los monjes en el reino de Eldor, donde seguiría la senda de Hiros, su dios, y donde le enseñarían a combatir como lancero aranae, para defender las estepas de los enemigos.

      Rol

      Bomblir es un enano distinto a los de su raza, al no haber sido criado como uno de ellos desconoce de cualquier tipo de tradición y beber cerveza para él no es una necesidad.

      Su aspecto físico, por culpa de ser imberbe, le avergüenza sobremanera, pero a la vez le recuerda como no debe comportarse un enano.

      La educación adquirida gracias al buen hacer de los monjes eldorians es exquisita, no tolera las faltas de respeto ni la mala educación y sobre todo le repugna la cobardía y la codicia, características que poseía su padre Bomblurr.

      Ante todo desea la paz y la tranquilidad, intenta por encima de todo ser aceptado por el resto de razas y que no le vean como un indeseable imberbe. Hará todo lo posible para ser reconocido otra vez en la montaña de Kheleb Dum.

      Objetivos

      -Defender la estepa de los enemigos que intenten profanarla.
      -Formar un clan que no tenga sus orígenes manchados con la codicia del oro.
      -Ser reconocido por el resto de ciudades, incluso siendo un imberbe.
      -Devolver a Eldor todo lo que hicieron de pequeño por él.

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