Registro 2. Las oscuras calles de Anduar sirven de cobijo para Khitherin.

Las oscuras calles de Anduar serían testigo del crecer de Khitherin. Húerfano de nacimiento, este escurridizo semi-drow logró sobrevivir pese a que nunca de nadie pudo fiarse.

Nada se conoce de sus primeros tres años de edad, pero, hablan los rumores, que una vieja Semi-drow llamada Iharys se encargó de su supervivencia, de ella aprendió el arte del sigilo, ya que, en sus ultimos años de vida, Iharys nunca fue vista, y solo su cuerpo fue hallado un día en casa. Junto a él, un travieso semi-drow que jugaba a esconderse por los rincones de las habitaciones. Tras su muerte, vaya desgracia una vez más, Khitherin entendió que ya a nadie tenía que le pusiese un plato de comida, así que, tuvo que buscarse su propio sustento, menos mal, que avispado era de sobra.

La casa de Iharys era fría, pero ofrecía un techo bajo el que poder descansar, y aquel animal, como se llamaba…¡que mala memoria!. Aquel animal también tiene mucha que ver con que a día de hoy sea ese mortal asesino en el que se ha convertido. Era una simbiosis, en la que Khitherin incondicionalmente proveía a ese animal de tranquilidad, a cambio, recibía alimento cada vez que se encontraba con su fiel amigo en el bosque. No se conoce demasiado de como llegó a su vida, pero por extrañas circunstancias, habían conectado, de una manera muy profunda.

Pronto se le vió correteando por las calles de Anduar con unos punzones en sus manos, manchados en sangre, y, algo hacía presagiar de que aquel pequeño semi-drow disfrutaba con lo que hacía, se le veia fuerte, y para sobrevivir, vendía alguna de las mejores piezas vivas del Reino de Anduar, desde Jabalies Albinos hasta Ciervos de Rhun, una especie prácticamente extinta, de esta manera, rápidamente alcanzó una gran reputación y riqueza, pese a su corta edad.

A los 13 años de edad, poseía uno de los negocios más prósperos de Anduar, aunque poco o nada se conocía de sus artes para llevar a cabo aquellas capturas, era un tipo solitario, desconfiado, raramente se le veía acompañado, y en caso de hacerlo, siempre lo negaría. No le gustaba la gente, los consideraba inferiores a todos los niveles, ya que él pensaba que era el único que había conseguido todo sin tener nada, a base de muchas horas de trabajo, dedicación, esfuerzo, constancia, imnumerables viajes a los más recondidos bosques de Dalaensar en busca de las más bellas piezas para los más exquisitos bolsillos, en fin, hay que reconocer que era un poco egocéntrico.

El día 12 de Mesamin del 116 Era 4ª, una orden de la Guardia de Anduar, hizo que su sueño de hacerse rico se hiciese añicos, una cuadrillla de Guardias de Anduar irrumpió en su establecimiento, orden en mano, para arrestar a Khitherin por textualmente «Haber utilizado el Reino de Anduar, más concretamente, el puesto 3 del Mercado de Anduar, para la venta de productos ilegales provenientes de la caza furtiva.´´ Por lo que fue condenado a 3 años de prisión, aquello cambiaría su vida.

A su salida, Khitherin nunca fue el mismo, su ambición por el dinero se había convertido en Sed de Sangre, su obsesiva afición a la caza se había transformado en una plácida satisfacción al cometer el acto de la muerte sobre cualquier individuo, raramente, se había convertido en un mercenario.

Su primer paseo a la salida de prisión lo dirigía por una oscura senda hacía su antigua casa de Anduar, a lo lejos, una silueta se acercaba a toda prisa desde las cercanías del bosque, era su fiel amigo, ansioso de su vuelta, como si en su cabeza estuviese que nunca más volvería a verlo. Se secó las lágrimas, abrazo a esa criatura, y recogió los punzones que sobresalían de un bolsillo en la pequeña armadura de cuero con la que había cubierto a su mascota.

Pensando que si alguna vez volvería allí, sería realmente con motivos, se aventuró a conversar con Egmer, que, como todos sabéis, bueno… ya sabéis…
Si tenéis que acabar con alguien… hablad con Egmer, aunque preparad el bolsillo.

Mantuvieron largas horas de conversación pero finalmente, parece que se entendieron, eran tipos parecidos, ninguno se fiaría del otro de primeras, pero, si ambos saldrían beneficiados, seguro que lo iban a intentar.

Egmer ofrecería una bolsa de monedas con quinientos platinos por cada cabeza de un seguidor de Eralie, seiscientos si la cabeza era de un seguidor de Seldar y mil platinos por la cabeza de unas extrañas criaturas que habitaban en las más profundas entrañas de Eirea. Khitherin pareció encantando con la proposición, pero antes de firmar el contrato, Egmer hizo un pequeño apunte. -¡Ah, y tendrás que permitirme acompañarte en alguna de esas tareas!. Aquello le hizo menos gracia a Khitherin, pero bueno, algo tendría que cambiar, y un poco de compañia de un semi-drow que conocia el arte del sigilo igual que él, nunca vendría mal.

-¡De acuerdo, echa la mano, socio!, apuntó Khitherin a la vez que plasmaba su firma sobre un viejo papel.

Pronto, las cabezas de varios seguidores de Eralie y Seldar eran entregadas a sus demandantes, ansiosos de sangre, y sedientos de venganza, otros muchos. La riqueza, a la vez que la oscura fama de Khitherin volvían a resurgir, pero esta vez, no cazaba animales, mataba a sangre fría a todo tipo de habitantes de Eirea, si la bolsa pesaba lo suficiente.

Aprendió a confiar, mínimamente, en otra persona, siempre y cuando demostrase que merecía su respeto, y su valor, es decir, con una mano, sobraba para contar la gente que podía tener contacto con él. Siempre salía de noche, nadie conocía de su paradero, pero, dicen, que en una noche era capaz de matar a alguien en Golthur y en Veleiron, asaltando casas con una agilidad asombrosa, escalando por ventanas y techos que nadíe podría alcanzar, su nombre es sinónimo de muerte, a día de hoy. La marca de su muerte era la garra de un animal en la espalda de sus víctimas, parece que fuese solo o acompañado, su fiel animal siempre estaba a su lado.

ROL

Khitherin es un semi-drow solitario, rara vez encuentra gente de su agrado, y debido a su profesión, son muchos menos los que mantienen una relación constante con él. Es capaz de las mayores atrocidades para dar muerte a sus víctimas, y es por esto, que su fama y reputación como asesino se ve incrementada día tras día, muerte tras muerte. Los bosques son su lugar de unión con su fiel amistad, parece ser que caza, descansa, se reproduce y vive en el Bosque mientras Khitherin no lo necesita. Las noches no son tranquilas desde que Khitherin salió de prisión.

OBJETIVOS

Encontrar comida diariamente para su compañero y para él, ahora en su momento de encargarse.
Entregar la cabeza de Anarcam a su socio Egmer, pero permanecer con el Rélampágo de Gwynn para si mismo.
Analizar la historia para poder llegar a comprender quien fue Iharys, cuales son sus orígenes, y por qué aquella anciana se encargo de cuidarlo hasta su muerte.
Alcanzar el título de «Mayor Sicario de Eirea´´.