Registro 2 – Zerb

Zerb nació en el día 12 de Rutsel del 56 de la cuarta era, siendo el más pequeño de 3
hermanos. No recuerda mucho de su niñez, por lo que les voy a contar
aquí, es lo que vivió con sus padres de sangre.
Su niñez no fué nada feliz, puesto que perdió sus padres muy temprano
en una incursión a mando de la inquisición, donde fueron heridos de gravedad y encerrados
en las mazmorras de la Cruzada de Eralie. Una vez allí aprisionados, fueron torturados hasta la muerte.
Lo que se sabe de sus hermanos, es que uno se llama Zaykor, y
actualmente no se ha escuchado hablar mucho de él, aunque sea un hombre peligroso
y despiadado.
Su otro hermano, Rhilild, se convertió en un sacerdote poderoso y mucho
reconocido en la inquisición.
A lo largo de sus primeros años solo en el mundo, vivió como mendigo por las calles de Galador, junto a los pobres y ladrones.
Y todo ese tiempo de soledad, hizo con que Zerb si transformase en una persona cruel con todos los que le rodean, incluso consigo mismo.
Años después, Zerb fué acogido por una noble y tradicional familia de la ciudad, los
MC’Nakall, lo encontraron casi sin vestimentas, aunque muy joven, ya lleno de heridas
por todo su cuerpo sucio y débil, marcas de sangre por lo que le
quedó de su ropa.
Se le ha puesto nueva ropaje y le fué enseñada toda la doctrina de
Seldar, para que pudiese seguir la linaje sacerdotal de los MC’Nakall y
hacerse digno de llevar el apellido que otrora le han dado.
Después de convertirse en un joven, se unió a la Orden de D’hara trás
haberle persuadido el Archiprelado Vali, la
máxima autoridad religiosa e Imperial, abajo solamente del mismísimo Emperador.
Cuando Zerb llegó a la orden, se encargó de investigar hasta el más profundo
de los reinos orientales y los secretos que guarda la fortaleza sobre
varios asuntos, aunque sean totalmente sigilosos y restrictos solamente a
los miembros investigadores. Su contribución fué tan grande que
ganó el derecho a ostentar el cargo de maestro de investigación de
D’hara.
Pero Zerb no estaba contento con todo esto, le habían quitado el hervor
que había en su alma, la sonrisa que había en su rostro y la paz que
había en su corazón, todo lo
que le traía felicidad, sus padres, y el deseo de rabia y venganza era
cada vez más fuerte en su pecho. Estaba decidido, que de cualquier
manera, iba a vengarse con todas sus fuerzas de todo el pueblo que un
día le dejó uerfano.
Zerb ya era un hombre maduro cuando decidió alejarse de la Orden de
D’hara, ya muy experimentado y ciente de muchas informaciones valiosas
para sus objetivos, hiso la prueba para acceder a la inquisición de
Seldar, donde años más tarde, enfrentaría los guardias y habitantes de
las ciudades del bien, siempre con sus nuevos amigos, Szhmaynlath Drakush, el qual ansiaba
por ser reconocido por su familia, el que a una incurción a la ciudad lagarta de Grimoszk ayudó
a que se recuperase de un tajo hecho por un adorador de Eralie a su muñeca derecha.
Y Gohff Woo’oof, un chamán nascido y creado en Ancarak, el qual tiene como objetivo ostentar el puesto de tirano de su ciudad y
también cobicia los más preciosos tesoros de Eirea.
El principal objetivo de la vida de Zerb es la venganza por la muerte de sus padres.
Y para ello, necesita alcanzar una comunión que transcenda el plano material con su dios,
Seldar, para así cumplir todo aquello que ansía.
Siempre llevando en su corazón el fuego imperecedero de los recuerdos de sus ídolos jamás olvidados, sus
padres.