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    • ippa
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      Historia
      Un día de primavera llegó al mundo un enano rechonchete del Clan Throril, le pusieron de nombre Gudmair. Rebelde y con
      una ligera manía de romper todo con lo que jugaba. Muchos fueron los castigos y trabajos comunitarios que tuvo que hacer
      para compensar todos los destrozos a nivel económico que causaba.

      Cuando alcanzó la adolescencia vieron que su conducta iba a peor, no conseguían enderezarlo. Gudmair con el paso de los
      años se volvía más terco, más impertinente, rebelde, destructivo y así con una gran lista de adjetivos que lo convertían
      en la «oveja negra» del clan Throril.

      La cabeza del clan no podía consentir que frente a los demás clanes del Kheleb-Dhum tuvieran un miembro que no podían
      educar, así que tomaron la decición de alistarlo de forma obligatoria al servicio militar del reino, lo inscribieron en
      la Alianza de Darin.

      No le dejaron más opciones, era el alistamiento o el destierro del clan y de Kheleb-Dhum, y si esto sucediera o volvía a
      cometer otra irresponsabilidad, sería perseguido como delincuente del reino y posteriormente sería encarcelado.

      A Gudmair no le quedó muchas más opciones, así que se viajó a Kattak, donde se encuentra el cuartel militar de la
      Alianza.

      Fue instruido personalmente por Dathor, ya que la situación del recluta era como un reto personal para él. Instruido y
      entrenado con diversas armas y sobre todo en disciplina, esa era su gran asignatura que ocupaba varias horas al día.

      Con el paso de los años, un miembro del Clan Throril llegó de una misión, la de explorar las minas de oro situadas en
      Mnenoic. Cuando llegó al cuartel se quedó sin palabras al ver el cambio tan drástico de Gudmair. Se fijó en los
      detalles que en ese momento pudo observar, el respeto jerárquico, su rostro también había cambiado, mucho más serio y
      motivado, firme sobre la fila de soldados sin inmutarse por la presencia del miembro de su clan que hacia tantos años
      que no veía.

      El individuo tras ver a Gudmair y entregar la información a los altos cargos de la Alianza, volvió a Kheleb-Dhum y contó
      a todo el clan los cambios que había visto en Gudmair.

      El clan Throril no se creía lo que decía así que el líder del clan se aproximó al cuartel y conversó con Dathor. Tras
      darle muy buenas noticias, decidieron entre ambos concederle la primera misión, traerle la cabeza del líder de los
      Duergars que se esconde por los resquicios de Bendorf. Le dieron un mapa para adentrarse en territorio hostil y le
      hicieron un regalo para llevar a cabo su misión, le entregaron una reliquia de los antepasados enanos, un Hacha de los
      Reyes Enanos y las palabra de Dathor fueron:
      – Toma Gudmair, con este gran hacha separarás la cabeza del cuerpo del líder de los duergars.

      Gudmair apretó las correas de su armadura, cogió el petate y se fue a realizar su misión sin titubear ni dudar. Armado
      con el hacha parecía que nada ni nadie podía hacerle frente.

      Tras varias semanas, y para la sorpresa de muchos Gudmair apareció en las puertas del cuartel tirando la cabeza de aquel
      líder mientras rodaba por sí sola hasta los pies de los guardias que custodiaban el cuartel. Esta vez el general de la
      alianza estaba presente y miró a Dathor para dirijirle unas palabras.

      • ¿Éste es el recluta que prometía y del que por lo que veo se ha adentrado en el campamento de los duergars y nos ha
        traido su cabeza?
      • Sí general, éste es el soldado del que os hablé, añadió Dathor

      • Bueno, veo que está adiestrado a tu imagen y semejanza, nunca dejarás de sorprenderme viejo amigo. El general posó su
        mano sobre el hombro del instructor mientras continuaba hablando.

      • La guardia real de Darin ha sufrido unas cuantas bajas en una incursión a Golthur-Orod y Darin. Está reclutando
        nuevos miembros para su guardia personal, había pensado que tras ver las mejorías de este soldado y ver que es como tú,
        que realizara las pruebas que el mismo Darin impone.

      • Sería un orgullo para mí que uno de mis reclutas fuera un integrante de la mismísima guardia persona del Rey, añadiÓ
        Dathor con orgullo.

      • Bien soldado, diríjase hacia el Trono de Piedra y allí recomendado personalmente por mí te darán las pautas de la
        prueba del Rey. No me decepciones, pongo mi confianza en ti, ordenó el general a Gudmair.

      Gudmair sin más dilaciones recogió sus cosas del cuartel y se dirigió hasta los grandes salones de Kheleb-Dhum. Tras
      pasear por las calles, muchos recuerdos afloraron en su cabeza, pasó por la entrada de su clan y no le didicó ni unos
      minutos de visita pues el tenía una misión directa de su general.

      Tras pasar los salones ya le estaban esperando, el escribente de Darin le entregó un pergamino y éste lo desenrollo para
      leerlo.

      Para la superación de la prueba tienes que acabar con unas criaturas y traerme cono prueba sus cabezas, excepto la de la
      Hidra que solo necesito una. La lista constaba de varias criaturas repartidas según el pergamino por todo Eirea, como
      apunte final en el pergamino, que será acompañado por dos integrantes de su Guardia Real para garantizar la misión, ya
      que las criaturas son realmente poderosas para enfrentarse solo contra una de ellas.

      Gudmair se giró y ya estaban esperandolo en la puerta de los grandes salones, un sacerdote de Eralie y un maestro de
      armas. Gudmair se presentó y trazaron las pautas del viaje. Acordando que en dos días se encontrarían en las puertas de
      Kheleb-Dhum con todos los preparativos para tal viaje.

      Pasados esos dos días, partieron al viaje, lleno de peligros y grandiosas batallas, de la mano de aquellos veteranos
      guerreros.

      Trans varios meses desde que partió el grupo, aparecieron por los grandes salones los tres valientes guerreros. El único
      intacto era el sacerdote, tanto el maestro de armas como Gudmair iban repletos de golpes y magulladuras, incluso el
      soldado que acompañaba a Gudmair le faltaban tres dedos de la mano por la mordedura de una cría de hidra pequeña que
      pasó desapercibida y no la vio llegar.

      Tras dejar caer las cabezas que el pergamino reclamaba, Darin se acercó hasta Gudmair y poniendo su mano derecha sobre
      su pecho, y la izquierda sobre el hombro de Gudmair le dirigió unas palabras:

      • Bien hecho, has demostrado ser un aguerrido combatiente, sin temores, contundente con la misión y disciplinado, por
        eso a partir de hoy, pasarás a formar parte de mi guardia personal con el título de Guardia de Élite del Trono de Piedra
        en calidad de recluta, ya que aún tendrás que ser instruido por Barag.

      Rol
      Gudmair es un enano terco, robusto y con mal genio. A su vez es disciplinado y respeta el rango jerárgico.

      Tiene un gran odio hacia los Orcos, ya que esas bestias no diferencian guerreros de niños ni de mujeres, cuando
      realizan sus asedios.

      No todo va a ser luchar pues es amante de la cerveza, le encanta pasarse por la fuente de Gloignar y llenar sus odres.
      Su mayor descubrimiento fue la fabricación del barril rúnico para transportar su cerveza a cualquier rincón de Eirea.

      Objetivos
      Almacenar todas las gemas posibles de Eirea

      Ser un gran herrero al servicio de Darin

      Convertirse en un miembro de la Guardia Real de Darin

      Crear o formar parte de un clan secundario, que esté integrado por miembros de diferentes clanes principales.

      Hacerse con el Hacha Rúnica digna de los Guardias de Piedra.

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