Ante ti se alza una enorme criatura de aspecto perruno. Su cuerpo es un amasijo de pelo rojizo y pústulas amarillentas, la mayoría infectadas, con gusanos asomándose por ellas. Desde su cuello hasta su hocico, el pelo es escaso, grandes costras y heridas provocadas por insectos y enfermedades, cubren la piel de su cabeza. Solo conserva una de sus orejas, la cual está llena de cicatrices de mordiscos. Sus pequeñas patas traseras hacen contraste con las delanteras, ya que estas son tan fuertes que se apoya en ellas para caminar. De su espalda surge una gran joroba de color verdosa tan abultada que podría servir de asiento para un goblin, donde ves una gran y asquerosa verruga de la que parece florecer un racimo de pelambre.