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Tienes ante ti a una raquítica figura que apenas levanta una vara del suelo y con dificultad puede mantenerse erguida debido a su avanzada edad. Su verde piel se ciñe a las costillas de su caja torácica a lo largo de su decrépito torso, el cual se encuentra lleno de cicatrices causadas a lo largo de su longeva existencia. Sus extremidades son unos colgajos de piel, sin apenas músculo, que dejan entrever los huesos que la forman. Su pequeñas y esqueléticas manos contrastan con unos largos dedos de los que emergen unas amarillentas y perfiladas uñas con forma de incisivo. En su rostro, o lo que queda de él, pues tiene la mitad de la cara deforme por lo que parece una quemadura mal curada, destaca un ojo de un color violáceo intenso, una nariz aguileña y prominente y una oreja terminada en pico del tamaño de su nariz. Su cuero cabelludo se encuentra poblado por escasos y dispersos ápices de pelo blanco.
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La inesperada situación.
De repente algo sucede en Mor Groddur, una goblin anciana que permanece tendida en el suelo vuelve en sí después de varios minutos sin respirar. Sale de su trance y observa atónita a su alrededor sin saber bien qué es lo que ha pasado, sus ojos están en blanco.
Los que vieron como la vieja goblin se desplomaba miran con asombro, la daban por muerta. Sin apenas ayuda se levanta del suelo y camina algo desorientada, tropieza con una piedra y vuelve a caer al suelo, quedando incosciente. Rápidamente los allí presentes, se volcaron para ayudarla pues sólo estaba en shock. Se escuchan gritos: “Llamad al Tirano” “Necezita ayuda” “Ez Zirina, la vidente”.
Ante el revuelo los guardias acuden al lugar, se sitúan custodiando el cuerpo tendido. A no mucho tardar el Tirano Ruzkhur hace acto de presencia, la guardia se aparta permitiéndole acercarse. Ruzkhur murmura unas palabras y su mano empieza a iluminarse con una tenua aura de color blanquecino, acerca su mano al cuerpo y parece restablecer su consciencia.
- Ruzkhur: llevadla a miz apozentoz.
Uno de los guardias coge el liviano cuerpo, que apenas logra respirar por sí sólo y se apresura a llevarla a las estancias del Tirano. Una vez allí lo tiende con delicadeza sobre una manta de piel de oso pardo. Ruzkhur entra por la puerta pasados unos minutos y comienza a hacer una pasta en un mortero, una mezcla de hierbas combinada con algo de magia curativa. Cuando el ungüento está preparado lo aplica sobre los labios de Zirina.
- Ruzkhur: “Yo en perzona velaré por ella, eztá muy delicada. rezaré a Gurthang para que le conceda máz tiempo de vida. Ez demaziado útil para perderla”.
Los guardias abandonan la estancia y una vez a solas comienza una plegaria que se extiende durante toda la noche.
A la mañana siguiente Zirina recupera la consciencia ante el asombro de Ruzkhur.
- Zirina: ¿Do… Dónde eztoy?
- Ruzkhur: En el plano de los vivos, por zuerte. Cazi no lo cuentaz.
- Zirina: No recuerdo nada.
- Ruzkhur: Te dezplomazte en mitad del nivel comercial, creo quete pazazte con la Sal de Revan…
- Zirina: No recuerdo nada de verdad. ¿Quién erez tú?
- Ruzkhur: puez zi que te pazazte con la Sal de Revan, zi… Descanza ya iráz recuperando la memoria. Iré a buzcar unas hierbaz a ver zi puedo ayudarte.
Ruzkhur abandona su habitación y los guardias entran a su salida custodiando la puerta.
Zirina intenta hacer memoria para averiguar lo que ha pasado, pero apenas recuerda nada, le vienen a su cabeza imágenes difusas de una figura que intentaba entrar en su mente, pero solo el intento de recordar lo sucedido le causa tal dolor que le hace cesar en el intento y cae rendida del cansancio.
Dos días después Zirina vuelve a despertar y parece algo más lúcida. Ruzkhur se acerca a ella y le tiende un cuenco con un líquido verdoso de un aspecto repugnante.
- Ruzkhur: toma bebe ezto, te ayudará a mejorar.
Zirina coge el cuenco y se lo bebe a disgusto y entre alguna que otra arcada.
- Ruzkhur: creo que ze que te pudo ocurrir, eztuvimos hablando la mañana de antez de que te pazara todo ezto. Te pedí que uzaraz tuz poderez para conocer la zituación de Bistanti, el caudillo quiere zu cabeza. Entrazte en trance y de repente dezaparecizte. Luego te encontré desmayada y te traje aquí.
- Zirina: Zigo zin recordar nada, zólo dezpertarme aquí. Lo ziento no puedo ayudarte, de echo no ze ni quien erez.
- Ruzkhur: parece máz grave de lo que penzaba. Nezezitamos que recuperez la cordura. De momento permaneceraz aquí hazta que te recuperez. Erez demaziado importante para la Horda.
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