Inicio › Foros › Historias y gestas › Relatos, Mitos y Leyendas: Viaje a la Sub-Oscuridad
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Versión Ilustrada, WEB : https://rijjaaljhtar.wixsite.com/grimorium/viaje-a-la-suboscuridad
Grimorio Al’jhtar. Relatos, Mitos y Leyendas
«Viaje hacia la Sub-Oscuridad»El día se antojaba entretenido, una partida de ogros, más organizados que de costumbre, se había dejado ver en las inmediaciones de los Riscos del Ocaso.
No tardé mucho en disponer mis bártulos y partir en su busca. No por sed de sangre, si no por útilidad, ya que destinar una patrulla para salir en su busca era costoso y mal avenido. Además, no está de más salir de vez en cuando del Templo Piramidal, el estudio empieza a ser… tedioso.Sobrepasados los márgenes de la Meseta de Ferrian, empiezan a entreverse los Riscos, impertérritos ante el azote de la ardiente arena del desierto. En las dunas, las cuales se me antojan como olas de fuego, siento la atenta mirada de las bestias que habitan estas áridas tierras. PEro estas permanecen inmóviles, haciendo difícil distinguir si me acechan o me temen. El camino es largo y pesado, muy pesado.
Cercano al ocaso, encuentro las primeras huellas del pequeño contingente de ogros del cual se me había notificado. No es común que un Alto Teócrata se dedique a estos menesteres, pero he de reconocer que siento cierta simpatía y nostalgia de mis días en el frente.
Sin entretenerme demasiado en viejos sentimientos, llego por fin a la base de los esperados Riscos del Ocaso. Aún llegados a este punto en el que el suelo empieza a ser de roca viva, soy capaz de descubrir el rastro de los ogros, el cual ha cambiado de rumbo súbitamente al oeste. Sin duda, con afán de rodear o atravesar los riscos sin ser detectados por la Atalaya de Ar’Kaindiana.Seguí el rastro hasta que me topé de bruces con una cascada que, debido a las abundantes lluvias, ha vuelto inaccesible el camino.
Todo es muy extraño, las huellas aquí se vuelven algo erráticas y confusas. Escudriñé el lugar hasta que ví unas marcas sangrientas en una roca cercana. Al acercarme, pude entrever una especie de abertura detrás de unos matorrales. Era la entrada a una cueva que se perdía en lo profundo. El rastro se perdía en su interior, así que decidí continuar con mi particular cacería. Esos ogros no se me escaparían llegados a este punto, debía acabar lo que había empezado.Un olor a muerte invadía la totalidad del túnel rocoso que estaba recorriendo y, cada paso, aumentaba dicho olor.
No tardé en darme cuenta que estas cavidades eran el refugio y cubil de arácnidos muy agresivos, los cuales habían destripado a un gran numero de ogros. Debido a que la sangre y cuerpos eran de reciente fallecimiento, no dudé en identificarlos como los ogros asaltadores a los que estaba persiguiendo. El numero de huellas del rastro había sido diexmado drásticamente, pero todavía quedaban perdiendose más y más en la oscuridad.Después de exterminar a las arañas que me acechaban, continué mi exploración de la zona. El aire se enrarecía a cada metro de internamiento.
Varios descensos después, los cuales cada vez era más pronunciados, llegué a una zona de la cueva algo más alta que las anteriores y de gran amplitud. Entre la oscuridad y siguiendo el rumor de una abertura al otro lado, entreví lo que parecía una puerta en la lejanía.Pocos portales ofrecen una invitación tan pésima a ser traspasados.
Una profunda oscuridad moraba en el interior de aquella oquedad. Ignorando los numerosos grabados que parecían indicar la peligrosidad de adentrarse por este pórtico, decidí atravesarlo. Este, sin duda alguna, era una entrada a la Sub-Oscuridad.Quedé atónito al atravesar aquel umbral, ya que una mina de rubíes se abría ante mis ojos. Numerosos individuos de diversas razas y etnias trabajaban, en pésimas condiciones, aquella rebosante mina.
Alguien, o algo, debía tener esclavizada a toda aquella heterogénea población.
Olvidando por completo mi misión de perseguir a los ogros, pues la intriga me carcomía. Descubrí entre los corredores una habitación con un espejo negro profundo, el cual mágicamente atravesé.Dicho espejo era un portal hacia… una colmena de Micónidos. Unos seres repulsivos y altamente venenosos. Sin duda estos eran los responsables de la situación en la mina de rubí. Decidí explorar el lugar para descubrir que tesoros o curiosidades podría albergar.
Abriéndome paso entre los micónidos que formaban la colonia, dí con una especie de celda que , cuya puerta, estaba hábilmente mimetizada con las paredes. En ella un prisionero Drow, el cual no había seguido los cánones de obediencia de dicha colmena y fué castigado. Después de liberarlo, me contó lo poco que sabía de aquel lugar y me obsequió con varios rubíes que había escondido de sus captores.
Después de recorrer varias galerías, llegué al centro de la colmena micónida para encontrar allí con un Rey Micónido, el cual regentaba la colonia.
Siendo esta una criatura temible, poco pudo hacer frente a las amplias habilidades bélicas de un Alto Teócrata y pereció en el combate. Aprovechando tal hallazgo, arranque una parte de su cuerpo, el cual es muy útil en la síntesis de potentes venenos.Mi expedición había llegado a su fin, no sin antes observar en la misma estancia del Rey Micónido, los cuerpos desgarrados de los Ogros que perseguía.
«Al final terminé por encontrarlos», pensé.La jornada supuso una inestimable oportunidad de estudio, por no mencionar la adquisición de rubíes y el placer del deber cumplido.
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