Inicio Foros Historias y gestas [Rol] Galinzdra y Rhylzaer. En busca de la profecía I

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      09:11
      Rhylzaer, mientras continua con sus estudios arcanos en las distintas torres de hechicería, da con un libro que desea compartir con Galinzdra.

      Rhylzaer entra en la estancia, y tras revisarla de un rápido vistazo, sonríe ampliamente al encontrar a Galinzdra. Se acerca a ella en silencio y le susurra unas palabras.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: Pst! Galinzdra, quiero hablar contigo sobre algo que acabo de descubrir. ¿Tienes un momento?

      Galinzdra dice encantadoramente: Claro Rhylzaer, buenos días primeramente, y lo que necesites.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Buenos días, buenos días! Pero mira esto…

      Rhylzaer posa el pesado libro ante Galinzdra, lo abre por la parte final y señala parte del texto a Galinzdra.

      Galinzdra echa un vistazo al libro que le enseña Rhylzaer, comenzando a leer en voz alta.

      Galinzdra dice encantadoramente: Aquí dice: «En un lugar perdido, al sur de la capital del Comercio, los sombríos recuerdos del pasado guardan grandes riquezas y poderosos objetos, perdidos en el tiempo.»

      Galinzdra comienza a reírse descaradamente, molestando al resto de presentes en la sala.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Efectivamente, algo sobre terribles monstruos y grandes tesoros, parece una profecía que nadie aún ha podido demostrar.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿De que te ríes, acaso no te resulta interesante?

      Galinzdra dice encantadoramente: Efectivamente, Rhylzaer, una profecía de tesoros en un libro de magia…
      >
      Galinzdra dice encantadoramente: ¿No ves algo raro?

      Rhylzaer suelta un bufido, visiblemente ofendido.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: Que raro, ni que raro…¡Lo realmente extraño es que nadie lo haya investigado a fondo!

      Galinzdra dice encantadoramente: Te explico mi joven arcano…

      Galinzdra dice encantadoramente: Esa profecía fue escrita por algún Archimago, maestro de la torre Arcana, para avivar la llama aventurera de los jóvenes aprendices.

      Rhylzaer toma asiento al lado de Galinzdra, viendo venir otra nueva «lección de vida» de su compañera.

      Galinzdra dice encantadoramente: Todos en nuestra juventud, leemos y estudiamos ese «tomo» y todos leemos la famosa profecía.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿Y todos decidís ignorarlo sin más?

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Menudos ilustrados arcanos de pacotilla!

      Galinzdra dice encantadoramente: No, para nada.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿Pues? ¿Ya has ido a investigar la zona entonces?

      Rhylzaer se queda mirando fijamente a Galinzdra con sumo interés, esperando su respuesta.

      Galinzdra dice encantadoramente: Muchos avivan la llama aventurera… salen a buscar la profecía… y vuelven llenos de lampreas y otros insectos asquerosos.

      Rhylzaer se ríe.

      Galinzdra dice encantadoramente: Yo fui una de ellos… y es cierto que cuando llegue al pantano, decidí no manchar mi túnica nueva y me di la vuelta.

      Galinzdra se ríe dulcemente.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Sabía que por ahí iba a estar el problema.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Vamos Galio! ¡No me seas remilgada!

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Estoy convencido que si vamos tu y yo, tendremos más fortuna que el resto de ignorantes que lo hayan intentado anteriormente.

      Rhylzaer da un cómplice codazo a Galinzdra.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿Que me dices? ¿Me acompañas?

      Galinzdra dice encantadoramente: Recuerdo un caso, de un joven semi-drow aprendiz, que volvió tan lleno de sanguijuelas, que se desmallo en la puerta sur de Anduar por falta de sangre. Y a día de hoy lo siguen llamando el «elfo» de lo blanco que se quedo.

      Rhylzaer reprime una carcajada, pero igualmente recibe algunas reprimendas del resto de magos de la sala.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Menudo inútil ese «elfo»!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: Venga Galin, tu y yo ya sobrevivimos a las alcantarillas de Anduar. Dudo que un pantano sea peor que eso, en todo caso, podría ser lo mismo…¡Pero sin aguas fecales!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Vente conmigo, anda, por favoooor!

      Rhylzaer te pide como un perro.

      Galinzdra dice encantadoramente: Jajaja, venga, me parece bien. Lo intentaremos… pero ya te digo que no habrá ningún tesoro.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Tu solo piensa en todos los vestidos que podrías comprarte si finalmente encontramos algo.

      Rhylzaer guiña un ojo a Galinzdra pícaramente.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡No lo dudes! Aunque ya debería ir pensando en cambiar mi Vara de Mordekainen…

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Pues en marcha! ¡Quizás hasta te alcance para comprar un Báculo tan poderoso como el mío!

      Galinzdra se sorprende al ver un arma tan poderosa en manos de un mago tan joven.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Pero como has conseguido eso!

      Rhylzaer se levanta apoyándose en su maravilloso Báculo de los Tres Elementos dramáticamente, y se dirige hacia la salida pavoneándose.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Un mago nunca revela sus trucos!

      Rhylzaer se ríe.

      Galinzdra da una palmadita en la espalda a Rhylzaer.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Ya me contarás esos secretos!

      09:32

      Cualquier forma es correcta para llegar al conocimiento.

    • Gnomusad
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      En esta historia, Galinzdra hace tambien del personaje «Pacoumer».

      09:35
      Galinzdra y Rhylzaer se reúnen en la Plaza de Anduar, listos para salir a la aventura en busca de la profecía.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Mira Rhylzaer!

      Rhylzaer se gira para ver lo que Galinzdra le muestra.

      Galinzdra da un giro, mostrando su vestimenta de montaraz, consistente en una túnica corta de cuero, pantalones ajustados y botines hasta la rodilla.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Ea! ¡Siempre preparada y arrebatadoramente encantadora!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Así no me mancharé mis túnicas nuevas! Ni los preciosos vestidos que compre el otro día en la sastrería.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Tu estas listo? ¿Tienes todo lo necesario…?

      Rhylzaer se sonroja al darse cuenta que estaba sonriendo como un bobalicón.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Claro, claro, por supuesto, ya venía más que preparado.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: No sé si te diste cuenta, pero fuiste la única que compro cosas…

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Suerte, que evité que malgastaras platinos en esos zapatitos de lujo. Verás como esos botines te resultan mucho más útiles.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Una chica debe ir siempre preparada!

      Rhylzaer suspira cargándose de paciencia.

      Galinzdra dice encantadoramente: Nunca se sabe si debe enfrentarse a una lamprea gigante absorbe cerebros o encandilar a un joven semi-drow para que le lleve los paquetes.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Desde luego! Que problemas más preocupantes eh…

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: Por cierto, ¿te hiciste también con las plantas curativas que te pedí?

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿Tienes las Winclamits y los Yavethalions?

      Galinzdra lanza una bolsita de plantas a Rhylzaer.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Dudas de mi comprando?

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Genial!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Jamás me atrevería!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Por supuesto, y el herborista cuando me fui pensó que lo había timado!

      Galinzdra dice encantadoramente: Como puede ser timo si el amablemente decide regalarme las cosas…. por mis encantos.

      Rhylzaer sonríe burlonamente.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Pobre desgraciado…

      Galinzdra dice encantadoramente: En fin… hombres…

      Galinzdra dice encantadoramente: Siempre más atentos a mis atributos que a mis peticiones…

      Rhylzaer asiente ante las palabras de Galinzdra, y al darse cuenta, levanta la mirada rápidamente y vuelve a mirarla a los ojos.

      Galinzdra observa de reojo a Rhylzaer.

      Galinzdra dice encantadoramente: Venga… no nos liemos con charlas intrascendentales… comencemos el camino a Zumelzu, pues aunque esta cerca seguramente algún comerciante nos pare con algún problema nimio.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Partamos pues! Primero las damas…

      Rhylzaer le cede el paso a Galinzdra con una burlona reverencia.

       

      Galinzdra y Rhylzaer comienzan a recorrer el camino, mientras mantienen charlas amenas. De repente, un grito y un montón de ruidos de animales colapsan la tranquilidad del camino.

       

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿Escuchaste eso?

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Parece que tus poderes de adivinación mejoraron, ya se acercan problemas.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Si! Corramos…

      Comerciante dice apresuradamente: ¡Malditos malnacidos!

      Al llegar, Rhylzaer y Galinzdra se encuentran con una jauría de hienas atacando una caravana. El buey permanece herido acostado mientras las hienas se lanzan a morderle las patas traseras.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Vaya! ¡Malditos sabuesos!

      Galinzdra dice encantadoramente: Encárgate de los que atacan la caravana, yo me encargare de los que atacan al buey.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: De acuerdo.

      Galinzdra comienza a formular un hechizo de ‘Dominar animal’, desplegandolo sobre una hiena, que cae rendida a sus encantos.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Hiena! Te ordeno que ataques a las otras hienas.

      Rhylzaer se adelanta a las hienas interponiéndose entre éstas y la caravana para detener su avance.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡CHUU! ¡CHUU! ¡Fuera de aquí perros feos!

      La Hiena de Galinzdra se gira a atacar a una hermana que se encontraba a su lado, atacándola ferozmente con salvajes mordiscos.

      Rhylzaer realiza exagerados aspavientos con los brazos abiertos de par en par.

      Galinzdra comienza a formular un hechizo de ‘Meteoros diminutos de Ignis’, los cuales comienzan a flotar a su alrededor.

      Galinzdra lanza sobre otra hiena una salva de meteoros ígneos, provocándole quemaduras y que huya del lugar.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Quieres dejar de intentar volar como los pájaros batiendo esos flacuchos brazos! ¡Y ahuyentarlos con tus hechizos!

      Rhylzaer continúa con sus ridículos aspavientos, avanzando hacia las hienas, que se quedan quietas en su sitio. Pero parece que su confusión inicial se disipa y empieza a gruñir amenazadoramente.

      De repente, una de las hienas se abalanza hacia delante soltando un fiero mordisco a la pierna de Rhylzaer, pero éste la aparte en el último momento evitando así la dentellada.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Malditos y estúpidos animalejos, ahora veréis!

      Galinzdra lanza una de sus meteoros ígneos sobre la hiena que ataca a Rhylzaer, aturdiéndola con la quemadura momentáneamente.

      Rhylzaer comienza a formular el hechizo «Proyectil mágico mayor», pero parece que su entonación es algo diferente de la habitual.

      Al terminar de formular el hechizo, multitud de pequeños proyectiles se dispersan, impactando sobre todas las hienas, en lugar de centrarse sobre un único objetivo. Al recibir el terrible impacto, dos de ellas perecen instantáneamente, el resto huyen despavoridas.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡EA! ¡Y no volváis!

      Rhylzaer se gira hacía Galinzdra con una orgullosa y bobalicona sonrisa de oreja a oreja.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Maravilloso!

      Galinzdra aplaude la formulación del hechizo de Rhylzaer.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Gracias, gracias!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Es difícil controlar ese hechizo! Yo nunca lo logre. Estas haciendo grandes avances.

      Rhylzaer realiza varias y rápidas reverencias.

      Galinzdra se gira para atender al comerciante.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Esta usted bien?

      Comerciante dice apresuradamente: ¡Preciosa Galinzdra! ¡Menos mal que aparecisteis!

      Rhylzaer carraspea.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Pacoumer! ¿Que tal? Hacia mucho que no le veía.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¡Buenos días! ¿Se encuentra usted bien?

      Pacoumer dice apresuradamente: ¡Yo si! ¡Pero Belinda está herida!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Belinda? ¿Quien es Belinda?

      Pacoumer dice apresuradamente: ¡Es mi buey! ¡Ha sido mordida varias veces!

      Galinzdra dice encantadoramente: Rhylzaer, pasame esa bolsita de plantas. Por cierto Pacoumer, este es Rhylzaer, un joven prodigio arcano de la Guardia Nivrim.

      Pacoumer dice apresuradamente: Encantado caballero.

      Pacoumer dice apresuradamente: ¡Ains mi pobre Belinda!

      Rhylzaer entrega la bolsita a Galinzdra, restándole importancia a sus palabras.

      Galinzdra saca un par de Yavethalion, y comienza a frotarlos sobre la heridas de Belinda, mientras saca una venda de su mochila y le cubre la zona.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: No se preocupe caballero, verá como Galinzdra logra sanar las heridas de la pobre Buey.

      Pacoumer dice apresuradamente: ¡Bendita seas niña!

      Galinzdra dice encantadoramente: Pacoumer, Belinda aguantara con el analgésico hasta llegar a Anduar, pero deberás tratarle allí las heridas.

      Galinzdra dice encantadoramente: Rhylzaer, ayuda a este hombre a enganchar a Belinda al carromato.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Por supuesto

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Si me permite…hágase a un lado, por favor.

      Pacoumer dice apresuradamente: Todo tuyo chico.

      Rhylzaer haciendo un alarde de fuerza levanta los enganches del carromato con sus hombros, mientras les ata las riendas de Belinda con las manos. Al terminar, está rojo como un tomate por el esfuerzo y visiblemente sudado.

      Dices: ‘Woo’ de placer.

      Rhylzaer sonríe estúpidamente orgulloso a Galinzdra.

      Galinzdra dice encantadoramente: Y también veo que estas más fuerte que antes.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Así es, las descargas de Éter han ido fortaleciendo poco a poco mis músculos!

      Pacoumer dice apresuradamente: ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Y gracias!

      Pacoumer dice apresuradamente: Seguiré mi camino para curar cuanto antes a Belinda.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡De nada! Saludos a su esposa, y … ¡cuando regrese invitadme un día para comer!

      Rhylzaer realiza una rápida reverencia al agradecido Pacoumer.

      Galinzdra se despide con la mano de Pacoumer.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Ves! No soy adivina… pero sabía que algo nos interrumpiría.

      Rhylzaer se ríe.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Pues sí, te doy toda la razón.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Sigamos pues, el camino nos aguarda!

      Nuestros héroes continúan su camino hacia Zumelzu, encontrarán lo que buscan… o serán comidos por lampreas gigantes come cerebros… lo averiguaremos.

      10:11

      Cualquier forma es correcta para llegar al conocimiento.

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      10:32

      Galinzdra y Rhylzaer llegan a las pantanosas ciénagas repletas de insectos y bichos molestos. El hedor de la humedad nubla las ideas de Galinzdra.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Que no! ¡Que me da mucho asco! ¡Que no me meto!

      Rhylzaer se descojona sin control hasta que se le saltan las lágrimas ante la reacción y cara de auténtico pavor de Galinzdra.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Venimos hablando de ésto casi todo el camino…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Pero no es lo mismo hablarlo que hacerlo!

      Galinzdra toca con la punta de su botín el fango.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Es asqueroso!

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: Pero a ver, querida mía, ¿Para que te compraste esos botines?

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Porque me quedan genial con este pantalón y esta túnica corta!

      Galinzdra dice encantadoramente: Y si…. para venir a esta «excursioncita» contigo…

      Rhylzaer suspira completamente desesperado.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Pero, fíjate, están hechos de éste espléndido material, que se limpia muy fácilmente.

      Galinzdra dice encantadoramente: Vale…. tienes razón… hemos venido para algo..

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Pero tengo una idea!

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Además, mira esto de aquí atrás…

      Galinzdra mira lo que le indica Rhylzaer.

      Rhylzaer da la vuelta a Galinzdra rodeándola poco a poco, y justo cuando se coloca a su espalda hace ver cómo que va a señalar algo…pero de repente ¡La empuja sin piedad! Haciendo que de varios pasos adelante, metiendo sus queridas botas en el fango.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Malnacido!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡EA! ¡Ya estás pringada, ya no hay vuelta atrás!

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿Has visto que fácil?

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Eso no vale!

      Rhylzaer se ríe cariñosamente.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: Pero, ¿a que no ha dolido?

      Rhylzaer guiña un ojo a Galinzdra con complicidad.

      Galinzdra comienza dar saltitos salpicando lodo para todos lados.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Que asco!

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: Por cierto, perdona que te interrumpiera, ¿cual era esa maravillosa idea tuya?

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Ei! ¡Estate quieta, que me vas a salpicar a mi!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Ya nada! Ya estoy pringada hasta las cejas. ¡Por tu culpa!

      Galinzdra dice encantadoramente: No te lo perdonare.

      Galinzdra lanza una patada, enfangando a Rhylzaer.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Caguen!

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Ándate con ojo, o al final se acabara manchando tu querida túnica…

      Galinzdra dice encantadoramente: Bueno… antes de que venga la lamprea gigante… crucemos esta ciénaga apestosa.

      Rhylzaer levanta un pie, en un amenazador gesto de devolver la jugarreta a Galinzdra.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Ni lo pienses! ¡O te desintegro!

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Espera un segundo… fíjate en esto.

      Rhylzaer coge Botas de Cuero de Dragón Negro de Mochila sin Fondo.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¿Qué te parecen? Bonitas eeh!

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Y mira, mira…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Guau! Es puro cuero de dragón negro.

      Rhylzaer se agacha y acaricia fugazmente una de las joyas de sus botas, haciendo que una onda de poder mágico envuelva sus pies.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Ahora puedo anda por el lodo, sin hundirme!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Maravilloso! ¡Quiero unas de esas!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Es más!… Quitatelas y dámelas si quieres que cruce está ciénaga…

      Rhylzaer se da una vuelta por el lodo, pavoneándose con sensuales andares.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: Si las quieres, ¡Tendrás que quitármelas! ¡A ver si eres capaz de atraparme!

      Galinzdra comienza a salir corriendo tras Rhylzaer, pero cada vez se hunde más en el fango.

      Rhylzaer se aleja de Galinzdra ágilmente, dando alegres saltitos.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Rhylzaer! ¡Me hundo!

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¡Venga! ¿Que te pesa el culete?

      Rhylzaer sigue haciendo burla de Galinzdra, sin darse cuenta que ésta empieza a estar en serio peligro.

      Galinzdra cubierta por algo más de la cintura, se hunde profundamente en el fango.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Ayúdame!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Ui! ¡Perdona, ya voy, ya voy!

      Rhylzaer vuelve rápidamente sobre sus pasos hasta donde se encuentra Galinzdra, y tras inspeccionar la zona, apoya firmemente los pies en una zona rocosa, la agarra de ambos brazos a la altura de los hombros y empieza a tirar de ella con todas sus fuerzas!

      Galinzdra comienza a formular un hechizo ‘Agrandar’ sobre si misma, cuando de repente, aumenta su tamaño considerablemente.

      Galinzdra agarra a Rhylzaer por los hombros, sumergiéndolo en el lodo.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Jajaja! ¡No te escaparás de mancharte!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Si me llegaba por las rodillas!

      Con el inesperado aumento de tamaño de Galinzdra, junto al hundimiento al que ésta lo somete, acaba con la cabeza metida entre los ahora enormes pechos de Galinzdra, y su cara se pone de un color rojo intenso y brillante!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Galinzdra, por favor, que haces!

      Galinzdra se ríe juguetonamente.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿No eras tu el que quería mancharse?

      Rhylzaer formula rápidamente el hechizo de ‘Agrandar’, aumentando así su tamaño, y tras un leve forcejeo, finalmente logra desencallar a Galinzdra del lodo.

      Por el enorme esfuerzo de ambos, al liberarse salen disparados, dándose de bruces contra el suelo y acabando ambos cubiertos de lodo de pies a cabeza.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Jajaja!

      Galinzdra dice encantadoramente: Al final no es tan malo el barro….

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: Pero, pero, pero….¡¿Se puede saber que estás haciendo?!

      Galinzdra dice encantadoramente: Además, dicen que viene bien para el cutis femenino… ¡te va a quedar un cutis precioso!

      Galinzdra continua riéndose sin parar.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Eso te pasa por empujarme al barro!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Mira como me has puesto perdido! ¡¡Me va a costar semanas limpiarme todo este barro!!

      Galinzdra dice encantadoramente: Ahora te arrepentirás por no venir preparada como yo… a mi túnica corta y pantalón ceñido un poco de agua y como nuevo.

      Rhylzaer se levanta refunfuñando y golpeando sus ropajes aquí y allá intentando limpiarlos como buenamente puede.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Vamos! Deja eso para luego… aun tenemos que llegar a las ruinas de Zumelzu.

      Rhylzaer con voz fina y aguda, imitando la de Galinzdra dice: Mimimimimimi mi fildi i pintilin ciñidi…

      Galinzdra comienza a caminar, sin esperar a que Rhylzaer le siga…. esa imitación ha debido de enfadarla.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡A mi no me hace ninguna gracia!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Pues no haber empezado!

      Y de esta guisa, Rhylzaer y Galinzdra, entre trifulcas y malas palabras, se adentraron en Zumelzu.

      Rhylzaer levanta la vista, y cuándo ve que Galinzdra está igual de pringada que el, estalla en una enorme carcajada.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Ai señor! Realmente me lucí al decidir que serías una buena compañera para esta aventura eh…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Yo soy una magnifica compañera! ¡Eres tu quien no respeto mi deseo de no ensuciarme!

      Galinzdra señala al cementerio.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Mira! ¡De haber algo, seguro que debe de estar en alguna cripta!

      Rhylzaer quién sigue limpiándose pegotes de barro, alza la vista para ver lo que señala Galinzdra.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Recuerdas lo que dice la profecía?

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Sí! Cuándo la profecía decía algo sobre «los sombríos recuerdos del pasado» quizás se refería a eso, ¡A los muertos!

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Y estoy seguro que ninguno de los cobardes predecesores nuestros que vinieron a investigar, se atrevieron a adentrarse en un cementerio, en un pantano…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Si! Estoy segura… además el resto de la ciudad ha sido totalmente saqueada.

      Galinzdra dice encantadoramente: Y nadie se mete con las criptas por no encontrar algo demasiado peligroso.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Vayamos a echar un vistazo, pues.

      Galinzdra y Rhylzaer entran en una enorme sala funeraria, cavada en el interior de la montaña. De forma octogonal. Se trata de una gran cámara, muy débilmente iluminada por viejísimas antorchas que tras incontables años siguen todavía mágicamente alumbrando la sala. Dispuestas perpendicularmente a las paredes de la cámara, siete tumbas. En el centro hay un gran brasero, todavía encendido, del que emana un extraño humo verde azulado, que al llegar al techo de la cámara se expande hacia los lados, cayendo de nuevo hacia el suelo, dándole a toda la sala una extraña atmósfera. Curiosamente, aun habiendo sido abierta, el humo no escapa por la entrada, sino que crea una densa niebla sobre el suelo.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Mira Rhylzaer! Seguramente alguien debe seguir por aquí. Las antorchas y el brasero siguen encendidas.

      Rhylzaer acelera el paso y se adelanta hacía el cementerio. Donde entre muchas y diferentes tumbas, lápidas y criptas, destaca una cripta que parece cavada en la mismísima montaña. Sin pensarlo dos veces, decide adentrarse en la lúgubre y oscura caverna…

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Pero…que extraño! No veo ninguna pisada por la zona…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Tienes razón! Hay toneladas de polvo por el suelo, mira nuestras huellas, cada vez que pisamos se marcan.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿Quién habrá pasado por aquí y habrá encendido las antorchas y el brasero, sin dejar rastro alguno?

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Crees que puede haber sido un espíritu?

      Galinzdra dice encantadoramente: Un espíritu no tiene piernas…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Podría ser el espíritu iracundo de algún viejo sacerdote?

      Galinzdra tiembla de miedo.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Por el amor de Dios Galin! No me seas supersticiosa.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Hay muchos tipos de magia capaces de hacer algo así.

      Galinzdra dice encantadoramente: Tienes razón…

      Galinzdra dice encantadoramente: Analicemos todo con ‘Detectar magia’ el primero que encuentre algo avisa al otro.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: Y los espíritus sí tienen piernas…¡Pero flotan por el aire! ¡UUUUUHHHH!

      Rhylzaer salta de repente sobre Galinzdra para asustarla!

      Galinzdra imita a Rhylzaer: ¡¡uhhh!!! si tiinin piirnis ¡uuhhh!

      Galinzdra golpea con su vara a Rhylzaer.

      Rhylzaer se ríe a carcajadas de la imitación de Galinzdra.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Deja de hacer el tonto!

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Esta bien, esta bien.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Adelante, usa el ‘Detectar magia’, a ver que descubrimos.

      Galinzdra comienza a formular ‘Detectar Magia’ sobre las tumbas de la cripta.

      Galinzdra golpea una tumba con los nudillos.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Hola! ¿¡Alguien no-muerto ahí dentro!?

      Galinzdra se ríe de su ingenio.

      Rhylzaer suspira con resignación.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿No habíamos quedado en dejar de hacer el tonto?

      Galinzdra dice encantadoramente: Vale… vale…

      Galinzdra dice encantadoramente: Mira a ver ese brasero.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Pues parece que no hay rastro mágico…

      Rhylzaer piensa con cuidado para no hacerse daño.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Y entonces porque esta aun encendido?

      Rhylzaer se acerca al brasero y empieza a inspeccionarlo detenidamente.

      Rhylzaer da varias vueltas al brasero inspeccionándolo con suma atención.

      Rhylzaer da varias vueltas al brasero inspeccionándolo con suma atención.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: Fíjate, parece que el polvo se acumula sobremanera alrededor del brasero, parece que alguien lo estuvo echando por encima…¿Quizás para apagarlo?

      Rhylzaer dice: ‘Woo’ de placer.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Si, seguramente sea algo así!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Toma! ¡Muy buena esa!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Quizás lo mágico sea el polvo y no el brasero?

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Puede ser…probemos, a ver que pasa.

      Rhylzaer se acerca a la pequeña urna, y recoge con los dedos algo del polvo que contiene. Con decisión, lo espolvorea sobre el brasero. Éste brilla con fuerza, cegándolos durante un segundo. Al recuperar la vista ven que una de las paredes se ha hecho a un lado, dejando a la vista un pasadizo.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Mira! ¡Se ha abierto un pasadizo!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡WOW! ¡Tenías razón!

      De repente un gutural y temible gruñido emerge del oscuro pasadizo, dejando a ambos aventureros con la sangre helada.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Eehmmmm….eso no me gustó demasiado. Será mejor que nos preparemos bien antes de entrar.

      Galinzdra y Rhylzaer han encontrado un pasillo que lleva a las profundidades de la cripta. Algo se esconde tras el pasillo…algo que emite un ruido gutural y siniestro. ¿Qué encontrarán en su interior?

      11:22

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    • Gnomusad
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      13:18

      Galinzdra y Rhylzaer han encontrado un pasillo que lleva a las profundidades de la cripta. Algo se esconde tras el pasillo…algo que emite un ruido gutural y siniestro. ¿Que encontrarán en su interior?

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Atenta Galin! A saber que nos espera más adelante…

      Galinzdra tiembla con un terrible escalofrío al escuchar semejante rugido gutural.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Si! Preparemosnos oportunamente…

      Galinzdra alza sus hechizos protectores, recubriéndose de varias capas de pieles de piedra.

      Rhylzaer empieza formula rápidamente varios hechizos defensivos, acabando rodeado con una potente aura mágica.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Estás listo?

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Sí, estoy listo.

      Galinzdra dice encantadoramente: Pues los caballeros primero…

      Galinzdra lanza una cálida sonrisa a Rhylzaer.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

      Rhylzaer dedica una iracunda mirada a Galinzdra y empieza a avanzar lentamente.

      El eco responde a Rhylzaer: Hola… hola…. hol….. ahíi ahí ahi…

      De repente, un agudo chillido resuena por toda la estancia, con tal potencia que deja a ambos magos casi sordos.

      Galinzdra se tapa los oídos como puede.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Pero que carajo…!

      Entre las sombras, se escuchan pesados y rápidos movimientos por todos lados! ¡Parece que algo grande y pesado se dirige hacia ellos!

      ¡De entre las sombras emerge una horrenda criatura y sin previo aviso se abalanza sobre Rhylzaer!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Rápido Rhylzaer! ¡Toma posiciones!

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¡Mierda!, ¿!Que coño es eso!?

      Galinzdra comienza a formular el hechizo ‘Flecha de llamas’, arrojando una colosal columna de fuego sobre el enemigo.

      El enemigo aborta su ataque sobre Rhylzaer, saltando a un lado para evitar el hechizo de la encantadora.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Rhylzaer! ¿Ves lo que es? No consigo distinguirlo entre las sombras….

      Rhylzaer empieza a formular el hechizo ‘Desintegrar’, junta sus dedos formando un triángulo, y un potente rayo de energía surge de ellos, impactando de lleno sobre la bestia! Pero parece no haber provocado demasiados daños…

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Tampoco acabo de distinguirla, pero parece que tiene cola!

      Xonnash Lasth’sath, la Guardiana de los Antiguos despliega una vívida cresta de colores y clava su mirada en Rhylzaer mientras mueve su cabeza en patrones geométricos. El semi-drow intentas apartar la mirada, pero no puede… su fuerza de voluntad se ha ahogado en sus pupilas.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Rhylzaer! ¡Aparta la mirada!

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Uau! Que colores tan bonitos…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Tarde! Debo actuar….

      Rhylzaer completamente embelesado se dirige a paso lento hacía la bestia, quién los espera con sus afiladas garras preparadas.

      Galinzdra lanza un hechizo ‘Meteoros diminutos de ignis’ que golpea a Xonnash Lasth’sath en el pecho.

      El ataque de Galinzdra interrumpe el encantamiento que pendía sobre Rhylzaer.

      Rhylzaer recupera el sentido, y estando aún algo traspuesto, logra apartarse en el último momento, evitando que un tremendo zarpazo le parta en dos!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Maldito bicho! Parece algo más grande que un hombre-lagarto…

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Mierda, mierda! Necesitamos una distracción.

      Varias flechas bien dirigidas zumban las cabezas de los magos.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Cuidado! Además sabe disparar con arco.

      Galinzdra alza un conjuro de ‘Escudo’.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Puedes conseguirme algo de tiempo?

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Dalo por echo! Creo que sé como distraerla.

      Galinzdra se aparta de la pelea y comienza a concentrarse en un hechizo.

      Rhylzaer empieza a formular el hechizos ‘Disipar magia’ sobre sí mismo, cuando termina, su piel vuelve a su estado natural dejándole completamente indefenso.

      Galinzdra inicia un salmo de invocación: ‘bejbe love is…’.

      Al verlo, la Xonnash fija su atención sobre el, relamiéndose los dientes con su bífida lengua.

      Galinzdra junta sus manos y se sientas mientras sigue cantando: ‘…arobe in delit…’

      Sin perder tiempo, Rhylzaer formula rápidamente el hechizo ‘Espejismo’ y 10 imágenes idénticas a el le rodean.

      Galinzdra se concentra en el cántico: ‘…es meteri…ei prometi glorium…venis probis…’.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿Y ahora que, estúpida criatura? ¿Que vas a hacer?

      Galinzdra se levanta mientras sigue cantando: ‘…atachet al elementis…’. Alza sus brazos en un frenético éxtasis: ‘…du clorkhit…’.

      Rhylzaer empalidece cuando de un solo coletazo, Xonnash destruye 4 de las imágenes creadas!

      Galinzdra grita el cántico: ‘…formae elementalis fuegos venit’.

      Surge del portal dimensional un Elemental Menor de Fuego.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Joder! ¿Te falta mucho Galin?, ¡No sé cuánto podré aguantar!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡No! Ya estoy lista… y el también.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Elemental de fuego! ¡Te ordeno que ataques a esa criatura!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Genial! ¡Bien pensado!

      El elemental de fuego se lanza sobre Xonnash Lasth’sath, golpeando repetidas veces e instigandola con columnas de fuego.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Ahora! ¡Ataca con todo lo que tengas!

      Galinzdra comienza a formular el hechizo ‘Desintegrar’, que golpea en un pie a Xonnash Lasth’sath.

      Rhylzaer , aprovechando al distracción creada por el elemental, formula el hechizo ‘Cono de frío’, extiende sus palmas y el aire a su alrededor empieza a bajar la temperatura súbitamente hasta el punto que un enorme chorro de puro hielo aparece e impacte de lleno sobre la criatura!

      Galinzdra comienza a formular el hechizo ‘Meteoros diminutos de Ignis’, provocando una avalancha de fuego que calcina escamas de Xonnash.

      La criatura retrocede ante los ataques de los magos y el elemental.

      Rhylzaer formula el hechizos ‘Proyectil mágico mayor’, cuándo termina miles de pequeños proyectiles salen disparados hacia Xonnash impactándole sin piedad como una lluvia incesante!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Sigue así Galin, no debemos darle tregua!

      Galinzdra dice encantadoramente: Lo se, lo se, no me presiones…

      Rhylzaer comienza a formular el hechizo ‘Golpe de rayo’, extiende su mano hacia Xonnash y un potente relámpago emerge de esta para impactarle de lleno en la cara a a bestia!

      Galinzdra saca una daga afilada de su mochila, mientras la lanza al aire conjura un hechizo de ‘Encantar arma con animación’.

      La daga comienza a atacar sola a Xonnash, penetrando las escamas varias veces.

      El ataque de Xonnash Lasth’sath, la Guardiana de los Antiguos se vuelve más letal debido a sus ansias de venganza por los ataques sufridos.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Cuidado! Parece que la hemos hecho enfadar…

      Xonnash comienza a disparar salvas de flechas rápidamente que golpean los escudos alzados por los magos.

      Tal como termina la frase, Rhylzaer baja un segundo la guardia, momento que Xonnash aprovecha para girar sobre sí misma barriendo toda la estancia de un coletazo! Galinzdra quién estaba atenta, logra evitar el ataque, pero tanto Rhylzaer como el elemental de fuego son embestidos de lleno y acaban lanzados contra una de las paredes, impactando con un brutal golpe.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Rhylzaer! Noo…..

      Galinzdra es el nuevo objetivo de Xonnash, al haber derribado al mago y elemental.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Argh! ¡Menudo golpe! No te preocupes estoy bien…

      Galinzdra comienza a formular un hechizo ‘Sugestión suicida’ sobre Xonnash Lasth’sath.

      Galinzdra pronuncia el cántico: ‘ego harum’.

      Galinzdra une sus dedos índice y corazón, y los apunta hacia la frente de Xonnash Lasth’sath, la Guardiana de los Antiguos e instantáneamente un arco eléctrico de color rojo intenso se traza en el aire uniendo ambos puntos.

      ¡De repente un brote de locura perturba la mente de Xonnash Lasth’sath, la Guardiana de los Antiguos instigándole a clavarse una flecha en el cuello, perdiendo gran cantidad de sangre!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Eso le ha tenido que doler Rhylzaer!

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Muy buena, si señora! Consígueme un momento más para reponerme…

      Galinzdra comienza a formular su ultimo hechizo ‘Retener masas’.

      Rhylzaer se levanta a duras penas, y tras toser un poco escupe un gargajo de sangre.

      Xonnash comienza a correr en dirección a Galinzdra.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Cuidado Galin!

      Galinzdra acaba de formular su conjuro, deteniendo a Xonnash en plena carrera.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡No aguantaré mucho más!

      Rhylzaer saca apresuradamente un fragmente de Éter de uno de los bolsillos de su túnica, y lo
      aprieta con todas sus fuerzas hasta que estalla en mil pedazos liberando así su poder!

      Aprovechando la ráfaga de energía, formular de nuevo el hechizo ‘Desintegrar’, junta sus dedos formando un triángulo, y un potentísimo rayo de energía surge de estos impactando de lleno sobre Xonnash haciéndola volar varios metros!

      Galinzdra resiste todo lo que puede, canalizando los últimos restos de poder arcano que le quedan, para amplificar la duración del hechizo.

      Rhylzaer aprovechando los últimos resquicios de energía del Éter, formula el hechizos ‘Cono de frío’, extiende sus palmas y un enorme cono de hielo se forma y sale disparado con tal fuerza y velocidad que simplemente atraviesa el pecho de Xonnash, dejando un horrible boquete sanguinolento!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡MUERE MALDITA!

      Xonnash Lasth’sath, la Guardiana de los Antiguos, suelta sus armas, y cae al suelo sin vida…

      Galinzdra se acerca al cuerpo, le escupe y patea.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Eso por atacar a dos magos de la Guardia Nivrim!

      Rhylzaer cae exhausto sobre sus rodillas, respirando entrecortadamente y claramente afectado
      por el tremendo despliegue de energía.

      Rhylzaer no puede evitar soltar una leve carcajada al ver a Galinzdra pateando al cuerpo inerte de Xonnash.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Eso, dale bien, para que aprenda!

      Galinzdra al pasar su ataque de frustración e ira, cae al suelo al lado de Rhylzaer.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Esta vez estuvo muy cerca!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: Sí, desde luego, esa maldita alimaña atacó con tal rapidez que casi logra acabar con nosotros!

      Rhylzaer se levanta pesadamente y tiende la mano a Galinzdra para ayudarla a reincorporarse.

      Galinzdra coge la mano de Rhylzaer y se levanta agotada.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Bien! Comencemos ahora la parte interesante…

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Bueno, revisemos la estancia, a ver si encontramos algo valioso por aquí. Ya que la profecía acertó con lo de los monstruos, esperemos también acertara con los tesoros.

      Galinzdra dice encantadoramente: Si, estoy deseando ver si esa profecía era cierta o no…

      Galinzdra comienza a rebuscar por la estancia.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Ataúdes y criptas antiguas! Para variar….

      Rhylzaer se dirige al fondo de la habitación donde, tras un montón de huesos y restos de cadáveres, parece encontrar una caja oculta.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Bingo! Aquí parece que hay algo

      Galinzdra al escuchar a Rhylzaer, se acerca para ver que ha encontrado su compañero.

      Rhylzaer desentierra la caja, que resulta ser un cofre, pero tras varios intentos se percata que está cerrado con llave.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: ¡Siempre igual! Cerrado con una llave, que vete a saber donde puede estar…

      Galinzdra sonríe cálidamente a Rhylzaer.

      Galinzdra dice encantadoramente: Pequeño, ya sabes que para un mago no hay nada imposible.

      Galinzdra conjura el hechizo ‘Llamada a la puerta’ sobre el pequeño cofre, que permanece cerrado.

      Galinzdra dice encantadoramente: Parece que estoy demasiado cansada….

      Rhylzaer se ríe.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Deja que el «pequeño» se encargue…

      Galinzdra sonríe cansadamente.

      Rhylzaer dedica una burlona sonrisa a Galinzdra y, tras formular el hechizo ‘Llamada a la puerta’, suena un ansiado ¡CLACK! desde el interior del cofre.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: ¡Voila!

      Galinzdra aplaude impulsivamente deseando conocer que guarda el cofrecito.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Dale! ¡Ábrelo! No te hagas de rogar…

      Rhylzaer abre el cofre con ansía, pero de repente una profunda decepción inunda su rostro.

      Galinzdra al ver la cara de Rhylzaer, Galinzdra se imagina lo peor.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: Esta…¿vacío?

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Tanto para nada!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Malditas profecías y maldito Archimagos!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: Mira, sólo hay esta estúpida…¡DAGA MÁGICA ENJOYADA!

      Galinzdra dice encantadoramente: Pero que tipo de magia tiene… ¿solo algo de encantamiento?

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Da igual! ¡La venderemos y podremos comprar más vestidos y zapatos!

      Rhylzaer se da la vuelta para mostrar una magnífica obra de artesanía, una daga hecha en oro y platino, con el mango completamente cubierto de joyas preciosas y que emite una potente aura mágica que la hace brillar con luz propia.

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: Espera, espera, ¿Pero no te das cuenta que esta maravilla procede de la segunda…o tal vez, hasta de la primera Era?

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Tu crees?

      Rhylzaer pregunta con voz sobrenatural: ¿No crees que deberíamos averiguar algo más de la misma antes de venderla?

      Galinzdra dice encantadoramente: Es posible… ahora que lo dices, fue en el cataclismo de la segunda era cuando Zumelzu se sumergió…

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Algo me dice que grandes secretos se esconden tras esta daga…

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Llevemos a Anduar e intentemos averiguar algo sobre sus orígenes.

      Galinzdra dice encantadoramente: Bien… ¿ves algo más por aquí que nos ayude a analizarla?

      Rhylzaer rebusca de nuevo en el interior del cofre.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Nada más, sólo estas bolsas de monedas de oro y poco más…

      Rhylzaer guiña un ojo con picardía a Galinzdra.

      Galinzdra arrebata una bolsa de oro a Rhylzaer.

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: Parece que al final, sí tendrás algunos vestidos nuevos!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Esta para mi! La otra para ti…

      Rhylzaer se ríe.

      Galinzdra dice encantadoramente: Custodia la daga hasta que logremos saber algo más…

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Bueno, por si acaso, me llevare el cofre entero.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Ahora! ¡Por favor….vamonos!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Esto apesta a muerto!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Seguro que es el hogar de algún necromante!

      Rhylzaer vuelve a guardar la daga en el cofre, lo cierra y lo mete como buenamente puede en su mochila.

      Rhylzaer dice con voz sobrenatural: Sí, sí, mejor vámonos antes de que algo más nos pase. Suficientes sorpresas por un día…

      Galinzdra y Rhylzaer partieron de la lúgubre cripta, con destino a Anduar. Finalmente, la profecía era cierta, encontraron oro y una curiosa Daga…. ¿Que nuevas les deparará el destino?

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Rhylzaer! No te olvides de borrar en el libro la profecía… ¡no quiero que ningún aprendiz de mago se pierda en estas ruinas!

      Rhylzaer exclama con voz sobrenatural: No te preocupes, antes de venir hacia aquí, arranque la hoja entera…¡No quería que nadies se nos adelantara!

      Galinzdra sonríe picaramente.

      Galinzdra dice encantadoramente: Tu y tus trucos de drow…

      Rhylzaer suelta una sonora carcajada y tiende el brazo por encima los hombros de Galinzdra mientras emprenden el camino de regreso.

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