Inicio Foros Historias y gestas [Rol] Galinzdra y Rhylzaer. Museo de los horrores. Parte I

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      18:14
      <b>»El museo de los horrores»</b>

      Galinzdra y Rhylzaer son llamados en el barrio residencial ante una repentina alarma social.

      Ciudadano dice: ¡Al fin! ¡A mi la guardia!

      Rhylzaer exclama: ¿Ciudadano? ¿Diste tu la alarma? ¿¡Que ocurre?!

      Ciudadano dice: Si, ¡señor guardia!

      Ciudadano dice: Es mi pequeña Brisa, ¡no la encuentro!

      Galinzdra dice encantadoramente: A ver, tranquilícese…

      Galinzdra dice encantadoramente: Cuéntenos que ha pasado.

      Ciudadano dice: Si si, os lo contaré. Vivimos aquí cerca.

      Ciudadano señala una casa bajando la avenida principal de las residencias.

      Rhylzaer dice: ¿Cuándo la vio por última vez? No será una adolescente rebelde que se escapaó hace media hora de casa…

      Ciudadano dice: Mi hija, mi pequeña Brisa salio como todas las tardes a jugar un rato…

      Ciudadano dice: No señor guardia, solo tiene 8 años.

      Rhylzaer pregunta: Cuéntenos más pues, ¿Quizás se fue a casa de algún amigo?

      Ciudadano dice: No, tiene ordenado que si se va a casa de un amigo nos avise siempre…

      Ciudadano dice: Ademas, una vecina mayor me ha dicho que la ha visto acompañada de la mano de un adulto…

      Ciudadano dice: ¡Mi pobre Brisa! ¡Me la han raptado!

      Rhylzaer dice: Rhylzaer empieza a mostrarse más preocupado, y saca su libretita de investigaciones para tomar nota.

      Rhylzaer dice: Esta bien, está bien, no se preocupe, investigaremos el asunto hasta dar con ella, quizás no sea nada grave.

      Rhylzaer dice: Cuéntenos, ¿Cómo es ella? ¿Cómo iba vestida? Y díganos donde podemos encontrar esa señora para interrogarla.

      Ciudadano dice: Es rubia, de ojos claros, mide alrededor de 1 metro, no pesará mas de 20 kilos.

      Galinzdra dice encantadoramente: Llevaba un vestido de lana rosa con una luna blanca cosida en su pecho.

      Ciudadano dice: Llevaba un vestido de lana rosa con una luna blanca cosida en su pecho.

      Ciudadano dice: Y estaba jugando con un ramo de flores.

      [Emoción] Rhylzaer toma nota, sin perder detalle de las explicaciones.

      Rhylzaer dice: Aha, aha, esta bien..

      Galinzdra dice encantadoramente: Muy bien, ¿y la señora?

      Ciudadano dice: La señora era la vecina de al lado, pero se ha marchado al campo.

      Rhylzaer dice: Rhylzaer suspira decepcionado.

      Ciudadano dice: Me dijo que mi Brisa, de la mano del desconocido, había cogido la avenida dirección norte.

      Galinzdra asiente lentamente.

      Galinzdra dice encantadoramente: No se preocupe, encontraremos a su hija. ¡Se lo prometo!

      Rhylzaer dice: ¿Y le contó algún detalle sobre ese desconocido? Cualquier información puede resultar útil en éstos casos.

      Ciudadano agarra la mano de Rhylzaer y Galinzdra.

      Ciudadano dice: ¡¡Gracias!! ¡¡Gracias!!

      Ciudadano dice: Solo que iba con ropa de cuero ajustada. De color oscuro, nada mas.

      Rhylzaer dice: De acuerdo, no se preocupe, nosotros nos encargamos a partir de aquí. Usted vaya a casa, por si Brisa volviera.

      Ciudadano dice: Muy bien, esperare cualquier noticia suya, y si vuelve Brisa iré a informar a la Guardia de inmediato.

      Galinzdra dice encantadoramente: Bien, ¿Que opinas Rhylzaer?

      Rhylzaer dice: Pues no me gusta como pinta ésto, la verdad…pero hasta tener más detalles, creo que es pronto para hipótesis.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Tienes algún hechizo de adivinación que podamos usar? Yo no soy muy ducha en esas artes…

      Galinzdra se sonroja.

      Rhylzaer dice: Me temo que a mí tampoco se me da demasiado bien, deberemos fiarnos de nuestro instinto.

      Galinzdra dice encantadoramente: Pues investigaremos a la vieja usanza…

      Rhylzaer dice: Vayamos a la avenida, a ver si encontramos algún rastro o pista que nos de algo más de claridad…

      Galinzdra dice encantadoramente: Sigamos por lo pronto el camino al norte y preguntemos a quien veamos…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡¡Me gusta que estemos de acuerdo!!

      Rhylzaer dice: ¡Aha! Vayamos pues.

      Rhylzaer y Galinzdra enfilan camino hacia la avenida, y cuándo llegan, empozan a interrogar a los diferentes comerciantes y transeúntes que se van encontrando por el camino. Al poco rato, deciden separarse para abarcar más terreno.

      Tras varias horas, y muchas conversaciones infructuosas, se reúnen en la Plaza Central de Anduar, para poner en común la información obtenida.
      18:37

      Cualquier forma es correcta para llegar al conocimiento.

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      18:39

      Tras varias horas, y muchas conversaciones infructuosas, Rhylzaer y Galinzdra se reúnen en la Plaza Central de Anduar, para poner en común la información obtenida.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡¡Estoy reventada!!

      Galinzdra se toca los pies doloridos.

      Rhylzaer dice: Sí, yo igual, menuda paliza…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Y bien? ¿Has sacado en claro algo?

      Rhylzaer dice: Pues no demasiado…

      Galinzdra dice encantadoramente: Yo igual, nadie sabe nada… aunque cuando indago más profundamente…

      Galinzdra dice encantadoramente: Muchos reconocen ver a una extraña figura, llevando a la niña de la mano por distintas zonas.

      Rhylzaer dice: Yo parecía que había encontrado su rastro, pues varios comerciantes afirmaron haber visto a la niña con ese misterioso sujeto, pero algunos decían que los vieron ir al este y otros al oeste…

      Rhylzaer dice: Luego, un par de niños me dijeron que conocían a esa chiquilla, pero que no la habían visto por la zona

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Donde fue que te dijeron eso los niños?

      Rhylzaer dice: En el mercado, por la parte norte del mismo

      Galinzdra saca un plano de Anduar de su mochila, haciéndolo levitar con un conjuro de encantar con animación.

      Galinzdra dice encantadoramente: Entonces, podemos desechar el mercado.

      Galinzdra formula un encantamiento que borra la zona del mercado del mapa.

      Rhylzaer dice: Por lo que parece, ese sujeto se ha estado moviendo de forma errática, parece que sabía lo que hacía, y no quería dejar un claro rastro de sus pasos.

      Rhylzaer piensa con cuidado para no hacerse daño.

      Galinzdra dice encantadoramente: Todos los que yo hable, ninguno fue en la Avenida de la Guardia.

      Galinzdra formula un encantamiento que borra la zona de la avenida de la guardia del mapa.

      Rhylzaer pregunta: ¿Quizás se moviera por los barrios marginales de alrededor de la muralla interna?

      Rhylzaer dice: Pero…hay un tema que me confunde…

      Galinzdra dice encantadoramente: Es posible…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Cual es el tema?

      Rhylzaer pregunta: Alguien te dijo que vio un sujeto que encajara con la descripción…¿Pero que iba con otros niños o niñas?

      Asientes con la cabeza.

      Rhylzaer dice: ¡Vaya! Cada vez me gusta menos…

      Galinzdra dice encantadoramente: Si, al principio pensé que era la misma niña.

      Galinzdra dice encantadoramente: Pero posteriormente alguno me dijo que era un chico el que iba de la mano.

      Galinzdra dice encantadoramente: Eso si… fui rápidamente al gremio a comprobarlo y no tenemos más reportes de desapariciones en la Guardia.

      Rhylzaer dice: Así es, pero por lo que me comentaron los diferentes ciudadanos, parece que se trataba de niños pobres, pues afirmaban que iban sucios y vestidos con arapos.

      Galinzdra dice encantadoramente: Eso me cuadra… si raptas un niño huérfano o de una familia difícil, no suelen reportarlo a la Guardia.

      Rhylzaer dice: Aha, y muchos de ellos, son rateros sin hogar, de los que nadie echaría en falta

      Rhylzaer dice: Creo que deberíamos ir a interrogar a los habitantes de los barrios marginales.

      Rhylzaer dice: Es más, hace días que han disminuido las denuncias por hurtos de esos raterillos.

      Galinzdra dice encantadoramente: Bien… conozco perfectamente a alguien que nos podrá informar de ello.

      Galinzdra deshace el hechizo de animación del mapa y lo guarda en su mochila.

      Galinzdra dice encantadoramente: Ven sigueme…

      Rhylzaer exclama: De acuerdo, te sigo!

      Rhylzaer se rie.

      Rhylzaer comienza a seguirte.

      Galinzdra y Rhylzaer parten con paso raudo, en dirección a los suburbios de la zona del noreste de Anduar.

      Galinzdra dice encantadoramente: Bien, siempre suele estar por esta zona….

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Miralo! ¡Ahí está!

      [Emoción] Rhylzaer permíte que Galinzdra se adelanta, y camina tras ella con la mirada cabizbaja, fijada en la parte inferior de su túnica…

      Galinzdra saluda a un chico.

      Pharaen dice: ¡¡Galin!! ¡Que alegría verte! ¿Me has traído hoy caramelos?

      Galinzdra dice encantadoramente: Saludos Pharaen, este es mi amigo Rhylzaer…

      Rhylzaer exclama: ¡Saludos chiquillo!

      Pharaen dice: No me gusta Galin… ¡Te estaba mirando el culo!

      Galinzdra se vuelve sonrojada a Rhylzaer.

      Rhylzaer exclama: ¡Ei! ¡Chiquillo! ¡Céntrate! ¡Si nos ayudas, tendrás una buena bolsa de caramelos!

      Rhylzaer silba inocentemente.

      Pharaen duda, mientras mira a Galinzdra.

      Galinzdra asiente a Pharaen.

      Pharaen dice: Galin te da su aprobación. Esta bien. ¿Que queréis?

      Rhylzaer dice: Estamos aquí por un tema importante, estamos buscando a un misterioso sujeto que parece se ha estado llevando a algunos niños y niñas de la mano.

      Rhylzaer dice: Iba vestido con cuero oscuro, y siempre acompañado de algun niño o niña, menores de 10 años parece ser.

      Rhylzaer pregunta: ¿Te suena haber visto algo que encaje con lo que te digo?

      Pharaen se tapa los ojos con ambas manos.

      Pharaen dice: ¡Si lo se! ¡Es el El Hombre Sin Rostro!

      Pharaen comienza a temblar de miedo.

      Galinzdra abraza a Pharaen, mientras le acaricia el pelo.

      Galinzdra dice encantadoramente: Traquilo pequeño, nosotros te protegeremos.

      Rhylzaer se arrodilla ante Pharaen, y posa sus manos en los hombros del chiquillo, tranquilizándolo y haciendo que centre su mirada en él.

      Rhylzaer dice: No temas Pharaen, estando nosotros aquí nadie te hará daño. Pero es importante que nos cuentes todo lo que sepas sobre ese hombre.

      Pharaen mira a los dos reclutas Nivrim que tiene ante si.

      Pharaen dice: Os dire todo lo que se.

      Pharaen dice: Han desaparecido varios niños de los suburbios. Huerfanos de la guerra y bastardos de comerciantes que no quieren hacerse cargo, por lo que nadie los hecha de menos.

      [Emoción] Rhylzaer vuelve a sacar su libreta y empieza a apuntar todo lo que Pharaen les cuenta.

      Pharaen dice: Se rumorea, que antes de desaparecer, se les ha visto de la mano de un hombre, ¡El Hombre Sin Rostro!

      Rhylzaer pregunta: ¿Y sabes de donde viene o a donde va ese «Hombre Sin Rostro»?

      Pharaen dice: El niño que se lleva no vuelve a aparecer. Algún niño mas mayor y valiente, al verlo, ha intentado verle la cara para identificarlo.

      Pharaen dice: Pero todos vuelven con una mascara de miedo y terror y dicen que solo vieron vacío.

      Pharaen dice: Si, todos dicen que baja a las Alcantarillas… pero ya allí desaparece.

      Galinzdra dice encantadoramente: Muy bien pequeño, eres de gran ayuda.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Alguna pregunta mas, Rhylzaer?

      Rhylzaer exclama: No, creo que con eso tenemos suficiente. ¡Has sido muy valiente Pharaen!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Y su bolsa de caramelos que le prometiste?

      [Emoción] Rhylzaer rebusca en su mochila, y extrae una enorme bolsa de…¡fruta fresca!

      Rhylzaer exclama: Lo importante, es que nos has ayudado para poder salvar a esos niños y niñas, ¡Eso vale mas que cualquier caramelo!

      Rhylzaer exclama: De todas formas, Pharaen, hoy sólo traigo esto, pero el próximo día que nos veamos, ¡te prometo estará llena de dulces!

      Pharaen mira horrorizado a Rhylzaer y sale huyendo: ¡¡FRUTA FRESCA NOOOO!! ¡Eres peor que El Hombre Sin Rostro!

      Galinzdra se despide de Pharaen con la mano, cuando lo ve huir por la calle a toda velocidad.

      Galinzdra dice encantadoramente: Asi nunca te ganaras confidentes Rhylzaer.

      Rhylzaer exclama: ¿Que quieres? ¡No estoy acostumbrado a tratar con renacuajos!

      Rhylzaer se rie discretamente.

      Galinzdra se regala una gran sonrisa a Rhylzaer.

      Rhylzaer exclama: Podrías habérselos dado tu, ¡Que sé que siempre escondes algunos por tu tunica!

      Galinzdra dice encantadoramente: Bueno… otro día le traeré los caramelos prometidos y le diré que es de tu parte.

      Rhylzaer dice: ¡Sigamos, vayamos a las alcantarillas! No hay tiempo que perder.

      Galinzdra dice encantadoramente: Creo que tenemos la información que buscábamos… estoy de acuerdo en que es momento de dirigirnos a las alcantarillas. ¡La Vida de esa viña puede correr peligro!

      Galinzdra y Rhylzaer partieron con rumbo definido, raudos y decididos a salvar la vida de la pequeña. Habian hecho una promesa a su padre… y debían de cumplirla.

      19:08

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      19:12
      Galinzdra y Rhylzaer se había dirigido hacia las alcantarillas de Anduar, en busca de la pequeña Brisa.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Puag! Que asco, ¡no me voy a quitar el olor en años!

      Rhylzaer se ríe.

      Galinzdra dice encantadoramente: No te rías… que te sientas como en casa no significa que yo este bien.

      Galinzdra esta visiblemente enfadada.

      Rhylzaer se ríe descaradamente de Galinzdra y dice: ¿Y que esperabas encontrar aquí abajo «Galin»? ¡Las heces y meados de toda la ciudad pasan por estos canales!

      Rhylzaer le dedica un pícaro guiño a Galinzdra, mientras le tiende la mano para ayudarla a bajar.

      Rhylzaer exclama: ¡Venga! ¡Ya abro yo el camino, sígueme!

      Galinzdra se agarra de la mano para descender.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Si, haz el favor! Y aparta lo que veas más asqueroso.

      Galinzdra sigue tras Rhylzaer andando por las alcantarillas.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Crees que estará bien? La pequeña me refiero.

      Rhylzaer va abriendo camino entre escombros, basura y suciedad, apartando restos mohosos con su bastón y asustando insectos y ratas que encuentran por el camino.

      Rhylzaer exclama: Eso espero, ¡Cuándo antes demos con ellos, antes lo sabremos!

      Rhylzaer pregunta: Mira, Galin, eso de ahí…¿son pétalos de flores?

      Galinzdra se acerca al descubrimiento de Rhylzaer.

      Rhylzaer señala con su bastón un montón de heces, que destaca del resto por contener restos de vívidos colores.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Si! Parece que la pequeña Brisa nos ha dejado alguna pista…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Y mira! Siguen el camino más adelante, cada poco espacio hay más.

      Rhylzaer exclama: Parece creo que nos ha dejado un rastro, ¡Sigámoslo!

      Rhylzaer y Galinzdra aceleran el paso, siguiendo al rastro de flores entre los montones de desperdicios y suciedad de las alcantarillas. De repente, ¡Rhylzaer se detiene en seco!

      Galinzdra se choca contra el fornido cuerpo de Rhylzaer.

      Galinzdra dice encantadoramente: Ups.. perdón… ¿Que pasa?

      Rhylzaer dice: ¡¿Pero que…?! El rastro parece terminar súbitamente aquí…

      Galinzdra dice encantadoramente: No puede ser…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Se le habrán acabado los pétalos?

      Rhylzaer dice: Espera, esto esta demasiado oscuro y no alcanzo a ver más pétalos…

      Rhylzaer comienza a formular un hechizo.

      Rhylzaer pronuncia el cántico: ‘arc magi lucese’

      Una pequeña esfera de luz roja sale de la mano izquierda de Rhylzaer mientras sujeta su brazo
      por el codo con la derecha. Luego surge una esfera verde y ambas empiezan a girar a su
      alrededor iluminando tenuemente la zona.

      Rhylzaer exclama: Ei, al final resultará que mis hechizos son más útiles de lo que pensabas, ¡eh!

      Rhylzaer dedica una sonrisa burlona a Galinzdra.

      Galinzdra devuelve la sonrisa a Rhylzaer.

      Rhylzaer dice: Y…¡Efectivamente! No hay más pétalos

      Rhylzaer dice: O bien se le acabaron como dices, o…

      Galinzdra dice encantadoramente: … o algo paso aquí.

      Galinzdra dice encantadoramente: No es momento de dejarse llevar por la angustia.

      Rhylzaer dice: Aha, mente fría, no nos pongamos en lo peor…

      Rhylzaer dice: Una vez escuche a un borracho en la taberna de Anduar, asegurar que éstas alcantarillas estaban llenas de secretos.

      Rhylzaer pregunta: Por casualidad, encantador Galin, ¿Conoces el hechizos de revelar secretos?

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Si! Puede ser la solución… déjame intentarlo.

      Comienzas a formular el hechizo ‘Revelar secretos’.
      Tocas el muro mientras formulas el hechizo.

      Pronuncias el cántico: ‘magnus revelat’

      Galinzdra pronuncia el hechizo, y un tenue brillo comienza a desdibujarse en la pared, el cual va haciéndose más grande hasta formar la silueta de una puerta.

      Al atravesar la puerta, el escenario que se presenta ante ambos Guardias Nivrim resulta abrumadoramente devastador. Suelos y paredes cubiertos completamente por charcos y salpicaduras de sangre decoran salvajemente una auténtico «Museo de los horrores». Restos de cuerpos completamente desgarrados y descuartizados se encuentran por toda la sala, troncos sin extremidades cuelgan de frías cadenas de acero, enganchados por garfios, brazos y piernas desmembrados llenan por doquier el suelo y una macabra colección de cabezas llenan varias estanterías. Lo peor de todo, es que parece que a todos ellos, les han arrancado cuidadosamente la piel. En el fondo de la sala, se encuentran una oscura figura ante una mesa de trabajo, hecha de madera maciza que chorrea sangre por los cuatro lados…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡¡Alto a la Guardia Nivrim!!

      Rhylzaer exclama: ¡Maldito animal! ¿¡QUE COJONES ES TODO ESTO?!

      El Hombre Sin Rostro dice sadicamente: ¿¡La guardia Nivrim!? En mi morada…

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡No te lo volveré a repetir! Tira todas tus armas….

      El Hombre Sin Rostro dice sadicamente: MUAHAHAHAHA

      El Hombre Sin Rostro dice sadicamente: ¿Creéis que acaso sois rivales para mi? ¿Que me detendréis… o asesinareis… y os darán una recompensa?

      Rhylzaer parece perder el control ante la visión de tal barbarie, y con los ojos inyectados en sangre exclama: ¡VAMOS HIJODEPUTA! ¡Dame una excusa, atrévete a darme una maldita excusa para acabar contigo!

      El Hombre Sin Rostro dice sadicamente: Insensato… no tengo que darte una excusa.

      El Hombre Sin Rostro dice sadicamente: Os voy a dar una oportunidad.

      El Hombre Sin Rostro dice sadicamente: ¡Dejadme! Iros de aquí, y no os pasará nada. Prometo que saldréis con vida.

      El Hombre Sin Rostro formula rápidamente un hechizo y todo se queda a oscuras.

      Galinzdra dice encantadoramente: Rhylzaer, ¡cuidado! ¡Alza tus protecciones!

      Galinzdra es cubierta por varias capas de piel de piedra.

      Rhylzaer exclama: ¡Mierda! ¡Maldita alimaña!

      Varios pasos rápidos se escuchan en todas direcciones.

      [Emoción] Rhylzaer termina de formular un hechizo y es cubierto por una armadura mágica.

      Rhylzaer exclama: ¡Galinzdra! ¡Reténlo rápido!

      Cuando la oscuridad se disipa, el El Hombre Sin Rostro, esta tras Galinzdra con un cuchillo apuntando a su cuello.

      Comienzas a formular el hechizo ‘Retener masas’.

      Pronuncias el cántico: ‘reimeno xeno haltem dixit’
      Alzas tus manos a la altura de la cabeza y extiendes tus dedos de los cuales surgen unos
      luminosos haces de luz que envuelven a todos los seres vivos del área exceptuándote a ti.
      Rhylzaer resiste los efectos de tu hechizo.

      El Hombre Sin Rostro resiste el hechizo de la encantadora, pero le obliga a dar un paso atrás.

      El Hombre Sin Rostro dice sadicamente: Pequeños conjuros de magos….

      El Hombre Sin Rostro dice sadicamente: Eso no funcionará conmigo, yo estoy ungido… Soy el ministro de la Falacia y la Mentira, el favorito de Khaol.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Khaol! Sabia yo que algún dios traicionero estaría entre todo esto, y sus malditos secuaces.

      Rhylzaer exclama: Maldita sabandija artera, ¡A ver que falacia te salva de ésto!

      Rhylzaer se concentra por una fracción de segundo, y de repente, extiende las palmas de las manos hacía delante, ¡Haciendo que un brutal chorro de magma surja de las mismas y se precipite sobre el Hombre Sin Rostro!

      El Hombre Sin Rostro invoca una bola de oscuridad y se zambulle en ella, evitando el hechizo de Rhylzaer y desapareciendo de su vista.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Donde esta? ¿Lo ves?

      Rhylzaer exclama: ¡No! ¡Ese desgraciado ha esquivado mi hechizo!

      Brisa, la pequeña desaparecida, aparece repentinamente.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Brisa! ¡Ven aquí! Hemos venido a rescatarte.

      Rhylzaer exclama: ¡No, Galinzdra, cuidad…!

      Brisa va, saltito a saltito, y cantando en dirección a Galinzdra.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¿Que pasa Rhyl…?

      De repente, la niña que corría hacia Galinzdra, sonríe diabólicamente, y saca un afilado cuchillo de sus ropajes, ¡lanzándose hacía la encantadora para apuñalarla brutalmente!

      El Hombre Sin Rostro comienza a apuñalar salvajemente a Galinzdra, eliminando cada capa de piel de piedra que había convocado la hechicera.

      El Hombre Sin Rostro dice sadicamente: ¡Muere mal nacida!

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡¡Ahhhhhh!!!

      En un alarde de agilidad y rapidez, Rhylzaer cierra con fuerza sendos puños, y una ráfaga mágica sale disparada hacia el Hombre Sin Rostro!

      Rhylzaer exclama: ¡DEFENESTRATE!

      El Hombre Sin Rostro comienza a volar hasta que se choca contra los cuerpos completamente desgarrados y descuartizados.

      Rhylzaer exclama: ¡Ahora Galinzdra, reténlo de nuevo!

      Mientras Galinzdra formula el hechizo, Rhylzaer extrae un fragmento de éter de su túnica, y lo aprieta con fuerza entre sus manos hasta que éstas empiezan a sangrar. Pero finalmente, el fragmento estalla en mil pedazos liberando la energía que éste contenía!

      Galinzdra concentra toda su energía arcana, y formula el hechizo ‘Retener masas’ sobre El Hombre Sin Rostro.

      El Hombre Sin Rostro se queda totalmente retenido al recibir el impacto del hechizo de Galinzdra.

      Rhylzaer se concentra en un nuevo hechizo, y extiende sus manos, dibujando un triángulo con sus dedos que apunta al Hombre sin Rostro, y formula el hechizos «Desintegrar» ¡Reforzado con la magia liberada por el fragmento de Éter!

      El Hombre Sin Rostro comienza a recuperar la movilidad.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Rápido Rhylzaer, antes de que pueda esquivarlo!

      Un enorme rayo de energía surge de las manos de Rhylzaer e impacta de lleno con el Hombre que emite un desgarrador grito mientras su piel y músculos empiezan a desgarrarse!

      El Hombre Sin Rostro recibe de lleno el hechizo sobrecargado de Rhylzaer, siendo literalmente volatilizado en el momento.

      Cuando el rayo mengua, solo restos de polvo y ceniza quedan flotando por el aire…

      Una mascara de las mentiras cae al suelo. El único objeto que se ha salvado de la ráfaga mágica que el mago salvaje a desplegado.

      Galinzdra se agacha y recoge la mascara.

      Galinzdra dice encantadoramente: ¡Mira! solo esto a sobrevivido al despliegue de tu fuerza arcana.

      Rhylzaer cae de rodillas al suelo, completamente agotado por el despliegue de tal cantidad de energía, respirando con dificultad.

      Galinzdra dice encantadoramente: Y es porque como dijo, Khaol le estaba bendiciendo con sus dones.

      Galinzdra se acerca a Rhylzaer y lo abraza.

      Galinzdra dice encantadoramente: Ha estado cerca la muerte…

      Rhylzaer dice: Vaya…que asco de Dios, veo que tendré que seguir practicando, para hacerme más poderoso y que a la próxima ni siquiera ese maldito símbolo de Khaol me sobreviva…

      Rhylzaer ríe amargamente.

      Galinzdra se ríe ante la chanza de Rhylzaer.

      Galinzdra dice encantadoramente: Cuando me arrebato todas mis pieles de piedra, sentí autentico pavor… por suerte no llego a pincharme.

      Rhylzaer exclama: Sí, faltó realmente poco, ¡pensé que no llegaba a quitártelo de encima!

      Galinzdra dice encantadoramente: Busquemos a Brisa, si esta viva debe estar por aquí.

      Rhylzaer exclama: No vuelvas a darme esos sustos, ¡maldita maguita confiada!

      Galinzdra sonríe cálidamente a Rhylzaer.

      Galinzdra dice encantadoramente: Gracias por salvarme.

      Rhylzaer dice: Gracias a ti por retenerlo, yo sólo no hubiera sido capaz de alcanzarlo nunca…

      Rhylzaer pasa el brazo por encima de los hombros de Galinzdra y dice: Ahora eso de especializarse…no me suena tan mal!

      Galinzdra dice encantadoramente: Si, era demasiado ágil y veloz. No es lo mismo practicar con un muñeco de entrenamiento que con un enemigo que responde los ataques.

      Galinzdra dice encantadoramente: Pero también reconozco que el truco ese del Éter… fue fenomenal.

      Rhylzaer guiña un ojo a Galinzdra y dice: ¡Sabía que te gustaría!

      Galinzdra comienza a buscar por «El Museo de los Horrores». La niña es encontrada dormida dentro de un baúl, encerrada con llave.

      Galinzdra dice encantadoramente: Rhylzaer, saquemos a esta pequeña de aquí y devolvamosla con su familia.

      Rhylzaer exclama: ¡Sí, devolvámosla con su padre!

      Y de esta forma, consiguerón cumplir con su promesa, salvaron a la pequeña y la devolvieron sana y salva. El General al enterarse de todo lo ocurrido, ordeno recompensarlos con una mensualidad extra y un fin de semana de descanso.

      20:07

       

      Cualquier forma es correcta para llegar al conocimiento.

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