Inicio Foros Historias y gestas Se busca, vivo o muerto

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    • weedz
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      PARTE 1.

      Amanecía en las profundidades del Bosque Baldío y con los primeros rayos de sol sumado al ruido de los animales, Drakthar comenzaba a despertar. Los dos hermanos habían pasado la noche a la intemperie, reconfortados únicamente por el calor de una fogata. Era su primer día en libertad tras haber conseguido romper las cadenas de la esclavitud que habían sufrido durante tanto tiempo bajo el yugo de los despiadados kobolds de Ancarak.

      Drakthar abre ligeramente un ojo y coge una piedra del suelo. Acto seguido se la lanza a Wrunkhar a la cabeza.
      Drakthar dice: Despierta, hermano. No tenemos tiempo que perder.

      Wrunkhar, sorprendido, se levanta del suelo vigorosamente y con la voz aún ronca se dirige a Drakthar.
      Wrunkhar dice: Buenos días a ti también, hermano.

      Drakthar dice: ¿Qué haremos ahora, Wrunkhar? Somos libres, pero no tenemos ni donde caernos muertos.

      Wrunkhar dice: Si queremos llegar a fundar un poderoso clan y ser reconocidos en toda Eirea necesitaremos armas y oro.

      Drakthar mira a su hermano mientras mueve la cabeza lentamente arriba y abajo en señal de aprobación.
      Drakthar dice: Durante nuestro cautiverio, escuché rumores sobre una ciudad llamada Anduar, la urbe del mundo libre. Dicen que ahí es donde acuden mercaderes y hombres de negocios con el único fin de enriquecerse.

      Wrunkhar presta atención a las palabras de su hermano.

      Drakthar dice: Esa debería ser nuestra primera parada. Recoge tus bártulos y pongámonos en marcha.

      Wrunkhar asiente con determinación.
      Wrunkhar dice: Así será, vamos pues a nuestro próximo destino.

      Los hermanos orcos viajaron durante varios días a través de los peligrosos caminos, bosques y colinas hasta que finalmente alcanzaron su destino, Anduar. Al llegar, quedaron asombrados ante la belleza y magnitud de la urbe, con sus altos muros, mercados bulliciosos y edificios majestuosos.

      Drakthar con el semblante serio y aún sorprendido ante semejantes vistas.
      Drakthar dice: Por Lord Gurthang, estos humanos han construido algo realmente asombroso…

      Wrunkhar dice: Vayamos a la plaza, seguro que encontramos algo interesante.

      Los orcos se dirigieron a la plaza de la ciudad y una vez allí se toparon con un cartel de “Se busca” que contenía imágenes y textos escritos con recompensas por los diferentes fugitivos de la ley.

      Wrunkhar, quien sabía leer de manera rudimentaria, se acercó al cartel y comenzó a recitar en voz alta.

      Wrunkhar dice: Se busca vivo o muerto, Kregg, líder de los bandidos, perseguido por asaltar y robar carruajes mercantiles. Recompensa generosa.

      Drakthar dibuja una amplia sonrisa en su rostro mientras escucha las palabras de su hermano.
      Drakthar dice: Recompensa generosa, me gusta como suena. Esa será la llave para empezar a forjar nuestro poderoso clan.

      Wrunkhar mira a Drakthar y asiente con determinación.
      Wrunkhar dice: Tienes razón, hermano. ¿Pero dónde está ese temido forajido?

      Drakthar se detiene por un instante a pensar.
      Drakthar dice: Probemos en la taberna. Puede que ahí encontremos la información que buscamos.

      Los orcos se dirigieron a la taberna y una vez allí, observaron a un solitario borracho, tambaleándose en un rincón. Ambos hermanos cruzaron las miradas y con un ligero gesto de cabeza, se acercaron al susodicho.

      Drakthar se sienta al lado del borracho y con una voz grave le pregunta: Amigo, ¿sabes algo sobre el paradero de un tal Kregg, líder de los bandidos? Estamos interesados en encontrarnos con él para hablar sobre unos asuntos…

      El borracho, sorprendido y asustado, niega rápidamente con la cabeza.

      Wrunkhar le susurra a Drakthar: Joder hermano, no deberías ser tan directo. Le has asustado. Déjame a mí.

      Wrunkhar se dirige al borracho y le dice: No queremos hacerle daño, tenemos negocios que le podrían interesar. Para que veas que venimos de buena fe, te invitamos a una ronda.

      Wrunkhar exclama: ¡Tabernero!, ¡Tres jarras de cervezas por aquí, de la más fuerte que tenga!

      Tras un buen rato de conversación y después de unas cuantas cervezas, consiguieron sonsacarle la información que buscaban. El borracho, en el pasado, había pertenecido a la organización criminal liderada por Kregg, y les comentó que los bandidos se escondían en una pequeña gruta en algún lugar de las colinas de Ostigurth.

      Los hermanos se lo agradecieron y en seguida pusieron rumbo hacia las colinas, decididos a encontrar a Kregg y reclamar así su recompensa. La promesa de riquezas y poder los impulsaba, y estaban ansiosos por descubrir lo que les depararía su primera aventura como orcos libres.

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