Inicio › Foros › Historias y gestas › Un curioso hallazgo en las letrinas
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Un sonoro pedo suena en las letrinas y retumba por toda la Cruzada. Alguien debe estar cagando, esta vez donde corresponde.
Un temblor sacude los cimientos de la Santa Cruzada de Eralie.
Una nube densa de fétido gas se desliza escaleras abajo envolviendo a los presentes.
Aldamare piensa ‘debe ser la carne en mal estado del cefalópodo que dejó ayer.»
Se oye un grito: papel higiénicoooooooooooo!
Aldamare piensa ‘debe ser alguien que lo confundió con un manjar.’
Aldamare mira su libro de estudios ‘Cómo conseguir que un enano te escuche’
Aldamare se acerca a la letrina con el tomo en la mano.
Aldamare entreabre la puerta y tira el tomo dentro.
Aldamare se tapa la nariz y cierra violentamente la puerta
Aldamare piensa ‘Madre mía, será un fervoroso seguir de Eralie, pero caga como el mismísimo diablo’.
El novicio encargado de limpiar la defecación en el altar se aproxima a las letrinas a regañadientes, a la vez que murmura ‘Vaya semanita’.
Aldamare observa con pena al joven novicio.
Thairanur se acerca a Aldamare y le dice ‘Me temo que es un mal lugar para inspirar’.
Aldamare se dirige al novicio ‘Parece que te van a dejar un buen regalito’
Aldamare le dice al novicio ‘Esperate que aun queda algun que otro terremoto’.
Aldamare suelta una carcajada.
Eumenide da una palmada consoladora en la espalda al novicio.
Dentro de la letrina, el sacerdote intenta recoge el tomo que le ha lanzado Aldamare, pero queda algo lejos y no quiere levantarse.
Rebusca entre sus pertenencias y encuentra un tomo, se trata del Canon de Eralie, arranca un par de páginas y procede a su limpieza.
Una vez limpio arroja las hojas a la letrina y vacia un cubo de agua… parece que está atascada.
Eumenide exclama ‘No por Eralie, detened esta herejía de inmediato!’
El novicio, nervioso, arroja otro cubo de agua con mas fuerza.
Sin explicación alguna, empieza a desbordarse
Eumenide se lleva las manos a la cabeza arrancandose mechones de su cabellera.
Aldamare piensa ‘Creo que mejor me marcho no quiero volver a sentir nauseas.’
La habitación se encuentra cubierta por agua, con pequeñas heces y un par de hojas arrugadas que flotan sin rumbo alguno.
Raiduan pasaba de casualidad y se tapa la nariz con náuseas
Eumenide grita exclamando ‘Desatascad la letrina de inmediato y que no se os ocurra volver a utilizar el canon con este propósito.’
Raiduan grita ‘Por favor encender incienso!’
Un sacerdote, alertado por el ruido, sube a las letrinas y abre la puerta, permitiendo que una cascada de aguas fecales se deslice escaleras abajo.
Eumenide dice ‘Tenemos que hacer algo con el servicio de limpieza, vamos de mal en peor.’
Eumenide dice: ‘lo que faltaba…’
Raiduan ve la corriente de heces escalera abajo
Raiduan se lleva las manos a la cabeza alarmado
Raiduan sale corriendo a toda prisa!
Eumenide se retira a sus aposentos chapoteando escaleras arriba con las botas empapadas.
Fanático de la Cruzada exlama: ¿Pero de donde sale este agua?!.
El sacerdote se asoma a la letrina y vislumbra un objeto, se tapa la nariz con una mano e introduce el brazo en la letrina.
Se le resiste, pero con un esfuerzo consigue sacar un objeto a la vez que un remolino vacía el contenido de la letrina.
El sacerdote observa el objeto, una bolsa de cuero que contiene unas hierbas.
Sacerdote exclama: Marihuana!.
Alguien había tratado de deshacerse de esta bolsa, temiendo alguna inspección sorpresa.
‘Será cuestión de avisar a los mandatarios del hallazgo.’, murmura el sacerdote.
El sacerdote se encamina escaleras abajo para notificar a los mandatarios del extraño hallazgo.
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