Inicio Foros Historias y gestas Un encuentro en lo más profundo del bosque

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    • El ojo de Argos512
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      Eriloin, como de costumbre, vigila uno de los bosques de Eirea, en su continua labor por proteger la vida salvaje y ver, de paso, cómo se desarrollaban los acontecimientos entorno al pequeño ejército de muertos vivientes, apostados en una isla en el lago del Naindel. Por el momento, y tal y como afirman los integrantes del clan Iris, a quienes no hace mucho que conoce, no se han producido altercados de ningún tipo. Tal complicación resulta especialmente improbable, dada la cantidad de magos que visitan el mencionado islote para hacerse cargo del reducto de Banshees apostados en el interior de una cabaña, mas las comprobaciones en asuntos de tal índole nunca vienen de más.

      Por su parte, un joven monje Eldorian recolecta cueros duros, entre otros despojos, que su gente empleará como alimentos y abrigo en las duras noches del crudo invierno. De acuerdo. Tal vez la época del sacrificio haya llegado, con intenciones de quedarse y ofrecer un calor generoso, mas todos en Aethia son conocedores del hecho, que un cálido verano precede a una dura época de frío, como mínimo. Consecuentemente, las labores de recolección anticipada nunca están de más.

      Asimismo, un hombre_lagarto se haya por las inmediaciones, entrenándose para el combate con animales que luego degustará (por no decir inmediatamente después de destrozarlos), en una sesión de caza encarnizada, que bien le vale como práctica para mejorar su maestría en el uso de armas perforantes. En su senda de destrucción, el convocador de espíritus descubrirá un encuentro de lo más inusual.

      [Rol] 1) Radzuam  se encuentra algo exhausto, tras perseguir a varios animales, a los cuales lleva rato tratando de alcanzar, para intentar cazarlos y obtener algo  de sus restos.

      [Rol] 2) Eriloin Recoge a un pájaro herido, tendido en el suelo y lo observa con cuidado de no causarle más daños. El ave emite débiles piares agónicos. Bajo aquel diminuto e indefenso ser, se extiende un charco rojizo, que eclipsa el verdor de la hierba fresca.

      [Rol] 3) Eriloin Observa al ensangrentado pájaro compungido, y se da cuenta de que el ala rota del mismo no ha sido quebrada por casualidad. Muy al contrario, parece haber sufrido un temible puñetazo.

      [Rol] 4) Radzuam  gruñe frustrado tras estar desollando un animal, puesto que su Cuchillo de curtir se rompe en mil pedazos inservibles.

      [Rol] 5) sopla un ligero y fresco viento por el bosque.

      [Rol] 6) La mirada apenada de Eriloin se torna en ira durante unos segundos, antes de volverse a fijar en el animal que sostiene entre las manos. Deposita el halcón en el suelo y junta sus manos, extendiendo las falanges hacia su objetivo. Los dedos del druida se llenan de una azulada energía, cada vez más brillante e intensa. Una ráfaga de poder, más turquesa que cian, es canalizada por el protector del bosque desde sí mismo hacia la víctima de un cruel atentado contra natura, situada a menos de medio metro de él, para acunarla en una acogedora aureola de luz revitalizadora. Sanando sus heridas casi al instante, y haciendo que toda la sangre que la bañaba, fuera de su cuerpo, desapareciera sin dejar mayor rastro que aquella que manchaba el suelo, pues los poderes curativos se la habían devuelto en su totalidad. Tan pura como antaño. Como siempre tuvo que ser hasta que, desafortunadamente, y por motivos totalmente comprensibles, le llegase la hora de recibir el abrazo de la tierra. El ave, agradecida y recuperada por completo, una vez desvanecida la azulada aura curativa que la envolvía y revitalizaba, picotea a Eriloin con suavidad, en un gesto de gratitud, y alza el vuelo para perderse en la infinita bóveda celeste. [Eriloin]

      [Rol] 7) El viento del bosque trae el olor de un hombre. Desconcertado por tal presencia, el druida clama el poder de la visión que le ofrecen las aves, decenas de pájaros que sobrevuelan los despejados cielos, y descubre a un humano desollando el cuerpo de un oso caído. Sus atuendos lo distinguen como un monje Eldorian, mas tal condición no ha de servir como excusa para cometer un atroz acto de explotación contra la naturaleza, sin recibir el merecido castigo. [Eriloin]

      [Rol] 8) Eriloin se acerca al monje con mirada decidida.

      [Rol] 9) Radzuam  se sorprende al avistar a un ser caminar decidido hacia él.

      [Rol] 10) Radzuam: Saludos!

      [Rol] 11) Eriloin se planta delante de Radzuam, alza una mano y formula un sortilegio. En breves instantes, un muro ígneo, de crepitantes llamas, separa al desollador de su presa, obligándole a retroceder e interrumpir su labor.

      [Rol] 13) El muro conjurado por el druida emite una poderosa deflagración anaranjada. [Eriloin]

      [Rol] 14) Eriloin: ¿Cómo que Saludos? Le importaría decirme qué  le está haciendo a estos pobres animales, que ningún daño le han causado?

      [Rol] 15) Radzuam: ¡Eh! ¡Tranquilo, amigo! Ya estaba muerto cuando lo encontré. Lo  único que hago, es intentar aprovechar un poco del cuerpo.

      [Rol] 16) Eriloin observa a radzuam pensativo, mientras la momentánea ira desaparece, dejando paso a algo más acogedor. No obstante, su mirada muestra aún algo de escepticismo, como si tratara de encajar las motivaciones del monje en algo que lo justificara en sus acciones.

      [Rol] 17) Radzuam: Yo solo tomo aquello de lo que la naturaleza me provee .

      [Rol] 18) Eriloin pierde todo rastro de sospecha en su rostro y se torna más afable: Está bien. No es atentado natural alguno el aprovechar lo que esta nos ofrece.

      [Rol] 19) Radzuam: Los eldorian no solemos ir matando animales por doquier.

      [Rol] 20) Eriloin: Le comprendo.

      [Rol] 21) Eriloin: Disculpe mi agresividad. Le juro que no pensaba causarle daño… Pero no tengo en gran estima a quienes atentan contra los bosques sin motivo alguno que no sea la codicia.

      [Rol] 22) Iztamul continúa con su entrenamiento, introduciendo silenciosamente su reluciente Florete en los cuerpos de los animales del bosque…. cuando una charla en adurn llega a   sus oídos.

      [Rol] 23) Iztamul silenciosamente, guiado por el espíritu de un vil asesino, acecha tras los árboles al humano y al semi-elfo que hablan.

      [Rol] 24) Radzuam asiente con una sonrisa afable a eriloin

      [Rol] 25) Radzuam: Quitar la vida a un ser, siempre es lo menos aconsejable. Incluso, cuando se trate de una entidad maligna.

      [Rol] 26) Eriloin: En esa afirmación  no puedo coincidir.

      [Rol] 27) Radzuam: Yo pienso que…

      [Rol] 28) Radzuam: Quizás,  algún día, podremos convivir en sana paz, toda clase de seres… Desde ogros, trolls, hasta elfos y humanos.

      [Rol] 29) Eriloin observa pensativo el mecimiento de las hojas de los  árboles a causa del viento, mientras medita sobre el deseo, expresado por un monje más soñador que realista. Buen hombre con quien compartir incluso una gran amistad, desde luego, aunque tal vez, provisto de una visión demasiado idealizada de la vida y los valores morales como para que tales se correspondan con la verdad. De acuerdo. La mera existencia de los vivos es bella, por la mera circunstancia de ser. Sin embargo, tal hermosura intrínseca en el mundo de los vivos no carece de ciertos matices desagradables, ni mucho menos. Una dulce armonía que, sin embargo, jamás será real. No en su totalidad, al menos. ¡Trolls y elfos! ¿A caso es imaginable la convivencia con una aberración que lo aniquila todo a su paso, sin tan siquiera mostrar el más mísero asomo de inteligencia?

      [Rol] 30) Eriloin: No me refiero a tales seres.

      [Rol] 31) Eriloin: Desde luego. Mantengo excelentes relaciones, tanto con humanos como con orgos y hombres-lagarto.

      [Rol] 32) Radzuam: imaginas incluso, hasta a los dragones en paz, y en sana convivencia?

      [Rol] 33) Iztamul, pacientemente, estudia al semi-elfo y al humano… aunque no entiende totalmente el Adurn, la conversación tiene pinta de hablar sobre cuidar a los animales. El hombre-lagarto se relame pensando en el último gorrión que se comió. Ese si que va a estar bien cuidado en su estómago.

      [Rol] 34) Eriloin: Eso no será posible, me temo.

      [Rol] 35) Eriloin: Los dragones son criaturas caóticas, incluso de un plano externo a nuestro mundo

      [Rol] 36) Iztamul, tras sopesar sus posibilidades, cree que no puede hacer frente a ambos sujetos. El druida parece demasiado peligroso. Se marcha sigilosamente para continuar con sus sesiones de entrenamiento.

      [Rol] 37) Radzuam  asiente un poco apesadumbrado.

      [Rol] 38) Eriloin: Tratar de relacionarse con un dragón, al menos un wyrm negro o rojo, es tan factible como tratar de mantener una conversación con un demonio en el centro de un acogedor claro, a la luz de las lunas. Como te descuides un solo instante, tratará  de hacerte trizas a la más mínima oportunidad.

      [Rol] 39) Radzuam: Bueno… Será mi vaga y escasa experiencia en estos asuntos, la que me hace pensar así.

      [Rol] 40) Eriloin: No se preocupe, noble eldorian. Todos aprendemos continuamente.

      [Rol] 41) Radzuam  esboza una ligera sonrisa

      [Rol] 42) Eriloin: En definitiva… Me alegro de haber aclarado las dudas sobre sus labores en Celthaim, mas he de pedirle, a mi pesar, que al acabar con su labor recolectora, parta raudo, fuera de los dominios de verdor. Preferiría que no hiciera daño a los animales más allá de lo necesario.

      [Rol] 43) Radzuam: solo me encuentro de paso en este bosque.

      [Rol] 44) Radzuam: ¡Jamás mataría a animales indefensos solo por mera satisfacción!

      [Rol] 45) Eriloin te observa (a Radzuam) con mirada ligeramente acusadora, aunque comprensiva.

      [Rol] 46) Eriloin: Noble humano, cuyo nombre me sería un agrado conocer:

      [Rol] 47) Eriloin: Ambos sabemos que no estaba simplemente de paso. Buscaba algo de despojos animales, ya fuera para alimentarse o para confeccionar piezas de abrigo, las cuáles constituyen motivaciones loables.

      [Rol] 48) Radzuam  carraspea aclarando su garganta.

      [Rol] 49) Radzuam: Mi nombre es Radzuam de Eldor.

      [Rol] 50) Eriloin te tiende la mano mientras pronuncia con voz sosegada: Mi nombre es Eriloin

      [Rol] 51) Eriloin: Apellido ninguno tengo, pues jamás conocí a quienes me trajeron al mundo.

      [Rol] 52) Radzuam  estrecha la mano de eriloin

      [Rol] 53) Radzuam: Algunos Eldorian, tampoco tenemos apellido. Soy un mero servidor del templo.

      [Rol] 54) Eriloin: Los apellidos, en ocasiones, pueden ser una dura losa que arrastrar por los peldaños que constituyen la escalera de la vida.

      [Rol] 55) Eriloin: Así  que consideraos libre de carecer de bendición o mácula alguna.

      ***Las presentaciones están bien. Y la relación no iba por mal camino… Pero aún faltaba aclarar lo sucedido con las criaturas del bosque, y el hombre no lo olvidó.***

      [Rol] 56) Radzuam: ¡Claramente… No puedo vivir del aire! Pero tampoco dar  muerte a estos animales maravillosos.

      [Rol] 57) Eriloin: NO se preocupe, la caza para el sustento es algo absolutamente natural.

      [Rol] 58) Eriloin: Ralder lo muestra en sus enseñanzas. La vida tiene su toque de hermosura, pero a veces el equilibrio exige muerte. NO es agradable verlo, pero una manada de lobos debe sobrevivir.

      [Rol] 59) Eriloin: Y para que pueda vivir, todos sus integrantes deben cazar.

      [Rol] 60) Eriloin: En cuanto a su labor en el bosque, no es menester que me tema, ni que olvide la caza. Puedo captar la afabilidad de vuestro espíritu. Simplemente, no se sobrepase.

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      Un encuentro en lo más profundo del bosque (parte II/II)

      ***EL acuerdo entre ambos al fin fue absoluto. También lo era el hambre que empezó a acosarles. Así lo atestiguaron las rugientes tripas. Era una lástima lo de los animales muertos… ¿Pero qué mejor manera hay de honrar lo cazado, que no sea comerlo?***

      [Rol] 61) Radzuam: Pues, ahora que lo pienso… Tiene usted razón, mas un oso de tal tamaño… Sería para mí solo… Un excesivo alimento.

      [Rol] 62) Eriloin: MMM pues ya que lo habéis, o no cazado, no sería mala idea el aprovechar la carne obtenida con tanto esfuerzo.

      [Rol] 63) Eriloin: Hagamos un fuego, defensor del templo, y honremos la caza que desgraciadamente ha tenido que sucumbir para alimentarnos.

      [Rol] 64) Radzuam termina de desollar el cuerpo. separando lo servible de lo inutilizable, recoge los leños y, a través de ellos y una antorcha, prepara una fogata e invita a eriloin a compartir lo que la naturaleza les ha otorgado.

      [Rol] 65) Antes de tan siquiera probar bocado, honrar la vida perdida no es sino una costumbre imprescindible para un amante de la vida salvaje. Por ello, Eriloin Extiende ambos brazos hacia abajo, entrando en espiritual contacto con la tierra, a la vez que permanece erguido. Tras agacharse, dibuja con puños cerrados unos perfectos círculos concéntricos, en el suelo, tratando de rodear la hoguera con marcas en la tierra. Acto seguido el área delimitada  se tiñe de un verdor esmeralda, llenando la zona de una energía positiva, mientras pronuncia las siguientes oraciones de agradecimiento al bosque: Vuestro sacrificio no será en vano, oh, gran oso pardo, pues a la vida habréis de regresar, tornando al ciclo de la existencia. Hoy te tomaremos, noble oso vencido, mas algún día nosotros seremos quien abracemos la tierra para convertirnos en vuestro sustento. Salud, noble radzuam.

      [Rol] 67) Radzuam  sonríe asintiendo a eriloin, e instantes después inicia una ligera y breve meditación, agradeciéndole a Hiros lo acontecido en aquella extraña jornada.

      [Rol] 68) Eriloin baja los brazos y la energía positiva va desvaneciéndose de la sección del bosque. Una vez realizados los consecuentes ritos de agradecimiento a sus respectivos dioses, druida y monje Eldorian se sientan en la verde hierba para disfrutar de un buen filete de oso.

      [Rol] 69) Radzuam: Gracias gran Hiros, que me has proporcionado un buen compañero y un delicioso alimento que compartir.

      [Rol] 70) Radzuam  parte unas grandes tajadas de la carne crepitante y ofrece un par a eriloin

      [Rol] 71) Radzuam pincha con su cuchillo otro trozo y comienza a comer, mostrando en sus gestos la educación y disciplina típica de los Eldorian entrenados en las antiguas artes del espiritualismo y el Khaldar.

      [Rol] 72) Eriloin coge lo que su fiel compañero le ha ofrecido y se lo come con ambas manos, apreciando en cada bocado el alimento tan sustancioso. Sin molestarse en seguir costumbres más educadas, pues no hay que olvidar el amor que el druida siente por la vida de quienes aprecian lo primitivo, lo verdaderamente importante. Un contraste de visiones del mundo que, aun chocantes, no han impedido a estos dos seres el relacionarse.

      [Rol] 73) Eriloin: Esperad, noble monje, y no os lo zampéis todo sin disfrutar de la posibilidad de degustar este manjar como es debido. No sería mala idea añadir unas frutos al menú.

      [Rol] 74) Eriloin observa un  árbol cercano y mueve las ramas con cuidado, haciendo que unas cuantas manzanas rojas caigan al suelo.

      [Rol] 75) Radzuam: me parece buena idea… Suena suculento

      [Rol] 76) Eriloin ofrece una de las manzanas a radzuam, y ambos culminan la comida con un postre de frutas perfecto.

      [Rol] 77) Radzuam: ¡Vaya! Parece que conoces bien estos bosques. No me percaté antes de estos frutos. Debería prestar más atención.

      [Rol] 78) Radzuam coge el fruto, lo reduce a ligeras tajas y lo coloca con la carne al fuego.

      [Rol] 79) Eriloin: El arte de la recolección lleva tiempo. Han sido muchos años de adiestramiento en los círculos de poder druídicos.

      [Rol] 80) Eriloin: Y aunque parezca mentira, jamás dejamos de aprender, como bien le he recordado anteriormente.

      [Rol] 81) Radzuam: es correcto. estamos siempre en constante aprendizaje.

      [Rol] 82)  El tiempo transcurre mientras estos individuos conversan un poco más, y la tarde se ve avanzada.

      ***La noche está presta para acudir, mientras el rojizo Sol esparce sus perezosos rayos por un terreno repleto de verdor, dominado por sombras alargadas de todo tipo de árboles, arbustos y plantas autóctonas. Los primeros astros inundan, lentamente, una bóveda más oscura que celeste. Una Brillante y blanca Argan llena, así como su luna hermana, una media y verdosa Velian, aparecen en el oriente, dispuestas a seguir su senda por un inminente cielo nocturno. Los salvajes ruidos del ambiente diurno, rugidos de osos lejanos, ladridos de lobos en período de caza, la exclamación de algún ciervo, o el revoloteo de una bandada de pájaros que sobrevuelan el río, se ven apagadas, lentamente. Sustituidas, gradualmente, por el ulular de lechuzas y el confortable «gri gri» de insectos más acogedores. Todos ellos, eclipsados, de vez en cuando, por el aullido de un lobo lejano.***

      [Rol] 83) Acabada la larga y amena conversación, en la que ambos han compartido sus vivencias y experiencias, Eriloin se pone en pie lentamente y observa tras de sí [Eriloin]

      [Rol] 84) Eriloin se gira y vuelve a encararse con radzuam, amistoso, y le dice: Bueno, joven Eldorian. Ha sido un placer hablar con usted, mas el deber de preservar el equilibrio me llama. He de irme. NO obstante presiento que nos encontraremos de nuevo, muy pronto.

      [Rol] 85) Radzuam se levanta, sonriente y agradecido por tal eventualidad.

      [Rol] 86) Radzuam: Ve con cuidado compañero. Ha sido un placer.

      [Rol] 87) Radzuam: Hasta otra!

      [Rol] 88) Eriloin: Iguales son mis deseos, Radzuam. Ya nos veremos, gran monje. Andad con cautela.

      [Rol] 89) Radzuam  coge sus escasas pertenencias y se retira del lugar.

      [Rol] 90) Radzuam  Se percata de extraños movimientos y gestos que realiza eriloin y se da la vuelta para mirarle.

      [Rol] 91) Eriloin se retira ligeramente del lugar en que monje y druida compartieron sus vivencias y se interna en lo más frondoso del bosque. Dibuja un círculo de invocación a sus pies, mientras pone los ojos en blanco, entrando en comunión con los seres de la foresta. En menos de un minuto, un ser de otro plano, una quimera de Ralder, repleta de tentáculos y provista de un aguijón trasero, acude a su lado, emitiendo un rugido que anuncia su predisposición para la batalla, si esta fuera a ser inminente.

      [Rol] 92) La quimera invocada por Eriloin observa a Radzuam con las pupilas dilatadas y emite un ronroneo de conformidad mientras el druida la acaricia. Acto seguido el protector de los bosques se monta en el híbrido de Ralder y, tras despedirse de radzuam con la mano, se va galopando río arriba. [Eriloin]

      [Rol] 93) Radzuam, asombrado y feliz, mira como eriloin se retira en la quimera invocada.

      [Rol] 94) Radzuam  se dice para sí mismo: sorpprendentes estos amantes de la naturaleza, sin duda.

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