Un nuevo amanecer en el bosque

En una noche lluviosa y con una brisa tivia, Astrion camina con expresión plácida por el bosque espeso de Thorin

 

Eudesuntha: Y, exactamente, ¿Cómo moriste? Alguna heroicidad de las tuyas… Si es que me tienes loca con tus aventurillas por aquí y por allá. Hombres, que no duráis nada.
Habrá sido yendo con ese amigo tuyo, Enorthus. Que ya te he dicho mil veces que de él no sacas nada bueno, que solo te mete en líos y que es una mala influencia. A saber por
que tontería me has dejado viuda. «Es que atacaban Takome». «Es que me encargaron un Prisma». «Quería dinero para el baúl». Y mírame. A mi. ¡VIUDA!

Un jabali huye por el extraño olor proveniente del claro.

Eudesuntha: ¿Que le cuento yo ahora a Ruthrer? ¿Como se lo digo al herborista de Anduar? -«Si, mira, mi difunto marido, que me dijo que tenía que ir, que era un reto». Y yo
que me quedo con el Solar a medio pagar. Si es que debería haberlo visto venir, que se puede esperar de un semi-elfo que pasa más tiempo en guaridas de dragones que entre mis
piernas haciéndome hijos? Por el Mallorn de Naduk, ¡VIUDA… Y CASI VÍRGEN!

Eudesuntha llora desconsoladamente.

Astrion se detiene perplejo

Astrion: Lo siento… puedo ayudarte en algo?

Un pájaro se posa en un arbol sorprendido por el alboroto de esta pareja de enagenados.

Eudesuntha: No, a no ser que seas el nigromante más poderoso de todos los tiempos. O alguien que pueda curar el dolor que afecta a lo más profundo de los corazones…

Astrion mira con expresión perpleja a la chica, sentada bajo el gran roble de Thorin y llorando

Astrion: nigromante?. No, soy… un druida

Eudesuntha: entonces, como mínimo, de la primera manera no puedes ayudarme.

Eudesuntha: de la segunda, que yo sepa, no hay ningún ritual druídico para curar este dolor.

Astrion: me temo, que para curar la segunda solo servirá el tiempo

Astrion: suele decirse que el tiempo lo cura todo
Eudesuntha se limpia los mocos con la manga de su camisa.

Eudesuntha: Tiempo… Tiempo tengo.

Eudesuntha: Mucho tiempo por delante para disfrutar de mi soledad.

Astrion mira interrogante a Eudesuntha

Eudesuntha: ¡Maldita sea! No tuvimos hijos, no era nuestra prioridad.

Astrion: murió tu esposo?

Eudesuntha: Ninguno de los dos tenía hermanos… no que yo sepa.

Eudesuntha: Mi esposo murió. Un Gran Druida.

Eudesuntha: Aventurero, justo defensor de los bosques, amigo de sus amigos y fiel pareja.

Astrion: que Eralie lo tenga en su seno y que su misericordia caiga sobre tí

Eudesuntha se lo agradece a Astrion con una sonrisa sincera.

Eudesuntha: teníamos tantos planes… Teníamos apalabrado un solar para hacernos una casa en el bosque.

un aullido sorprende a Astrion y Eudesuntha

Eudesuntha: que ha sido eso?

Astrion mira tenso a su alrededor

Eudesuntha se pone de pie.

Cinco lobos salen al descubierto, con los dientes descubiertos y chorreando saliva.

Astrion mira con temor a los lobos.

Eudesuntha se aparta los pelos de la cara y empuña su garrote con fuerza con la mano derecha.

Astrion: y tenían que ser lobos, no podrían haber sido ciervos?. no, tenían que ser los malditos lobos!

 

Eudesuntha mira con sorpresa a Astrion.

Astrion se levanta la manga de su antebrazo y muestra una cicatriz cigzagueante y alargada

se pone a llover con más intensidad, empapando a todos los presentes.

Astrion se tira al suelo, esquivando la acometida de un lobo enorme, supuestamente el líder de la manada.

Los demás, al ver la acción de su líder, se lanzan igualmente al ataque

Astrion: ‘Evita matarlos!. somos druidas, no dañamos a los animales.

Eudesuntha: Son lobos, sí. Lobos rabiosos, carnívoros y depredadores, pero seres del bosque al fin y al cabo.

Astrion pronuncia un cántico y un lobo queda paralizado, sin poder moverse.

Eudesuntha formula un hechizo y el enorme lobo baja la cabeza y guarda sus puntiagudas fauces en su boca.

los demás lobos, al ver que su líder elude el combate, parecen calmarse un poco.

El ent de Astrion sale detrás de unos árboles.

Al ver la enorme embergadura del ent, los lobos huyen aterrados.

Astrion se acerca raudo a Eudesuntha y le dice: estás bien?. te han herido?

Eudesuntha: estoy bien, gracias… Ya ha pasado.

Eudesuntha se apoya en el brazo de Astrion y sonríe.

Astrion mira al cielo y sonríe

Eudesuntha suspira.

Eudesuntha: estoy tan encerrada en mi dolor que no me doy cuenta que aún queda mucho trabajo que hacer en el bosque.

Astrion mira con tristeza los árboles aún con marcas de calcinación

Astrion: algún día, este bosque volverá a su magestuosidad de antes

deja de llover.

Eudesuntha: El hecho de que mi marido ya no esté… no significa que el proyecto no pueda salir adelante!

Un pajarito sale de su nido con los nuevos rayos del sol que salen después de irse las nuevas de lluvia.

Eudesuntha: pero yo sola no puedo… no me veo capaz…

Astrion: Si me lo permites, yo también he estado intentando hacer algo por este bosque, pero igualmente, solo no puedo

el rostro de Eudesuntha vuelve a ensombrecerse por un momento.

Astrion: Te parece si aunamos nuestras capacidades para llevar adelante a este bosque?

Varias ardillas se acercan al claro viendo la emoción de los druidas hablando sobre el bosque.

Eudesuntha: Creo… Creo que sí. Que hay que intentarlo.

Astrion mira a las ardillas con una sonrisa, y acerca una baya a una de ellas

Eudesuntha: Quizás haya llegado el momento de superar mi pérdida y hacer algo de provecho. Y también hacer algo para honrar la memoria de mi difunto esposo.

Una gota de lluvia resbala sobre la hoja de un árbol y cae sobre la frente de Eudesuntha.

Eudesuntha: si estás dispuesto a ayudarme… Será un placer compartir este proyecto contigo.

Astrion mira la gota en la frente de Eudesuntha

Astrion: Uno de los símbolos de Eralie…

Eudesuntha sonríe.

La ardilla se come la baya que le ha dado Astrion. Las demás ardillas se acercan, entre asustadas y algunos lloros de la emocion de ver a dos seres como esos dos druidas
declarando su amor por la naturaleza y el bosque.

Eudesuntha: Eralie bendice nuestras intenciones, eso está claro.

Astrion toca la gota en la frente de Eudesuntha.

Eudesuntha mira con cara de gratitud a Astrion.

Astrion: Acepto Eudesuntha, este bosque alcanzará su antigua magestuosidad

Un gran buho real, despierta de su siesta y girando su cabeza 180 grados se sorprende al ver dos humanos a punto de juntar sus manos…

Eudesuntha coge la mano de Astrion.

Astrion sonríe con una sonrisa de gratitud a Eudesuntha

Eudesuntha: Soy Eudesuntha. Líder de la familia Ktherel. Sería un placer que te unieras a nosotros.

Los jilgueros entonan su mejor melodía mientras revolotean alrededor de la pareja.

Astrion: Ktherel… he escuchado ese nombre antes, sí

Astrion: Para mí sería un honor pertenecer a tu familia, Eudesuntha

Eudesuntha: no se hable más, pues. Bienvenido, que Eralie y el bosque te den calor en el corazón y fuerza en el brazo.

Naiad se acerca por la espalda de los dos druidas… y levantando un poco la voz dice: El bosque os ha escuchado y parece ser que teneis un gran público escuchando vuestras
intenciones, no podeis fallarles, esos animales os respetan, ahora os tocara a vosotros obrar para que asi siga.

Astrion sonríe con gratitud, mientras posa su dedo en su frente, transmitiendo la gota desde la frente de Eudesuntha a la suya

Naiad dice: el bosque necesita gente como vosotros.

Astrion: Haremos todo lo que podamos hacer por el bosque, Naiad

Eudesuntha: Nuestro compromiso es total, haremos todo lo que esté en nuestra mano.

Naiad dice: no espero menos de vosotros, habéis obrado bien con los lobos, pero otros peligros acechan este bosque.

Astrion se pone serio y mira con una mirada oscura hacia una senda escondida

Naiad dice: vigila Astrion, el camino a esa senda conduce a un lugar oscuro, la oscuridad lleva al mal y el mal al odio.. vigila tus pasos y no te desvies del camino.

Astrion mira al suelo

Naiad dice: un nuevo amanecer sale de vuestra unión, haced buen uso. Y recuerda, un gran poder, conlleva una gran responsabilidad.

Astrion: Tendré en cuenta tus sabias palabras, Naiad.

Eudesuntha: No tenemos miedo y tenemos a Eralie, la protección de los bosques y el poder de nuestras virtudes.

Naiad dice: ahora debo partir, varios ent necesitan de mis cuidados, pues la peste de Seldar avanza sin remedio por varios bosques de Eirea.

Eudesuntha se inclina ante Naiad.

Astrion hace una reverencia a Naiad y al enorme ent que hay tras ella

Naiad pronuncia unas palabras y con un remolino de hojas, desaparece. Todos los animales que estaban allí con ellos tambien y queda solos, otra vez, la nueva pareja de
druidas…