Inicio › Foros › Historias y gestas › Un sangriento relato.
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La luna se derramaba por la ya nocturna Takome.
Los guardias patrullaban, los mercaderes recogían sus cosas para irse ya a descansar.
Todo se veía con mucha tranquilidad.
Pero al pasar un rato la campana de enemigos empezó a sonar por toda la ciudad.
El pánico se hizo presente en la ciudad.
Un cruzado templario que hacía guardia en una de las almenas vio lo sucedido.
Un tirador se encontraba acribillando a todos los soldados del puesto fronterizo de la ciudad.
Los guardias de la puerta le bloqueaban el paso pero no estaba solo, un grupo de 2 gnolls y un semi-elfo acudieron al lugar en segundos.
La ciudad estaba totalmente paranoica, y las primeras vidas inocentes empezaron a ser arrebatadas.
A cualquier lado que mirase se veían flechas y flechas.
Llegó un momento donde parecía que el aire mismo se te clavaba hasta lo más profundo de ti, pero en verdad eran flechas y flechas que no dejaban de ser impulsadas por un tirador.
Pude ver como se abrieron paso hasta los aposentos de la reina Priis, pero mi cobardía fue tal que lo único que podía hacer era ver ríos de sangre acompañados por un ensordecedor coro de alaridos de dolor.
Lo ultimo que pude ver fue los aposentos de la reina cerrarse, Habían pasado unos pocos minutos que para mí se hicieron años, y los vi salir de nuevo.
Los 3 individuos que acompañaban al tirador se los veía serios, pero el drow no dejaba de esbozar una sonrisa, como si le encantase todo lo sucedido.
Se los veía hablar entre ellos mientras salían de la ciudad pisoteando los inertes cuerpos de los ciudadanos y guardias.
Mi cuerpo recibió un fuerte impacto en la pierna izquierda.
Cuando pude ver a mi alrededor el drow estaba parado ante mí.
Una saeta atravesaba mi muslo de lado a lado.
El drow me miraba mientras seguía esbozando esa sonrisa.
Se relamía los labios al ver la sangre brotar de la herida.
-¡Dreyhz! ´dejalo!-: Exclamó uno de los 2 gnolls.
el se regresó y parecía susurrarle algo.
El gnoll parecía asentirle a cada cosa que el drow le decía.
Volvió a mi lado y me miró con esa sonrisa que no se le borraba de su rostro.
Me tomó del brazo y me susurró al oído: -Espero que la próxima vez que te vea por aquí escondido como una rata… Me agarres sin compañeros así te muestro lo que es el real infierno.-
Al escuchar eso mi cuerpo se erizaba por completo.
Me dio un fuerte golpe con su ballesta en la herida y se marchó sonriente, de echo pude notar que se iba dando saltitos de felicidad.
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