Un trabajo arriesgado

En la oscura y fría ciudad de Keel, Sylvan se encontraba frente a la puerta del Cabaret de Madame Rosa. Se rumoreaba que en este lugar se encuentra trabajos bien pagados y ahí estaba, buscando nuevas aventuras que contar. Tras pasar por la puerta, y echar un vistazo rápido, se encontró con una figura femenina de aspecto más maduro y que deambulaba por el lugar hablando con las chicas más jóvenes. Sin dudar un ápice, Sylvan se acercó a ella.

Madame Rosa dice: Vaya, una jovenzuela. ¿Buscas trabajo? Alguna de mis chicas necesita una noche libre de vez en cuando…

Sylvan observa de abajo a arriba a Madame Rosa.

Dices con una voz sobrenatural: Hola, así es, he escuchado que en este… lugar… ofrecéis trabajos bien pagados.

Madame Rosa dice: Eres guapa, sí. Darías el callo… Una lástima que no sea el tipo de trabajo que buscas…

Madame Rosa dice: Ya veo por qué vienes. Es por lo otro. Sentémonos y hablemos…

Madame Rosa se encamina a una de las mesas del reservado, haciendo un gesto invitando a Sylvan a hacer lo propio.

Sylvan se dirige a la mesa del reservado mientras observa como las chicas del lugar intentan seducir a los hombres.

Madame Rosa parpadea ligeramente e intuyes un guiño por su parte. Se sentó en aquel reservado con Sylvan. Había menos luz y un ambiente más íntimo.

Madame Rosa dice: Vayamos sin rodeos. Este asunto me mosquea un poco.

Dices con una voz sobrenatural: Está bien, cuéntame detalles de ese asunto.

Madame Rosa dice: No sé de dónde ha salido, pero ese tipo tiene mucho dinero. Y me jode no saber ni cómo se llama.

Preguntas con una voz sobrenatural: ¿Entonces el trabajo es buscar un tipo? ¿Con mucho dinero?

Madame Rosa dice: Es un tipo feo, con la barba rala. Humano… creo. No, no es buscarlo. Él te suele encontrar a ti.

Sylvan frunce el ceño mientras mira a Madame Rosa con cara de desconcierto.

Madame Rosa dice: El muy dandi viste siempre de color amarillo, con una larga túnica. De vez en cuando aparece, hace negocios y se marcha.

Dices con una voz sobrenatural: Un tipo escurridizo por lo que me comentas.

Madame Rosa dice: Es el único hombre a quienes mis chicas son incapaces de sonsacar migajas. Pero tiene jugosas ofertas de trabajo, y es buen pagador.

Preguntas con una voz sobrenatural: Jugosas ofertas y buen pagador… ¿Por qué sonsacarle información a ese tipo?

Madame Rosa dice: Hace poco vino a los muelles buscando varios capitanes… para un trabajito. ¡Demonios! No es exactamente un trabajito. Es algo que hasta da mala espina.

Dices con una voz sobrenatural: Te veo inquieta hablando de ese trabajito.

Madame Rosa dice: Dijo que ofrecía a cada capitán un barco y dinero. Y una patente de corso… por asaltar un Destructor. >

Madame Rosa exclama: ¡Un destructor de la Marina Nivrim, ni más ni menos!

Sylvan mira a Madame Rosa con los ojos abiertos de par en par.

Madame Rosa dice: Ofrecía, además de los barcos, 300 platinos a cada tripulante y pagos para sufragar las posibles multas.

Dices con una voz sobrenatural: Asaltar un destructor de la Marina Nivrim no es un trabajito, es una misión casi suicida.

Preguntas con una voz sobrenatural: Pero si el tipo poner los barcos y el dinero, ¿a qué esperamos?

Sonríes malignamente.

Madame Rosa dice: Si fuera un galeón con tesoro, sería entendible. Pero no. Su objetivo es la cabeza de un hechicero que escoltan.

Preguntas con una voz sobrenatural: ¿Un hechicero? ¿Se sabe algo de él?

Madame Rosa dice: Desconozco quién es el hechicero. Sólo sé que es uno de los elegidos por el Cónclave para investigar algo. Desconozco el qué.

Madame Rosa dice: Este horrible tipo da una prima de 500 platinos extra a quien le traiga la cabeza.

Madame Rosa dice: Esto, todo esto es muy turbio. No me gusta nada. Parece que está ocultando algo deliberadamente, pero no voy a meter ahí las narices.

Dices con una voz sobrenatural: Es difícil no pensar qué oculta.

Dices con una voz sobrenatural: Dile a ese tipo, que has encontrado a una capitana para su trabajo. Le traeré la cabeza de ese hechicero. Su oferta es difícil de rechazar.

Madame Rosa pregunta: Muy bien. Supongo que reunirás una tripulación, ¿verdad?

Dices con una voz sobrenatural: Así es, reuniré una tripulación para este trabajo.

Dices con una voz sobrenatural: Aunque tengo que ser precisa en contratar la tripulación, atacar una embarcación Nivrim puede traer represalias en la ciudad de Anduar.

Madame Rosa dice: Acuérdate de decirles que cada uno de ellos obtendrá 300 platinos, además de los pagos de las posibles multas. No deberían preocuparse por ello. Sólo por el estatus que pueda conllevar.

Preguntas con una voz sobrenatural: Eso puede ayudarme a buscar una buena tripulación. ¿Se sabe cuándo y dónde podremos realizar el asalto?

Madame Rosa dice: Me prometieron un chivatazo, pero no lo sé con exactitud. Trataré de decírtelo en cuanto lo sepa.

Madame Rosa dice: Hay barcos en el astillero de varios tipos. Deberás escoger uno que te guste, pero armarlo ha de correr de tu cuenta.

Dices con una voz sobrenatural: Iré al astillero a ver que puedo armar que aguante el ataque de un destructor.

Piensas con cuidado para no hacerte daño.

Madame Rosa sonrió, abandonando la conversación. Ella había cumplido su trabajo.

Antes de proseguir con sus quehaceres nocturnos, Madame Rosa pasó una nota a Sylvan con la dirección del muelle donde podría ver los barcos que aquel extraño individuo había dispuesto para tal misión.

Sylvan asintió a Madame Rosa y se quedó sentada unos minutos observando detenidamente el lugar en el que se encontraba.

Tras largos minutos sentada en el reservado, Sylvan se levantó de la silla y se dirigió a la salida, en dirección a alguna de las tabernas que se encuentran por Keel y por el continente, en busca de una tripulación dispuesta realizar el trabajo por un buen pellizco de platinos. Aunque a Sylvan le parecía un trabajo sencillo, no paraba de pensar quién es el contratista y porqué quiere ver muerto a ese hechicero. El Cónclave quiere investigar algo, que será…

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