Inicio › Foros › Historias y gestas › Una aventura de Ivriv
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Ivriv se encuentra en el poblado de Naduk, tras haber hecho unos…llamémoslo negocios en la ciudad de Anduar se traslada a este poblado simplemente para desaparecer un tiempo de la ciudad, después de esos negocios muchos ojos están atentos a ella.
Ya lleva unos días hablando con las gentes de Naduk y conociendo la zona, el bosque de coníferas, el poblado de Erken desde el cual se puede ver el cauce del Iaurduin y un camino oculto cerca del cruce de Erken.
Tras volver de visitar Erken, a la semi-drow le parece ver una figura humanoide pero más corpulenta de lo normal tras unos arbustos, Ivriv se acerca a investigar pero el ser humanoide desaparece rápidamente. Tras apartar los arbustos y cortar un poco de maleza Ivriv llega a una zona en la que hay unas tumbas.
Mientras Ivriv observa un poco la zona despreocupadamente, se acercan por el mismo camino que ella ha tomado unos 3 hombres armados con espadas y escudos, sus nombres son Sulfar, Soruf y Piek.
Ivriv reconoce a uno de ellos, el más gordo, es un noble al que hace unos días le vendió un amuleto de oro que luego recuperó con su magia.
Sulfar el Noble exclama: ¡Es ella!
Piek mira a la semi-drow y pregunta: ¿Está seguro?
Ivriv pregunta: ¿Qué está pasando? ¿Qué queréis?
Sulfar exclama: ¡Tú cállate ladrona! ¡Y vosotros, claro que estoy seguro! ¡Cogedla!
Soruf y Piek se lanzan sobre Ivriv, la cogen de los brazos y la obligan a arrodillarse para contestar a las preguntas del noble.
Sulfar pregunta: ¿Dónde está el amuleto y dónde está mi dinero?
Ivriv responde: No sé de qué me estás hablando, te vendí el amuleto legalmente ¿Qué problema hay?
Sulfar pregunta enfadado: ¡¿Te crees que soy tonto?!
Sulfar exclama: ¡El amuleto desapareció del cuello de mi hija unas horas después de que me lo vendieras! ¡La tenía delante de mis ojos y vi como el amuleto desaparecía!
Sulfar dice: Enseñadle lo que es bueno hasta que decida responder, pero no la matéis.
Ivriv lanza una fría mirada a los mercenarios y dice: Yo de vosotros no le haría caso.
Acto seguido Ivriv empieza a murmurar unas palabras mientras los mercenarios sueltan su espada y su escudo y se preparan para golpearla con sus puños.
Piek pregunta: ¿Pero qué está pasando? ¡No puedo golpearla!
Soruf dice: ¡Yo tampoco! ¿Pero qué pasa?
En ese mismo momento los mercenarios empiezan a golpearse a sí mismos y mientras tanto Ivriv se reincorpora, termina de murmurar y empieza a sonreír.
Ivriv dice: Os dije que no le hicierais caso.
Sulfar dice: ¿Pero qué os pasa, es que habéis comido bayas de cyr o qué? ¡Atacadla a ella no a vosotros mismos malditos inútiles!
Piek y Soruf coléricos y confusos cogen sus armas y se lanzan de nuevo contra Ivriv, la cual cierra los ojos y de nuevo comienza a murmurar algo.
Cuando las armas ya están a punto de tocar el cuerpo de la semi-drow éstas se detienen en el aire y acto seguido empiezan a girar alrededor de ella.
Los dos mercenarios y el noble se quedan atónitos mirando como las espadas rodean a Ivriv con la punta señalando hacia sus dueños.
Ivriv dice: Solo lo diré una vez, si queréis seguir vivos, deberíais iros ahora.
Piek y Soruf se arrodillan y piden clemencia rápidamente al ver el poder contra el que no pueden hacer nada.
Ivriv los mira y dice: Podéis marcharos.
Ivriv señala a Sulfar y le dice: Y tú, ¿sigues teniendo algún problema conmigo?
Sulfar dice: Pues claro que sí, ¿crees que me voy a dejar amedrentar por esa magia que usas? Volverás a verme.
Sulfar sale corriendo despavorido detrás de los otros dos a gritos de ¡Nos las pagarás!
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