Una crisis sin parangón en el universo de Eirea

Buen día, tarde y noche tengan todos los habitantes de este nuestro mundo. Este, nuestro plano terrenal y digital. Eirea, que una vez tuvo que surgir, de entre las mentes obniscientes de los seres inmortales que confeccionaron la existencia, tal y como la conocemos. Un modo de ser y de estar, común a todos los seres mortales, inmortales y, por qué no, también típico de las criaturas no muertas que, fruto de la manipulación espiritual, o bien por razones que atormentan las almas, han optado por quedarse entre nosotros, con el mero afán de corromperlo todo, bien en nombre propio, bien en pos de lo que los apóstoles de Astaroth consideran como lo correcto.
Un concepto de existencia diferente. Uno que los sacerdotes pregonan. Uno que los bardos interpretan, componiendo canciones de todos tipos que, por su belleza, son capaces de invocar magia poderosa, en nombre de la creación y la destrucción. Caballeros y expertos en la guerra de guerrillas que, sin piedad, defenderían sus ideales hasta la muerte. hechiceros que, con su dominio del éter, moldean los elementos de nuestro mundo, desde la limitada capacidad que otorgan los saberes arcanos.
En este post vengo a comentar un tema que, en mi opinión, y seguramente, también en la de bastantes jugadores que llevan tiempo en este MUD, nos preocupa notablemente.
y es que la existencia de Eirea, así como la de todos los mundos a ella unida, mediante los lazos del éter que conforman este universo, se ve amenazada por un nuevo cataclismo. Este, sin embargo, y a diferencia del anterior producido hace casi dos décadas, no será provocado por ningún dios o criatura extraplanar. Mucho peor. Al contrario, será causado, lo más seguro, por la ausencia de tales seres superiores.
Los malos augurios se transmiten en las tabernas. Los rumores vuelan por toda Dalaensar y más allá, como cuervos de alas negras, en cuyas patas reposan pergaminos de contenido más negro aún. Los temblores, aun antes de producirse el terremoto, comienzan a ser un signo irrefutable de que, inevitablemente, algo malo se avecina. Algo muy malo. Algo que, sin ningún atisbo de dudas, podría suponer el irrevocable fin del mundo.
Y es que decenas de antiguos jugadores han abandonado estas mágicas tierras. Los motivos son tan variados que, ni siquiera el más sabio de los eruditos, sería capaz de comprenderlos en su totalidad. Algunos de los asuntos que llevan a tantos aventureros a alejarse son de carácter familiar. Y es que el trabajo, los hijos, y otras circunstancias personales de diversa complejidad, ocupan un tiempo irremplazable. Otros asuntos que nos diezman le conciernen a la salud, bien física o mental. Otros motivos son más simples, como el mero auge de otros juegos, que por sus gráficos, sonidos, y demás características, estimulan todos los sentidos; no solo la imaginación y el arte de la lectura y la escritura. Facultades que, en contra de lo que podría parecer, elogio y admiro enormemente, pues poco puede haber tan interesante como un buen libro, o un gran relato o roleo fabricado mediante un esfuerzo. Un esfuerzo que, sin lugar a dudas, construye mundos. historias que, de encauzarse todas juntas, pueden generar un universo. Una realidad alternativa, en la que siempre hay lugar para nuevos trazos que la definan. Podría dar ejemplos de tales juegos, mas a demás de The Lost Of Arc (si es que he escrito bien el nombre), no conozco ninguno.
Todos estos problemas son irremediables. Hasta los dioses están limitados, siendo incapaces de intervenir en los acontecimientos de universos paralelos. Cada persona es más que un mundo. Cada individuo constituye una red de planetas, estrellas, agujeros negros, y otros cuerpos celestes conocidos y por conocer. La definición en miniatura del término *universo*, la conforma cada uno de los individuos que nos rodean, incluyéndonos a nosotros mismos. Estructuras sociales, culturales, espirituales y de otra índole, completamente fuera del alcance de quienes no viven en ella. Pero, ciertamente, algunos de los motivos que amenazan la existencia del MUD recaen directamente sobre nosotros. Tal vez los jugadores tengamos parte de la culpa. Ni lo niego, ni lo afirmo, pues me faltan datos como para emitir un juicio objetivo y válido. Mas, si bien nosotros, como meros pasajeros de la efímera creación, tenemos la capacidad para cambiar las cosas, hasta cierto punto, la mayor parte de la responsabilidad debería recaer, directamente, sobre la totalidad del equipo administrativo.
Avatares, miembros del CDJ, aprendices y, especialmente, inmortales de alto rango. Aquellos que, día a día, o semana a semana, deberían redefinir las líneas que conforman el mapa de nuestro mundo. Aquellos que deberían resolver los conflictos que puedan darse entre mortales, administradores o mortales y administradores. Aquellos a los que se les podría aconsejar que, so pena de alcanzarse un aburrimiento general, se realizasen algunos cambios en la dinámica del juego. Creando nuevas zonas, o bien actualizando y enriqueciendo las existentes. Tal vez, trabajando en reajustes del balance, el sistema de dipplomacias y estatus, y en el comportamiento de NPCS y clases, de modo que dispongan de algo más de sentido. Valorando las actuaciones de quienes, con sus obras, bien individuales, bien en conjunción con otros jugadores, vayan proporcionando más y más detalles a Eirea, así como a sus mundos anexos.
No malgastaré demasiada tinta en mostrar mi desacuerdo con la decisión tomada con respecto a las gestas. Gnomentero ya se encargó de responder por todos aquellos que compartimos su opinión, del mismo modo que Satir nos mostró la enormidad del problema causado por el progreso de la inteligencia artificial. No obstante, lo hemos hablado algunos, y es que, aun siendo más complicado, tal vez sería posible realizarle peticiones a Chat GPT, que lograsen discernir si un texto concreto podría ser realizado por una IA o no. No es este el único asunto a revisar. Abundan las faltas de ortografía en las descripciones de salas y de algunos PNJS, así como en fases de algunos hechizos y habilidades. Se agradecería el establecimiento de algunos servicioss de definición del aspecto físico, como las peluquerías, al centro neutral del continente. Una Anduar que mejoraría en su afán de comercio. No faltan cambios en la historia, como una posible quinta era. Algunas clases precisan cambios urgentes, como el tan necesario de modificar; el famoso guardabosques (GB), so pena de que nadie quiera jugarlos más por ser inútiles. El mundo resulta especialmente pequeño, tanto en relación al espacio recorrido por tiempo de juego, como en el tamaño general del mundo. Como ejemplo de lo que pretendo mostrar, toda Dendra queda por construir. El océano solo tiene coordenadas oeste y sur, y puede recorrerse el camino de Anduar a Golthur en 1-3 horas de juego. Casi un tercio de mundo en poco más de un suspiro. Y eso, sin ir a caballo. El mar es todavía peor, pues con un explorador, de este a oeste y viceversa, puedes dar la vuelta al mundo en quince minutos de juego (eso serán, como mucho, uno o dos minutos a velocidad 3. Hablen con Colón sobre el asunto, y a ver qué le parece).
Nuevos ejemplos puedo dar con respecto al balance: Armaduras que no se desgastan al recibir impactos. Barcos que no pueden ser hundidos por relámpagos, flechas incendiarias, o a causa de los poderosos tentáculos de un temible kraken de las profundidades. Imposibilidad de disparar a jugadores de barcos enemigos en alta mar. Depredadores que deberían ser temibles, cuando un lobo puede cargárselo cualquiera que sea nivel 10 o superior y sepa jugar con el HB, pues ni siquiera te siguen, como debería hacerlo cualquier animal con su presa. Tiradores que no pueden disparar a distancia, hechiceros que deben dejar que el enemigo les pegue para poder lanzar sus ataques de largo rango (díganselo a cualquier mago de cualquier serie conocida. Seguro que se muere de la risa), NPCS que en su mayoría no se mueven, o ni siquiera te impiden huhir, ni hacen el menor esfuerzo por seguirte (y me refiero también a los simples), y que en su mayoría rozan lo absurdo, tanto en vida, como en ofensivo, esquiva, parada y poder dañino, hasta el punto que ni siquiera influyen de manera alguna en el ataque o defensa de una ciudad, árboles que no pueden ser quemados, pájaros que no vuelan y pueden ser objeto de golpecertero como si nada, sin que ni siquiera hagan el mínimo esfuerzo por salir volando al sentirse amenazados (eso se lo comento a cualquier paloma antes de tratar de atizarla con el bastón, y para cuando aún estoy abriendo la boca, ya ha aleteado cinco veces, como mínimo), bandidos que no te atracan, ni a ti, ni a cualquier NPC que pase por las inmediaciones (excepcionales son los de Degaulé, quienes al menos tienen algo de sentido), clases que, por su vinculación con la naturaleza, si bien de manera más libiana, carecen de habilidades que deberían ser, incluso optativas (como el forrajeo para todo tipo de cazadores), enfermedades y venenos, cuyos efectos son irrisorios (véase el gas de las alcantarillas de Anduar. A lo sumo, te quitará 5 puntos de vida por cada 20 movimientos, de manera que llevar mascarillas, tal y como se aconsejaría en cualquier obra, resulta innecesario, cuando en una situación real podría ser fatal), etc.
Con todo lo indicado, no debe entenderse que meramente deseo que se realicen todos los cambios y mejoras que comento, tan solo porque me interesan. Como si alguno de ellos no puede llevarse a cabo, lo comprenderé. Así mismo, deberían tenerse en cuenta las peticiones que puedan realizar todos los jugadores del MUD. Después de todo, para algo somos una comunidad pequeña. De hecho, demasiado pequeña. Y es que entre los inconvenientes que nos asaltan, la pura necesidad de crecer en miembros (tanto en nuevos como en aquellos que nos dejaron, a quienes les podría venir bien un cambio como motivación para volver), así como en participación de los existentes y por existir, tanto como jugadores y como futuros avatares, miembros del CDJ e inmortales, resulta prioritaria.
Lo único que pretendo dar a conocer, es que hay muchas cosas en el juego que se pueden hacer. Las disputas sobre a quién pertenece el servidor, a quién le corresponde qué porción del capital, los desacuerdos sobre quién ha aportado más o menos dinero, y por ende, quién merece ser o no incluído en el equipo, con todos los privilegios y responsabilidades aceptadas objetivamente por el que se ofrece como administrador, mostrándose rasgos de parcialidad y favoritismo, en algunos casos, y otras circunstancias, nacidas de sentimientos adversos, así como la falta de voluntad de todos, no contribuirá, sino a la desaparición inminente de Eirea.
y es que el milenario elfo Otergas Uial_Lómë, un poderoso adivino, fiel indiscutible de Gedeon, profetizó hace miles de años, que los creadores serían los primeros en desvincularse. Posteriormente, los demás administrativos partirían lejos de nuestro mundo. Los seres mortales emigrarían a otros lares, los ingresos de donaciones dejarían de llegar, y finalmente, el servidor se extinguiría, así como el Sol que alumbra Eirea y el éter que une los mundos, sumiéndolos en el olvido eterno, para que, con el paso de las generaciones, tan solo las historias, cada vez más perdidas, hasta sumirse en el vacío, así como quienes las vivieron, harán de Eirea un universo que, con el último clavo amartillado sobre el ataúd del postrero que, aparentemente, deberá abandonarnos, desaparecerá, para nunca haber existido.
Este es pues, el futuro desolador que nos aguarda, de no ponerse remedio inmediato a la cercana crisis. Una que, de no resolverse, mutará en el último cataclismo que debamos sufrir. El apocalípsis no se manifestará en la aterradora forma del fuego, tal y como desearían los seguidores de Seldar. Mucho peor, será el destino que debamos correr. Y es que, sin muestra alguna de compasión, la eterna oscuridad se cernirá sobre todos los Eirealienses. Una total negrura, de la que ni siquiera los espíritus o los dioses podrán escapar.
Salve,
Un servidor anónimo, enviado por la diezmada flota estelar de los observadores de Argos512
***
Fuera de rol. Sé que la firma no resulta muy rolera. No veo por qué no hacerla. Después de todo, el mundo de la ciencia ficción también me interesa, y no veo por qué no aportar una pequeña referencia de mis intereses personales alternativos, que en nada deben influir en esta crítica, pues por algo no la coloco en *historias y aportes*. Será bien agradecida la participación de todos los jugadores, avatares, miembros del CDJ e inmortales que puedan hacerlo. Exprésense a vuestro modo. Quiero que nos hagamos oír. El como, dentro de los límites del respeto y la racionalidad, no importa. Tal vez, entre todos, podamos hallar una solución que permita a este MUD no solo recuperarse, sino también crecer, como hubo de hacerlo en 2008. Tal vez el cierre del servidor durante un tiempo, hasta que pueda acabar de desarrollarse un RDL3, teniendo en cuenta lo aportado por cada uno de los jugadores durante todos estos años, no sería mala cosa. Pero los asuntos de palacio van despacio. Primero veamos cómo lograr un acuerdo que nos permita recuperar la actividad de antaño, sin que sean necesarias las semanas de XP doble, con tal de evitar la fuga de los pocos que sostenemos los pilares de la vida. Y es que si bien este último movimiento es bienintencionado y absolutamente legítimo, no es suficiente como para sobreponernos a la cercana fatalidad que se nos viene encima.
Permítanme realizar un último apunte, que hasta cierto punto (valga la redundancia apuntada del punto a punto), podría resultar molesta, y hasta impertinente. Soy relativamente nuevo en este juego. NI tan siquiera he alcanzado los dos años como jugador, lo que en sí incrementa, tal vez, lo desaconsejable de mi osadía. Es cierto, mas también lo es, que no tengo nada que perder, por lo que me arriesgaré. En el templo de Osucaru, bien se reza una especie de juramento. Mantendremos este MUD, creado tanto por él, como por los antiguos inmortales fundadores. Es pues, nuestro objetivo, el de procurar que, con la meta en mente, la de honrar la memoria de los creadores, no solo nos esforcemos por mantenerlo, sino que, en la medida que nos sea posible, logremos hacerlo crecer, sobreponiéndose a las dificultades por las que pasa, y deberá pasar necesariamente en el futuro.
***