Vida y Obra de Lusi Tryurh’Rhenv.

Ante la presencia de Sherit y Lhutier, el escribiente de la Cruzada Suprema de Takome anotaba:

Hoy, Día 8 de Taran del 48 Era 4ª, por la presente firma, y para que conste en el libro de nacimientos de Takome.

Lusi, hija de Kherit Tryurh y Lhutier Rhenv, maestro de magia arcana y costurera de profesión respectivamente, han acudido para inscribir a Lusi Tryurh’Rhenv como su primera descendiente. La Paz de Eralie sea con ella.

El tiempo seguía su camino, sin levantar la vista hacia atrás, mientras, en el Barrio Noble de Takome, a los pies de la Mansión Tryurh’Rhen, se escuchaba la voz áspera de Kherit, aconsejando y acompañando a su pequeña y única hija dentro de aquella habitación oscura, en la que solo la luz que entraba por una pequeña grieta en la pared, preparada a consciencia, para poder dar la hora sobre un reloj de sol situado en el suelo, céntrico, y ocupando más de la mitad de la habitación, a modo de alfombra.

-Lusi, así podrás entender cuantas horas de luz le quedan a este día. Advertía Sherit.
-AYY! Que guay, ¿cuándo la luz llega a este palito, ya solo quedan estos palitos para que sea de noche?. Me encanta Papá.
-Así es, de esta manera, cuando la luz llegue a este de aquí, tendrás que comenzar a prepararte para ir a la cama, y recuerda, todos los días antes de ir a dormir, debes darle un beso a tu madre.
-Vale papá, voy a darle un beso y a dormir. ¿Mañana qué vamos a hacer?.
-Descansa bien, mañana comenzará tu aprendizaje avanzado, te estás haciendo mayor Lusi.
-Bieeeeeen!! ¿Me vas a enseñar a hacer magia de la que tú haces?.

Mientras sonreía, Sherit miraba a su hija como lo más bonito del mundo, y creánme, que lo era.

La mañana comenzó, Lusi había soñado esa noche con una de las magias más impresionantes que nunca había visto. Al desayunar, sentados frente a frente, observando una gran chimenea en la que ardía madera de nogal, la más cara de Dalaensar, Lusi decidió preguntar a su padre por aquello que había soñado, a lo que su padre, incrédulo, pidió que dibujase de la manera más clara posible, todo aquello que en su sueño había ocurrido.

Rápidamente, y con la agilidad característica de su edad, se levantó de su sillón, se dirigió frente a la pluma de escritura, y sobre un lienzo, comenzó a dibujar.

-Esto por aquí, por aquí saltaban chispas, aquí había un conjunto de hombres en el centro dando vueltas y volando por los aires, aquí estabas tú, de tus manos salían chorros de algo verde que quemaba, y luego por detrás estaba yo, mirando, era algo así.

Cuando Lusi le entregó su lienzo, le costaba entender como aquella noche, solo con la ilusión que poseía Lusi al irse a dormir, había logrado focalizar la energía y, sin ella saberlo, había logrado ver a su padre formulando su más temido hechizo arcano, La Tormenta Ácida.

• Bien Lusi, estoy impresionado, dime una cosa, ¿Me enfrentaba solo a un adversario?.

• No Papá, tus manos escupían chorros de esa cosa que quemaba en todas las direcciones, tus adversarios eran 4, pero los quemastes a todos rápido. !Yo quiero aprender a hacer eso¡ !Solo con una mano los quemabas a todos¡.

Rápidamente Kherit comprendió que el destino de su hija, debería de ser direccionado hacía una única dirección, los hechizos de área, aquel sueño pudo ser una revelación, y al final, su hija se lo estaba pidiendo desde lo más profundo de su corazón.

-Veámos Lusi, esto no es para jugar, te enseñaré en primer lugar como llegar a todos tus adversarios desde una única posición, permanece atenta, mira.
Ves aquellas velas que tenemos encima de la chimenea, las separan unos 40 centímetros, por su cercanía, si logras alcanzar a la primera con uno de tus hechizos, las demás se verán envueltas, observa.

Kherit alzó su mano, concentrado en su labor, miró aquella vela que se encontraba apagada, de su mano surgió una pequeña llamadara de fuego que envolvió por completo la primera vela, a su vez, la segunda y la tercera se vieron envueltas en llamas.

Lusi levantó la cabeza, había observado como su padre con un solo movimiento había logrado encender una ristra de velas.¿Cómo podría ella realizar dicha hazaña?.

Miro las velas que quedaban por encender, se concentró, miraba a su padre, y después de varios minutos en estado aletargado, logró hacer aparecer una pequeña llama en su mano, fijó de nuevo la vista en las velas y… apuntó hacia la estantería. Tal fue la fuerza de su interior, que toda la habitación se vió envuelta en llamas.

Su padre se levantó sobresaltado, y mientras observaba orgulloso lo que su hija había logrado, utilizó uno de sus hechizos para eliminar las llamas.
Ahora comprendía que el destino de Lusi estaría intimamente relacionado con la evocación, había despertado su pasión más oculta, y por lo visto, se le daba bastante bien.

Mientras tanto, Lusi celebraba que toda la habitación ardía, gritando, saltando y jugando con todo el caos que había provocado, de vez en cuando se le escuchaba decir, Abracadabra, patadecabra, si no te portas bien, te haré castañas, a la vez que expulsaba fuego por su mano.

A la edad de 17 años, Lusi poseía una de las mayores bibliotecas privadas de magia arcana, había pasado todos los días de su vida, desde aquella satisfactoria mañana con su padre, estudiando, analizando y utilizando, todo aquello que le reportaba entretenimiento, ya que para ella, la magia era su pasión, y no una obligación.

Había logrado una reputación envidiable en su ciudad, Takome, donde nadie se atrevía a día de hoy, a argumentar en su contra, logrando por unanimidad, y pese a su corta edad, el cargo de General de la Suprema Cruzada de Takome, dicho cargo, obtenido, a pesar de lo mucho que se ha hablado en Takome de sus relaciones elitistas, por méritos propios, llegando a proveer a Takome de una de las más experimentadas Generales de Dalaensar.

ROL

-Lusi es una mujer sabía, de ideas fijas, y bastante autoritaria debido a crecer en una familia Noble en la que su padre era el encargado de tomar las decisiones.

• Posee una personalidad fuerte, de ideas fijas, y difícilmente alterables por argumentos, más bien, solo un error fatídico le haría cambiar de opinión.