Inicio Foros Historias y gestas Vida y Obra de un Genio IV

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    • Nherzog
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      El adelanto de la temporada de lluvias había provocado retrasos en el avance de la Fase II, pero no había minado lo más mínimo la moral de nuestro ingenioso y concienzudo gnomo. Las magníficas TelasQueRebotanYEnTuTraseroNoExplotan habían llegado según las instrucciones dadas a los afamados ArtistasDelDedal del lejano poblado de Veleiron. No tardaron en ser acopladas a los armazones que se habían diseñado con el mithril sobrante de la Fase I, para conformar unas grandiosas SuperficiesRebotantesParaAmpliarElRangoDeDestino que serían distribuidas y convenientemente ocultas por diversos puntos de Dalaensar.

      La primera de ellas se asentó en las cercanías de la fortificada ciudad de Anduar, en su vertiente occidental, mientras que el segundo gran armazón fue trasladado, oculto mágicamente eso sí, al valle del Durmi, en las cercanías de la otrora jovial villa de Naduk.

       

      Con la infraestructura lista, era hora de realizar la prueba final, antes de dar por exitosa una de las obras de ingeniería gnómica de mayor calado que se recuerdan en la actual era. Varios fueron los intrépidos voluntarios que se ofrecieron a ostentar tal honor, sin embargo, la carga de prueba debía cumplir una serie de características que a Nherzog no le acababan de cuadrar en las condiciones de aquellos valientes. Así que pragmático el, decidió tirar de ingenio, realizando una CargaParaPruebasNoMuySeguras, tomando una roca de las cercanías del volcán y encantándola con el hechizo de esfera elástica de wylan, previamente a introducirla en la catapulta, asegurándose así que su forma no supusiera un inconveniente a la hora de rebotar en las camas elásticas.

      Apenas una decena de curiosos gnomos se habían congregado a tan temprana hora en la zona central de la ciudad de Ak’anon cuando la prueba dio comienzo… “3,2,1 YA!!”….

      Inquietud ante la falta de una pronta respuesta, pero no había pasado ni un par de minutos cuando uno de sus mozos contactó telepáticamente con Nherzog, la carga había caído exactamente sobre la X marcada.

       

      Habemus Lanzadera!

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