Inicio › Foros › Historias y gestas › Wub Wub y la máscara morada
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Wub Wub se despertó con los primeros rayos de Sol filtrándose por la ventana de la taberna. No reconocía mucho esa taberna y no recordaba cómo había llegado hasta allí.
Observó a su alrededor tratando de encontrar alguna pista para averiguar dónde estaba, pero pronto desistió, un sonoro rugido proveniente de su estómago la distrajo por completo.
Antes de averiguar más sobre su paradero tendría que saciar su insaciable hambre. Rebuscó entre su zurrón tratando de encontrar algo que llevarse a la boca, una cola de gato reseca, una sustancia marrón resquebrajada con algunos pelos rizados adheridos, los cuartos traseros de un ave en descomposición, su querida máscara de un solo ojo…
Algo decepcionada al comprobar que nada de lo que cargaba le saciaría lo suficiente, decidió echar un vistazo por la taberna.
Wub Wub levantó su cabeza y olfateando el aire trató de reconocer algún olor, tardó unos segundos en captar algunos olores familiares, un peludito, heces de gato, un intensa vomitona…
Wub Wub casi perdiendo el conocimiento del hambre que tenía se detuvo frente al vomitado, ya había empezado a secarse, creando una curiosa costra que comenzaba a cubrirlo. La fétida masa se veía salpicada por algunos tropezones a medio digerir.
Wub Wub se agachó y con delicadeza pasó su dedo por el pegagojoso resto, rompiendo la costra que estaba empezando a formarse, hasta dar con un tropezón. Agarró el tropezón con dos dedos y lo restregó por el vomitado para coger algo más de sustancia.
Con toda la calma del mundo, tratando de saborear hasta el más mínimo detalle de su frugal comida, Wub Wub se llevo el trozo a la boca y lo masticó, con sumo cuidado, tratando de identificar los sabores del mismo.
La goblin cerró los ojos y reconoció algunos sabores, sabía a cerveza agria, algo de carne y el dulzón sabor de algo que empieza a descomponerse.
Wub Wub tras comprobar que no estaba nada mal esa comida, se agachó sobre el vomitado y deslizó su lengua por toda la superficie, tratatando de no dejar nada, pues si algo había aprendido en su vida, es que la comida no se desperdicia.
Al terminar su «comida», se incorporó y dejó que los gases salieran, soltó un estruendoso eructo que asustó a más de uno.
Ya con la barriga algo más llena, se sentó bajo una mesa y trató de recordar qué hacía ahí.
El sueño le vencía, no conseguía evitar que el sueño se apoderase de ella después de una copiosa comida.
En ese estado de vigilia consiguió visualizar algunas imagenes, vio un barco que la había traido desde Galador, vio al caballero de la brillante armadura, una máscara morada…
Fue entonces cuando recordó qué hacía allí, el caballero de brillante armadura le había enseñado una máscara morada y le había dicho que fuera a esa taberna a investigar.
Wub Wub miró a su alrededor, no veía a nadie llevar una máscara morada puesta, eso le hizo recordar la máscara de un solo ojo que llevaba en su zurrón, se sentía muy orgullosa de su destreza arrancando pieles.
Tendría que investigar mejor si quería que el humano de brillante armadura estuviera contento con ella, siempre le había tratado bien, le pagaba incluso comidas en las tabernas.
Wub Wub continuó inspeccionando a todos a su alrededor, era complicado comprobar si llevaban alguna máscara oculta. La mejor forma sería acercarse con sigilo y toquetear un poco al personal en busca de la máscara.
La goblin iba recorriendo la taberna y mezclada en el bullicio se aproximaba a los lugareños y deslizaba sus manos por las partes bajas, sin recrearse demasiado.
En uno de sus toqueteos notó algo duro en las partes bajas de un humano, sonrió y no se separó de él desde ese momento.
Las horas pasaban y el humano iba bebiendo y bebiendo, mientras Wub Wub trataba de no distraerse y terminar el trabajito.
Por fin el humano se dispuso a abandonar la taberna, ya había anochecido y el hambre se apoderaba del diminuto estómago de Wub Wub.
Wub Wub lo siguió, se dirigía al embarcadero, posiblemente a tomar el barco a Mnenoic, cualquiera de esos callejones sería un buen lugar para emboscarlo.
El humano, con complicaciones para caminar, se paró en seco y se dispuso a orinar sobre unas cajas, sin contar con que la goblin se encontraba agazapada entre ellas.
De un centelleante salto, Wub Wub se lanzó sobre el apéndice del borracho con sus fauces abiertas. Las cerró en seco una vez sintió que algo entraba en su boca.
La imperfección de su dentadura impidió que seccionase de cuajo el apéndice y Wub Wub se quedó enganchada con sus fauces cerradas mientras el humano gritaba de dolor y se zarandeaba bruscamente tratando de desprenderse del intruso.
Tanto fue el dolor y el estrés de la situación que el humano cayó inconsciente al suelo y Wub Wub encima de él.
Wub Wub dio un fuerte tirón y consiguió arrancar medio apéndice que guardó celosamente en su zurrón.
Se reincorporó y comenzó a registrar al borracho, al final dio con lo que había toqueteado en la taberna.
Una sombra de decepción cubrió la cara de Wub Wub al descubrir que no se trataba de una máscara, sino de un extraño recipiente que contenía líquido dentro.
Wub Wub, tan resolutiva como siempre, trató de encontrar alguna solución, si el humano de brillante armadura quería una máscara morada, eso es lo que tendría.
Wub Wub se sentó sobre el pecho del borracho y comenzó a propinarle una lluvia de puñetazos, poco a poco la cara se fue deformando y tomando un matiz purpúreo, hasta llegar a cubrirse de un tono morado por completo.
Fue entonces cuando sacó su pequeño cuchillo oxidado de su zurrón y lo clavó justo por detrás de una de las orejas.
El borracho recuperó la consciencia durante unos segundo hasta perderla de nuevo, esta vez para siempre.
Wub Wub hundió más el cuchillo y empezó a recorrer el perfil de la cara, detrás de la oreja la carne era más jugosa y fácil de cortar, en cambio por la frente al clavarse el cuchillo en el hueso tenía que ser muy cuidadosa.
Por fin completó el perfil y arrancó con cuidado la máscara, en su parte inferior algunos trozos de carne se habían quedado pegados.
Wub Wub mordisqueó la carne y disfrutó de su jugosidad, pues con sus puñetazos había conseguido que la sangre penetrara en toda la carne.
De dos mordiscos separó de la máscara las dos orejas y las engulló, ese ligero toque a cerúmen le encantaba.
Se restregó la máscara sobre su ropa tratando de pulirla y eliminar restos de sangre y pelo y la guardó celosamente en su zurrón.
Ya con su máscara, Wub Wub se sentía feliz, había conseguido la máscara morada y el humano de brillante estaría contento con ella.
Sólo tenía que llegar al barco y el humano ya la encontraría a ella en Galador, siempre lo hacía.
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