Zayus – Reg 2

Zayus nació en un pequeño poblado al norte de Galador llamado Mnenoic, su familia trabajaba en la mina de hierro a las afueras de la ciudad, pese a la precaria
situación en la que vivian todos los obreros del pueblo, se consideraban felices pues vivían con seguridad al estar localizados entre las montañas y la ciudad militar
de Galador, por lo que las historias de asaltos de las malvadas huestes de Eralie eran solo cuentos para asustar a niños o historias que contaban los bardos que
venían de tierras lejanas para sacarse una comida caliente y un techo donde dormir.

A Zayus le encantaban esas historias y a menudo se escaqueaba de sus pequeñas obligaciones de niño junto a su hermana pequeña tan pronto como escuchaba que algún
trovador pasaría algunas noches por la zona.

Zayus era feliz recreando esas historias en su mente, imaginando siendo un poderoso y sabio mago que daba consejos a reyes o un afamado aventurero que visitaba ruinas
en busca de civilizaciones perdidas.

Cuando tuvo la edad de trabajar en la mina – la edad que el imperio consideraba adecuada – empezó a trabajar en ella, esto le daba menos tiempo y energía para
escuchar historias y en sus sueños y poco a poco la idea de que su futuro era tan gris como las paredes que golpeaba al extraer el hierro se asentó en su cabeza.

Los años pasaron y la piedra moldeaba sus músculos, pero también el espíritu soñador y lleno de vida que antaño desprendía.
Zayus se sentía atado al pueblo, pues sabía que su familia pronto dependeria de el para subsistir debido a que su padre, quien actualmente era el cabecilla estaba
cada vez más desgastado por la edad.

Pero toda la monotonía y preocupaciones se las llevó el viento el mismo día que un poderoso mago renegado decidió que necesitaba el hierro y el oro que se producía en
las canteras de Mnenoic para sus investigaciones.

En poco minutos el mago acabó con la poca guardia que tenía el pueblo y había conseguido interceptar el cargamento que debía ser transportado a la capital del
imperio, obligó a los niños y jóvenes a mover todo el cargamento dentro de una bolsa mágica sin fondo para evitar que ningún adulto hiciera una tontería.

Zayus sabía que el imperio y Seldar no eran misericordiosos y que si dejaban marchar al mago con el cargamento sería el pueblo quien pagará las pérdidas, nublado por
el calor del momento y por las pequeñas historias que había escuchado de niño, tomó la decisión más estúpida de su vida, aprovechó que el mago estaba más atento a los
adultos y se sentía relajado al ver que ninguno de ellos se atrevía a dar más que gritos y lloriqueos mientras veían a sus hijos cargando el pesado hierro hacia la
bolsa y agarrando uno de las espadas cortas de los guardias muertos salto hacia el mago intentando hacer un corte vertical con todas sus fuerzas.

La ridícula escena acabó con el mago riéndose de la necedad de Zayus cuando vio su cara desfigurada por la incredulidad al ver que el tajo había chocado contra una
barrera mágica y ni siquiera se había acercado a la piel.

El mago entonces cogió la espada y volvió a dársela a Zayus y le propuso con un acento claramente marcado que si lograba hacerle un rasguño con los siguientes 5
golpes no acabaría con él por su imprudencia, Zayus, totalmente aterrorizado y bañado en mocos y lágrimas pego con la espada tan fuerte como le permitían sus músculos
mientras pensaba en lo que le sucedería a su familia si no lograba acabar con el mago, dio uno,dos,tres,cuatro y finalmente un quinto golpe que no sirvieron para
nada, sus manos estaban completamente blancas de la fuerza con la que había agarrado la espada.

El mago divertido pero a la vez contrariado por tener un niño desafiandolo y porque todos los niños habían parado de mover el oro decidió cumplir su palabra y empezó
a generar una gran cantidad de esferas de magia pura a su alrededor, Zayus cerró los ojos, aceptando su destino, momentos después escuchó el relincho de un caballo,
un fuerte golpe y finalmente calor.

Al volver a abrir los ojos una desgarradora pero esperanzadora escena se pintó ante él, donde antes había la aterradora figura del mago ahora yacía un cadáver
atravesado por una lanza y pisoteado por un caballo que era montado por un Jinete de larga melena vistiendo una brillante armadura roja con el símbolo de Seldar.

Este fue el primer contacto de Zayus con el verdadero poder de Seldar, pero no sería el único, el caballero, después de pedir explicaciones y cerciorarse de lo que
había sucedido decidió que Zayus había actuado con un gran Valor, así que se lo llevaría y lo usaría como uno de sus escuderos – una decisión totalmente unilateral en
la que ni él mismo Zayus ni la familia tuvieron ni voz ni voto – y se lo llevó a la Fortaleza de d’hara, donde pasaría los siguientes años de su vida.