Zoxbo y la Ayuda a Anduar

Zoxbo era un joven chamán kobold que vivía en las cuevas de Ancarak con su tribu. Aunque era joven, Zoxbo era muy sabio y sabía cómo comunicarse con los espíritus de los ancestros. Todos en su tribu lo respetaban y lo admiraban por sus poderes mágicos y su sabiduría. Otrora esclavo, fue liberto tras matar a un sirviente de Seldar que intentaba acabar con la vida de su señor, demostrando una prueba de lealtad y compromiso.

Un día, Zoxbo recibió una carta que había sido enviada desde la lejana ciudad de Anduar. La carta decía que la ciudad estaba en peligro y que necesitaba de su ayuda y de su tribu para defenderse de un peligroso enemigo. La ciudad de Anduar era conocida por ser neutral en todas las guerras y conflictos, y se dedicaba principalmente al comercio y al intercambio de bienes y servicios. Por eso, Zoxbo y su tribu decidieron responder a la llamada de ayuda y viajaron hacia Anduar para ayudar a protegerla.

Cuando llegaron a la ciudad, se dieron cuenta de que el enemigo que había atacado Anduar era un ejército de orcos salvajes y sanguinarios que querían saquear y destruir la ciudad. Zoxbo se puso manos a la obra y comenzó a preparar a sus compañeros para la batalla. Con su magia y su sabiduría, consiguió reunir a todos los espíritus de la naturaleza y a los espíritus de los antepasados guerreros con la ayuda de Gurthang para ayudar en la lucha.

Finalmente, el día de la batalla llegó. Zoxbo y sus compañeros se enfrentaron al ejército de orcos con valentía y determinación, y gracias a la magia y la astucia del chamán, lograron derrotar a los orcos y salvar a la ciudad de Anduar. La gente de la ciudad agradeció a Zoxbo y a su tribu por su valiosa ayuda, y desde entonces, Zoxbo fue conocido como el gran chamán kobold que había salvado a Anduar de las garras del mal.

A partir de entonces, el kobold regresó a su hogar en Ancarac, pero siempre recordó con orgullo el día en que había ayudado a salvar a la ciudad neutral de Anduar y a proteger a su gente de los peligros de Eirea. Y aunque no todos los días eran fáciles, Zoxbo sabía que siempre podía contar con la ayuda de los espíritus y con la sabiduría de sus antepasados para guiarle en el camino.